REBELDE (8/?): Atom Smasher - Las Bolas de Pablo

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25 nov 2022

REBELDE (8/?): Atom Smasher


        En la cima de una montaƱa en SudamĆ©rica, mirando a las nubes, admirando el paisaje, me pongo a sollozar. Me siento triste, soy un inĆŗtil que no sirve para nada, incapaz de derrotar y follar a otros sĆŗper-humanos. VolvĆ­ a fallar, solo que esta vez lo perdĆ­ todo. No pude follar con Shazam, ni con Black Adam, pero por lo menos en aquellas ocasiones no fui follado y no se me arrebatĆ³ la energĆ­a sexual que yo ya habĆ­a reunido. Esta vez fue diferente, se me ocurriĆ³ enfrentar a Atom Smasher y perdĆ­, me follĆ³ y ahora, he vuelto a cero. Soy el chico de a cero.


      Me pregunto si serĆ© capaz de volver a empezar y si lograrĆ© reunir mĆ”s energĆ­a sexual de la que Jason ya debe tener. La culpa es de ese maldito Robin, el cual ni siquiera conozco, sin embargo, lo veo burlĆ”ndose de mĆ­ en este momento. Creo que debo renunciar a este mi objetivo, Billy tiene razĆ³n, quizĆ” no sirvo para esto. Susurro mis pensamientos para mĆ­ mismo y lĆ”grimas escurren por mis mejillas.


     —No digas eso —dice una voz a mis espaldas, es Superman. Su presencia resplandece con el sol a sus espaldas como un rayo de genuina esperanza. Yo, al instante me seco las lĆ”grimas con las manos—. Cierto es, que no le veo sentido a esta rivalidad que tienes con Robin, pero, tĆŗ no eres un inĆŗtil Conner.  Si ese es tu objetivo, no deberĆ­as renunciar a Ć©l, al menos no por las razones equivocadas.


      —Estoy harto de cĆ³mo ese murciĆ©lago te trata a ti y de cĆ³mo Robin tratĆ³ a Nightwing, yo querĆ­a demostrar… yo… no sĆ© ni que quiero —digo encogiĆ©ndome de hombros y abrazando mis piernas con los brazos. El trasero me duele mucho, pero lo ignoro, ya pasarĆ”, el sol amarillo hace su trabajo.


      —Lo que pase conmigo y con Bruce, no debe afectarte, tĆŗ nada tienes que ver. Te voy a pedir que lo dejes ir —comenta Superman sentĆ”ndose a mi lado y abrazĆ”ndome con un brazo—. Bruce no me lo dice, pero estoy seguro de que hay una buena razĆ³n detrĆ”s de su comportamiento.


      —¡El tipo es un sĆ”dico!



    —Por suerte, yo poseo un cuerpo kryptoniano que se puede permitir ser masoquista —comenta Superman—. No te contĆ© los problemas que tengo con Ć©l, para que lo tomaras como tu batalla personal. Me disculpo si eso ocurriĆ³. Conner, dĆ©jalo ir, de mi parte, dĆ©jalo ir. Aquella vez, tĆŗ me diste consuelo a mĆ­.


       —Ahora hay un Robin suelto siguiendo los pasos de su mentor. Y yo, no puedo hacer nada. 


       —PodrĆ­as dialogar con Jason. A lo mejor Ć©l no es tan malo como tĆŗ crees.


       —¡JamĆ”s! No me voy a rebajar, yo soy Superboy. Que sea Ć©l quien venga.

 

       —Ja, ja, ja, Conner. Si no fueras tan terco y orgulloso. Ɖl seguramente ni en cuenta estĆ” de su rivalidad.


—Mejor, asĆ­ lo tomarĆ© por sorpresa. Es algo que no se espera.


—Ja, ja, ja, ay Conner, Conner ¿QuĆ© voy a hacer contigo? Mejor cuĆ©ntame, ¿quĆ© fue lo que te ocurriĆ³? ¿QuĆ© fue lo que hiriĆ³ tu autoconfianza? —pregunta presionando con su mano mi hombro.


