Los muchachos de Ricardo (1/?) - Las Bolas de Pablo

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19 feb 2018

Los muchachos de Ricardo (1/?)

ORIGINAL DE: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M.

   Mi nombre es Carolina, tengo 17 aƱos y estoy en Ćŗltimo aƱo de escuela, en este momento me hallĆ³ en una situaciĆ³n muy extraƱa, junto a mi amiga Ingrid estamos charlando con AngĆ©lica una chica de 16 aƱos, quien es la actual novia de un chico de 17 aƱos llamado Ricardo.


UN DESQUITE NADA COMƚN.

   Ingrid es mi mejor amiga, vivimos en el mismo barrio desde la infancia y desde los 8 aƱos somos amigas, tenemos la misma edad y hasta compartimos el mismo salĆ³n de clases.

   Lo que deben saber es que Ingrid fue novia de Ricardo hasta hace 6 meses, cuando le fue infiel a mi amiga, y esta luego de un escĆ”ndalo pĆŗblico le terminĆ³.

   Ricardo siempre fue un hombre interesado en mĆ”s de una chica, y aunque parecĆ­a que con Ingrid querĆ­a algo mĆ”s serio, terminĆ³ acostĆ”ndose con una muchacha con el Ćŗnico motivo de tomar su  virginidad… lo que al parecer sucede con AngĆ©lica.

   Tanto ƍngrid como yo, a su edad ya tenĆ­amos experiencia con chicos, pero esta jovencita es muy tĆ­mida, y el siempre interesado Ricardo puso sus ojos en ella… con el Ćŗnico fin de dormir con una virgen mĆ”s.

   Nosotras no conocemos muy bien a esta chica, pues estĆ” en un grado mĆ”s abajo en nuestra escuela, pero sabemos que digamos lo que le digamos, ella se le entregarĆ” a Ricardo, esta encaprichada de Ć©l, y siendo este chico bastante atractivo, le entregara su virginidad con tal de complacerlo y retenerlo… es una ingenua de la que Ricardo se aprovecha, una vez la haga mujer, la dejarĆ” por otra.


   Pero Ingrid tambiĆ©n se aprovecha de la jovencita, y sin contarle que fue ex de Ricardo se ha vuelto en 2 dĆ­as en su mejor amiga con tal de hacer realidad un perverso plan contra su exnovio, plan que le naciĆ³ desde el momento en que supo del incipiente noviazgo entre AngĆ©lica y Ricardo.

   A pesar de ser su mejor amiga, Ingrid no me ha contado detalles… errĆ³neamente pensĆ© que le informarĆ­a que Ricardo solo quiere acostarse con la muchacha y ya, pero siendo sincera, dudo que aunque le digan los verdaderos motivos de Ricardo para con ella, simplemente decida alejarse de Ć©l… esa muchacha estĆ” demasiado embobada de Ricardo como aceptar dejarlo. 

   Ahora me entero de lo que planea Ingrid.

   Solo escuchaba como mi amiga lograba convencer a la muchacha de hacer algo abiertamente peligroso y basado en un motivo con casi nula credibilidad.

   “Mira AngĆ©lica deberĆ­as asegurarte bien del hombre con quien te metes antes del dar el paso de intimidad”.

   “Yo lo quiero, es muy lindo”.

   “Eso se nota, me refiero a que en realidad sea un hombre”.

   Era curioso escuchar lo descabellado del plan de mi amiga, pero algo me decĆ­a que resultarĆ­a… AngĆ©lica era muy ingenua, y se tragĆ³ algo demasiado falso… en definiciĆ³n la chica no era ingenua... ella ya se pasaba de ingenuidad, era mĆ”s bien tonta. 

   “AngĆ©lica debes cerciorarte que te acuestas con un varĆ³n”

   “No entiendo”.

   “Mira obvio que Ricardo es un hombre, pero me refiero a sus gustos, no sea que te le entregues y al mes lo encuentres en la cama con otro hombre”.

   “Ɖl no es gay”.

   “Solo hay una forma de estar segura… estas dispuesta a hacer una prueba con Ricardo, asĆ­ sabrĆ”s que no es marica”.

   “No lo llames asĆ­, el termino es gay, pero sĆ­… Lo que sea, estoy dispuesta”.


   “Pero te advierto que podrĆ­a enfadarse, pero es mejor conocer la verdadera orientaciĆ³n sexual de Ricardo antes de hacerte su mujer, no crees”.

   “Tiene razĆ³n, pero que debo hacer?, que prueba es?”.

   “Bien, cuando se vean debes besarlo, o fingir que le vas a dar el beso mĆ”s pasional del mundo, entiendes?”.

