EL NUEVO SEGUNDÓN 5/17: LUKE FOX - Las Bolas de Pablo

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12 dic 2020

EL NUEVO SEGUNDÓN 5/17: LUKE FOX

Escrito por: FerchoMX


   Banda, había estado trabajando en un proyecto súper chido, una motocicleta roja, llena de “gadgets” y funcionalidades, parecida al batimóvil. En los terrenos de la mansión, tenía mi propio taller subterráneo, un lugar de tres mil metros cuadrados que colindaba con la baticueva, era totalmente independiente. Mi sitio privado, mi santuario, un espacio seguro, libre de Damian Wayne.


   —Drake me odia, no me deja entrar a su taller. Sólo quiero convivir con él, no me deja ser su amigo —comentó Damian a Bruce con falsas lagrimas en los ojos.

   —No hay nada que pueda hacer —dijo Bruce— él renta ese espacio, tenemos un contrato y paga el año por adelantado, tres millones de dólares. Ese lugar es de su propiedad en tanto el acuerdo esté vigente. Si él no quiere darte acceso, yo no puedo obligarlo. Tienes prohibido entrar Damian Wayne, me daría mucha vergüenza faltar a un contrato comercial con el Grupo Drake por causa tuya.

   —Pero, padre…

   —No hay más que hablar Damian —Bruce lo interrumpió tajantemente.

   No pude ocultar mi sonrisa de satisfacción, banda. Por primera vez en semanas, le ganaba a ese maldito demonio, mi victoria duró poco. Unos días después, el niño y yo platicamos en el bosque y lo llevé al lago, nuestra relación comenzó a “desempeorar”. Para llevarme bien con él, le permití entrar a mi santuario. Fue un día en que vino Luke para ayudarme con mi motocicleta, pedí a mi Bro que me asistiera para contener a Damian, tal vez, con él presente no causaría tantos estragos, comenzamos desde temprano.

   El niño se quedó boquiabierto cuando vio mi taller tecnológico, era un lugar industrial con diseño contemporáneo, me había esforzado por tenerlo ordenado, se puso a correr por los pasillos y a tocar todo, aunque le pedí que no lo hiciera. El área frontal era donde hacía los diseños, planos y desarrollos de software, la parte trasera era un taller donde nos ensuciábamos las manos y los proyectos cobraban vida. Todas las piezas estaban listas, Luke me iba a ayudar a ensamblar mi “Red Bird”, yo estaba muy emocionado. Llevé a Damian al fondo, ahí tenía sobrantes y refacciones, le dije que podía hacer lo que quisiera y que tratara de armar algo, para entretenerlo mientras mi Bro y yo trabajábamos.

   Con ascendencia africana, mi compa me superaba en estatura y era dos años mayor, tenía dieciocho, era un campeón mundial supermediano de Boxeo, recientemente había debutado como luchador profesional de MMA, al igual que yo, era un habilidoso traceur. Solíamos ir a edificios abandonados en la ciudad, para practicar parkour, nos juntábamos con más banda que hacía lo mismo, luego, íbamos a pasar el rato a alguna plaza o simplemente dábamos el rol por las calles. Damian nos había acompañado un par de veces, se llevaba muy bien con él, lo llamaba por su nombre, no por su apellido, por eso es que aproveché que hoy venía mi Bro. Debo decir, que me gustaba que Luke fuera una persona común, no un superhéroe, cuando estuve en los Titanes el año pasado, me hice muy amigo de Conner y de Cassandra Sandsmark, la nueva Wondergril, chateba mucho con ellos, hacíamos video llamadas, pero no era lo mismo que con mi Bro. La amistad de Luke, era para mí un ancla que me mantenía aterrizado, como adolescente normal.


   Pasamos el día entero armando la “Red Bird”, estimo que llegamos al setenta porciento de avance, al día siguiente yo terminaría solo. Luke tenía una agenda muy apretada, entre sus entrenamientos y actividades, ayudaba a su padre también, juntos trabajaban en un nuevo traje por petición de Bruce, era un encargo muy importante, no podía venir a ayudarme todo el tiempo. A diferencia de mí, que aprobé la primaria, secundaria y preparatoria con un solo examen, él sí asistía a la escuela, recién comenzaría a estudiar en la universidad.

