ORIGINAL DE: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M.
Mi nombre es Carolina, tengo 17 años y estoy en último año de escuela, en este momento me halló en una situación muy extraña, junto a mi amiga Ingrid estamos charlando con Angélica una chica de 16 años, quien es la actual novia de un chico de 17 años llamado Ricardo.
UN DESQUITE NADA COMĆN.
Ingrid es mi mejor amiga, vivimos en el mismo barrio desde la infancia y desde los 8 años somos amigas, tenemos la misma edad y hasta compartimos el mismo salón de clases.
Lo que deben saber es que Ingrid fue novia de Ricardo hasta hace 6 meses, cuando le fue infiel a mi amiga, y esta luego de un escÔndalo público le terminó.
Ricardo siempre fue un hombre interesado en mĆ”s de una chica, y aunque parecĆa que con Ingrid querĆa algo mĆ”s serio, terminó acostĆ”ndose con una muchacha con el Ćŗnico motivo de tomar su virginidad… lo que al parecer sucede con AngĆ©lica.
Tanto Ćngrid como yo, a su edad ya tenĆamos experiencia con chicos, pero esta jovencita es muy tĆmida, y el siempre interesado Ricardo puso sus ojos en ella… con el Ćŗnico fin de dormir con una virgen mĆ”s.
Nosotras no conocemos muy bien a esta chica, pues estĆ” en un grado mĆ”s abajo en nuestra escuela, pero sabemos que digamos lo que le digamos, ella se le entregarĆ” a Ricardo, esta encaprichada de Ć©l, y siendo este chico bastante atractivo, le entregara su virginidad con tal de complacerlo y retenerlo… es una ingenua de la que Ricardo se aprovecha, una vez la haga mujer, la dejarĆ” por otra.
Pero Ingrid tambiĆ©n se aprovecha de la jovencita, y sin contarle que fue ex de Ricardo se ha vuelto en 2 dĆas en su mejor amiga con tal de hacer realidad un perverso plan contra su exnovio, plan que le nació desde el momento en que supo del incipiente noviazgo entre AngĆ©lica y Ricardo.
A pesar de ser su mejor amiga, Ingrid no me ha contado detalles… erróneamente pensĆ© que le informarĆa que Ricardo solo quiere acostarse con la muchacha y ya, pero siendo sincera, dudo que aunque le digan los verdaderos motivos de Ricardo para con ella, simplemente decida alejarse de Ć©l… esa muchacha estĆ” demasiado embobada de Ricardo como aceptar dejarlo.
Ahora me entero de lo que planea Ingrid.
Solo escuchaba como mi amiga lograba convencer a la muchacha de hacer algo abiertamente peligroso y basado en un motivo con casi nula credibilidad.
“Mira AngĆ©lica deberĆas asegurarte bien del hombre con quien te metes antes del dar el paso de intimidad”.
“Yo lo quiero, es muy lindo”.
“Eso se nota, me refiero a que en realidad sea un hombre”.
Era curioso escuchar lo descabellado del plan de mi amiga, pero algo me decĆa que resultarĆa… AngĆ©lica era muy ingenua, y se tragó algo demasiado falso… en definición la chica no era ingenua... ella ya se pasaba de ingenuidad, era mĆ”s bien tonta.
“AngĆ©lica debes cerciorarte que te acuestas con un varón”
“No entiendo”.
“Mira obvio que Ricardo es un hombre, pero me refiero a sus gustos, no sea que te le entregues y al mes lo encuentres en la cama con otro hombre”.
“Ćl no es gay”.
“Solo hay una forma de estar segura… estas dispuesta a hacer una prueba con Ricardo, asĆ sabrĆ”s que no es marica”.
“Pero te advierto que podrĆa enfadarse, pero es mejor conocer la verdadera orientación sexual de Ricardo antes de hacerte su mujer, no crees”.
“Tiene razón, pero que debo hacer?, que prueba es?”.
“Bien, cuando se vean debes besarlo, o fingir que le vas a dar el beso mĆ”s pasional del mundo, entiendes?”.
“Si, y que hago despuĆ©s?”.
“Bueno, eso dejara distraĆdo a Ricardo, y en ese instante le metes un rodillazo entre las piernas”.
Cuando escuche a Ćngrid decir eso me alarmĆ©, mĆ”s cuando hizo con su rodilla la imitación de lo que serĆa un golpe a los testĆculos de Ricardo. AngĆ©lica se alarmó.
“No puedo hacerle eso!, es una locura!, no lo quiero lastimar”.