   “Si, y que hago despuĆ©s?”.

   “Bueno, eso dejara distraĆ­do a Ricardo, y en ese instante  le metes un rodillazo entre las piernas”.

   Cuando escuche a ƍngrid decir eso me alarmĆ©, mĆ”s cuando hizo con su rodilla la imitaciĆ³n de lo que serĆ­a un golpe a los testĆ­culos de Ricardo. AngĆ©lica se alarmĆ³.

   “No puedo hacerle eso!, es una  locura!, no lo quiero lastimar”.

   Ingrid le persuadiĆ³ que era por su bien, solo asĆ­ sabrĆ­a si es realmente un varĆ³n o era un gay en el fondo. Su explicaciĆ³n fue de risa:

   “Mira querida, A los machos machos, les duelen mĆ”s los golpes bajos, a los gays no les duelen casi”.

   “Como es eso posible ƍngrid?, explĆ­came no entiendo”.

   “Los gays no tiene tanto sexo como los hombres, ademĆ”s los machos al ver mujeres se excitan mĆ”s y mĆ”s, asĆ­ sus bolas producen mĆ”s hormonas y semen, y lo descarga mĆ”s, asĆ­ sea fornicando o tocĆ”ndose ellos mismos en el baƱo… Entiendes?, el punto es que sus pelotas estĆ”n mucho mĆ”s activas”.

   “Y eso que tiene que ver con pegarle en la zona intima a Ricardo?”.

   “Tiene mucho que ver!, toda esa actividad sexual y de hormonas, hace a la bolas mĆ”s sensibles al dolor, por eso si le pegas a Ricardo allĆ­ abajo, y se queja mucho, sabrĆ”s con certeza que es un verdadero macho”.

   La idea de Ingrid era una sarta de mentiras, pero AngĆ©lica, muy ingenua y viendo a Ingrid como casi una mentora, terminĆ³ creyendo la absurda teorĆ­a de que los gay tenĆ­an poca actividad sexual y hormonal, y por ello sus bolas “menos activas”, les harĆ­a menos sensibles a los golpes bajos, claro comparados con un macho como Ricardo.
   Pero quĆ© clase de persona se creerĆ­a tal idea?...ah sĆ­!…solamente la ingenua de AngĆ©lica.

   Y esta jovencita debĆ­a esperar de Ricardo, segĆŗn palabras de la propia Ingrid “Un buen grito de dolor!”.



   AngĆ©lica estaba decidida a faulear a su novio, e incluso ƍngrid le ayudo a practicar como dar un buen rodillazo entre las piernas; Y de esa forma le esperaba un golpe en los testĆ­culos al pobre de Ricardo.

   Con la chica alejĆ”ndose rumbo a una cita en el parque con Ricardo, Ingrid y mi persona nos acomodamos en una perfecta esquina donde podrĆ­amos observar los acontecimientos, el entusiasmo por ver sufrir a su ex, asĆ­ sea de lejos, excitĆ³ a mi amiga.

   Por mi lado no estaba igual, incluso tratĆ© de convencer a Ingrid de abortar todo.

   “Ingrid estas segura que quieres hacerle eso a Ricardo, sabes lo que les duele eso a los hombres?”.

   “Por eso mismo, que le duela!”.

   “No estĆ” bien, es cierto que Ć©l es un perro, pero que esa chica le golpee ahĆ­ es mucho ƍngrid”.

   “Nada de eso amiga, no te lo habĆ­a dicho pero Ricardo siempre se ha mostrado temeroso de que se metan con sus huevos”.

   “Pues lo entiendo, es algo doloroso para ellos”.

   “Y por eso mismo siempre le he tenido ganas de pegarle en las bolas…  en sus muchachos!, desde que lo sorprendĆ­ comiĆ©ndose a esa chica con la que me fue infiel”.

   “Muchachos?”. La palabra me sorprendiĆ³, pero ya la habĆ­a oĆ­do antes, pero hacĆ­a tanto no la traĆ­a a la memoria.

   “Si, creo que alguna vez te comentĆ© que Ricardo llama asĆ­ a sus pelotas, y como las cuida!; Una vez en la intimidad, le di una palmada en las bolas solo por juego, y se molestĆ³ tanto que dejo de hacerme el amor y me regaĆ±Ć³ mientras se los sobaba. Desde ahĆ­ siempre me advertĆ­a cuando estaba en una posiciĆ³n en la cama, “ƍngrid, cuidado con mis muchachos”, pues al diablo tus muchachos maldito infiel!”.

