NicolĆ”s Ferrer consiguió empleo unas pocas semanas atrĆ”s en una nueva empresa de construcción de la ciudad. A los empleadores aseguró estar desesperado y que necesitaba el trabajo. DespuĆ©s de un par de dĆas le pidieron que se quedara hasta tarde para terminar el hormigón para un amplio estacionamiento. Se dedicó por horas a terminar el trabajo, concluida la obra se puso a guardar las herramientas, estaba sin camiseta y en jeans.
A pocos metros Emilio Acero miraba atentamente de derecha e izquierda, caminó hacia la obra porque su objetivo era ese hombre llamado NicolĆ”s Ferrer. Fue contratado por La CofradĆa, para encargarse de un problema. VestĆa botas negras, pantalón negro y una camisa de igual color que se abrazaba a sus mĆŗsculos. SabĆa que NicolĆ”s estaba interfiriendo en las operaciones de drogas de La CofradĆa, matando a sus mejores traficantes, no era un obrero desesperado, si no un policĆa encubierto. Se paró detrĆ”s de Ć©l mientras guardaba las herramientas.
āĀæSeƱor Ferrer? āpreguntó despreocupado.
NicolƔs Ferrer dio un sobresalto y lo miro sorprendido.
āĀæQuiĆ©n es usted?
āSoy el hombre de la limpieza āse rio Emilio. Giró de repente sobre un pie, con reflejos de batalla, para lanzar una patada giratoria hacia las costillas de NicolĆ”s, continuó girando, aterrizando un puƱetazo en la mandĆbula.
NicolÔs gimió de dolor, se tambaleó un poco, pero después se quedó quieto como si ningún otro daño le hubiese ocurrido.
Emilio Acero se quedó inmóvil, ya le habĆan advertido de las metahabilidades de NicolĆ”s, por ellos sabĆa que tenĆa que luchar mĆ”s inteligentemente.
āHas estado causando problemas a mis empleadores, seƱor Ferrer ācogió un mazo que estaba cerca, lo balanceó brutalmente en el costado de la rodillaā. Vengo a pedirte educadamente que pares.
āAAAAAAH, HIJO DE PUTA āsu rodilla se rompió en pedazos, se agarró a la viga de acero para mantener el equilibrio y luego saltó del suelo para responder con un puƱetazo.
Emilio presenció la gran velocidad del joven, y antes de que pudiera levantar sus puƱos para protegerse, recibió un golpe en la mandĆbula. Quedó bastante aturdido. Su mandĆbula se desencajó violentamente hacia un lado, le zumbaron los oĆdos y levantó los puƱos para protegerse.
NicolĆ”s Ferrer con la rodilla ya lo que parecĆa mĆ”gicamente curada, se abalanzó sobre Emilio como una lanza, el entrenado asesino se hizo a un lado, recurriendo a aƱos de reflejos perfeccionados y entrenamiento de batalla, la rodilla de NicolĆ”s chocó contra la pared salvaje y violentamente, mientras rebotaba, cerró el puƱo y hundió un gancho en la parte baja de la espalda del joven.
NicolÔs dio un grito y cayó al suelo, incapaz de moverse hasta que su cuerpo se restableció en pocos minutos.
Emilio se quedó de pie, estudiÔndolo con la mirada y pensando:
«Asà que este hombre se cura rÔpido... bueno veamos como se cura a esto...»
Saltó a través de la pared y a horcajadas sobre la columna vertebral de NicolÔs, aterrizando el culo en la parte baja de su espalda. Agarró sus tobillos y los metió debajo de sus axilas.
āĀæPuedes curar tu puta espalda mĆ”s rĆ”pido de lo que yo puedo seguir haciĆ©ndote daƱo, pedazo de mierda?
āAAAAAAAAH, HIJO DE PUTA āsu columna vertebral se rompĆa constantemente y se curaba una y otra vez.
Emilio metió la mano en el pantalón y extrajo un par de esposas de titanio de alta resistencia. Maniobró con cuidado, encajó un extremo alrededor del tobillo derecho, luego, tiró de la pierna hacia abajo, ignorando los gritos de dolor del joven. Se las arregló para encajar el otro lazo de las esposas en la muñeca derecha.
āTE TENGO, CABRĆN.
āAaaaaaaaah, maldito āgritaba NicolĆ”s.
