CONTIENE
BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
āEs una puta tan aburrida como Ć©l ādijo Graciela ChacĆ³n. Estaba acompaƱada de su primo Pablo en su propia tienda de reposterĆaā. CerrĆ³ el local y apuntĆ³ todo su dinero a la renovaciĆ³n. Ahora lo ayuda esa puta como asesora. OjalĆ” lo estafe y quede completamente en la bancarrota.
Pablo se riĆ³ y dijo:
āEs un hombre arriesgado. No todos se atreven a apostar su Ćŗltimo recurso econĆ³mico en la renovaciĆ³n de una empresa al borde de la ruina. De hecho no es una buena opciĆ³n en temas de economĆa.
Graciela respirĆ³ hondo.
āVĆctor lo motivĆ³.
āĀæCĆ³mo dices? ĀæQue tu hijo quĆ©?
āĀ”Lo ayudĆ³! ĀæPuedes creerlo? Lo motivĆ³ en apostar todo su dinero en renovar el local y lo entrevistĆ³ con sus suegros para que le hicieran un prĆ©stamo.
āQue buen muchacho es tu hijo. Obvio es su padre harĆ” todo por ayudarlo.
Graciela gruĆ±Ć³.
āDiscutimos fuertemente y, Āæquieres saber lo que me dijo? Ā”Que si seguĆa empeƱada en destruir a su padre me iba a dejar y se iba a vivir con Ć©l! Ā”Se atreviĆ³ a retarme!
Pablo hizo una fuerte carcajada.
āMe contenta muchĆsimo ādijo cuando pudoā, no sabes lo mucho que me emociona que alguien te ponga en tu lugar.
āĀ”CĆ”llate, idiota! āGraciela le dio un puƱetazo en el brazoā. Esas mismas palabras me ha dicho el estĆŗpido de Daniel.
Pablo se burlĆ³.
āTu hijo es Ćŗnico es bien entendido que sacĆ³ tu carĆ”cter fuerte pero la calma y cordura la tiene de su papĆ”. Por un lado mantiene su palabra pero no es violento ni explosivo como alguien por acĆ” cerca de mi.
āĀ”Yo no soy violenta, tonto! āGraciela repitiĆ³ el golpe en el hombroā. Por Ćŗltimo le dije que hiciera lo que le diera su perra gana.
En ese momento apareciĆ³ VĆctor saliendo del Ć”rea de la cocina, iba dirigiendo la salida de un inmenso pastel de bodas que iba cargado por tres cocineros. El joven con pausa los dirigiĆ³ a la salida hasta ayudarlos a subir el exquisito dulce en la camioneta de reparto. Luego entrĆ³ a la reposterĆa.
āEntregarĆ© el pastel a la calle 13 āinformĆ³ cogiendo un paquetito con una decena de cupcakes de arĆ”ndanos con relleno de queso cremaā. Seguido pasarĆ© a la universidad porque una profesora me encargo esto. VolverĆ© mĆ”s tarde. Hay un pastel para preparar que tengo enfriando. Cuando vuelva me encargo de Ć©l.
āHaz lo que quieras ādijo a secas Graciela.
āAdiĆ³s, primo Pablo.
āNos vemos, VĆctor. Que estĆ©s muy bien.
āĀæPor quĆ© tiene que preparar un pastel si tienen empleados? āpreguntĆ³ Pablo cuando volvieron a quedarse los dos.
āTe explico āGraciela se acomodĆ³ en su sillaā, la familia de mi ex esposo siempre ha sido repostera.
āEso lo sĆ© hasta el cansancio.
āY siempre han usado una receta secreta para hacer los pasteles los empleados se encargan del producto final.
āQuiere decir que ademĆ”s de abrir una reposterĆa al frente de tu marido, arruinarlo y demĆ”s, ĀætambiĆ©n le robaste su fĆ³rmula familiar secreta?