   Eran las siete de la noche, decidimos parar, usualmente llevábamos botana para matar el hambre, a veces se nos pasaba el tiempo y ni comíamos. Damian apareció desde el fondo del taller, ni me acordaba de que estaba ahí, llevaba consigo una especie de patineta que armó con algunas refacciones, la colocó en el suelo, la encendió y esta flotó metro y medio en el aire, el niño sonreía de felicidad. Luke y yo estábamos sorprendidos, le dije que la probaríamos afuera, aún había un poco de luz de día, cuando nos dirigíamos a la salida, el mocoso la encendió y se trepó en ella, comenzó a dar vueltas descontroladamente por todo el taller, gracias al buen equilibrio que tenía no se cayó. Terminó estrellándose con un tubo de hierro en el techo, cayó inconsciente. El putazo fue tan fuerte que creí que se podía romper el cuello o quebrar la cabeza y morir, neta sentí bien ojete, como si el alma se me cayera al suelo, de hecho el tubo quedó doblado, lo atrapé para amortiguar su caída, la patineta continuó dando vueltas hasta que se estrelló contra mi “Red Bird” y la hizo estallar. Luke rápidamente utilizó un extintor para controlar el fuego, mientras yo atendía a Damian.

   El niño despertó unos segundos después, su cabeza sangraba abundantemente, me quité la playera para hacer presión en su herida, fruncía la cara por el dolor, miró a mis espaldas el fuego y los restos de mi motocicleta en llamas.

   —No quise hacerlo Drake, te lo juro, fue un accidente, no lo planeé —dijo preocupado. Yo lo abracé, acerqué su pequeño cuerpo al mío y suspiré aliviado.

   —Lo importante es que tú estás bien —dije— la moto la puedo volver a armar cualquier día —abrazándolo lo llevé arriba. Alfred le dio atención médica.

   Bruce me regañó horriblemente, fue muy severo, me empujó contra una pared, me llamó pendejo, idiota e incapaz, dijo que él le había prohibido entrar a mi taller, que estaba muy decepcionado y que no volvería a confiar en mí. Lo peor es que me reprendió brutalmente frente a Luke. Además, Batman me castigó, me prohibió acompañarlo a patrullar, salir de la mansión y tener cualquier contacto con amigos y con Steff, lo bueno era que el castigo me ayudaba para no ver más a Damian. Yo me aislé en mi taller, solo subía a la mansión para dormir.

   Luego de unos días, mi padre me mandó llamar a su despacho, Katy, el niño y un perro negro que recién le regaló Bruce, estaban ahí. Me levantó el castigo y se disculpó conmigo, dijo que no estaba realmente decepcionado de mí y que no había nadie que mereciera más su confianza que yo.

   —Prometo no ponerme en riesgo, Drake —dijo el niño— trataré de portarme mejor, nunca estuve en peligro, madre me hizo más resistente de lo que todos creen ¿quieres jugar videojuegos?

   Asentí con la cabeza, subimos a su cuarto y pasamos la tarde jugando, no conversamos mucho, solo jugamos en silencio.

   Al día siguiente, Luke vino, Bruce lo llamó, trabajamos en mi motocicleta junto con Damian, entre los tres terminamos sin contratiempos. El único pendiente era la velocidad.

   —Hay motonetas más veloces que esto —comentó Luke— ¿120 kilómetros por hora? ¿neta?

   —Es temporal, justo es el motor de una moto barata, solo es para esta versión, lo principal son el resto de valores añadidos que tiene —le dije. En una pantalla holográfica, mostré el diseño de motor en el que había trabajado los últimos días —de hecho querías saber ¿cómo lo ves?

   Luke se quedó analizando mis planos y me propuso mejoras muy buenas, continuamos trabajando tres horas más en el diseño del motor. Damian obedientemente nos dejó solos.

   —El morrito sí nos hizo paro hoy, además se rifó con la patineta que armó —dijo mi compa.

   —Ni me recuerdes, sí, es muy inteligente, solo que no enfoca su potencial en algo productivo —comenté.

   —¿Crees que deba ayudarlo a crear un traje de combate? que sea su diseño, yo le ayudo, al mismo tiempo le enseño algunas cosas —Luke dijo.

   —Si te da tiempo, pero después de la Red Bird —respondí.

   A la par de todo, Luke estaba en preparación para una pelea de campeonato, en tres meses defendería su recientemente adquirido título, por ello, no tendría tiempo de ayudarme de nuevo hasta dentro de una semana, a veces me pregunto ¿cómo logra hacer tantas cosas? es un crack. Decidí dejar por la paz mi motocicleta unos días y esperar a que Luke pudiera volver para asistirme. Aproveché para convivir un poco más con Damian, reconozco que no acababa de caerme bien, en ocasiones, su actitud era muy pedante y déspota, por ejemplo, le ofrecí que entrenáramos juntos, el mocoso dijo que sí, que podía darme clases si quería ¡él a mí! ¿pueden creerlo, banda? al decirle que sería al revés, que yo dirigiría los entrenamientos, me echó una mirada de verdadero desprecio.

