QuizÔs fue una situación de suerte, pero Rafael Chacón logró convencer que tanto su padre como su abuelo aceptaran participar en una competencia generacional entre ellos. En la orilla de la playa se encontraban los tres acompañados de un grupo de curiosos espectadores y del brasilero Caua, quién fue la mente creadora del exótico plan.
Para Caua el apetecible abuelo de Rafael era un hombre que muchas veces lo vio pavonearse por la playa luciendo diminutos y ajustados trajes de baƱos que apenas podĆan contener su inmensa polla y el gigantesco y colgante par de bolas que engendraron 4 hijos (o quizĆ”s mĆ”s, pensaba Caua). Por ello Marcos Chacón estaba ahĆ vistiendo nada mĆ”s que un pequeƱo traje de baƱo, su delicioso pecho se baƱaba con la luz del sol.
A su lado lo acompaƱaba el mayor de sus hijos, el rubio Israel, padre de Rafael. El guapo odontólogo estaba casi desnudo era alto y de tez blanca, sus labios eran carnosos y tenĆa aire de seguridad en la mirada. Usaba un traje de baƱo que formaba un atractivo relieve en su Ć”rea genital. Una inmensa polla se delineaba hacia arriba y un abultado par de bolas se abrazaban con celo a la tela del traje de baƱo.
Rafael tambiĆ©n esperaba, parecĆa una copia mĆ”s joven de su padre, tenĆa su rasgos blancos, cabellos rubio al sol, ojos color blanco y un cuerpo marcado, que sĆ se atrevĆa a hacer mĆ”s ejercicio iba a lograr la tonificación muscular de los muchos hombres de su familia. El tamaƱo de sus grandes bolas lo incluĆan en el linaje del viejo Marcos.
āĀæPor onde comeƧamos? āse burló Caua dirigiendo una mirada a los tres sementales a travĆ©s de sus gafas de solā. Lo mĆ”s justo es que sea en la primera generación, veamos abuelito o que vocĆŖ tem a dar.
Marcos Chacón sacó el pecho y se colocó la manos detrÔs de la espalda.
āEstoy preparado āafirmó con confianza abriendo el compĆ”s de las piernas.
āĀæEstĆ”s seguro, avĆ“? āse rio Cauaā. No creo que esas fĆ”bricas de esperma aguanten mucho. Tu leche debe estar antigo.
āCuando quieras te la doy de tragar para que compruebes āalegó Marcos sintiendo una ola de ira.
Caua esbozó una sonrisa maléfica. A continuación arrojó su pie con tanta fuerza en las bolas de Marcos que el señor abrió los ojos como platos mientras soltaba un grito y se doblaba sosteniendo su ingle. Caua se quedó con las ganas de escuchar su declaración de derrota.
āYa te rendirĆ”s, abuelito ādeclaró moviĆ©ndose al frente de Israelā. Veamos que tiene para mostrar el papi del aƱo ālo agarró de las bolas, haciĆ©ndolas rodar entre sus dedos. Israel no pudo controlar su gemido. Caua lo miró a los ojos y apretó los grandes huevos. Los ojos de Israel se abrieron, mientras el brasilero hacia un juego de bocina con las bolas, apretĆ”ndolas, soltĆ”ndolas y volviĆ©ndolas a apretar en un ciclo. El dolor de Israel se vio claramente mientras se ponĆa de puntillas. Caua estuvo a punto de correrse en su ropa interior al ver a Israel chillar de dolor. Israel apretó las muƱecas del brasilero tratando en vano de que liberara sus doloridas bolas.
āĀ”Mis bolas... auch... no! Ā”Mis bolas⦠ugh! āIsrael se metió el puƱo derecho en la boca para evitar gritar.
Finalmente soltó las bolas de Israel y el odontólogo se hizo un ovillo.
āĀæVocĆŖ jĆ” desiste? āle consultó.
āNo me rindo āgimió Israel completamente acurrucado.
Caua se rió, palmeó al padre de su amigo alegremente en la espalda y paso al turno del alto Rafael.
Caua estaba listo para atacar y asà fue como su pie derecho se clavó directamente en el escroto de Rafael.
Rafael gimió cuando los dedos de los pies de Caua se hundieron profundamente en el centro de sus testĆculos maltratando a ambos.