āĀ”NO! āGraciela negĆ³ ofendida pero sintiĆ©ndose muy orgullosaā. No lo veas como un robo de fĆ³rmula, porque este negocio a la larga es de su hijo tambiĆ©n. Que lo considere una extensiĆ³n. AdemĆ”s yo no obliguĆ© al tonto de Daniel que me confiara la fĆ³rmula.
āCuanto descaro hay en tus palabras de veras āse rio Pablo.
āĀ”NO SEAS CABEZA DE HUEVO! ādijo Graciela. De pronto se quedĆ³ mirando al horizonte y bajĆ³ la vista enfocando la miradaā. Ā”Pero mira quiĆ©nes estĆ”n ahĆ! Los idiotas aquellos. Ā”Los odio! Ā”EstĆŗpidos! Ā”No me habĆa dado cuenta que estĆ”n allĆ!
Pablo girĆ³ la cabeza mirando a la acera del frente, arriba del local de Daniel, el ex esposo de Graciela, estaba ubicado su departamento y ahĆ habĆa un balcĆ³n con vista a la calle. Pablo sonriĆ³ cuando vio a una pareja conversando animadamente.
āOh, mira. AhĆ estĆ” tu todavĆa amado Daniel.
āĀ”No digas estupideces!
Pablo abandonĆ³ su asiento acercĆ”ndose a la vidriera de la reposterĆa, Graciela lo acompaĆ±Ć³ deteniĆ©ndose a su lado.
āĀæY quiĆ©n es esa mujer con la que conversa?
āEsa yegua es la mujer que lo estĆ” asesorando. A leguas se ve que es una ridĆcula. ĀæHas visto cosa mĆ”s horrible que esa? Observa su cabello.
āĀæSĆ? ādudĆ³ Pablo mirando las facciones de la mujer que charlaba con Daniel, sin llegar a ser bonita era atractiva con aspecto muy pulcro y abundante cabellera, tambiĆ©n tenĆa grandes senosā. ĀæQuieres saber algo, prima? ātras la confirmaciĆ³n, dijoā. Si yo fuera heterosexual tambiĆ©n me dedicarĆa a coquetearle a esa chica como lo hace tu ex.
āĀ”No seas tan bĆ”sico! āGraciela reaccionĆ³ dĆ”ndole un golpe con el revĆ©s de la mano a la entrepierna de Pablo.
āĀ”Ay! āse sobresaltĆ³ el rubio. No fue un golpe fuerteā. Que tonta eres āencorvado se dirigiĆ³ a su asiento seguido de Gracielaā. No entiendo porque te enfureces si ustedes terminaron. ĀæSerĆ” que aplica el dicho donde hubo fuego, cenizas quedan? ĀæEstĆ”s celosa?
Graciela doblĆ³ la boca y dijo un insulto.
āĀæPor quĆ© se divorciaron? Si hacĆan buena pareja.
āPorque la tranquilidad de Daniel me estresĆ³.
Pablo doblĆ³ el ceƱo incrĆ©dulo.
āSĆ āconfirmĆ³ Gracielaā, eso sucede con mucha frecuencia. De repente me despertĆ© aburrida de Daniel y quise terminar todo.
āĀ”Que loco! ādijo Pabloā. Creo que eres muy explosiva, Graci. ĀæCĆ³mo pudiste hacerle eso al guapo de Daniel? Tuvo que sufrir mucho el pobre. Ahora bien, Daniel tan grande y fuerte; parecido a un robusto mastodonte es tan tranquilo y lento.
āMisterios de la vida.
āEn fin, siempre me agradĆ³ āPablo consultĆ³ la horaā, ejemā¦ me tengo que ir antes de que anochezca. Debo pasar por el gimnasio y buscar a David. Me llevarĆ© dos pasteles, para mĆ uno de dulce de leche y para David uno de fresas.
