Luchando contra el criminal - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

18 nov 2022

Luchando contra el criminal

El Sargento Malverde caminaba por los pasillos del viejo edificio, vestĆ­a con sus pesadas botas, su traje protector, guantes y un cuchillo en el cinturĆ³n. Poco a poco iba inspeccionando las abandonadas habitaciones, solo faltaba una.

 

—¡Jonathan Castillo! —dijo antes de entrar—. Ya no pongas mĆ”s resistencia, estĆ”s rodeado. SerĆ”s detenido por secuestro —de una patada abriĆ³ la puerta y sus ojos se encontraron con el criminal.

 

El experimentado secuestrador sonriĆ³ y moviĆ³ las manos.

 

—Ven por mĆ­ —le dijo invitĆ”ndolo.

 

El Sargento Malverde se acercĆ³ al criminal manteniendo la mirada firme en su rostro.

 

—EstĆ”s detenido, Castillo. Soy la Ćŗltima persona que verĆ”s en libertad.

 

Jonathan se echĆ³ a reĆ­r y escupiĆ³ en las botas del militar. Fue una tĆ©cnica para que Malverde se distrajera mirando su calzado, de forma inesperada recibiĆ³ una patada en la cara.

 

El Sargento Malverde gruĆ±Ć³ dando un paso atrĆ”s, sintiendo el daƱo en la mandĆ­bula.

 

—Hijo de puta —respondiĆ³. MoviĆ³ la pierna con una patada a las extremidades de Jonathan Castillo para que cayera al suelo.

 

Mientras caĆ­a, Jonathan se agarrĆ³ de las piernas de Malverde haciendo que perdiera el equilibrio. Los dos hombres se fueron al suelo donde rodaron gruƱendo en una furiosa batalla.

 

Malverde apuntĆ³ un puƱetazo a la mandĆ­bula de Jonathan, luego intentĆ³ sacar su cuchillo, mientras seguĆ­a defendiĆ©ndose de los golpes del criminal. En una oportunidad, Jonathan Castillo consiguiĆ³ abrazarse a la ventaja y aretĆ³ en el cuello a Malverde.

 

—AsĆ­ que estoy detenido, Sargento, antes de ir a prisiĆ³n te matarĆ©.

 

Malverde primero gruĆ±Ć³, despuĆ©s golpeĆ³ con fuerza a Jonathan Castillo en el costado.

 

—¡Arg! —gritĆ³ Jonathan. Entonces su musculosa rodilla se abalanzĆ³ encima y contundente contra el bulto de Malverde y le golpeĆ³ las bolas con tanta fuerza que parecĆ­a que se las iba a explotar.

 

—¡MIERDA! —gritĆ³ Malverde sintiendo el paralizante dolor en sus bolas de toro—. ¡No, mis putas bolas! —usĆ³ su cuchillo, pero en medio de su dolor gonadal solo pudo rasguƱar la pierna del criminal.

 

—¡¡¡Bastardo!!! —Jonathan se separĆ³ intentando levantarse.

 

—Vas a pagar por esto, Castillo —anunciĆ³ Malverde poniĆ©ndose de pie—. Nunca mĆ”s volverĆ”s a lastimarme los huevos…

 

Se vio interrumpido cuando Jonathan Castillo cargĆ³ contra Ć©l con la fuerza de un tren, su cabeza lo golpeĆ³ en los abdominales y el cuchillo saliĆ³ volando de sus manos rodando por el suelo.

 

Jonathan continĆŗo con un abrazo de oso. LevantĆ³ a Malverde en el aire, comprimiendo sus costillas. El Sargento Malverde gruĆ±Ć³, sintiendo dolor. GolpeĆ³ la cabeza contra la nariz de Jonathan y luego subiĆ³ la rodilla contra las bolas del secuestrador golpeando tan fuerte como pudo. ContinuĆ³ con otro cabezazo a la nariz del criminal.

 

—¡Bastardo! —gritĆ³ Jonathan liberĆ”ndolo una vez que el dolor explotĆ³ en su cara y sobre todo en las bolas.

 

El Sargento Malverde levantĆ³ el puƱo con el propĆ³sito de azotarlo en el rostro de Jonathan cuando tambiĆ©n fue obligado a despegar las botas del suelo, cuando el maleante lo levantĆ³ de una patada en los testĆ­culos. 