   Días después, Luke llegó temprano. Desayunamos y nos dirigíamos al taller, cuando Damian apareció con un plumón y un póster de mi Bro, posando como boxeador.

   —¿Me lo firmas? —dijo el niño. Luke sonriente le dio su autógrafo.

   —Eres un campeón, un ganador, en la UFC vas invicto ¿verdad?

   —Solo he tenido dos peleas —él respondió sonriendo.

   —Eres un triunfador, si combatieras contra Tim, le ganarías ¿verdad? tú nunca pierdes —comentó Damian, Luke nuevamente sonrió satisfecho.

   —Yo jamás pelearía contra él —le dije al niño jalando a mi Bro del brazo para ir al taller.

   —¿Por qué no pelearías conmigo?—preguntó Luke, liberando su brazo.

   —Por que somos compas —respondí— ¿neta le vas a hacer caso a Damian?

   —Si peleáramos ¿tú crees que me ganarías? —él me preguntó. Mi lenguaje facial me delató, claramente di a entender que lo vencería. Yo era Robin, peleaba contra criminales peligrosos, no siempre había tenido a los mejores maestros, pero desde los seis años entrenaba. Luke se ofendió por mi reacción.

   —Vamos al gimnasio —me dijo con firmeza— resolvamos esto de una vez.

   —Bro, no, no voy a pelear contigo, Damian está metiendo cizaña ¿no te das cuenta?

    Luke pasó su brazo por mis hombros y me llevó varios metros lejos para hablar en privado.

   —Tim, es importante para mí, quiero que pelees conmigo y que vayas en serio, deseo medirme contigo.

   —Luke, no lo voy a hacer.

   —¿Por qué no? ¿es porque no me quieres lastimar? ¿crees que soy tan débil?

   —No, Bro ¿cómo…? no.

   —Bro, te lo pido como un favor, yo siempre vengo a ayudarte, haz esto por mí, pelea conmigo y hazlo en serio, sin medirte, si me tienes que hacer daño, hazme daño.

   —¿Por qué me pides esto? —le pregunté. Se quedó callado unos segundos antes de responder.

   —Yo… mi padre, los dos hacemos trajes tecnológicos para superhéroes, yo sé pelear, soy ágil, tengo años de entrenamiento… —suspira— últimamente he pensado en si yo podría convertirme en un superhéroe como tú, no creo ser muy diferente a ti, tú eres un grande, eres Robin. Es importante Bro, quiero saber si poseo lo necesario o si debo renunciar a esto. Por eso, deseo pelear contigo y que des todo de ti, que seas cruel conmigo, quiero que me demuestres mi lugar, así yo saber donde estoy parado. Te admiro y te respeto, medirme contra ti, sería un sueño hecho realidad y un honor.

   —Bro… —estaba desconcertado, desconocía sus sentimientos, entendía lo importante que esto era para él, realmente no me gustaba herir a la gente, pero si él así lo quería, yo iba a dar todo de mí— vamos al gimnasio.

   Luke y yo nos pusimos ropa cómoda, le presté unos shorts y una playera, él traía jeans y camisa, nos quitamos el calzado, hicimos un calentamiento rápido sobre el tatami. Las reglas eran claras, cualquier cosa se valía, era un combate de verdad, no un sparring, la única prohibición era matar al contrincante, incluso lesionar de gravedad era valido, aunque eso le costara aplazar su pelea de campeonato. Damian era nuestro único espectador.

   Al comenzar la pelea se dejó venir con una lluvia de solidos puñetazos, aunque me cubrí, pude sentir su brutal potencia, hice una patada de barrido y lo derribé, se rodó varios metros y con un salto de resorte se puso en pie, no le di tiempo de afianzar su postura, comencé a atacarlo de inmediato, logré atinarle dos golpes a la cara, él sonrió, bajo los brazos y confiadamente me señaló su mentón, indicándome que lo golpeara, así lo hice, con toda mi fuerza, pero no se aturdió, aprovechó mi asombro para conectar un uppercut que me sacudió la cabeza y me hizo caer bocarriba, comenzó a patearme fuertemente sin tregua. Realmente, este no era un encuentro amistoso.

