Guerreros (2/5): El inicio de Miguel Salcedo - Las Bolas de Pablo

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4 nov 2022

Guerreros (2/5): El inicio de Miguel Salcedo



Fernando
—Estoy a tus Ć³rdenes, esperando por ti —me dijo Fernando, el luchador que escogĆ­ para que se enfrente a Miguel Salcedo. Lo encontrĆ© entrenando en el cuadrilĆ”tero y quise que midiera su fuerza con el novato.

 

—Desde ya —le respondo.

 

—Ese muchacho se ve engreĆ­do, estĆ” en forma, pero se ve que no sabe nada de pelea —comenta Fernando.

 

—Menos charla y mĆ”s acciĆ³n.

 

—EstĆ” bien, patrĆ³n.

 

Fernando afirma con la cabeza y sube al cuadrilƔtero, allƭ estƔ Miguel Salcedo, saltando sobre sus pies, tratando de parecer intimidante y lanzando golpes al aire, pese a todo su actitud es descuidada. Me gusta su conducta hasta ahora, veamos quƩ pasa cuando sienta dolor de verdad. Cuando los dos sementales estƔn frente a frente, grito:

 

—¡Quiero ver una pelea justa, muchachos!

 

Fernando afirma con la cabeza y Miguel responde con un fuerte.

 

—¡AsĆ­ serĆ”, patrĆ³n!

 

Sin embargo en realidad lo que me gustarĆ­a presenciar es una pelea sucia. De solo imaginarlo hace que me pase la lengua por los labios.

 

El combate inicia con Miguel acercƔndose a Fernando con una rƔfaga de rƔpidos golpes que fueron fƔciles de bloquear. El muchacho sonrƭe creyendo que estƔ a la ofensiva.

 

Fernando esquiva un torpe puƱetazo y le da un golpe en la boca.

 

—Auch —susurro de solo verlo. Eso debiĆ³ desbaratar sus sentidos, pero no, mi nuevo chico sigue en pie.

 

Miguel Salcedo estĆ” tan sorprendido que no ve venir un gancho a la mandĆ­bula. Luego de eso su reacciĆ³n es lenta. Quiero acciĆ³n, deseo ver como responde a eso, pero se queda atontado, ¡que mal! Miguel simplemente es una cara bonita, nada mĆ”s.

 

Responde cubriĆ©ndose bloqueando los ataques de Fernando, quien es el que controla la situaciĆ³n en el cuadrilĆ”tero.

 

Grito:

 

—¡Vamos, chico! ¡Debes ser mejor que eso si quieres ganar dinero!

 

Fernando ataca con un golpe de derecha que apenas Miguel esquiva. Es decepcionante, la mayorĆ­a de los novatos se ponen a la defensiva luego de los primeros golpes. Fernando se enfada al ver que su puƱetazo ha fallado y sigue con unos cuantos golpes salvajes que lo dejarĆ­an muy bien parado en una pelea callejera. Entre ellos le acesta un uppercut al estĆ³mago que lo deja sin aliento.

 

—Te doy 50 dĆ³lares si puedes mantenerte firme durante los prĆ³ximos 15 minutos —intervengo.

 

Fernando me mira molesto, seguramente es por ofrecer dinero al novato.

 

Miguel se prepara con actitud renovada. Necesita mucho esos 50 dĆ³lares, al igual que su hermano hace cualquier cosa por dinero. Eso me provoca una sonrisa.

 

Le hago una seƱal a Fernando para que no baje la guardia.

 

Miguel Salcedo comienza a mover los brazos, intentando asestar unos cuantos golpes. Observo mĆ”s de cerca. Fernando los bloquea todos y luego aterriza un puƱetazo con la izquierda y otro con la derecha a sus costillas, ademĆ”s de un gancho a la mandĆ­bula, no con toda la fuerza, pero sĆ­ lo suficiente para que le duela.

 

—Oh —susurro. Veo que aĆŗn se mantiene en pie—. ¡Bien hecho Fernando! Tu trabajo es excelente.

 

Fernando afirma con la cabeza, con una pizca de fastidio.

 

Miguel se enfada y aprovecha el momentƔneo de despiste de su rival para darle un puƱetazo en la mandƭbula

 

—¡SĆ­, sigue asĆ­, chico! —grito.

