Escrito por: FerchoMX
La primera vez que vi a Katy fue como Batwoman, les conté banda, que cuando tenía doce años me lancé a luchar solo contra el crimen, pues en una ocasión ella me salvó del Pingüino. Cayó del cielo igual que un ángel negro, su máscara tiene incorporada una realista peluca roja, lo cual hace que nadie asocie su identidad, ya que en el día a día es una mujer rubia de cabello corto.
–Ten mucho cuidado, no vayas tras los criminales más peligrosos tú solo. No quiero que nada malo te pase –me dijo luego de rescatarme.
–¿Quién eres tú? –le pregunté.
–Soy Batwoman, pero… –comenzó a susurrar– tú puedes llamarme Kate o Katy, como prefieras Tim. Soy prima lejana de Bruce, por el lado de su madre.
–¿Sabes quién soy?
–Por supuesto niño y sé lo que estás haciendo, tú sigue intentándolo, si alguien puede ayudar a Bruce ese eres tú –me dijo Katy acariciándome el cabello afectuosamente.
Para mí, Katy es como una madre, peleando contra criminales es una mujer muy ruda y “badass”, pero en la casa es la más amorosa y tierna, jamás la he escuchado decir alguna grosería o palabra vulgar.
Ella tiene formación militar y usa armas de fuego, lo cual molesta un poco a Bruce, a pesar de esto, sigue nuestro código moral, ella asegura que da igual herir a alguien con un batarang que con una bala. Katy también es adinerada, hace mucho descubrió que su primo era Batman, pero al igual que yo, se tomó su tiempo para prepararse y convertirse en súper heroína, comenzó a pelear contra el crimen dos años después de la muerte de Jason.
Algo que recuerdo de Katy con mucho cariño es que una vez que los dos fuimos aceptados en la mansión Wayne, alguno que otro día, ella me preparaba el desayuno y comíamos juntos en la cocina, su especialidad eran los panqueques, esponjosos, cálidos, tiernos y sabrosos. En ese momento, ambos platicábamos, me abrazaba y me alborotaba el cabello. Dejó de hacerlo cuando cumplí quince años, tal vez creyó que ya dejé de ser un niño, pero extraño esos momentos.
Desde la llegada de Damian, ella pasa mucho tiempo en casa, estoy seguro de que es para cuidar de él. Ella tiene su propia agenda y misiones, es muy independiente de Bruce, suele ausentarse por periodos largos que pueden llegar hasta los tres meses. A mí me gusta que esté aquí, esa es la única ventaja que trajo la llegada de ese mocoso del infierno.
Desde la llegada de Damian, ella pasa mucho tiempo en casa, estoy seguro de que es para cuidar de él. Ella tiene su propia agenda y misiones, es muy independiente de Bruce, suele ausentarse por periodos largos que pueden llegar hasta los tres meses. A mí me gusta que esté aquí, esa es la única ventaja que trajo la llegada de ese mocoso del infierno.
Un día Bruce hizo que Damian y yo nos enfrentáramos en un combate no letal, Katy estaba presente, se suponía que el que ganara sería el nuevo Robin o continuaría siéndolo. Esto me ofendió muchísimo banda, pero eran órdenes de Batman, así que no me quedó más que obedecer.
Durante nuestra pelea llegamos al punto en el cual Damian me tenía sometido en el piso aprisionando mi cuello entre sus odiosos muslos delgados de niño, si él tuviera piernas más gruesas no estaría yo en esta situación tan desesperada. Cuando trataba de zafarme de su llave, él incrementaba la presión y me llevaba al borde de la inconsciencia.
Lo más humillante de la situación, fue que comenzó a golpearme en los huevos con su pequeño puño, mientras continuaba apretando mi cuello, yo gritaba de dolor, Damian reía “jajaja jaja”, este niño me quería despierto para que sintiera sus golpes en mis testículos, por eso no me dejaba inconsciente, podía haber ganado, pero le gustaba divertirse.
Miré de reojo y noté una sonrisa de satisfacción en el rostro de Bruce ¡el cabrón estaba orgulloso de su maldito vástago! después de lo que había hecho por esta familia, él estaba feliz y sonriente de que su hijo me arrebatara el manto de Robin, Katy también sonreía ligeramente ¡par de traidores! Tal vez, si yo estuviera en su lugar y observara a un niño sometiendo a un adolescente de una forma tan humillante también me reiría.