      Yo, a grandes rasgos le cuento mis aventuras con Shazam, oculto algunos detalles para no revelar su identidad secreta. En seguida procedo a contarle lo que fue mi dĆ­a y la razĆ³n de mi tristeza. Ɖl, totalmente atento, me escucha.


         Tras mi vergonzoso encuentro con Black Adam, decidĆ­ regresar a Khandaq, no sabĆ­a para quĆ©, me quedĆ© a orillas de la frontera, en el desierto, en el lugar exacto donde el dĆ­a de ayer me habĆ­a reunido con Shazam. Estaba paralizado, querĆ­a recobrar mi orgullo, pero al mismo tiempo sabĆ­a que no contaba con la energĆ­a para hacerlo. Me disponĆ­a a irme corriendo a toda velocidad, cuando una voz me llamĆ³ a mis espaldas.


      —Parece que tĆŗ no aprendes.

 

      GirĆ© mi cabeza y me encontrĆ© con Albert Rothstein, Atom Smasher. Un hombre cercano a los treinta aƱos, quien es capaz de cambiar su densidad molecular, lo cual le otorga alta resistencia, superfuerza, y por supuesto, su famosa habilidad de convertirse en un gigante de fĆ”cil, 20 metros. 



      —La perra de Black Adam llegĆ³ —respondĆ­ confiado.


      —SegĆŗn supe, hay una nueva perra en la ciudad —respondiĆ³ Ć©l, barriĆ©ndome con la mirada de arriba a abajo. 


       —No vine buscando problemas.


       —¿Ah no? Entonces, ¿quĆ© haces aquĆ­ en primer lugar? ¿Quieres que Ć©l te folle? ¿Quieres ser su puta? —Albert comentĆ³ refiriĆ©ndose a Black Adam.


       —Yo no quiero problemas, ni contigo... ni con tu novio.

 

       —Huye pues, cobarde. Sabes que tĆŗ jamĆ”s podrĆ­as vencer esto —Albert flexionĆ³ sus dos poderosos brazos y abriĆ³ las piernas para exhibir al frente su bulto. Su traje es color rojo con azul y cubre todo su cuerpo, excepto los brazos, y en este momento, su rostro.


       Yo lo mirĆ© con detenimiento; su piel morena clara, ojos cafĆ©, cabello oscuro y hermosa sonrisa; porque el tipo sĆ­ que es muy apuesto; y su gran bulto sobresaliendo entre sus piernas; nada de eso me tornaba sumiso.


Me acomodĆ© tambiĆ©n en pose para mostrarle cĆ³mo deben lucir los genitales de un hombre. Ɖl no doblĆ³ las rodillas, ni se relamiĆ³ los labios al apreciarme. Eso me indicaba que Ć©l y yo, en aquel momento, tenĆ­amos la misma energĆ­a sexual. Definitivamente, Albert era una presa que estaba a mi alcance para follarlo, o eso creĆ­.



      Con mi super velocidad, yo le di un puƱetazo directo en sus bolas. Ɖl ya habĆ­a cambiado la densidad de su cuerpo, blindĆ³ sus genitales, mis nudillos se golpearon contra algo muy duro.

 

      —¡No me hagas reĆ­r, niƱo! No hay golpe tuyo que pueda hacerme daƱo, mi piel es mĆ”s fuerte que el acero —comentĆ³ confiado, abriendo las piernas y los brazos para retarme a atacarlo.


      Con mi super velocidad golpeĆ© cada parte de su cuerpo sin resultado de daƱo alguno. Me dediquĆ© a golpear su abdomen y entrepierna, mis impactos lo arrastraron, hundiendo sus pies en la arena, pero el sujeto no sufrĆ­a daƱo alguno. Entre mĆ”s pequeƱo es Albert, mayor es su resistencia; a mayor tamaƱo, es mĆ”s difĆ­cil para Ć©l blindar su cuerpo con la misma dureza. Si yo continuaba golpeĆ”ndolo, Ć©l eventualmente se quebrarĆ­a.