   Estando en el piso, pateé sus piernas para hacerlo caer de espaldas a mi lado, aproveché para levantarme, en cuanto su espalda tocó el suelo, se incorporó con un salto de resorte. Intercambiamos golpes y patadas, realmente su defensa era sólida, cubría y defendía todos mis ataques, decidí engañarlo, lancé una patada baja al muslo, el flexionó su pierna para defender, pero en vez de patear ahí, eleve mi pierna con un giro y le di una patada de hacha, clavando mi talón en su clavícula, creo que se la fracturé, frunció la cara, se tocó el hombro y bajo totalmente la guardia, continué castigándolo aprovechando su debilidad, le di un golpe en la garganta con el dorso de mi mano, él comenzó a toser, inmediatamente le di un sólido gancho al plexo solar que le sacó el aire, mi Bro cayó de rodillas, no podía respirar, le propine una patada giratoria en el mentón con toda mi fuerza, su cabeza se sacudió, cayó bocabajo, claramente estaba aturdido, el cuerpo no le respondía. Yo no me detuve, él me dijo: “si me tienes que hacer daño, hazme daño… quiero que seas cruel conmigo... que me demuestres mi lugar, así saber donde estoy parado”. ¡Oh Luke! claro que te iba a demostrar tu lugar. Giré su cuerpo, me monté sobre él y clavé mis pulgares en sus ojos, hasta hacérselos sangrar ligeramente, mi objetivo era torturarlo, castigarlo y lentamente quebrar su espíritu, de esta forma se daría cuenta de lo inútil que pueden ser las técnicas deportivas, cuando te enfrentas a desquiciados criminales. Si mi Bro quería ser un superhéroe, yo debía comportarme como un verdadero súpervillano.

   En lo que el se recuperaba, fui hacia un lado del tatami y tomé un bastón de madera, Luke estaba desorientado, cegado y de rodillas, comencé a golpearlo con todas mis fuerzas, caminando con sigilo a su alrededor, sin hacer ruido, incluso movía mi bastón de forma silenciosa, fue una técnica que me enseñó mi maestra durante mi viaje. Mi compa no podía anticipar ninguno de mis golpes, sólo se daba cuenta cuando estos impactaban en su cuerpo. Lo apaleé durante varios minutos, hasta que quedó a gatas, humillado ante mí.

   —¿Ya te quedó claro? lo inútil que es tu entrenamiento ¿crees en verdad que tienes lo necesario para pelear contra criminales? ¡conoce tu lugar! —grité, mientras le daba una poderosa patada giratoria en la cabeza, esperaba terminar con él. La recibió de lleno, más no quedó inconsciente, aprovechó para sujetar mi pie, palpando mi pierna, velozmente llegó a mi entrepierna, antes de que me diera cuenta, me sujetó de los testículos con ambas manos y comenzó a apretar con fuerza.

  ¡Maldita sea! ya valí verga. Comencé a gritar de dolor, intenté retirar sus manos pero me tenía bien agarrado. Mi Bro estaba de rodillas, se acorazó bajando su frente al piso y apoyando su trasero en los talones, por supuesto, jaló consigo mi escroto, esto me hizo arrodillar mientras chillaba como niña, no exagero, yo gritaba de forma aguda, Luke tenía los brazos flexionados cubriendo su cabeza, su cara daba al piso, su posición me impedía atacarlo de forma efectiva, ni siquiera tenía acceso a su lastimada clavícula. Lo golpeé en la espalda, mis esfuerzos era inútiles, el incrementaba más la presión, quería morirme, suplicarle que parara y gritar “me rindo”.

   —Ya valiste madreees, ya valiste madreees, ya te chingooó, ya te chingooó —Damian comenzó a cantar burlonamente mientras se reía. Esto me hizo recobrar la compostura, no me dejaría vencer, no frente a él, no le iba a dar el gusto. En esta situación tan desesperada, solo podía recurrir a una técnica.

   Intenté retirar a Luke empujándolo de los hombros lejos de mí, el presionó su cuerpo hacia mí para contrarrestar mi fuerza, apoyándose en su frente, esto lo hizo arquear el cuello hacia arriba, fue entonces cuando le di un certero golpe con el dorso de mi palma en la nuca, mi Bro quedó tirado, inconsciente en el piso. Su agarre fue tan fuerte, que a pesar de ya no ejercer presión, tuve que mover yo mismo sus dedos y abrir sus manos para liberar mis bolas. Quedé en posición fetal a su lado, sobándome, el dolor no paraba, no me podía levantar. Noté que Luke comenzaba a despertar, con el fin de mantener mi dignidad, como pude me incorporé, inmediatamente me apoyé contra una pared, todavía sujetaba mis testículos. En los espejos que cubrían un muro del dojo me miré, estaba pálido y sudando. Al ponerse en pie Luke, lo primero que hizo fue ir por compresas frías. Yo me arrastré por la pared hasta una banca y me senté en ella.

   —Eres cruel Drake, se supone que es tu amigo y que lo quieres mucho, lo trataste sin piedad. Te subestimé —dijo Damian— Ya no me meteré contigo —agregó enseguida.

   —¿Qué? ¿y ese milagro? —le dije.