Perdóname Diosito por lo que voy a hacer, pero no tengo más opción, no voy a seguir siendo el hazmerreír de todos. Al aplicar el castigo a mi cuello, Damian dejaba totalmente expuesta su joven entrepierna, es más, el movimiento mismo hacía que sus genitales se hicieran hacia el frente, yo me avergüenzo de lo que hice, pero no me dejaron otra alternativa. Junté las yemas de mis dedos y con ellas golpeé las pequeñas bolas del niño, fue un devastador golpe de grulla. Damian comenzó a gritar, no estaba acostumbrado a este dolor en específico, nunca, nadie, jamás, en su corta vida, había atacado su pequeña hombría, chilló, me liberó y quedó en posición fetal, yo aproveché para hacerle una llave que me permitió dejarlo inconsciente al instante. ¡Gané banda! ¡yo aún era Robin!
Tanto Katy como Bruce me miraron con cierta desaprobación, pero no me importó, hice lo que debía. Neta si disfruté causarle dolor a este maldito demonio.
–¡Qué! ¿por qué me miran así? –les dije elevando la voz– fue su culpa, él se confió, creyó que yo no me atrevería a hacerle daño, me subestimó, ese es el error numero uno que puede llevarte a perder un combate.
–Es un niño –dijo Katy.
–Ser un niño no es excusa para ser débil, eso me lo enseñó Jason –noté que el semblante de Bruce cambió con la sola mención de mi hermano.
Damian recuperó la conciencia, se paró frente a mí y extendió su mano para saludarme en señal de respeto, yo le creí, soy un estúpido, al extender la mía, me soltó una patada en los huevos que creo tuvo la misma intensidad que la que le dio a Bruce en la fiesta de caridad. Caí de rodillas al piso y luego me recosté sobándome las bolas, el niño rió como es habitual en él “jajaja jaja”. Salió corriendo del cuarto de entrenamiento hacia el bosque que rodea la mansión. Bruce dejó también la habitación tratando de cubrir una sonrisa en su rostro.
–No me gusta que te lleves mal con Damian– me dijo Katy cuando por fin me puse en pie después de varios minutos– el niño te quiere mucho.
–Me quiere… si, pero matar, por lo menos de un coraje –le respondí sobándome las bolas.
–Hablo en serio Tim, desde que llegó, inmediatamente se fijó en ti, tú también eres un niño, debemos tenerle paciencia y darle mucho amor, recuerda que él no sabe convivir, lo único que sabe es lastimar, nadie le ha enseñado como tratar a las personas –dijo ella y me sujetó del hombro– Si alguien puede ayudar a Damian ese eres tú.
Ella me repitió las mismas palabras que me dijo la primera vez que la vi, antes ayudé a Bruce, ahora me tocaba ayudar a su hijo. Me cambié de ropa y fui tras Damian, fue fácil rastrearlo, estaba sentado en una gran roca en el bosque de la mansión, trepé a la piedra y me senté junto a él, me recibió con una sonrisa.
–Sé que soy mejor peleador que tú Drake –me respondió mientras sobaba una cicatriz en su mano derecha– la primera vez que me electrocutaste, supe que podríamos ser amigos, desde entonces te he molestado hasta el cansancio y no me habías devuelto nada, creí que no querías ser mi amigo.
–Damian, los amigos no se molestan entre si… bueno, no como tú lo haces. Es decir, si hay confianza, si se pude ser culero, pero nada tan manchado.
–Jajaja jaja, Jason me decía culero todo el tiempo, siempre me dejaba molestarlo y a veces me las devolvía, él es muy divertido –me dijo con una sonrisa melancólica mientras continuaba sobando la cicatriz en su palma derecha– Yo le arrojaba cuchillos y cosas filosas para matarlo, como a ti la primera vez, él las esquivaba todas, un día, le lancé un cuchillo corto, tenía yo seis años, Jason lo atrapó en el aire y me lo devolvió apuntando directo a mi frente, no pude esquivarlo, pero metí la mano con cierta trayectoria para recibirlo y evitar que me atravesara la cabeza, así supe que él era mi mejor amigo. Esta cicatriz me la hizo él.
Se me hizo un hueco en el estómago al escucharlo mencionar el nombre de Jason, pero según lo que contó después, su Jason y el mío no tienen nada en común, mi hermano jamás le arrojaría un cuchillo a un niño de seis años, él no era un culero… bueno, no así de culero.
–¿Ese tal Jason es con el que llegaste a la fiesta aquel día? –pregunté
–Si, es de la Liga de Asesinos, el que te abrazó –respondió el niño– es el mejor asesino de todos. Es mi capitán y yo su teniente, un día vi como asesinó él solo a más de trescientas personas en menos de veinte minutos.
–¡Wow! ¿usó una bomba o algo?
–No, lo hizo con sus propias manos, uno por uno ¡fue glorioso! espero algún día ser como él.
Definitivamente, Damian está hablando de otro Jason.
–Entonces ¿no te molestó perder? ¿no que querías ser Robin? –le pregunté.