Ingrid le persuadió que era por su bien, solo asĆ sabrĆa si es realmente un varón o era un gay en el fondo. Su explicación fue de risa:
“Mira querida, A los machos machos, les duelen mĆ”s los golpes bajos, a los gays no les duelen casi”.
“Como es eso posible Ćngrid?, explĆcame no entiendo”.
“Los gays no tiene tanto sexo como los hombres, ademĆ”s los machos al ver mujeres se excitan mĆ”s y mĆ”s, asĆ sus bolas producen mĆ”s hormonas y semen, y lo descarga mĆ”s, asĆ sea fornicando o tocĆ”ndose ellos mismos en el baƱo… Entiendes?, el punto es que sus pelotas estĆ”n mucho mĆ”s activas”.
“Y eso que tiene que ver con pegarle en la zona intima a Ricardo?”.
“Tiene mucho que ver!, toda esa actividad sexual y de hormonas, hace a la bolas mĆ”s sensibles al dolor, por eso si le pegas a Ricardo allĆ abajo, y se queja mucho, sabrĆ”s con certeza que es un verdadero macho”.
La idea de Ingrid era una sarta de mentiras, pero AngĆ©lica, muy ingenua y viendo a Ingrid como casi una mentora, terminó creyendo la absurda teorĆa de que los gay tenĆan poca actividad sexual y hormonal, y por ello sus bolas “menos activas”, les harĆa menos sensibles a los golpes bajos, claro comparados con un macho como Ricardo.
Pero quĆ© clase de persona se creerĆa tal idea?...ah sĆ!…solamente la ingenua de AngĆ©lica.
Y esta jovencita debĆa esperar de Ricardo, segĆŗn palabras de la propia Ingrid “Un buen grito de dolor!”.
AngĆ©lica estaba decidida a faulear a su novio, e incluso Ćngrid le ayudo a practicar como dar un buen rodillazo entre las piernas; Y de esa forma le esperaba un golpe en los testĆculos al pobre de Ricardo.
Con la chica alejĆ”ndose rumbo a una cita en el parque con Ricardo, Ingrid y mi persona nos acomodamos en una perfecta esquina donde podrĆamos observar los acontecimientos, el entusiasmo por ver sufrir a su ex, asĆ sea de lejos, excitó a mi amiga.
Por mi lado no estaba igual, incluso tratƩ de convencer a Ingrid de abortar todo.
“Ingrid estas segura que quieres hacerle eso a Ricardo, sabes lo que les duele eso a los hombres?”.
“Por eso mismo, que le duela!”.
“No estĆ” bien, es cierto que Ć©l es un perro, pero que esa chica le golpee ahĆ es mucho Ćngrid”.
“Nada de eso amiga, no te lo habĆa dicho pero Ricardo siempre se ha mostrado temeroso de que se metan con sus huevos”.
“Pues lo entiendo, es algo doloroso para ellos”.
“Y por eso mismo siempre le he tenido ganas de pegarle en las bolas… en sus muchachos!, desde que lo sorprendĆ comiĆ©ndose a esa chica con la que me fue infiel”.
“Muchachos?”. La palabra me sorprendió, pero ya la habĆa oĆdo antes, pero hacĆa tanto no la traĆa a la memoria.
“Si, creo que alguna vez te comentĆ© que Ricardo llama asĆ a sus pelotas, y como las cuida!; Una vez en la intimidad, le di una palmada en las bolas solo por juego, y se molestó tanto que dejo de hacerme el amor y me regañó mientras se los sobaba. Desde ahĆ siempre me advertĆa cuando estaba en una posición en la cama, “Ćngrid, cuidado con mis muchachos”, pues al diablo tus muchachos maldito infiel!”.
Claro que recordaba esa palabra, y la intimidad con Ricardo!… Lo que ustedes ni Ingrid saben, es que yo, su mejor amiga, tuve sexo con Ricardo cuando aĆŗn eran novios, y ahĆ le escuchĆ© cómo llamaba a sus pelotas, y claro que con el par que le cuelga hice algo mĆ”s que conocerles el apodo.
Pero eso es algo para contar en otra ocasión.
Pero volviendo al tema ya era inĆŗtil que Ćngrid diera reversa a su plan, asĆ que solo atine a decir:
La conversación terminó allĆ pues Ricardo aparecĆa en escena.
VeĆamos a distancia como frente a frente, AngĆ©lica tomaba de la mano a Ricardo y luego charlaron un poco; DividĆa la mirada entre el rostro ansioso de mi amiga y la situación de la pareja a la distancia en el parque.