      Fue asĆ­ como Ć©l me tomĆ³ del cuello por la espalda, mientras yo lo atacaba, me confiĆ© demasiado. ComenzĆ³ a crecer, multiplicando su fuerza y haciendo mĆ”s potente su agarre, no creciĆ³ mucho, quizĆ” unos seis o siete metros, pero eso le bastĆ³ para mostrar su superioridad, con ese tamaƱo, Ć©l todavĆ­a era capaz de blindar su cuerpo. Yo me vi incapaz de atinarle algĆŗn golpe; no vuelo, asĆ­ que no tenĆ­a como hacer fuerza en el aire.


—TĆŗ te habrĆ­as elevado junto con Ć©l —comento a Superman.


—Desde el cielo lo hubiera arrojado contra el suelo —responde el hĆ©roe mĆ”s poderoso del mundo.


      TratĆ© de lanzar rayos de calor, Ć©l tenĆ­a mi cabeza bajo su control; aplaudir y hacer alguna onda sĆ³nica; soplar y congelarlo; nada funcionĆ³, me sentĆ­ muy impotente. Se bajĆ³ los pantalones y con sus enormes dedos Ć­ndice y pulgar bajĆ³ tambiĆ©n mi pantalĆ³n y ropa interior, todo lo arrojĆ³ al suelo. Fue entonces, cuando me enterrĆ³ su largo y grueso miembro viril que fĆ”cilmente era tan grueso como mi musculoso brazo, hasta el fondo.


      SentĆ­ cĆ³mo rasgaba las paredes de mi culo y algunos Ć³rganos internos cambiaron su posiciĆ³n. Es entonces que comenzĆ³ a subirme y bajarme, como si yo hubiera sido un mero juguete sexual masturbador, todo mi cuerpo era un funda para su enorme falo. Yo me volvĆ­ sumiso, perdĆ­ mi voluntad de pelear y simplemente permitĆ­ que Ć©l hiciera lo que quisiera conmigo. 


     Inexplicablemente, mi propia verga se encontraba levantada y goteando lĆ­quido pre seminal, creo que la idea de saberme rendido entre las manos de un gigante y ver sus enormes genitales, fue lo que me excitĆ³. Finalmente, me inundĆ³ con litros y litros de semen, el cual se desbordaba por mi culo herido.

     Para terminar, estimulĆ³ mi miembro viril con sus dedotes hasta hacer brotar de Ć©l, tambiĆ©n litros de semen. Me levantĆ³ sobre su cabeza, girĆ³ su rostro al cielo y bebiĆ³ toda mi leche. Me tratĆ³ como si yo hubiese sido un pequeƱo envase de tetra pack, y mi pene un pitillo. Cuando ya no salĆ­a nada de mi miembro viril, Ć©l simplemente cerrĆ³ su puƱo, exprimiĆ©ndome y me arrojĆ³ al suelo como basura. AhĆ­ me quedĆ© un par de horas, sanando mi ano con los rayos del sol, luego me viene aquĆ­.


     —Por eso me siento como me siento, soy un inĆŗtil que no puede vencer, ni follar a nadie que no sean mis amigos, amigas o familia, gente que de cierta forma me da su consentimiento. 


     —No tienes que convertirte en un abusador, ni quiero que lo hagas —comenta Superman—. Es mil veces mejor intercambiar energĆ­a, que robarla y acumularla… sin embargo…


    —¿QuĆ© cosa?


    —SegĆŗn me lo cuentas, tĆŗ no fuiste a buscarlo, Ć©l te encontrĆ³ a ti —Afirma Superman.


    —¿Y eso quĆ©?


    —No era algo para lo que estuvieras listo o fueras con un plan, tĆŗ no te lo buscaste.