   Claro que recordaba esa palabra, y la intimidad con Ricardo!… Lo que ustedes ni Ingrid saben, es que yo, su mejor amiga, tuve sexo con Ricardo cuando aĆŗn eran novios, y ahĆ­ le escuchĆ© cĆ³mo llamaba a sus pelotas, y claro que con el par que le cuelga hice algo mĆ”s que conocerles el apodo.

   Pero eso es algo para contar en otra ocasiĆ³n.

   Pero volviendo al tema ya era inĆŗtil que ƍngrid diera reversa a su plan, asĆ­ que solo atine a decir:

   “Estas con un tornillo suelto, sabias?”.


   La conversaciĆ³n terminĆ³ allĆ­ pues Ricardo aparecĆ­a en escena.

   VeĆ­amos a distancia como frente a frente, AngĆ©lica tomaba de la mano a Ricardo y luego charlaron un poco; DividĆ­a la mirada entre el rostro ansioso de mi amiga y la situaciĆ³n de la pareja  a la distancia en el parque.



   Y llego el momento, AngĆ©lica le pidiĆ³ un beso apasionado a Ricardo, quien se inclinĆ³ un poco dada su mayor estatura, y sucediĆ³ como lo planeo Ingrid, la muchacha le clavĆ³ la rodilla entre las piernas  a Ricardo, fue un impacto fuerte, la chica habĆ­a tomado todas las indicaciones de Ingrid… golpear con firmeza y con la plena rĆ³tula contra sus pelotas.

   Pude ver como se hundiĆ³ por completo esa Ć”rea huesuda, contra las indefensas bolas de Ricardo, el impacto hasta le levantĆ³ un poco del suelo.

   Ricardo se doblĆ³ a la mitad, abriĆ³ la boca enormemente y llevĆ³ sus manos para agarrarse los huevos.

   Incluso se alcanzĆ³ a oĆ­r como gritaba un  “AAAAAHHHHH!!!”.

   Ingrid se morĆ­a de la risa ante la fauleada a su exnovio, expresĆ³. “Siiiii!!!, que le duela!!, A esta virgen no te la podrĆ”s comer perro asqueroso”.

   Para no despertar sospechas fingĆ­a risa, pero por dentro me morĆ­a de la preocupaciĆ³n por Ricardo… Pobre de Ć©l, y pobres de sus “muchachos”.

   Ya antes habĆ­a visto a Ricardo sufrir un accidente en donde se golpeĆ³ bastante fuerte en sus muchachos… fue horrible ver su sufrimiento a primera vista, y ahora volvĆ­a  a padecer algo asĆ­ de malo.

   Ricardo con la cara blanca como el papel, retrocediĆ³ y cayĆ³ sentado en una banca del parque, las dos quedamos atentas a que pasarĆ­a ahora… y sucediĆ³ lo obvio, Ricardo aun con dolor, movĆ­a la boca… se quejaba?, o insultaba a AngĆ©lica?, no escuchĆ”bamos pero fue lo segundo, debieron de ser palabras fuerte,  porque la joven rompiĆ³ en llanto y se fue corriendo.

   Ricardo se recostĆ³ contra el espaldar de la banca, frustrado de seguro por hacer llorar al joven, y por no poder llegar a la intimidad con ella, pero para mĆ­ lo que mas le preocupaba era en sobar sus bolas, se frotaba con Ć”nimo buscando mejorĆ­a en su agonĆ­a.


   Desde la distancia le vinos unos 5 minutos sobarse, finalmente Ingrid entro en razĆ³n y decidiĆ³ marcharse, su orgullo estaba satisfecho.

   MIS SENTIMIENTOS POR RICARDO, Y EL ALIVIO A SUS MUCHACHOS. 

   Ingrid daba por terminado su inmaduro plan de venganza contra Ricardo, pero yo por mi lado no podĆ­a irme, tenĆ­a que hablar con el, me preocupaba su condiciĆ³n, decidĆ­ verlo y para ello saque una excusa a ƍngrid.

   “Ve tu sola, me siento mal por AngĆ©lica, irĆ© a  buscarla y tratare de consolarla”.

   Ingrid pareciĆ³ entender y no puso problema, mientras mi amiga se marchaba, yo alteraba mi camino inicial y regresaba al lugar donde estaba Ricardo.

   “Hola Ricardo”, cuando me vio dejĆ³ de sobarse las bolas, tal vez por orgullo, o para que no supiese que le habĆ­a pasado algo.