   —Me gustan mis ojos, quiero conservarlos. Si tú quisieras me los podrías arrancar —el niño afirmó— yo no podría impedirlo. ¿Dónde aprendiste eso?

   —¿Aprender qué?

  —Todo, golpeaste su garganta con la potencia exacta para no lastimarlo, sus ojos igual, el daño que les hiciste fue temporal, tu forma de caminar con sigilo y usar el bastón sin hacer el más mínimo ruido, hasta tu respiración era imperceptible y el golpe en su nuca, fue perfecto, pudiste matarlo, sabías donde golpear, la fuerza aplicada fue precisa.

   —Antes de ser entrenado por Bruce, viajé por el mundo y tuve buenos maestros —le respondí.

   —De no ser por que sé que es imposible. Diría que fuiste entrenado en la Liga de Asesinos —el niño comentó. Yo me reí a carcajadas, esto me hizo doler más las bolas, así que paré.

   —Te aseguro que no.

   —Ya sé que no —él contestó— sobre entrenarme… tú a mí, está bien, lo voy a permitir, creo que hay cosas que podría aprender de ti —dijo enseguida.

   —¿Hablas en serio?

   —Sí Drake, entréname —él respondió.

   Mi Bro volvió con bolsas de hielo, tenía una en su clavícula, aún no abría bien los ojos, me dio una bolsa para colocarla sobre mi entrepierna. Ahhh, ¡qué rico se sentía! era lo que me hacía falta. Damian se fue a grabar unos videos para sus redes sociales. Luke y yo nos quedamos conversando en el gimnasio durante una hora, en lo que se me pasaba completamente el dolor de mis bolas y Alfred atendía su clavícula. Afortunadamente no fue una fractura, cuando el mayordomo nos dejó solos, decidí preguntar algo a mi compa.

   —Tú tienes genética de negro ¿verdad? —comenté.

   —¿Supongo? —me respondió sonriendo.

   —¿Es cierto que los negros tienen la reata grande, Bro? –pregunté, él dudó un poco antes de responder.

   —Mi mazacuata es grande, no me quejo —respondió— no sé los demás negros.

  —¿Ah sí? ¿cuánto te mide?

  —¿A qué viene esto?

  —Quiero saber si la mía es normal —le respondí.

  —Parada me mide veintidós centímetros —comentó orgulloso— ¡Ya sé! como me ganaste a pelear ¿qué te parece si competimos para ver quien la tiene más grande? —Luke me propuso, él era muy competitivo, efectivamente no le gustaba perder y tenía confianza en su miembro viril.

   —Bro, la mía es chica, mira —le dije poniéndome en pie y jalando la tela de mi short para que se me marcara. Esto lo alentó más, jaja, cayó en mi trampa.

   Fuimos a las duchas anexas al gimnasio, estaban separadas con paredes y puertas, no eran como las regaderas públicas, nos desvestimos para darnos un baño. Efectivamente su trozo de carne era grande, en reposo medía el doble que la mía, su escroto era largo, sus grandes testículos le colgaban muy abajo.

   –Hey Tim, ¿sabes cómo aplaudir sin manos? –él me preguntó y comenzó a sacudir orgulloso su pelvis de un lado a otro, emitiendo con sus enormes genitales un sonido muy parecido al de los aplausos.

   —No mames ¿dónde aprendes eso? –le dije riendo.

   —No te preocupes, la tuya es normal —me dijo colocando su mano sobre mi hombro mientras miraba con lástima mi pene de ocho centímetros en reposo.

   —La competencia es en erección, al salir de bañarnos debemos tener el pene erecto —le recordé las reglas, chocamos las manos y nos metimos a bañar. Mientras me enjuagaba, yo pensaba en Steff y en sus sensuales piernas abiertas, me imaginaba que chupaba su vagina, recordé su aroma, su sabor y su calor, se me paró.

   Al salir, Luke exhibía su enorme verga de veintidós centímetros, esta vez, sus testículos ya no colgaban tan bajo, de igual manera la sacudía de un lado a otro y la sujetaba orgulloso con su mano. Yo me cubría con la toalla hecha bola.

   —Ándale, no seas penoso, ¿entendiste? penoso —él bromeó para alentarme a retirar la toalla. Al hacerlo, se quedó mudo, con los ojos y la boca abierta. Mi pene era dos centímetros más grande que el suyo y muy, muy grueso.

   —¡Verga! —agregó después— ¿Cómo…?

   —Por eso te preguntaba, no es normal que crezca tanto ¿o sí? —dije con fingida inocencia.

   —Es para coger, no para romper los muros de Ba sign se. ¿No lastimas a Steff con ese taladro? —dijo, yo me reí— tienes una anaconda entre las patas, semejante pitón.