    —¿Y eso quĆ©? —vuelvo a preguntar con hartazgo.


    —No podemos permitir que el honor de la Casa de El, se vea ultrajado —Superman se pone en pie—. ImagĆ­nate que Albert vaya por el mundo diciĆ©ndole a todos que te follĆ³ como… perdĆ³name la expresiĆ³n… una puta barata. Eres un kryptoniano, eres mi familia, el nombre de toda la Superfamilia y lo que representamos estĆ” en juego.


      —No querrĆ”s decir que…


      —SĆ­ Conner, vamos a buscar a ese cabrĆ³n, y lo voy a hacer pagar por lo que te hizo —comenta Superman, mirĆ”ndome con los ojos completamente encendidos—. Una cosa es que todos sepan que yo mantengo una relaciĆ³n peculiar con Batman, Ć©l es Batman despuĆ©s de todo. Otra muy diferente, que cualquier otro ser en este planeta se sienta con el derecho de humillar a un kryptoniano.  


       Superman me lleva volando sobre su espalda hasta una regiĆ³n en medio oriente, cerca a Khandaq, tambiĆ©n en el desierto, me deja en una pequeƱa zona rocosa y procede a atacar a Atom Smasher. Yo utilizo mi super visiĆ³n y mi sĆŗper oĆ­do para verlo todo a cinco kilĆ³metros de distancia. Clark desciende imponente frente a Ć©l. 


        —Tengo entendido que el dĆ­a de hoy tuviste un enfrentamiento con Superboy —dice mi mentor.


        —Ɖl se lo buscĆ³ —responde Atom Smasher, claramente desea evitar un enfrentamiento con el hombre de acero. 


        —No, Ć©l no se lo buscĆ³. TĆŗ sacaste ventaja de su situaciĆ³n. TĆŗ ya eres un hombre, Ć©l es casi un niƱo. DeberĆ­as meterte con alguien de tu tamaƱo.


        Atom Smasher abre el cierre en su traje y expone frente a Superman su genitales, incluso se da el lujo de crecer a ocho metros para mostrar una polla gigantesca y un par de pelotas colgando. Fue casi imperceptible, pero yo lo notĆ©, las piernas de Superman flaquearon. Era claro que despuĆ©s de cogerme, Atom Smasher poseĆ­a una energĆ­a sexual superior a la de Clark. 


—No creo que exista alguien de mi tamaƱo. DoblĆ©gate ante mĆ­ Superman, yo sĆ© que deseas con vehemencia, mi gran verga —responde Albert sacudiendo sus colosales genitales.

Atom Smasher sin su traje

       Lo que pocos saben es que no existe en este planeta, alguien con mayor autocontrol que Superman. Toda la vida creciĆ³ ocultando sus poderes, conteniĆ©ndose para evitar ser descubierto o daƱar a la gente en su entrono. Las primeras veces que follĆ³ con Luisa, lo hizo con extremo cuidado. Clark Kent es el dueƱo de su mente y de sus deseos. Puede sentir inmensa excitaciĆ³n sexual, pero es capaz de reprimirla, controlar sus impulsos mĆ”s primitivos y enfocarse en lo que realmente importa. Hay que recordar que en esta vida, no todo es sexo, constantemente vemos gente en la calle que puede atraernos e incluso volvernos sumisos, y no por eso sucumbimos a nuestros mĆ”s sucios pensamientos. La voluntad de Superman tambiĆ©n es de acero. 


       Clark se eleva en el aire atacando a distancia con rayos calĆ³ricos. Esto provoca que, en su intento de golpear a Superman, Atom Smasher crezca, de a poco, hasta alcanzar unos cuarenta metros de altura. Entre mĆ”s grande es, su invulnerabilidad se reduce. Es entonces cuando mi mentor comienza a golpear sus testĆ­culos sin parar, utilizando su super velocidad. La acumulaciĆ³n de cientos de golpes en un solo segundo en ambas pelotas de por lo menos un metro de diĆ”metro, fue lo equivalente a un muy potente puƱetazo.