–Hace un rato solo estaba jugando, por eso padre y Katy sonreían, porque sabían que yo me estaba divirtiendo y que era un juego –explicó el niño– No me voy a quedar aquí mucho tiempo, en cuanto Jason resuelva lo que tiene que hacer, volveré con él y nos iremos. Madre le dio permiso de abandonar la Liga de Asesinos, yo le dije que quería venir con él y me trajo sin su permiso. Le insisto a padre todos los días en que quiero ser Robin, para hacerte enojar “jajaja jaja”.
Llevé al niño al cementerio privado de la mansión, en el camino le conté mi historia con Jason, desde que me salvó cuando tenía cinco años, hasta que murió. Damian se quedó absorto en el relato cuando narré con detalle la forma tan cruel en la que mi hermano fue asesinado.
–Aquí yacen los restos de mi hermano.
–No entiendo –dijo el niño.
–¿Qué cosa?
–¿Por qué ninguno de ustedes asesinó al Guasón? –preguntó Damian– Si alguien asesinara a Jason, yo lo perseguiría hasta matarlo con mis propias manos.
–En esta casa tenemos un código moral, el cual nos prohíbe matar a los criminales.
–¿Por qué? son criminales, se lo merecen.
–Tú mismo te acabas de responder hace un momento –le dije– si alguien asesinara a Jason, lo perseguirías hasta matarlo ¿por qué harías eso? porque te dolería o te molestaría perderlo ¿no es así?
–Pues si Drake, no mames.
–Cada una de las personas que has asesinado, tienen un hermano, una hermana, una madre, un padre, hijos, familia que los quería. Matar hiere a los demás, debes ser empático.
–¿Qué es ser empático?
–Es cuando te pones en los zapatos de los demás y piensas en lo mal que los haces sentir con tus acciones, entonces evitas hacerlas, porque no te gustaría que te hicieran lo mismo –le expliqué– también sirve para compadecerte de alguien, ya que logras entender la situación por la que está pasando.
–No matar, porque no me gustaría que maten a alguien que me importe, creo que lo entiendo, pero no estoy de acuerdo –me respondió el niño.
–Lo entenderás con el tiempo.
–El Guasón no tiene hermanos, hermanas, padre, madre y asesinó a su único hijo –respondió Damian– ¿cómo se puede ser empático con alguien así? para mí es claro que merece morir y no lastimaría a nadie al hacerlo, yo lo puedo matar si quieres, a él y a esa Harley Quinn ¿quieres que lo haga Drake?
–NOOO, Damian, no, jamás. Elegir no matar es una cuestión de ética y moral más que de lógica o razonamiento, es una decisión, un compromiso que asumimos –le dije– cuando estés listo, tú solito lo vas a entender
–Aun así, el Guasón no tiene familia –Damian refunfuñó.
Platicar con Damian me ha hecho plantarme una duda ¿era Jason realmente hijo del Guasón? nunca antes había pensado en ello, solo lo di por sentado. Tal vez investigue más.
Quédense con quien los mire como Steff me mira a mí. |
Para cambiar el tema me arrodillé de espaldas ante él y le dije que subiera, que lo cargaría, él brincó sobre mí y lo llevé hasta el lago privado de la mansión, comenzó a reír, era exactamente la misma risa que siempre tenía, la que yo interpretaba como burlona o maliciosa, no era tal, era su risa normal de alegría y felicidad. En el trayecto lo cargué sentado en mis hombros y corrí por el bosque tratando de que las ramas bajas de los árboles lo golpearan en la cara, Damian se agachaba o se cubría y a veces si se pegaba, esto lo hacía reír mucho más, a este niño le gusta llevarse pesado.
Llegamos a un acantilado de ocho metros en el lago privado que permite tirarse clavados, descubrí este lugar con Jason y seguido vengo con Steff (si saben a lo que me refiero ;) de hecho, aquella vez que vino acompañando a Dick y Bárbara, cuando Damian recién llegó, ella y yo estuvimos todo el día en aquel lugar. Comencé a quitarme la playera para nadar, en el segundo que ésta me cubría la cara, el morrito me dio una patada inesperada en los huevos, yo tenía los brazos aprisionados por mi propia ropa, solo cerré las piernas y me puse en cuclillas, el niño me empujó del acantilado hacia el agua. Pasamos la tarde saltando, nadando y riendo. De regreso lo cargué de nuevo, esta vez se quedó dormido sobre mi espalda.