Graciela se dirigiĆ³ a la nevera extrayendo las marquesas. Pablo extrajo algunos billetes de su billetera y entregĆ³ a la mujer.
āAquĆ falta dinero ādijo Graciela.
āSĆ. Estoy pagando el pastel de David, el mĆo lo descuento por el golpe en las bolas que me diste.
āĀ”Tonto!
En el momento que los dos ChacĆ³n salieron de la reposterĆa Daniel tambiĆ©n estaba despidiendo a su compaƱera en la calle. Pablo saludĆ³ al hombre agitando la mano, subiĆ³ a su vehĆculo y se marchĆ³. Graciela se quedĆ³ de brazos cruzados observando como la otra pareja se despedĆa.
āEnvĆa un mensaje por WhatsApp cuando llegues ādijo Daniel despidiĆ©ndose de la asesora con un beso en la mejilla.
La mujer antes de subir a su vehĆculo dirigiĆ³ una mirada de autosuficiencia a Graciela que no le gustĆ³ en lo absoluto. Igualmente encendiĆ³ el automĆ³vil y se fue. Daniel agitĆ³ el brazo mientras el carro se alejĆ³ por la avenida se quedĆ³ mirando a lo lejos.
āĀ”Pareces un completo idiota! āescuchĆ³ a lo lejos a Gracielaā. ĀæQuieres que te busque una cubeta para recoger tus babas? Que bajos has caĆdo Daniel Lombardi.
Daniel la mirĆ³ fijamente despuĆ©s levantĆ³ el dedo medio.
āĀ”Ese dedo te lo puedes meter por el culo para que despiertes, ahuevonado!
Daniel se rio.
āĀæQuĆ© pasa, Graciela ChacĆ³n? ĀæEstĆ”s preocupada porque hundirĆ© tu local o por quĆ© conocĆ a una hermosa mujer?
āĀæHermosa? ĀæHundir? āla mujer cruzaba la avenida para ir a enfrentarse cara a cara con su ex.
āSĆ, voy a resurgir como el ave fĆ©nix.
āĀæHermosa? ĀæNo viste su cara? Esa yegua es horrorosa.
Daniel sonriĆ³.
āĀæHorrorosa? ĀæSĆ? Hay otras que aparentan ser bonitas pero que no abran su boquita, porque son unas completas verduleras, chabacanas. Y encima tienen el alma negra.
āĀ”ĀæTe refieres a mĆ, idiota?!
Daniel riĆ³.
āQue bueno que sin decir nombre ya sabes que eres una chabacana, que saliĆ³ de un arrabal. Ā”Arrabalera!
āEres un completo hijo de perra!
Graciela explotĆ³ cerrando los puƱos para golpear a Daniel en los brazos o pecho. Sin embargo el hombre tuvo una reacciĆ³n que ella nunca se esperĆ³.
āĀ”BASTA! āgritĆ³ Ć©l. La tomĆ³ de los brazos y tomĆ”ndola contra su pecho la llevĆ³ de espalda a la pared, allĆ se miraron a los ojosā. Basta, fiera. Basta, ĀæquĆ© pasa? Estoy harto de esta situaciĆ³n. Ā”Basta!
Graciela jadeo mirĆ”ndolo. Sus ojos se encontraron. Ella respirĆ³ agitada. Daniel tenĆa los ojos puestos en ella, tambiĆ©n sentĆa su respiraciĆ³n cerca de su rostro pero ninguno reaccionĆ³ con mĆ”s violencia.
āĀæTe quedarĆ”s quieta fiera?
Graciela guardĆ³ silencio, querĆa gemir pero su orgullo se lo impedĆa, sin embargo prefiriĆ³ quedarse a merced de Lombardi.
Daniel inclinĆ³ la cabeza contra el cuello de la mujer y la besĆ³. Graciela contuvo el aliento.