Rafael se inclinó sosteniendo sus huevos.
āHijo de puta āmurmuró el muchacho con poca fuerza en la voz.
Caua simplemente se echó a reĆr y caminó detrĆ”s de los sementales.
āEs el turno del abuelito āanunció.
Marcos Chacón se llevó las manos a la cadera y desvió la mirada al cielo. El brasilero se echó a reĆr con mala intención y pateó las bolas de Marcos Chacón desde atrĆ”s.
La boca de Marcos se abrió en forma de 'O' sin emitir algún ruido, sus ojos se llenaron de lÔgrimas y su cuerpo saltó en el aire.
āĀ”Mis pelotas! āpudo finalmente decir antes de caer arrodillado frotĆ”ndose los testĆculos y haciendo mĆŗltiples gestos de dolor con su rostro.
āĀæQuĆ© hay de ti, semental? āpreguntó Caua mirando fijamente a los ojos de Israel.
El rubio odontólogo se preparaba a dar una respuesta, cuando la rodilla derecha del brasilero se levantó en contra de su entrepierna deformÔndole los huevos de golpe. Todo el aliento de Israel abandonó su cuerpo y se sintió completamente dolorido. Caua aprovechó para martillar repetidamente las bolas de Israel con su rodilla dos veces mÔs hasta que el odontólogo se desplomó en el suelo.
Caua se estiró para concentrarse en su amigo Rafael, que gemĆa lleno de terror. Se agachó sobre sus pies, Rafael lo miró desde lo mĆ”s alto y sintió miedo. Su ojos soƱadores se desviaron al cielo como el gesto que habĆa hecho su abuelo. Al final, Caua apretó el puƱo y lo chocó con fuerza en la entrepierna del rubio Rafael, rompiendo sus bolas contra la pelvis de un uppercout.
āĀ”Mmmmmmmpppph! āRafael emitió un raro ruido y se dobló agarrĆ”ndose las bolas con ambas manos.
āBastante fuertes os homens Chacón. ĀæQuiĆ©n serĆ” el primero en rendirse? ācomentó Caua plantĆ”ndose al frente de Marcos.
El abuelo de Rafael recibió una patada en las bolas que le batió la leche y le renovó un nuevo y fuerte dolor corporal.
Marcos gritó y lanzó un horrible insulto sobre la madre del brasilero, quedó con las rodillas en la arena, una mano acunando sus bolas y la mano derecha apoyĆ”ndose para poder estabilizarse. Amasó sus testĆculos lentamente.
āHola āsaludó Caua apoderĆ”ndose de los testĆculos de Israelā, es tu turno, semental ācon eso aplastó las dos bolas del odontólogo.
Los ojos de Israel se cerraron en la euforia del momento. Caua lo soltó de las bolas.
āMis pelotas āgimió Israel. Se dobló agarrĆ”ndose los huevos con una mano y apoyĆ”ndose en una rodilla con la otra mano.
Con una sonrisa maligna Caua se presentó a Rafael, su amigo como todo un valiente colocó sus manos tras la espalda y tragó saliva, se veĆa estoico. Caua retrocedió y golpeó a Rafael en las bolas de una patada. El aire de los pulmones de Rafael Chacón salió disparado como un globo reventado. Apenas podĆa respirar cuando sintió que le pateaban las pelotas por segunda vez.
Rafael cayó en la arena retorciĆ©ndose, se agarraba las bolas con ambas manos y no podĆa dejar de gemir de dolor, sus gónadas palpitaban. ParecĆa un gusano en la arena.
āĀæYa te rindes, Rafael?
āNo ārespondió el muchacho con un tono dĆ©bil.
āĆ a sua vez, avĆ“ āCauca se sentó entre las piernas de Marcos Chacón y comenzó a jugar con la cabeza del pene del abuelo Chacón con su dedos pulgar e Ćndice.
āĀæQuĆ© haces, maricón? āprotestó Marcos. Enseguida se ruborizó cuando se le escaparon dos gemidos.