Emilio repitió el procedimiento con la otra pierna, dejĆ”ndolo atado por las enormes esposas de alta resistencia. Lo rodeó y le dio una patada en las costillas. Se arrodilló ante NicolĆ”s y le dejó ver que su enorme entrepierna estaba erecta, en realidad se sentĆa muy excitado. Lo agarró del cabello y le echó la cabeza hacia atrĆ”s:
āEstĆ”s jodido, Ferrer.
Emilio levantó al atado NicolĆ”s sobre el hombro como si se tratara de un saco de basura. Lo metió en el maletero de su vehĆculo negro sin matrĆcula, Emilio abrió la puerta del conductor y aceleró el carro a toda prisa. Condujo hasta una de las instalaciones de La CofradĆa directamente a uno de sus laboratorios, allĆ lo arrojó sobre una mesa de acero. El laboratorio estaba lleno de luces brillantes, equipos y herramientas.
NicolÔs Ferrer forcejeó intentando romper las ataduras.
Emilio alargó la mano y agarró la parte delantera de la camiseta del joven. De un enorme tirón, se la arrancó, la tela se rasgó y mostró su musculoso pecho. El asesino comenzó a tocarlo, casi con cariño, frotÔndole los músculos con aprecio. Lo miro profundamente a los ojos:
āCometiste un grave error al cruzarte con Emilio Acero, seƱor Ferrer.
āHey, suĆ©ltame, perra sĆ”dica.
Emilio le dio una suave bofetada.
āTienes razón, chico. Soy una perra sĆ”dica. Ahora⦠vamos a averiguar lo que te hace excitar⦠āle arrancó brutalmente el jeans y luego los calzoncillos, dejĆ”ndolo desnudo. Le agarró los huevos colocĆ”ndolos en la palma de su mano, con el otro puƱo comenzó a golpearlos.
ā”””AAAAAAAH, MALDITO!!!
āUna de las cosas que La CofradĆa quiere es conocer tu sistema nervioso. Parte de su metainvestigación a largo plazo ādejó de torturar las bolas y cogió un cable enorme, como el de una baterĆa. Se acercó a NicolĆ”s y le sujetó uno de los cables a los huevos, envolviĆ©ndolos. Luego, el otro cable, lo hundió en su pectoral izquierdo. Miro un monitor y pulsó un interruptor. Una corriente salvajemente brutal recorrió el cuerpo desde el pectoral hasta las bolas, y el mapa del sistema nervioso empezó a aparecer gradualmente en el monitor.
āPor favor, Ā”detente! āsuplicó Nicolas haciendo una mueca de dolor. Su cuerpo daba violentos espasmos.
Emilio lo miro, luego señaló el monitor.
āLo siento, amigo, necesitamos ese mapa. Tardaremos unos minutos.
HabĆan pequeƱas volutas de humo que se elevaban desde los testĆculos como una muestra de que el esperma se estaba cocinando por la implacable corriente elĆ©ctrica.
āAhora la otra cosa que necesitamos es tu reacción a⦠estimulación⦠mientras estĆ”s siendo mapeado.
Emilio agarró un cilindro redondo, liso, con forma de pene, pero en realidad era un dispositivo sofisticado con sensores para la recopilación de datos. Caminó detrÔs de NicolÔs mientras convulsionaba, su culo era incapaz de apretarse con fuerza debido al shock, entonces hundió el sensor en forma de consolador dentro del trasero del joven.
āAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH āNicolĆ”s gritó de dolor mientras le desgarraba el culo, que rĆ”pidamente se curaba. Su polla se puso dura.
Al mismo tiempo el electrochoque seguĆa mapeando el cuerpo del joven. El asesino camino alrededor y agarró un vial. Metió la mano agarrando el pene de NicolĆ”s. Sus cejas se levantaron:
āSeƱor Ferrer, ĀæestĆ” disfrutando esto? Es bastante fortuito. VerĆ”, tambiĆ©n necesitamos una muestra de su esperma para nuestros bancos de datos ācomenzó a masturbar la polla con la mano mientras el consolador enviaba pequeƱas sondas puntiagudas al interior del culo para recoger muestras de sangre, como si lo apuƱalaran desde dentro. La puerta se abrió y, de repente, entró un tipo negro enorme, de quedó de pie junto a la puerta, observando, pero sin hablar.
āUuuuuuun āemitió Nicolasā. AAAAAAAAAAAH āgritando mientras las agujas se clavaban en su cuerpo. Su pene estaba bastante erecto.