Malverde gritĆ³ de dolor, y cayĆ³ al suelo acurrucĆ”ndose con las manos metidas entre sus piernas.

 

Jonathan se echĆ³ a reĆ­r sosteniendo su dolorida hombrĆ­a.

 

—Oye, soldadito. Tal parece que entre tĆŗ y yo, el mĆ”s fuerte soy yo.

 

Malverde no respondiĆ³ nada. Estaba en el suelo noqueado de dolor.

 

Jonathan sonriĆ³, miro hacia la puerta.

 

—Estoy seguro que la suerte me acompaƱa —respondiĆ³—. Si te he derrotado a ti, cualquiera allĆ” fuera es dĆ©bil. No pierdo nada con escapar —caminĆ³ hacia la puerta despuĆ©s de robar el cuchillo del sargento.

 


—¡Castillo, detente! —implorĆ³ Malverde con la voz entrecortada. Simplemente acariciaba sus palpitantes huevos entre las manos mientras lo veĆ­a huir.

6 comentarios:



  1. ¡Gran historia! AquĆ­ hay una gran idea para una secuela. Por favor, perdonen la mala traducciĆ³n.

    DespuƩs de la pelea, las bolas grandes y peludas de Malverde le dolieron durante dƭas. Le duelen tanto que casi lo despiden del trabajo.

    En la comisarĆ­a, Malverde se desnuda en el vestuario y teme que su vida sexual se arruine. Tiene una polla muy grande y circuncidada, pero no puede ponerse duro porque le duelen demasiado las bolas. Su gran polla es flexible e inĆŗtil.

    Los otros oficiales se burlan de Malverde y bromean sobre su pene roto. Los otros oficiales odian a Malverde por su gran polla y sus bolas, y ahora estƔn felices de que Malverde no pueda ponerse duro.

    Malverde sale del trabajo y va al bar. Ve que Castillo tambiƩn estƔ en el bar.

    Castillo va al baƱo de hombres y Malverde sigue a Castillo. Malverde tiene la intenciĆ³n de romper las bolas de Castillo, pero luego sucede algo inesperado.

    Dos policĆ­as entran al baƱo y ven a Malverde. Los oficiales estĆ”n enojados porque Malverde perdiĆ³ en una pelea con Castillo y deciden romperle las bolas a Malverde como castigo. Malverde hizo que los otros oficiales se avergonzaran de perder, y le echan la culpa a sus bolas grandes.

    Los dos oficiales amenazan a Malverde y Castillo con sus armas y los obligan a quitarse la ropa en el baƱo. Castillo tiene la verga y las pelotas mƔs pequeƱas que Malverde, pero Castillo se rƭe porque la verga de Malverde estƔ rota.

    Los oficiales usan sus armas para pinchar el pene flexible de Malverde, lo que hace que Malverde se ponga muy nervioso de que las armas se disparen y le disparen las bolas.

    Castillo observa y sonrƭe mientras los dos oficiales golpean, patean y aprietan las bolas peludas de Malverde. TambiƩn pisotean el pene de Malverde para que quede magullado y plano.

    Malverde tiene miedo de que lo castren, pero los dos oficiales solo quieren que Malverde duela mƔs.

    Le rocƭan la polla y las bolas con gas pimienta, y luego usan sus pistolas elƩctricas para electrocutar las bolas de Malverde y casi cocinar su polla.

    Castillo se rĆ­e del “salchichĆ³n quemado” de Malverde.

    Los oficiales ordenan a Castillo y Malverde que se vistan.

    Luego, los oficiales obligan a Castillo y Malverde a salir detrĆ”s de la barra. Los oficiales tienen una Ćŗltima idea. Un concurso con su Pastor AlemĆ”n, que estĆ” entrenado para morder las bolas de los delincuentes.

    La competencia es a ver si el perro muerde las bolas a Castillo o a Malverde.

    Castillo deja de reĆ­rse y ahora estĆ” preocupado.

    Tanto Castillo como Malverde tienen miedo. ¿A quiĆ©n morderĆ” el perro?

    El perro enojado decide ir por la salchicha mƔs grande y muerde a Malverde. El perro le pincha las bolas a Malverde y le muerde el pito.

