El gato en la arena de pelea (2/4): Patada quiebra bolas - Las Bolas de Pablo

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3 feb 2018

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El gato en la arena de pelea (2/4): Patada quiebra bolas

CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

IDEA ORIGINAL: ERICK (LECTOR DEL BLOG)

   ā€”Ā”AY, MIS BOLAS! LAS HE PERDIDO —era el desesperante grito de Pablo. Estaba echado en una camilla con el cuerpo completamente desnudo. Su gruesa y monstruosa polla estaba flĆ”cida a un lado mientras sus manos acunaban sus testĆ­culos o lo que quedaba de ellos—. Ā”ME DUELE! Ā”ME QUEBRƓ LAS BOLAS!


   ā€”Pablo, cĆ”lmate —le pidió serenamente David aparentaba estar tranquilo pero sus piernas le temblaban nunca antes habĆ­a visto a su esposo asĆ­.



   ā€”Ā”ME QUEBRƓ LAS BOLAS! AY.



   ā€”Pablo, dejate revisar —continuó David teniendo encima la mirada de un grupo de personas. Estaba en el centro del estudio donde se realizaban los encuentros de Guerreros de la arena.



   ā€”Ā”NO, MIS BOLAS!

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   Pablo fue empujado por dos enfermeros que lo sacarĆ­an de la arena de pelea. David se quedó parado sin saber quĆ© hacer estaba nervioso y sintiĆ©ndose culpable de haber apoyado a Pablo en su participación especial en la pelea que al parecer habĆ­a perdido y con un testĆ­culo roto. Cristóbal el dueƱo de la empresa se acercó a David.



   ā€”No te preocupes todo va a estar bien. Tenemos un buen mĆ©dico que va a revisar a Pablo.



   ā€”ĀæQUE ESTƉ BIEN? Ā”SI HA PABLO LE PASA ALGO LOS VOY A DEMANDAR, IDIOTAS!


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   David iba a poner camino rumbo a la enfermerĆ­a cuando se percató del hombre estĆ”tico que estaba a un lado sin saber quĆ© hacer, era el luchador que se encargó de derrotar a Pablo. El sujeto tenĆ­a el cuerpo semidesnudo y con fuertes mĆŗsculos con grandes pectorales y abdominales, lo mĆ”s impresionante eran sus piernas tan tonificadas y gruesas que David creyó que Pablo habĆ­a en definitiva sin sus dos huevas por las patadas que recibió de ellas.


   ā€”Ā”Esto tambiĆ©n es tu culpa, pajuo! —lanzó David un grito acusador.


   El joven palideció aĆŗn mĆ”s.



   ā€”Yo sólo tenĆ­a que ganar —se justificó.



   ā€”ĀæAh sĆ­? Ā”Entonces gĆ”nate esta!



   El furioso David devolvió contra el luchador una devastadora patada en su entrepierna. El pesado zapato conectó directamente con las bolas colgantes del guerrero y las aplanó en su pelvis, la fina tela azul de la ropa interior jamĆ”s le ofreció protección.



   El muchacho gimió cuando la patada conectó con sus bolas. Cerró las piernas y cayó al suelo agarrĆ”ndose los testĆ­culos magullados que Pablo no pudo faulear.



   David salió rabioso del estudio con decenas de aplausos del pĆŗblico sobre Ć©l.


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   La tragedia habĆ­a comenzado minutos antes cuando Pablo recibĆ­a sobre la arena de pelea al joven retador, el juez habĆ­a determinado que para ganar el encuentro se tenĆ­a que doblegar al rival y obligarle a que le hicieran sexo oral. El encuentro habĆ­a iniciado y Pablo dirigió una rĆ”pida mirada a David que estaba entre el pĆŗblico Ć©l hizo una seƱa de apoyo con el pulgar.

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   Pablo apretó el puƱo y se cuadró ante su enemigo.



   ā€”No quiero pelear contigo —negó su contrincante—. Te la quiero chupar muy bien. Llenas ese bóxer de una manera que se me hace agua la boca, quiero ese pedazo de carne.



   Pablo rió y se llevó las manos a la cadera.



   ā€”Entonces ven y pruĆ©balo.



   Pablo gritó cuando una fulminante patada le dio de lleno en las bolas de aquella dura y robusta pierna del traicionero rival.



   ā€”Ā”AAAAAAAAAAAHHHHHHHHH! —aulló Pablo para deleite de todos los presentes.



   Antes de que retrocediera para caer sentado en el piso su rival se abalanzó contra Ć©l agarrĆ”ndolo del hombro y procedió a estamparle la fornida rótula contra sus pelotas cuatro veces seguidas. Pablo le suplicó que se detuviera, pero sus llantos solo salieron como gemidos amortiguados ahogados por los fuertes sonidos de la rodilla aplastando sus gigantes bolas.



   Cuando lo soltaron del hombro Pablo se quedó inmóvil sin saber quĆ© hacer. Simplemente estaba parado en la arena de pelea con los ojos vidriosos y la boca abierta. SentĆ­a un profundo dolor desde sus palpitantes huevos que subĆ­a a su estómago y se lo revolvĆ­a.



   Como un Ćŗltimo golpe de gracia el rival apuntó la gruesa pierna hacia atrĆ”s y la lanzó en el aire contra las bolas de Pablo. ElevĆ”ndolo en el aire e incrementando la explosión de dolor en Ć©l.



   Pablo sintió que sus amados testĆ­culos grandes fueron desgarrados por la patada de gracia. Cayó al piso como un costal de papas gritando desaforadamente que le habĆ­an roto las bolas. David saltó de su asiento y bajó corriendo contra su querido esposo.



   En la actualidad David Aceituno aguardaba impaciente en la enfermerĆ­a de Guerreros de la arena. Cuando el mĆ©dico salió de la sala de consultas saltó sobre Ć©l.



   ā€”ĀæCómo estĆ”, Pablo? ĀæSus testĆ­culos? ĀæEstĆ”n rotos? DĆ­game que estarĆ” bien.



   El mĆ©dico lo calmó y le dijo que todo estaba bien a pesar de las dificultades no fue mĆ”s que un susto, los testĆ­culos de Pablo estaban en buen estado aunque hinchados aparentemente al triple de su tamaƱo, llenando todo su escroto.



   ā€”Tiene unas gónadas duras ese macho. Sobrenaturalmente grandes y fuertes.



   ā€”ĀæPuedo verlo? Soy su esposo —atacó celoso.



   ā€”De momento no —negó el mĆ©dico—. Le inyectĆ© un analgĆ©sico y se quedó dormido.


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   David afirmó con la cabeza.



   Ā«Que susto me he llevado con PabloĀ» pensaba.

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