Días después llegó mi nueva consola y le enseñé a jugar, al instante se volvió adicto. En los videojuegos él podía asesinar a todos, podíamos unirnos y matar en equipo o competir y asesinarnos mutuamente, era la mejor terapia para encausar sus instintos. Su juego favorito era “Mortal Kombat”, el mocoso amaba los “Fatalities”, le fascinaba Scorpion, encontró unos kunai y les ató unas cuerdas, solía ponerse una sudadera amarilla y un cubre bocas negro e ir al bosque a clavar árboles mientras grita “get over here!”, podría pensarse que clavaría ardillas o aves, pero no, este niño loco tiene mucha sensibilidad hacia los animales, jamás lastimaría a alguno. A veces le sigo la corriente, él grita “finish him” y me lanza el kunai, lo esquivo y lo sujeto del mango, él dice “get over here!”, yo me deslizo como si me jalara, al llegar a él, me pega en los huevos y termina conmigo, caigo al piso. Él levanta los brazos, se ríe y se va corriendo. Es lo que me toca aguantar al ser hermano mayor banda, pero saben algo, no se mancha cuando le permito golpearme.
Como mencioné antes, soy rico, así que repuse mi colección de historietas de a poco, pero no para mí, se las regalaba a Damian, quien también se hizo adicto a los cómics, los leía con mucho cuidado y los guardaba en sus bolsas de celofán. Mis héroes favoritos eran la "Sociedad de la Justicia de América", ellos nunca existieron, fueron ficción inventada hace décadas, son los cómics más valiosos y raros, se llamaban así, por que cada país del continente, desde Argentina hasta Canada, editaba sus propios ejemplares y tenía sus propios héroes, la Sociedad los reunía a todos ellos en aventuras increíbles para luchar por el planeta, fue un esfuerzo conjunto de las editoriales de ese entonces, solo existen seis series de doce a dieciocho números cada una ¡yo los tenía todos!. Todavía me da coraje lo que me hizo este niño estúpido, mis cómics no merecían terminar quemados, lo bueno es que ahora Damian se arrepiente de lo que hizo.
Con la aparición de la Liga de la Justicia y superhéroes reales, los escritores se enfocaron en hacer historietas al respecto, hacen un desastre cuando inventan nuestras identidades secretas, pero se venden bien, la venta de mercancía ayuda a financiar a la Liga, no es que sea necesario, la fundación Wayne tiene todo cubierto, tampoco está de más, principalmente son relaciones públicas. Pero los cómics de antes ¡uf! ¡uf! ¡uf! eran unas joyas.
Damian enfocó su canal y redes sociales en hablar sobre videojuegos e historietas, ganando aun más seguidores, ocasionalmente elaboraba algún plan con el fin de golpearme en las bolas y subirlo a internet, pero su contenido ya se enfocaba principalmente en estas temáticas. Le enseñé a monetizar sus videos y con los miles de dólares que ganaba al mes, él comenzó a comprar figuras de acción coleccionables para regalármelas y reponer las que rompió, ¿entienden banda? este niño loco, con su propio dinero, me hacía regalos ¡a mí!
Una mañana, después de unos pocos meses, al despertar, le dije que me acompañara a la cocina, que yo iba a prepararle el desayuno, los famosos panqueques. Alfred los preparaba todos los días, pero Damian ni se les acercaba.
–Te vas a morir cuando los pruebes –le dije.
–¿Les vas a poner veneno? –preguntó muy seriamente, yo me solté a reír, pero él me miraba muy serio.
–Me refiero a que te vas a sorprender tanto, que de la sorpresa, del gusto, de la emoción “te vas a morir”, es una expresión Damian –le expliqué.
Durante el último año había perfeccionado mi propia receta, mis panqueques eran deliciosos. Al terminar, le serví en un plato, el niño aún los miraba con recelo.
–Damian, no tienen veneno –le dije riendo, me partí un pedazo y me lo comí– ¿ves?
Con desconfianza el niño los probó y enseguida los devoró. Como lo supuse, le encantaron ¿quién es el puto amo de los panqueques? yo merengues.
–¿Quieres más? –le pregunté, asintió mientras aun tenía un bocado en la boca.
–¿No has hecho para ti? –me preguntó.
–Hice, pero Damian se los comió todos, ahorita preparo más –le dije.
–Nada de eso, yo se los preparo –dijo Katy y así lo hizo, todos comimos sus panqueques.
–Están más ricos los de Drake –comentó Damian, ella y yo nos reímos. El niño terminó de comer y se fue corriendo a su habitación, quería grabar un video para sus redes sociales.
–Estoy muy orgullosa de ti y Bruce también lo está –me dijo Katy mientras se sentaba a mi lado y me acariciaba la cabeza– nunca creímos en las excusas que nos dio cuando quemó tus cosas y demás travesuras que te hacía, pero Bruce sabía que tú podrías con todo, lo que has hecho con Damian, es algo fuera de este mundo, eres increíble Tim, lo digo en serio, tú eres nuestro héroe –ella me rodeó con un brazo y besó amorosamente mi frente– eres lo mejor que le ha pasado a esta familia, mi niño hermoso.
"No Katy, lo mejor que me ha pasado a mí, son todos ustedes"
"No Katy, lo mejor que me ha pasado a mí, son todos ustedes"
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