    Malverde se desmaya cuando el perro comienza a masticar su polla.

    Horas despuĆ©s… Malverde despierta en el hospital. El mĆ©dico explica que Malverde todavĆ­a tiene dos balones, pero estĆ”n muy daƱados y estarĆ”n llenos de bultos e hinchados durante mucho tiempo.

    El mĆ©dico pudo salvar la mayor parte del pene de Malverde y lo volviĆ³ a coser, pero se verĆ” feo con marcas de mordeduras por todas partes.



    Para la “Parte 3”, Malverde vuelve a trabajar en la comisarĆ­a. Todo el mundo sabe sobre su fea polla y sus grandes bolas rotas.

    Malverde puede volver a masturbarse y estĆ” orgulloso. Tal vez incluso tenga una cita...

    Pero Malverde tambiƩn quiere vengarse de la policƭa y Castillo. Sale a buscar a Castillo.

    En cambio, Malverde es capturado por Castillo y los dos hermanos mayores de Castillo.

    Los tres delincuentes encuentran nuevas formas de arruinar aĆŗn mĆ”s las bolas de Malverde. TambiĆ©n quieren romperle el pito a Malverde para siempre.

    ¿QuĆ© pasarĆ” despuĆ©s?

    (La polla y las bolas del pobre Malverde se romperƔn cada vez mƔs).

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Hola, agradezco tu tiempo de lectura y valioso aporte. Gracias a ti y a la encuesta he logrado poner varias situaciones para Malverde... pero debo negociar contigo... aunque quiero que Malverde sufra por sus bolas... no creo que un defensor de la ley tan guapo quede con un pene maltrecho je, je, je.

      Borrar
  2. Gracias por considerar estas ideas. Me intriga tu risa. Tal vez tengas algunas ideas de lo que podrĆ­a pasar con el pene de Malverde…

    Malverde parece tan masculino. Me imagino que tiene grandes bolas peludas y una polla larga y gruesa. Debe gustarle mostrarlos en el vestuario de la policĆ­a.

    Pero Malverde tambiĆ©n parece muy arrogante. Fue tan rĆ”pidamente derrotado. ¿QuizĆ”s esas grandes nueces peludas son su perdiciĆ³n? DespuĆ©s de la pelea, ¿estarĆ” demasiado dolorido para que su polla se ponga dura? ¿CuĆ”nto daƱo pueden soportar sus bolas antes de quedar impotente? Malverde debe preocuparse de que Castillo arruine su vida sexual.

    ¿QuĆ© pensarĆ”n los demĆ”s sargentos de la debilidad de Malverde? Fue derrotado tan fĆ”cilmente por un criminal. ¿Lo castigarĆ”n? ¿CĆ³mo lo castigarĆ­an?

    Si estamos negociando (ja), entonces tal vez la polla de Malverde se salve, pero el perro policƭa tiene mƔs tiempo para masticar las bolas de Malverde >:)

    ¡Gracias por escribir!

    ResponderBorrar
  3. ¿Es cierto que el 9 de enero se estrena una nueva historia de Malverde?

    “El Orgullo Herid” suena muy prometedor. Malverde debe estar avergonzado de haber perdido la pelea tan fĆ”cilmente ante un criminal. Y despuĆ©s de recibir un golpe tan fuerte en las bolas, mĆ”s que su “Orgullo” debe estar “herido”. Apuesto a que todavĆ­a le duelen las pelotas y el pene despuĆ©s de la pelea, como un recordatorio de su pĆ©rdida.

    Estoy emocionado de ver que las grandes bolas peludas de Malverde reciban mĆ”s humillaciones. ¿PodrĆ­a su orgullo ser su perdiciĆ³n? ¿SufrirĆ”n aĆŗn mĆ”s daƱo sus bolas? ¿Se le encogerĆ” la polla de vergĆ¼enza? No puedo esperar para averiguarlo (:

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Efectivamente lo prometido es deuda, las bolas de Malverde en juego a partir del 09 de enero

      Borrar
    2. Gracias por la actualizaciĆ³n, aunque estoy seguro de que las bolas peludas de Malverde no son tan agradecidas.

      Borrar

Pages