Los dedos de Caua se movieron rĆtmicamente hasta que las caderas de Marcos comenzaron a moverse adelante y atrĆ”s ante el toque del brasilero. Cuando Marcos sintió que estaba en el cielo del placer y su pene se erectó de una manera grotesca, sensual y grosera (humedeciendo con la cabeza la tela de su traje de baƱo), recibió una palmada en las bolas que lo hizo gritar y retroceder doblĆ”ndose.
āĀ”Eres un pillo, cabrón!
Caua simplemente se echó a reĆr. Se levantó y pasó al turno de Israel.
Tras recibir una sólida patada en las bolas que elevó sus pies del suelo y le desfiguró de dolor el rostro. Israel cayó al suelo rindiéndose y retorciéndose agarrÔndose las bolas.
āĀ”Jugador eliminado! āCaua imitó la voz de una popular serie de streaming. Observando como Pablo y Simón arrastraban a su hermano fuera del cĆrculo de competenciaā. Solo quedan dos.
āAbuelo, no tienes que hacer esto ādijo Rafael con mirada y tono de preocupación.
Marcos lo miró con desaprobación y respondió.
āĀ”No seas tonto! No me tengo que rendir. Mis huevos son mas duros que los tuyos, cabroncito.
Rafael se echó a reĆr.
āĀæEstĆ”s seguro, abuelo? Los mĆos son mĆ”s jóvenes.
āJóvenes y tiernos. Los mĆos maduros y macizos.
āEso lo comprobaremos āindicó Caua frotĆ”ndose las manos, recogió los testĆculos de Rafael y los hizo rodar entre su mano izquierda, mientras que su derecha se metió dentro de la ropa interior de su amigo y comenzó a acariciar su polla.
Rafael sintió una oleada de placer proveniente de su pene y justo cuando comenzó a tener lĆquido preseminal, Caua soltó su polla; apretó sus grandes pelotas y las estiró como si las fuera a llevar a las rodillas. El miedo de Rafael marcó su rostro. El dolor proveniente de sus bolas fue peor que nunca con un grito largo y doloroso. AsĆ expresó a todos la agonĆa que sentĆa.
Cuando fue liberado cayó de culo frotÔndose la ingle.
Caua se echó a reĆr y pasó a Marcos Chacón.
Comenzó a golpear sus huevos como si estuviera tratando de ablandar un trozo de carne. Golpe tras golpe. Marcos resistió cada embestida en sus gordas bolas, emitĆa gritos, gruƱidos, rugidos, una pelota de baba escapó de su boca. Finalmente resistió su turno.
Cansado de torturar las bolas de Marcos Chacón y dejĆ”ndolo gimiendo en un umbral de dolor en el suelo blasfemando y con lĆ”grimas en el rostro, Caua hizo caer el traje de baƱo de su amigo a los tobillos y comenzó a hacer rodar las bolas de Rafael muy levemente entre sus dedos de un lado a otro. Rafael se mordió el labio inferior y bastante lĆquido preseminal salió de la hendidura de su polla. El malvado brasilero escupió sobre la cabeza del pene de Rafael y empezó a acariciarlo gozando de su erección.
āĀæCrees que ya has tenido suficiente dolor, amigo? āle preguntó a Rafael y apretó sus grandes huevos hasta que Rafael jadeó y sacudió sus cadenasā. ĀæTe gusta la paja que te hago, amigo? āinterrogó acelerando la mano sobre el falo de Rafael.
El chico rubio no pudo contenerse mĆ”s, su cadera se movió adelante y atrĆ”s, al mismo tiempo que su rostro denotó de placer. Entonces eyaculó una y otra vez. Caua le apretó las bolas mientras rĆos de semen escapaban de los testĆculos de Rafael.
Caua se separó de su amigo limpiÔndose las manos en su propio bañador mientras Rafael se arrodillaba con la polla liberando leche sobre la arena.
āEres un pervertido āse escuchó decir a Marcos Chacón con semblante serio. Se puso rĆgido con las manos detrĆ”s en la espalda.
āĀæPervertido? āse rió Cauaā. ĀæQuiĆ©n quiere demostrar que tiene mejores testĆculos que su hijo y nieto?
No le dio tiempo de réplica a Marcos Chacón cuando elevó una patada contra sus grandes toronjas que se las aplastó con tanta fuerza contra su hueso pélvico. Los ojos de Marcos se desorbitaron y en estado de shock se derrumbó frotÔndose las bolas.