 

Fernando en represalia le da un uppercout a la mandĆ­bula que le hace mover la cabeza con fuerza y lo hace retroceder. Luego continuĆ³ con una lluvia de puƱetazos a sus abdominales, costillas, cara, hasta que su espalda estĆ” contra las cuerdas.

 

La verdad es que quiero que gane Miguel, odio a Fernando. Pero sĆ© que es un novato y de la categorĆ­a torpe, no tiene mucha acciĆ³n, no quiero dejarlo ir, lo quiero aquĆ­ en mis filas, me serĆ” util para otros eventos. Lo observo, estĆ” sangrando, dolorido y mareado.

 

Fernando se separa de Miguel para dejarlo respirar.

 

—¿CuĆ”nto desea esos 50 dĆ³lares? —pregunto—. En tu vida nunca los conseguirĆ”s tan fĆ”cil.

 

Miguel Salcedo afirma con la cabeza, respira profundamente y va hacia Fernando. SĆ© que me quiere impresionar, mĆ”s que brindarme un espectĆ”culo de circo.

 

Ante el ataque Fernando se agachĆ³ y le da bajo un fuerte golpe en el estĆ³mago. Miguel se dobla y cae de rodillas, me recuerda a su hermano. Ambos son testarudos.

 

—¿Te rindes, muchacho? —pregunto.

 

Fernando se aleja

 

Miguel nada responde, sigue de rodillas respirando con fuerza

 

Como reacciĆ³n hago un conteo:

 

—Uno, dos, tres…

 

Fernando lo estĆ” contemplando.

 

TodavĆ­a siento decepciĆ³n, Miguel no se va a levantar despuĆ©s de ese golpe, es una lastima tiene buen cuerpo, y es guapo.

 

—Cuatro, cinco, seis…

 

Con el cuerpo temblando Miguel se endereza.

 

—¿EstĆ”s seguro, chico? —se me ocurre preguntale. Le muestro tres dedos—. ¿CuĆ”ntos ves?

 

—Tres —gruƱe Miguel.

 

—¡Que la lucha siga! —digo emocionado. Me siento tranquilo.

 

La lucha retorna con Miguel queriendo dar sus mejores golpes, mismo que son bloqueados por Fernando quien contrataca con un uppercut en la mandĆ­bula.

 

La cabeza de Miguel Salcedo retrocede con fuerza, salpicando sudor y dignidad. Se tambalea, y Fernando no se detiene, lo golpea una y otra vez, la cara y el pecho, hasta que estƔ en la esquina del cuadrilƔtero.

 

Fernando aterriza una serie de golpes a su abdomen, Miguel intenta defenderse, pero no tiene oportunidad

 

—¡RĆ­ndete, chico! —exclamo.

 

¡Las rodillas le tiemblan y sigue sin rendirse!

 

Le miro a la cara.

 

Y Fernando aterriza otro brutal uppercut a su mandĆ­bula.

 

El salĆ³n se impregna de silencio y expectativas.

 

Miguel me mira, con los ojos desenfocados, y luego cae boca abajo.

 

Fernando se aleja de Ć©l.

 

Esto se ha acabado.

 

Le pregunto al ganador.

 

—¿No ha sido eso un poco brutal para nuestro nuevo miembro?

 

Fernando se encoge de hombros.

 

—Ɖl eligiĆ³ estar en un lugar de combates —me responde.

 

Finalmente asiento con la cabeza, tiene razĆ³n.

 

—Es un tipo bastante terco. Y tĆŗ has ganado, como era de esperar.

 

Observo que Miguel intenta levantarse. Ingreso al ring y me agacho colocando una de mis rodillas en la lona. Le digo:

 

—Ahora deberĆ­as darte una ducha e irte a casa —Miguel no me responde nada. ContinĆŗa atontado. Fernando se acerca diciendo algo que no entiendo. Lo miro a los ojos y le digo—. Vete ya, has hecho bastante daƱo.

 

Fernando suspira. Su mirada se dirige a Salcedo y antes de abandonar el cuadrilĆ”tero comenta—. CuĆ­date, Miguel.

 

Espero que Fernando se vaya y me quedo mirando a Miguel Salcedo, no se ve muy bien, tiene moretones por todos lados.

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3 comentarios:

  1. La encuesta es sobre el seƱor o el luchador mas joven?

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    1. La encuesta es sobre el luchador que se enfrenta a Miguel Salcedo

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  2. Jajaja encuesta manipulada

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