El hombre negro caminó hacia delante, su enorme y densa musculatura de supersoldado dominó el espacio, haciendo que Emilio Acero pareciera pequeƱo. El hombre negro, de nombre Roland Ugarte era una mĆ”quina sĆ”dica que se alimentaba del dolor y la destrucción que provocaba en sus oponentes. Un prodigio de la lucha, ex campeón de la UFC, cientĆficamente era el SĆŗper Soldado de La CofradĆa, y que en el pasado habĆa luchado contra el CapitĆ”n Comando. VestĆa pantalón y su inmenso pecho estaba desnudo. Se detuvo al lado de Emilio y dijo:
![]() |
Roland Ugarte |
āMuy bien, Acero⦠¿AsĆ que este chico de aquĆ es el experimento de super curación de la policĆa?
āSĆ āafirmó Emilio continuando frotando la verga mientras seguĆan las descargas y el mapa nervioso aparecĆa casi completo.
āOh, Dios, no, por favor, detente āsuplicó NicolĆ”s.
Emilio se burló, NicolÔs dio un espasmo y su polla entró en erupción. RÔpidamente el asesino guardó la muestra de esperma en una cÔpsula. Fue allà cuando el mapeo se completó y el electroshock finalmente se detuvo. Emilio retiró las pinzas y miro al negro:
āRoland, sólo una prueba mĆ”s. La prueba de fuerza y reflejos. ĀæQuĆ© dices si tĆŗ y yo lo llevamos al foso, y probamos su meta fuerza con algunos de estos? āchocó sus puƱos.
NicolÔs Ferrer se calmó. Luchó por liberarse, y solamente dijo:
āPuedo enfrentarme con los dos.
Roland se echó a reĆr, una carcajada profunda y estruendosa:
āUna simple mierda como tĆŗ puede enfrentarse a nosotros dos, Ā”idiota! āexpectóā. ĀæAl hombre que te capturó sin apenas sudar? ĀæY el hombre que estuvo a punto de derrotar al CapitĆ”n Comando? āse echó a reĆr y dio una bofetada al muchachoā. ESTO SERĆ DIVERTIDO.
NicolÔs Ferrer aun atado a la mesa intentó aflojar sus ataduras
Emilio Acero lo levantó de un tirón, y lo tiró por encima del hombro, quitĆ”ndole primero el consolador salvajemente, desgarrĆ”ndole el culo de nuevo. Lo llevó como un saco de basura por el laboratorio de La CofradĆa, hasta una sala con un foso en medio. Lo arrojó a la fosa donde cayó unos 10 metros, con un salvaje ruido. Roland Ugarte saltó dentro de la fosa y aterrizó cerca de NicolĆ”s haciendo temblar la tierra. Emilio bajó con cuidado flanqueando luego al joven, desatĆ”ndolo rĆ”pidamente mientras el negro lo inmovilizó con su enorme bota militar en medio del pecho.
āĀæEstĆ”s listo para luchar, niƱo? āpreguntó.
āSĆ āafirmó NicolĆ”sā. Estoy preparado para patearte el culo, maricón.
Roland retrocedió, al mismo tiempo Emilio rodeó a NicolÔs con las manos arriba, en modo de pelea.
āĀ”LEVĆNTATE, CHICO! āgritó Roland preparado para luchar.
HabĆan unas cĆ”maras para grabar desde todos los Ć”ngulos.
NicolÔs Ferrer se puso pie con los ojos puestos en el gigante negro. Su objetivo principal era él, corrió con toda su fuerza.
Roland cerró el puƱo y lo golpeó tan fuerte en la mandĆbula que NicolĆ”s dio un giro de 360 grados antes de caer de espalda sobre el suelo. El hombre negro sonrió, reaccionó con un pisotón a la mandĆbula del muchacho.
āĀ”AAAAAAAAAAAAH, MIERDA! āgrito el joven al sentir que su mandĆbula se hacĆa aƱicos. Gimió de dolor rodando sobre sus manos y rodillas.
Roland estampó su bota en los abdominales del joven. Cuando NicolÔs se encogió recibió una patada en las costillas.
āAAAAAAAAAAAAAAAH āgritó NicolĆ”s. TenĆa las costillas destrozadas, la columna vertebral estaba fracturada. En cuestión de minutos su cuerpo se iba a restablecer como si nada le hubiera ocurrido, pero, ĀæcuĆ”nto dolor debĆa procesar?
Roland lo agarró por la cara, levantó su cuerpo como si no pesara nada y lo golpeó una y otra vez.