Y llego el momento, AngĆ©lica le pidió un beso apasionado a Ricardo, quien se inclinó un poco dada su mayor estatura, y sucedió como lo planeo Ingrid, la muchacha le clavó la rodilla entre las piernas a Ricardo, fue un impacto fuerte, la chica habĆa tomado todas las indicaciones de Ingrid… golpear con firmeza y con la plena rótula contra sus pelotas.
Pude ver como se hundió por completo esa Ôrea huesuda, contra las indefensas bolas de Ricardo, el impacto hasta le levantó un poco del suelo.
Ricardo se dobló a la mitad, abrió la boca enormemente y llevó sus manos para agarrarse los huevos.
Incluso se alcanzó a oĆr como gritaba un “AAAAAHHHHH!!!”.
Ingrid se morĆa de la risa ante la fauleada a su exnovio, expresó. “Siiiii!!!, que le duela!!, A esta virgen no te la podrĆ”s comer perro asqueroso”.
Para no despertar sospechas fingĆa risa, pero por dentro me morĆa de la preocupación por Ricardo… Pobre de Ć©l, y pobres de sus “muchachos”.
Ya antes habĆa visto a Ricardo sufrir un accidente en donde se golpeó bastante fuerte en sus muchachos… fue horrible ver su sufrimiento a primera vista, y ahora volvĆa a padecer algo asĆ de malo.
Ricardo con la cara blanca como el papel, retrocedió y cayó sentado en una banca del parque, las dos quedamos atentas a que pasarĆa ahora… y sucedió lo obvio, Ricardo aun con dolor, movĆa la boca… se quejaba?, o insultaba a AngĆ©lica?, no escuchĆ”bamos pero fue lo segundo, debieron de ser palabras fuerte, porque la joven rompió en llanto y se fue corriendo.
Ricardo se recostó contra el espaldar de la banca, frustrado de seguro por hacer llorar al joven, y por no poder llegar a la intimidad con ella, pero para mĆ lo que mas le preocupaba era en sobar sus bolas, se frotaba con Ć”nimo buscando mejorĆa en su agonĆa.
Desde la distancia le vinos unos 5 minutos sobarse, finalmente Ingrid entro en razón y decidió marcharse, su orgullo estaba satisfecho.
MIS SENTIMIENTOS POR RICARDO, Y EL ALIVIO A SUS MUCHACHOS.
Ingrid daba por terminado su inmaduro plan de venganza contra Ricardo, pero yo por mi lado no podĆa irme, tenĆa que hablar con el, me preocupaba su condición, decidĆ verlo y para ello saque una excusa a Ćngrid.
“Ve tu sola, me siento mal por AngĆ©lica, irĆ© a buscarla y tratare de consolarla”.
Ingrid pareció entender y no puso problema, mientras mi amiga se marchaba, yo alteraba mi camino inicial y regresaba al lugar donde estaba Ricardo.
“Hola Ricardo”, cuando me vio dejó de sobarse las bolas, tal vez por orgullo, o para que no supiese que le habĆa pasado algo.
Me saludo sorprendido, decidĆ ir al grano. “Pude ver todo Ricardo, y se porque te tocas tus muchachos, te los golpeo esa chica”. Ante su sorpresa sólo mentĆ diciendo que pasaba por el sitio, y verlo con una supuesta pareja me intrigo, asĆ que les espiĆ© lo suficiente para toparme con el sorpresivo final.
“Estas bien?”.
“Si, lo estoy”.
“No te creo, eso te debe doler mucho”.
“Si pero ya estoy mejor”.
“Que pasó?, porque te golpeó?”. Me hice la tonta para seguir charlando con Ć©l.
“No tengo idea porque me pegó, pero se metió con mis muchachos y eso no me gustó, la mandĆ© al diablo!”.
Quede un rato mordiĆ©ndome los labios, y no pude contenerme mĆ”s tiempo, asĆ que me lancĆ© a decir lo que querĆa hacer:
“Me dejas sobarte los muchachos?, quisiera ayudar en algo”.
“Cómo aquella vez en la enfermerĆa?”.
Ya antes habĆa sobado los testĆculos de Ricardo, fue posterior a acostarme con Ć©l… Sucedió en la enfermerĆa de la escuela cuando sufrió un accidente con su bicicleta…Claro que en aquella ocasión sucedieron mĆ”s cosas.
Pero también les contaré sobre eso con detalle en otra ocasión.
Le respondĆ algo apenada: “Si, como aquella vez… pero sólo sobarte esta vez… no estamos en privado”.