   Mi bro se desanimó, perdió dos batallas conmigo, nos secamos y nos vestimos para ir a trabajar en el taller.

   —A que te gano a jugar FIFA —comentó Luke.

   —Wey ¿esa madre qué? ya nadie lo juega —le dije.

   —¿Jugamos? —me preguntó. Como ya había herido mucho su orgullo el día de hoy, accedí.

   Él era el mejor en ese aburrido juego, no me malentiendan, me gusta mucho el futbol, pero ese repetitivo juego... argh, por supuesto que me ganó, lo celebró gritando feliz.

   —Vamos dos/uno —comentó— ahora, veamos quién carga más peso.

   —Bro, tenemos que trabajar en el motor de la Red Bird, no siempre tienes tiempo —le dije.

   —Si no terminamos hoy, te prometo que vuelvo otro día esta misma semana, muevo mi agenda ¿va? ¿vamos al gimnasio otra vez?

   Acepté para compensar la humillación a la que deliberadamente lo sometí en las duchas. Cargamos peso de todas las formas posibles en el gimnasio, él es físicamente más grande y fuerte que yo, no es de extrañarse que me venciera.

   —Vamos dos/dos —dijo Luke, es realmente muy competitivo.

   —Ahora hagamos una prueba de velocidad —le dije— dar la vuelta a la mansión corriendo, el que lo haga en menor tiempo gana.

   —Eres más rápido que yo —dijo él.

   —Igual tú eras más fuerte que yo y accedí a lo de las pesas —respondí—. Sin miedo al éxito papi.

   A regañadientes aceptó intentar ganarme. Como era de esperarse, recorrí el trayecto en menor tiempo. Gané la competencia.

   —Ahora qué sigue ¿en qué más podemos competir? —Luke preguntó sujetándose la barbilla.

   —Bro, ya te gané tres de cinco, yo gané —le dije.

   —Nunca acordamos eso, son cuatro de siete —Damian tenía razón, Luke nunca pierde. Hablando del Rey de Roma...

   —¿Qué hacen? pensé que estarían en el taller —dijo el niño.

   —Estamos compitiendo para ver quien es mejor, vamos tres/dos, ganando Tim, la competencia es cuatro de siete —Luke le explicó alborotando amistosamente su pelo.

   —¿En qué van a competir ahora? —preguntó Damian.

   —Primero vamos a comer ¿no? ya hace hambre —les dije. El niño buscó en su tableta y nos enseñó una publicación en redes sociales de un restaurante, tenían un reto que consistía en devorar una hamburguesa de más treinta centímetros de alto, con todo y papas en menos de quince minutos, si lo hacías, no pagabas. A Luke le brillaron los ojos con ese reto, así que partimos en su auto rumbo a la ciudad, ya teníamos nuestra sexta prueba.

   El niño pidió una hamburguesa vegana, se la sirvieron rápidamente y comió, las nuestras tardaron más en ser preparadas, cuando llegaron esas dos monstruosidades a la mesa, llamamos la tención de toda la gente, voltearon a vernos y sacaron sus celulares, Damian estaba desde antes transmitiendo en vivo, le explicaba a sus “Fanáticos de la sensualidad” lo que estaba pasando, mostró las gigantescas hamburguesas.

   —En esta tardecita de sensualidad, vamos a ver, banda, si mi hermano, Drake “bolas de cristal”, puede derrotar al poderoso, invencible, campeón, pelador de la UFC ¡Luke Fooox! —Damian nos grababa con su celular, Luke mandó un saludo—¿Crees poder vencer a este “inmundo animal”? —Damian le preguntó.

   —Totalmente —respondió Luke con una amplia sonrisa, guiñando el ojo para la gente que lo veía.

   —¿Y tú? “inmundo animal” ¿crees poder vencer al campeón? —me preguntó el niño.

   —Lo voy a intentar —respondí.

   —Coméntenme aquí abajo, “fanáticos de lo sensual” ¿quien creen que gane? —dijo el niño a su celular.

   La competencia comenzó, pedimos agua y botellas de salsa cátsup. A toda prisa comenzamos a comer. Engullí lo más posible, luego cambié mi estrategia para masticar bien, mi mandíbula dolía, llegué a media hamburguesa, Luke y yo íbamos parejos, pero ya no pude seguir, era demasiada comida, no me cupo, me llené, así que paré.

   —Aquí vemos el sensual rostro de la derrota —decía Damian mientras me grababa— la derrota tiene nombre y apellido, se llama Tim Drake, banda. ¿Qué se siente ser vencido por una hamburguesa “inmundo animal”?

   —Debo admitir, que fue delicioso —comenté sonriendo.