āĀæSu factor de curación se ve afectado por el nĆŗmero y la gravedad de las heridas que necesita curar? āpreguntó el negroā. Necesito⦠āse agarró la entrepierna.
NicolĆ”s Ferrer apenas consciente solo gemĆa de dolor, su cara y cabeza se estaban curando al mismo tiempo, era verdad, cuanto mĆ”s grave resultara la herida mĆ”s tardaba en curarse, las zonas mas importantes se curan mĆ”s rĆ”pido. Pasaron varios minutos hasta que se curó por completo.
āTenemos nuestros datos sobre su factor de curación āafirmó Rolandā. Vamos a tomar un Ćŗltimo dato. ĀæQuĆ© tipo de fuerza se necesita para noquearlo de una puta vez?
Emilio Acero sonrió y afirmó con la cabeza. Roland se agachó y levantó al joven por el cuello. Lo lanzó contra Emilio, que lo rodeó con sus brazos por debajo, cerca de la cintura. Roland se acercó y también lo abrazó con sus enormes músculos. Los dos hombres se saludaron con la cabeza, sus músculos temblaban con fuerza.
āĀ”AAAAAAH! āgritó NicolĆ”s envuelto en una gran agonĆa mientras sus abdominales y pecho eran aplastados.
Lo soltaron un poco, asà fue cuando Emilio susurró algo a Roland que afirmó con la cabeza. Emilio Acero soltó a NicolÔs por un momento, y liberó su polla de su pantalón, luego agarró la cremallera de Roland y extrajo su pene también. De repente, Emilio volvió a abrazarlo. Ambas pollas apuntaban hacia arriba, pero fue la de Emilio que sin pensarlo dos veces comenzó a penetrar a NicolÔs.
āAAAAAAAAAAH āgritó NicolĆ”s apenas consciente mientras la polla lo partĆa en dos. El daƱo curó rĆ”pidamente y al mismo tiempo su propio pene se puso duro. Comenzó a frotarse con los fuertes y musculosos abdominales de Roland. Los brazos del negro lo seguĆan aplastando.
Sin mÔs preÔmbulo la polla de NicolÔs Ferrer entró en erupción con la mayor corrida de su vida. El orgasmo hizo que se desmayara.
Roland rugió.
El pene de Emilio Acero dentro de NicolÔs explotó, llenando sus entrañas con su semen de villano. Finalmente, el negro lo soltó y dijo:
āBueno, ya sabemos lo que hace falta para noquear al chico Ferrer. ĀæQuĆ© haremos con Ć©l ahora?
ā2 cosas, Roland: Mantenerlo como nuestro muƱeco de entrenamiento, necesitamos algunos buenos entrenamientos. Cuando no lo usemos para eso, encadĆ©nalo en los barracones de los soldados, y que sea un cubo de semen comunal para que nuestros miembros se lo follen cuando quieran.
āSĆ, claro āsonrió Rolandā, eres muy listo, Emilio.
āĀ”Lo sĆ©!
Ambos arrastraron al joven al lugar donde iba a comenzar su nueva vida de esclavitud sexual.
El desdichado NicolĆ”s Ferrer seguĆa inconsciente de su entorno y sus futuros planes. Cuando despertó tenĆa el cuerpo totalmente sano, pero estaba encadenado como un perro al suelo en sus muƱecas y tobillos. Emilio Acero lo miraba a los ojos. Una larga fila de hombres de La CofradĆa se estaba alineando tras su espalda, el primero se acercó y le metió la polla en el culo.
āBienvenido al infierno, seƱor Ferrer āsonrió Emilioā. No debĆas haber intentado ser el hĆ©roe de esta historia. No terminaste para nada bien.
ā”””AAAAAAH!!! āgritó NicolĆ”s mientras la polla de 19 centĆmetros le desgarra el traseroā. Cuando salga de aquĆ te lo voy a matar.
āAsĆ que su espĆritu es todavĆa fuerte ācomentó Rolandā. MMmmm⦠Creo que tenemos que trabajar en eso. Tal vez deberĆamos pensar en cómo romper su voluntad de resistir⦠Si podemos hacer eso, podemos lavarle el cerebro. A La CofradĆa le vendrĆa bien un hombre con sus poderes.
Emilio Acero afirmó con la cabeza.
āUn buen plan. Pensaremos en cómo volverlo realidad.
Nota: Ya estÔ dispoble la descripción de Roland Ugarte en la pÔgina Al filo de la ley.
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