Ricardo aceptó, y a la vez supo que mi petición tenĆa un motivo detrĆ”s, ya anticipaba hacia donde iba mi encuentro fortuito con Ć©l.
Me incline un poco frente a él, y con cariño le comencé a sobar las bolas sobre el pantalón, hacia tanto no se las tocaba, me excite al hacerlo; Por su lado su reacción de gusto ante el masaje era muy directa.
Con obvia intención, pase un instante mis dedos por su verga, la cual note que estaba algo parada, Ricardo me vio fijamente mientras seguĆa sobĆ”ndole. Cuando vi sus ojos, supe que conocĆa mis intenciones, asĆ que no di espera y me incline para besarlo.
Jadee luego de probar sus labios.
“Ricardo no te he olvidado”.
“Pero Carolina, creĆ que no te interesaba, que habĆas decidido no seguir acercĆ”ndote a mĆ”.
“Lo hice por respetar a mi amiga, ese desliz tratĆ© de dejarlo atrĆ”s”.
“Pero cuando Ingrid me terminó, porque no me buscaste?”.
“Estaba confundida, Ćngrid es mi mejor amiga, aun si ya no eran novios no querĆa perder su amistad, creĆ que podrĆa olvidarte, pero no es asĆ!”.
Le bese con pasión nuevamente, y le volvĆ a tocar la verga, seguĆa en crecimiento.
Ahà fue cuando me tocó un pezón sobre la blusa, casi di un quejido por la sorpresa, con habilidad me hizo sentir rico, luego fue por el otro y ante el doble estimulo, deje de sobarle las bolas, él estaba entusiasmado con mis senos.
“ExtraƱaba tus manos en mis tetas”.
“Y no sabes cómo mis manos extraƱaban este par!”, ahĆ me agarro las tetas completas con sus manotas, las masajeo y hurgo cada centĆmetro de ellas…
… estaba casi en el Ć©xtasis, jadeaba sin control cuando se detuvo y libero mis pechos:
“CĆ”lmate un poco Carolina, ademĆ”s has descuidado mis muchachos, mira que te necesitan bastante”.
Le di las gracias por evitarme perder el control. Asà que retome las caricias a sus huevas, ahora fue él quien comenzó a jadear.
Hizo un esfuerzo para hablar y expresó:
“Siempre me has gustado Carolina, y sabes bien que yo siempre quiero, pero si tu tambiĆ©n quieres… podrĆamos…”.
Esperaba tanto eso que no le deje terminar, y dejando de sobarle expresƩ jadeante:
“Ricardo, puedo ir a tu apartamento esta noche”.
Ćl vivĆa sólo, asĆ que podrĆamos hacer el amor toda la noche si quisiĆ©ramos, y querĆa estar con el cuantas veces pudiĆ©ramos.
“No!, en la noche no!, lo haremos ahora mismo, es que mira como me pusiste”.
Condujo mi mano nuevamente a su entrepierna, y palpĆ© su pene paradĆsimo dentro de los pantalones, me alegrĆ© por su potente erección, ya se habĆa recuperado del golpe, seguramente aun le dolĆan “Sus muchachos”, pero para nada se habĆa afectado su virilidad.
Por un instante quise desnudarme y dejarme tomar ahà mismo, pero el sentido común prevaleció.
“Ricardo!, estamos en un lugar pĆŗblico”. El solo sonrió al ver mi alarmada reacción:
“Sólo bromeaba, te espero en mi apartamento en la noche”.
Me acercó a sus labios y nos besamos apasionadamente por última vez.
En ese momento no tenĆa cabeza para pensar mi futuro… Me harĆa novia de Ricardo?, o solo tendrĆamos sexo?…varias veces cómo esperaba con ansias. Le contarĆa a mi amiga que me hice pareja de su ex?, todos esos pensamientos tendrĆan que esperar, lo Ćŗnico que me importaba era besar los labios de Ricardo, lo deseaba como hombre desde hace tanto, y ese momento era eterno para mĆ, disfrutando de un hombre por el que sentĆa un deseo incontrolable.
Pero el DESTINO decidió jugar de mala manera ese dĆa, porque lo que no sabĆa es que mientras besaba interminablemente a Ricardo, Ingrid nos observaba; Inesperadamente habĆa regresado a esa esquina desde donde contemplamos su plan de venganza, y me sorprendĆa en tales actos con su exnovio… Solo atinó a decir en voz baja: “Traidora!!”.
ContinuarĆ”...
Gracias.
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