Fotos sin consentimiento - Las Bolas de Pablo

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28 may 2023

Fotos sin consentimiento

TobĆ­as Santana era un modelo profesional joven, alto y fuerte, de cabello oscuro y ojos brillantes. Se encontraba en medio de un evento de moda luciendo su mejor outfit. De repente, mientras hablaba con unos amigos en una de las salas del evento, un hombre se acercĆ³ y comenzĆ³ a tomar fotografĆ­as sin su consentimiento.


TobĆ­as notĆ³ esto y decidiĆ³ confrontar al fotĆ³grafo en un momento en que Ć©ste se descuidĆ³. Lo tomĆ³ de un brazo y lo trasladĆ³ a un pasillo solitario donde lo llevĆ³ contra la pared.


—Disculpa, amigo ¿puedo saber quĆ© estĆ”s tomĆ”ndome fotos?


—Oh, sĆ³lo estoy tomando algunas fotografĆ­as de la multitud, no te preocupes.


—Estoy seguro de que estĆ”s tomando fotos de mĆ­, no porque soy una persona normal, sino porque soy modelo y estĆ”s usando mi cuerpo para tus propios fines sin mi consentimiento. No estĆ” bien.


—¿EstĆ”s loco, hombre? No eres el centro de atenciĆ³n. Solo estoy tomando imĆ”genes en general.


—Amigo, solo vi que estabas disparando con la cĆ”mara hacia mĆ­. HablĆ© con los encargados del evento y no estĆ”s contratado por ellos. Borra tus imĆ”genes.


—¡No! —se negĆ³ el hombre rotundamente—. Son mis imĆ”genes, no tengo por quĆ© hacerlo.


TobĆ­as perdiĆ³ la paciencia, empujĆ³ al fotĆ³grafo de espalda a la pared y apoyĆ³ su antebrazo contra su cuello.


—Amigo, te juro que si no borras tus fotos serĆ© yo quiĆ©n lo haga y de la peor manera.


—¿SĆ­? ¡Pues, no! No harĆ© nada de eso. No estoy violando tu privacidad.


—¡Voy a destrozar tu cĆ”mara, maricĆ³n!


TobĆ­as subiĆ³ su brazo cerrando el puƱo, pero nunca se esperĆ³ que la rodilla del fotĆ³grafo subiera hacia su entrepierna. El hombre estampĆ³ la rĆ³tula contra su escroto, al instante un escalofrĆ­o horrible recorriĆ³ la espalda de TobĆ­as. Su furiosa protesta fue interrumpida rĆ”pidamente cuando el fotĆ³grafo subiĆ³ de nuevo la rodilla estrellĆ”ndose en sus testĆ­culos.


TobĆ­as aullĆ³ angustiado cuando el dolor explotĆ³ en sus huevos, cambiĆ³ toda tĆ©cnica de ataque y desviĆ³ las manos hacia su virilidad. ApretĆ³ los dientes, tratando desesperadamente de dominar el dolor paralizante en su ingle. El fotĆ³grafo se reĆ­a cruelmente, con un tono descarado, mientras TobĆ­as se iba al suelo retorciĆ©ndose y aullando angustiado.


—¡Sucio hijo de puta! —dijo TobĆ­as agarrando su dolorido paquete. Finalmente no soportĆ³ tanto dolor y cerrĆ³ los ojos sosteniendo sus bolas en las manos. El rodillazo del fotĆ³grafo en verdad le habĆ­a revuelto los huevos.


El otro hombre estaba imponente sobre Ć©l, llevĆ³ la pierna hacia atrĆ”s y pateĆ³ entre las piernas de TobĆ­as, golpeando sus manos y al mismo tiempo sus gĆ³nadas. Con un gemido mortal, TobĆ­as se inclinĆ³ hacia adelante, tosiendo profundamente antes de sucumbir a su trauma testicular.


GimiĆ³ desesperado, meciĆ©ndose del dolor de cojones, acurrucĆ”ndose en posiciĆ³n fetal.


El fotĆ³grafo se burlĆ³ y tomĆ³ una Ćŗltima imagen de TobĆ­as agarrĆ”ndose los testĆ­culos y quejĆ”ndose de dolor. AbandonĆ³ el evento por completo dejando al joven allĆ­. A la maƱana siguiente se hizo viral la imagen del prepotente TobĆ­as Santana doblado de dolor agarrĆ”ndose los huevos en el suelo.


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