   Luke continuó, nadie había completado el reto en tres meses de existencia, mi Bro realmente tenía posibilidades, comenzamos a apoyarlo y gritar para darle ánimo, golpeábamos la mesa con las manos.

   —¡Como los grandes Luke, como los grandes! tú puedes campeón —Damian le gritaba.

   —¡Vamos crack! —yo le decía.

   Quedaban solo dos minutos, mi amigo terminó la hamburguesa, pero todavía faltaban las papás. Quitó la tapa del bote de salsa, bañó las papas, las aplastó con un tenedor y como papilla las engulló rápidamente, justo cuando el empleado paró el cronómetro, mi Bro abrió la boca mostrando que había comido todo el contenido y eructó. Todos en el lugar gritaron emocionados y aplaudieron, felicitaron a Luke, pidieron tomarse selfies con él, también con Damian, los dos eran celebridades. Cuando pedimos la cuenta, el dueño nos dijo que la promoción que habían hecho el niño y Luke al transmitir en vivo por redes sociales era suficiente, nos agradeció mucho, no pagamos ni el estacionamiento. 


    Estábamos tan llenos Luke y yo, que decidimos ir al parque central a caminar para que se nos bajara, él caminaba arqueando la espalda, tenía el abdomen hinchado, estaba indigestado.


   —A ver, haz un mortal —le dije, él se recostó y se rodó por el pasto, quedó bocarriba mirando al cielo, Damian y yo también nos acostamos un rato junto a él, posteriormente continuamos caminando.


   Regresamos a la mansión a las seis de la tarde. Se nos fue todo el día en estar jugando, perdimos el tiempo, la pasé muy bien, fue muy divertido.

   —Vamos tres/tres —comentó Luke— ¿qué hacemos ahora?

   —¡Wey, ya! —le dije—. Bro, tu ganas, ya dejemos esto por la paz.

   —No voy a aceptar una victoria como esa —dijo Luke.

   —Tengo una idea —dijo Damian.

   El niño nos propuso competir para saber quien aguantaba más patadas en los testículos, nosotros nos colocaríamos con las piernas abiertas y él nos patearía, argumentó que era un profesional, que podría golpearnos en el mismo lugar, con la misma potencia, conociendo sus habilidades, sabía que eso era verdad.

   —No lo sé, quiero tener hijos algún día —comentó Luke.

   —Damian ¿hueles eso? es miedo —le dije.

   —¿Tienes miedo Luke? —preguntó el niño— no me vas a decepcionar ¿o sí?

   —Lo que propone Damian no es tan mala idea —le dije— parte importante del entrenamiento para superhéroe es la tolerancia al dolor, estar preparado para cualquier situación. Imagina que el Guasón te captura, te amarra, te quita el traje y te tortura sin piedad, tú tienes que resistir, no te puedes dejar vencer.

   Yo hablaba, recordando lo que pasó Jason. Hace once años en un teatro abandonado, el Guasón me secuestró y me usó para someterlo, amenazando con matarme, yo tenía cinco años. Mi hermano fue torturado y resistió muchos golpes en esa zona para poder rescatarme, tiempo después, durante un entrenamiento cuando tenía nueve, me permitió golpearlo muchas veces con toda mi fuerza, para enseñarme una lección muy importante. Al final, Luke aceptó, subimos a mi cuarto.

   Frente a mi cama, me coloqué con las piernas abiertas, me quité el short, quedé en ceñidos boxers de licra azul. Sin piedad, Damian comenzó a patearme una y otra vez de forma consecutiva mientras contaba. Con cada golpe, yo iba flexionando mis piernas, agachándome cada vez más y cerrando mi compás, nuevamente quería llorar del dolor.

   —Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce…

   No pude más, banda, mis testículos habían sido aplastados en la mañana, no estaba a mi cien, me dejé caer de frente al piso sobando mis bolas y gritando. Damian comenzó a reír. Luego fue el turno de Luke, mi bro también se quitó el short, traía un bóxer amarillo de licra que claramente delineaba su enorme verga en reposo.

   —La tiene más grande que tú —comentó Damian burlonamente— la tienes chiquita Drake.

   —¡Qué te valga verga! —le respondí desde el suelo. Yo sabía que la tenía más grande, pero literalmente, Damian no estaba listo para tener esa conversación, tal vez en un par de años, cuando tenga su primera erección entenderá.

   El niño empezó a patear a Luke de la misma forma, me consta que efectivamente usó igual fuerza, mi amigo soltaba un grito ahogado con cada golpe recibido, observé como se le crispaba de apoco el rostro en una mueca cada vez más pronunciada de dolor, comenzó a gritar cada vez más fuerte y más agudo, ver a un hombre fuerte y musculoso como él, chillando, me daba mucha risa.