      Albert grita, se agacha protegiendo su hombrĆ­a, de inmediato cae de rodillas. Su pesado ser hace retumbar el suelo ligeramente hasta donde yo me encuentro.  En seguida, Clark repite el castigo, pero esta vez lo hace a su mentĆ³n; le propina una infinidad de golpes al mismo tiempo, elevando su cabeza, haciĆ©ndola rebotar hacia atrĆ”s. Era claro que el enorme ser de cuarenta metros estaba aturdido. 


        Clark se aleja algunos kilĆ³metros y toma impulso para golpearlo con los pies por delante, de lleno en el pecho. El impacto creĆ³ una onda expansiva que provocĆ³ una nube de arena. Atom Smasher yace tendido boca arriba e inconsciente. 


    Superman mira en direcciĆ³n a mĆ­ y me llama con el brazo, yo acudo corriendo. 


     —Listo, ya estĆ” hecho, puedes follarl… —antes de que Ć©l termine de decir algo, yo ya me encuentro adorando sumisamente su gigantesca polla, la cual es quizĆ” mĆ”s grande que yo.


      Veo a Clark rotar los ojos hacia arriba con molestia. Me toma de un brazo, me hace girar en el aire a gran velocidad y me estrella directo contra los enormes testĆ­culos de Atom Smasher. Sus bolas sirven como gigantescas almohadas que amortiguan mi caĆ­da. El hombre gruƱe al sentir el dolor, pero permanece aturdido.


      Haberlo golpeado en las bolas con todo mi cuerpo, me ayudĆ³ para ya no estar sometido sexualmente a Ć©l. Clark y yo lo volteamos bocabajo y desgarramos su traje.


      —Bueno, ya sabes quĆ© hacer —dice Clark.


      —Pero Ć©l estĆ” enorme —comento mirando a mi erecto pene de solo 20 cm—. Su larga polla flĆ”cida es como del tamaƱo de mi cuerpo completo.


    Superman solo me mira fijamente con las manos en la cintura, esperando a que haga, lo que yo tenĆ­a que hacer. No voy a describir lo que fue, pero supongo que ya se lo imaginan. ¡Mentira! SĆ­ les voy a decir: Superman se encargĆ³ de seguir golpeando por detrĆ”s, entre sus colosales muslos, sus gigantescas bolas para hacerlo despertar. Es muy importante que el sujeto estĆ© consiente, de lo contrario, la energĆ­a sexual no se transmite. 


    Al despertar, Atom Smasher se lleva las manos a la entrepierna, estando bocabajo, esto hace levantar su culo. Frente a Ć©l, en la arena se encuentra Superman, con los brazos cruzados, mirĆ”ndolo, ejerciendo su dominio.


  —Si no viene tu "papito" a ayudarte, no habrĆ­as podido contra mĆ­, tremendo maricĆ³n —dice Atom Smasher mirandome de reojo, parado sobre su culo.


Es entonces cuando yo… yo… yo me zambullo de un clavado, metiendo mi cuerpo completo…



...¡Ah, no es cierto! No se lo crean, ¡quĆ© asco! Me masturbo e introduzco mi “micropene” lo que mĆ”s puedo, la gravedad hace su trabajo y mis diez litros de semen escurren lentamente por las paredes del ano de Albert. RĆ”pidamente, Atom Smasher reduce su tamaƱo hasta que su culo envuelve a mi pene como un guante hecho a medida. Habiendo ya eyaculado, mi pene comienza a perder firmeza, asĆ­ que lo retiro, al hacer esto, siento las paredes de su cavidad cerrandose para aprisionarlo deliciosamente.


Albert se levanta para quedar de rodillas, yo me paro frente a Ć©l, de inmediato comienza a chupar mi polla semi erecta. Yo le ordeno que no lo haga, en su lugar le digo que se recueste bocarriba con las piernas abiertas y que crezca nuevamente a cuarenta metros de altura.