Daniel abriĆ³ la puerta de su casa e hizo entrar a Graciela, intercambiaron varios besos y caricias en el vestĆbulo y subieron las escaleras que conducĆan al piso del hombre a toda prisa y tomados de las manos. Cuando llegaron arriba Daniel la colocĆ³ contra la pared, acercĆ³ su cuerpo al de ella y continuĆ³ besĆ”ndola. Graciela no volviĆ³ a pronunciar palabras, solo querĆa ser penetrada por su hombre.
HabĆan olvidado el pasado, sus problemas pero tambiĆ©n el presente y el futuro, ya no importaba el mensaje por WhatsApp de la amiga del pastelero.
Daniel la condujo a su alcoba y empezĆ³ a quitarle la ropa sin dejar de intercambiar apasionados besos y tocarse. Le dio varios besos en los pezones que le hizo soltar un suspiro a una Graciela diferente, a una potra salvaje domada. Daniel Lombardi palpaba su vientre, sus costillas, agarraba sus nalgas y cuando logrĆ³ quitar el pantalĆ³n y la tanga, comenzĆ³ a masturbala sin dejar de besarla tan apasionado que ella ya gemĆa sin pudor. Graciela le mordĆa sus deliciosos labios. DespuĆ©s de un rato Daniel se puso de rodillas y le aplicĆ³ un estupendo sexo oral del que Graciela tenĆa aƱos sin probar.
āĀ”Aaaaah, Daniel, Daniel! āgemĆa Graciela, que bien el pastelero movĆa su lenguaā. Ā”No pares, Daniel, no pares!
Graciela tuvo su primer orgasmo en la boca de Daniel. Cuando Ć©l se apartĆ³ ella estaba baƱada en sudor y exhausta. El hombre comenzĆ³ a desabotonar su pantalĆ³n.
Graciela se mordiĆ³ el labio despuĆ©s de un largo tiempo volverĆa a tener para ella el pene de Daniel.
Y era verdad, el miembro de Daniel no era grande, resultaba pequeƱo pero durante el tiempo de matrimonio Graciela nunca tuvo queja alguna de Ć©l, igualmente la complacĆa. Y Daniel tambiĆ©n sabĆa usar sus manos y lengua para dar placer como ya lo demostrĆ³.
Sin embargo el pene era lindo y grueso. Sin pensarlo dos veces Graciela le devolviĆ³ el favor, se metiĆ³ la verga a la boca como una maestra desde la base hasta la punta. Y empezĆ³ a moverse arrancando profundos jadeos en el varĆ³n.
Daniel la tomĆ³ de sus cabellos mientras movĆa su cadera adelante y atrĆ”s.
Graciela tragĆ³ gustosa la leche de su ex marido.
Luego el varĆ³n la posicionĆ³ en 4 y la penetrĆ³ lentamente.
āAaaah, aaaaaaah. Ā”QuĆ© rico, Daniel, aaaaah. Que rico coges, dame mĆ”s, dame mĆ”s.
En la misma posiciĆ³n invistiĆ©ndola, escupiĆ³ su culo y al sentirlo lubricado sin preguntar le metiĆ³ el pene de golpe
āAaaaaah, dueleeee.
Daniel se inclinĆ³, tenĆa una cara de perverso que contrastaba atractivamente con su carĆ”cter sereno, inteligente y tranquilo. āĀæQuieres que lo saque?
āNoā¦ por favor.. puedo seguir.
āĀ”Pues hay te va todo!
āAaah, dame, dĆ”melo todo, es rico, quiero mĆ”s, quiero mĆ”s, quiero mĆ”s.
āToma, eres mĆa ahora.
āToda tuya, toda tuya, dame, dame mas duro. Aaaaaaah.
Daniel siguiĆ³ bombeando la cadera, su inmenso culo se movĆa adelante y atrĆ”s.
āVoy a acabar āanunciĆ³ā, voy a acabar.
āYo tambiĆ©n, yo tambiĆ©n. AAAH.