   —...doce, trece, catorce, quince, dieciséis…

   Luke cayó al piso gritando, casi queriendo llorar, no se podía ni mover, tardó un minuto en voltearse bocarriba. Damian se colocó unos guantes de box que yo tenía en mi habitación y puso su pie sobre el pecho del campeón, mientras flexionaba triunfante los brazos. Luke dejó de cubrirse, extendió los brazos a los costados, y abrió el compás para declararse derrotado y sometido por el niño, este movió su pie del pecho a su entrepierna.

   —Damian “El Demonio” Wayne, vence al campeón ¡wuuu! —gritaba alegre. Luego puso su pie sobre el rostro de Luke. En ese momento, mi compa comenzó a tener espasmos, sin previo aviso, vomitó en el piso de mi habitación.

   —¡Te apestan las patas Damian! ya lo hiciste guacarear —grité, yo también estaba recostado en el piso, bocabajo, antes de darme cuenta, Luke expulsó más contenido y la basca me alcanzó, tocó mi mejilla, me levanté, quedé sentado, pero me llegó el olor y también vomité.

   El niño no paraba de reír como loco, parecía que iba a escupir el diafragma, brincaba sobre mi cama y golpeaba las paredes, nos había pateado en las bolas al punto de hacernos vomitar. No fue buena idea hacer este reto, después de tragarnos esa monstruosidad. Fue tal el escándalo, que llamó la atención de todos en la casa, el primero en llegar fue Alfred.

    —¿Qué es lo que pasa? —preguntó abriendo la puerta— ¿Por qué tanto…? —el anciano se detuvo en seco e hizo un claro gesto de asco, miró a Luke, luego a mí. Yo me sentía muy abochornado, banda. La reacción de Alfred y mi vergüenza hicieron reír más a Damian, quien se dejó caer sobre mi cama para rodar de risa, en seguida, llegaron Bruce y Katy.

   —¿Qué es lo que está…? —preguntaba Katy, se detuvo al contemplar la escena. Bruce se llevó la palma de la mano a la cara sonriendo, comenzó a reír también, su cuerpo se sacudía de risa, Katy sonrió con benevolencia. Neta banda, yo me quería morir de la vergüenza.

   —Voy por un trapeador y una cubeta —dije poniéndome en pie, lo que quería era huir.

   —Nada de eso amo Tim, yo lo limpio, no se preocupe —dijo Alfred.

   —Pero yo…

   —Amo Tim, usted es la única persona que ha habitado esta casa, que ordena su habitación, lava su ropa y los trastes que usa entre comidas, además, dedica las mañanas de sus sábados para ayudarme con la limpieza general de la mansión. El resto sólo se dan por bien servidos —respondió Alfred mirando a Katy y Bruce— usted despida mientras al joven Fox… antes de que nos ensucie más el piso.

   Mi bro y yo bajamos avergonzados, teníamos las playeras puestas, nos pusimos los shorts, las risas de Damian se escuchaban por toda la mansión. Pasamos al baño a enjuagarnos la boca, lo acompañé a su auto.

   —Fue divertido ¿no? cuatro/tres —me dijo él, yo sonreí.

   —Ganaste, bro, eres un campeón— efectivamente, Luke nunca pierde.

   —Ya no trabajamos en tu motor, perdón Tim —me dijo— te lo compensaré esta semana.

   En ese momento, no sabía lo caro que pagaríamos este día de diversión. Al día siguiente, Batman y yo salimos en una misión para evitar que el Guasón secuestrara al gobernador, todo nos salió mal, un nuevo criminal llamado Capucha Roja apareció. No dejo de pensar, que de haber terminado el motor de la motocicleta, Bruce hubiera llegado a tiempo y este nuevo villano, no se hubiera salido con la suya.

   Antes de que Luke partiera, necesitaba decirle algo, a mí me gustaba que él fuera un chico normal, pero si él deseaba convertirse en un superhéroe, yo no podía ser egoísta.

   —Eres grande Bro, si realmente quieres ser un superhéroe, puedes hacerlo en cuanto lo decidas, no te hace falta nada, tienes todas las cualidades y habilidades necesarias. Eres un crack.

   —No tienes idea lo que significa para mí que tú lo digas —dijo sonriendo— no solo por que eres Robin, sino por que sé que nunca mientes y si tú lo dices, es por que es verdad.

   —Cuando tengas tu propio traje listo, hablaré con Bruce y te recomendaré —le dije.

   —Gracias.

   —¿Cuál gracias? encuérate —le respondí como broma, él sonrió, chocamos las manos, nos abrazamos y nos despedimos.

   —Ahí luego —me dijo antes de subir a su coche.



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