     El gigante, ahora estĆ” sometido sexualmente a mĆ­, yo habĆ­a recuperado toda la energĆ­a perdida, y ademĆ”s sumado la de Ć©l. Por puro placer, me dedico a golpear sus enormes testĆ­culos del tamaƱo de sacos de boxeo redondos. Albert no hace intento de cubrirse y reduce cualquier invulnerabilidad, sumisamente me permite golpear sus bolas, esto hace que su enorme polla se levante.

Imagƭnense golpear testƭculos de este tamaƱo


      Yo abrazo su polla, como si fuera el tronco de un Ć”rbol, siento su carnosidad y firmeza, sus saltantes veanas se miran como poderosas boas constreƱiendo su falo. Saltando sobre sus testĆ­culos, comienzo a estimular su tronco utilizando mi super velocidad. Sus gritos de placer y gemidos de dolor, resuenan por todo el desierto. En menos de un minuto, una gigantesca carga de semen sale expulsada, tal vez fueron diez mil o quizĆ” quince mil litros, no lo sĆ©. El abdomen de Atom Smasher queda lleno de su propio jugo y yo, literalmente estoy baƱado en su leche. 


       —Ya te divertiste, Conner —dice Superman, flotando, guardando su distancia.


       —¡Vamos! ¿QuĆ© tan seguido tienes genitales tan grandes a tu disposiciĆ³n para jugar con ellos?


       —¡Conner!





       —EstĆ” bien —digo a regaƱadientes y parto corriendo, siguiendo a Clark en las alturas. 


       Antes de irnos, Superman le hace una advertencia, acerca de no volver a meterse conmigo.


Luego de asearme en una cascada, me siento a conversar con Clark. Deseo agradecer su ayuda, pero tambiĆ©n le comento que las palabras de Albert sĆ­ hicieron mella en mĆ­, me sigo sintiendo como un inĆŗtil, un "tremendo maricĆ³n". Si lo miramos frĆ­amente, yo no pude hacer nada por mi cuenta. Sin Ć©l, yo no lo habrĆ­a logrado.


      —No sientas vergĆ¼enza por necesitar ayuda o pedirla, ni por tener una familia que te respalda y que siempre te apoyarĆ”. Siente pena, por aquellos que caminan solos, quienes no tienen a nadie a su lado —Clark me reconforta.


      —¿Alguien como Jason?


      —Es un buen ejemplo, la batifamilia estĆ” fragmentada. Dick y BĆ”rbara se distanciaron de Bruce; y este, al parecer alejĆ³ a Jason; quien a su vez estĆ” aislado, segĆŗn me has contado. Yo quisiera, Conner, que en vez de ser un rival, tĆŗ te convirtieras en un amigo para Ć©l.


      —QuizĆ”, pero serĆ” luego de habĆ©rmelo follado, antes no.


      —Ja, ja, ja. Nunca vas a cambiar, ¿verdad? Me alegra mucho que ya no estĆ©s triste. Tengo una emergencia que atender en Metropolis ¿La escuchaste? —dice Clark.


—SĆ­, ¿me necesitas? —pregunto. Con nuestro sĆŗper oĆ­do, ambos constantemente supervisamos muchas cosas que ocurren.


—Creo que lo tengo bajo control, por ahora solo descansa, y piensa en todo lo que te he dicho. Por cierto, ya es indispensable que aprendas a volar —dice Superman, me abraza y parte volando.


      Como quiera que sea, haya sido como haya sido. Voy por buen camino, algunos otros superhumanos mĆ”s y podrĆ© ir con Billy para recolectar la energĆ­a de Shazam y Black Adam. Entonces, Jason se doblegarĆ” ante mĆ­ como una perra en celo, hasta lo puedo imaginar arrodillado exhibiendme el culo desnudo.



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