āĀæTe rindes, abuelo? āquiso saber Caua.
āĀ”No! āgimoteó Marcos.
āJa, ja, ja. Pervertido. Es tu turno, Rafael.
El joven rubio estaba de pie, un poco encorvado sintiendo sus bolas palpitar. HabĆa dejado de eyacular, pero su cuerpo y pene desprendĆa un fuerte olor a semen. Sus manos estaban empegostadas de su lĆquido viril y sus restos de leche se secaban como un gran pozo en la arena.
Caua colocó sus manos sobre los hombros de Rafael, con la rótula separó los muslos de su amigo. El cuerpo del rubio tembló de miedo cuando la rodilla del brasilero se echó hacia atrÔs y subió con fuerza contra sus melones.
āĀ”AAAAAAAAAAAAAAAAAH! āRafael retrocedió con los ojos abiertos como platos, se agarró las bolas con ambas manos y sus piernas temblaron. Incapaz de sostenerse cayó en la arena acurrucĆ”ndose. Cuando Caua le preguntó si se rendĆa dudó en responder, luego de tres repetición de la pregunta afirmó seguir participando.
āMarcos Chacón āsonrió Caua.
El apuesto señor ya estaba de pie, su dolor testicular le provocaba muecas de dolor en el rostro. Sus manos estaban a ambos lados de la cadera. Sintió miedo cuando Caua tomó posición para también clavarle un sólido rodillazo en los huevos.
ā”””AAAAAaaay!!! āgritó Marcos cuando la rodilla de Caua le aplastó ambas bolas con toda la fuerza que pudo reunir. Caua volvió a embestir su rodilla deformando de golpe los cojones de Marcos en su pelvis. Sus ojos se llenaron de lĆ”grimas y se echó a llorar sobre la arena. Cayó de costado frotĆ”ndose ambas gónadas haciendo varios gestos de dolor.
āĀæTe rindes, abuelito? āquiso saber Caua.
āS⦠s⦠s⦠āa Marcos le costaba hablar de tanto dolor que sentĆa en las pelotas. Tomó fuerza y respondióā. Ā”SĆ!
Hubo respuestas de asombro entre varios de los espectadores. Era prĆ”cticamente la primera vez que el gran patriarca de la familia con los testĆculos mĆ”s grandes de todos se rendĆa, no estaba acostumbrado a escucharse su declaración de derrota. Lo mejor de todo fue el gesto de alegrĆa de Rafael quien estaba sentado en la arena con una mano sobre sus bolas. Sintió orgullo de ser el primero en la familia despuĆ©s de mucho tiempo en ganarle una partida testicular a Marcos Chacón.
āĀ”Tenemos un ganador! āanunció Caua con jubiló. Se acercó a su amigo y levantó un brazo al aire. Rafael se puso de pie emocionadoā. AsĆ vemos como la nueva generación vence al otoƱal abuelo.
āNo seas ridĆculo āafirmó Marcos. TodavĆa seguĆa de costado en la arena. Con los ojos cerrados y una mano dentro de su traje de baƱo acariciando sus grandes toronjas. Una sonrisa se dibujó brevemente en su rostro por Rafael.
āĀ”El joven que derrotó la leyenda! āseguĆa burlĆ”ndose Caua celebrando la victoria de Rafael.
El guapo Israel se plantó al otro lado de Rafael y le alzó el brazo cuya mano acariciaba sus gónadas.
Rafael reĆa pese a su dolor de huevos. Vio como Marcos Chacón era ayudado a levantar por Pablo y Simón. Mientras se iba su abuelo le guiñó un ojo.
āĀ”Rafael el destroza leyendas! ācontinuaba Caua divirtiĆ©ndose.
Amo este tipo de historias, eso de batallas entre generaciones, ver quien tiene los huevos mÔs duros de la familia me prende mucho, esa rivalidad familiar no tiene comparación, esta excelente, y estoy feliz que Rafael ganó, el es mi Chacon favorito y me gustó ver que sus huevos resistieron tanto castigo
ResponderBorrarMuchas gracias.Sin duda alguna Rafael seguirÔ soportando dolor en sus huevos como digno Chacón en los próximos relatos
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