āAAAH. Ā”QuĆ© rico!
Las pequeƱas bolas de Daniel subieron y el resto de su semen saliĆ³ expulsado de la verga. La pareja quedĆ³ exhausta sobre la cama, estaban sudados, agotados y llenos de esperma.
Daniel buscĆ³ una toalla y con cuidado se limpiĆ³ al igual que a Graciela. SubiĆ³ su ropa interior negra por sus muslos y se acostĆ³ en la cama junto a su mujer. Ninguno comentĆ³ nada, pero sabĆan que estaban cĆ³modo el uno con el otro debido a los besos y caricias que se intercambiaban.
DespuĆ©s de un buen sexo Daniel siempre sentĆa somnolencia asĆ que no tardĆ³ en quedarse dormido.
Graciela estaba tan tranquila con su cabeza apoyada en el pecho del hombre que cerrĆ³ los ojos y tambiĆ©n se durmiĆ³.
La mujer se despertĆ³ y el cielo por la ventana se observaba nocturno, Daniel todavĆa seguĆa durmiendo. Graciela suspirĆ³ y se acomodĆ³ en la cama observando aquel hombre, el padre de su hijo y a quien amĆ³ por mucho tiempo. LanzĆ³ un suspiro velando el sueƱo profundo de su hombre.
La mirada de la mujer recorriĆ³ de su rostro sereno hasta su pecho.
Lentamente saliĆ³ de la cama. Eso no pudo haber ocurrido jamĆ”s, pensĆ³ ella. No podĆa recaer.
āĀæA dĆ³nde vas? āpreguntĆ³ Daniel estirĆ”ndose y saliendo de la cama.
āMe voy, jamĆ”s debĆ estar aquĆ.
āĀæQuĆ©? Ā”Por Dios, mujer, quĆ©date aquĆ! No tienes nada que hacer afuera.
āNo, me voy. No debo quedarme aquĆ.
āQuĆ©date, Graciela. Ven. No te dejarĆ© ir. Te quedas conmigo.
āĀ”No!
Enseguida comenzĆ³ un forcejeo, Daniel querĆa llevarla a la cama y ella se sintiĆ³ confundida con deseos de irse.
āQuĆ©date conmigo, mi amor.
āĀ”No!
Graciela gruĆ±Ć³ y empujĆ³ el empeine hacia los huevos de Daniel haciendo que chillara de dolor.
Daniel se fue al suelo agarrĆ”ndose las nueces y retorciĆ©ndose. GemĆa de dolor, haciendo muecas divertidasā. Oh, Dios mĆo, ya, ya no me golpees en las bolas.
Graciela sonriĆ³.
Pero nada de eso ocurriĆ³ en realidad. Simplemente pasĆ³ en la mente traviesa de Graciela. Ella se habĆa perdido en sus pensamientos mientras continuaba mirando al hombre dormir en la cama.
En silencio saliĆ³ de la cama sin perturbar el sueƱo de Daniel. Eran las once de la noche, treinta minutos despuĆ©s llegaba a su casa.
āĀæSe puede saber dĆ³nde estabas? āla interrogĆ³ Victor, su hijoā. Me encontraba muy preocupado por ti. La Ćŗltima vez que te vieron fue en la salida de la reposterĆa con Pablo, lo llamĆ© y dijo que no estaba contigo.
āPues tranquilizate, hijo. AquĆ estoy, lleguĆ©.
āĀæDĆ³nde estabas, mamĆ”?
Graciela lo miro a los ojos.
āĀæDe cuando acĆ” las madres dan explicaciones a los hijos? AquĆ estoy, completa. Simplemente conseguĆ una vieja amiga del colegio y me fui con ella. Todo estĆ” muy bien, amorcito. Feliz noche.
Graciela dio un beso a su hijo y se fue a su habitaciĆ³n, despuĆ©s de mucho tiempo durmiĆ³ feliz y relajada.
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