   Me saludo sorprendido, decidĆ­ ir al grano. “Pude ver todo Ricardo, y se porque te tocas tus muchachos, te los golpeo esa chica”. Ante su sorpresa sĆ³lo mentĆ­ diciendo que pasaba por el sitio, y verlo con una supuesta pareja me intrigo, asĆ­ que les espiĆ© lo suficiente para toparme con el sorpresivo final.

   “Estas bien?”.

   “Si, lo estoy”.

   “No te creo, eso te debe doler mucho”.

   “Si pero ya estoy mejor”.

   “Que pasĆ³?, porque te golpeĆ³?”. Me hice la tonta para seguir charlando con Ć©l.

   “No tengo idea porque me pegĆ³, pero se metiĆ³ con mis muchachos y eso no me gustĆ³, la mandĆ© al diablo!”.

   Quede un rato mordiĆ©ndome los labios, y no pude contenerme mĆ”s tiempo, asĆ­ que me lancĆ© a decir lo que querĆ­a hacer:

   “Me dejas sobarte los muchachos?, quisiera ayudar en algo”.

   “CĆ³mo aquella vez en la enfermerĆ­a?”.

   Ya antes habĆ­a sobado los testĆ­culos de Ricardo, fue posterior a acostarme con Ć©l… SucediĆ³ en la enfermerĆ­a de la escuela cuando sufriĆ³ un accidente con su bicicleta…Claro que en aquella ocasiĆ³n sucedieron mĆ”s cosas.

   Pero tambiĆ©n les contarĆ© sobre eso con detalle en otra ocasiĆ³n.

   Le respondĆ­ algo apenada: “Si, como aquella vez… pero sĆ³lo sobarte esta vez… no estamos en privado”.

   Ricardo aceptĆ³, y a la vez supo que mi peticiĆ³n tenĆ­a un motivo detrĆ”s, ya anticipaba hacia donde iba mi encuentro fortuito con Ć©l.


   Me incline un poco frente a Ć©l, y con cariƱo le comencĆ© a sobar las bolas sobre el pantalĆ³n, hacia tanto no se las tocaba, me excite al hacerlo; Por su lado su reacciĆ³n de gusto ante el masaje era muy directa.

   Con obvia intenciĆ³n, pase un instante mis dedos por su verga, la cual note que estaba algo parada, Ricardo me vio fijamente mientras seguĆ­a sobĆ”ndole. Cuando vi sus ojos, supe que conocĆ­a mis intenciones, asĆ­ que no di espera y me incline para besarlo.

   Jadee luego de probar sus labios.

   “Ricardo no te he olvidado”.

   “Pero Carolina, creĆ­ que no te interesaba, que habĆ­as decidido no seguir acercĆ”ndote a mĆ­”.

   “Lo hice por respetar a mi amiga, ese desliz tratĆ© de dejarlo atrĆ”s”.

   “Pero cuando Ingrid me terminĆ³, porque no me buscaste?”.

   “Estaba confundida, ƍngrid es mi mejor amiga, aun si ya no eran novios no querĆ­a perder su amistad, creĆ­ que podrĆ­a olvidarte, pero no es asĆ­!”.

   Le bese con pasiĆ³n nuevamente, y le volvĆ­ a tocar la verga, seguĆ­a en crecimiento.

   AhĆ­ fue cuando me tocĆ³ un pezĆ³n sobre la blusa, casi di un quejido por la sorpresa, con habilidad me hizo sentir rico, luego fue por el otro y ante el doble estimulo, deje de sobarle las bolas, Ć©l estaba entusiasmado con mis senos.

   “ExtraƱaba tus manos en mis tetas”.

   “Y no sabes cĆ³mo mis manos extraƱaban este par!”, ahĆ­ me agarro las tetas completas con sus manotas, las masajeo y hurgo cada centĆ­metro de ellas…
… estaba casi en el Ć©xtasis, jadeaba sin control cuando se detuvo y libero mis pechos:

   “CĆ”lmate un poco Carolina, ademĆ”s has descuidado mis muchachos, mira que te necesitan bastante”.

   Le di las gracias por evitarme perder el control. AsĆ­ que retome las caricias a sus huevas, ahora fue Ć©l quien  comenzĆ³ a jadear.

   Hizo un esfuerzo para hablar y expresĆ³:

   “Siempre me has gustado Carolina, y sabes bien que yo siempre quiero, pero si tu tambiĆ©n quieres… podrĆ­amos…”.

   Esperaba tanto eso que no le deje terminar, y dejando de sobarle expresĆ© jadeante:

   “Ricardo, puedo ir a tu apartamento esta noche”.

   Ć‰l vivĆ­a sĆ³lo, asĆ­ que podrĆ­amos hacer el amor toda la noche si quisiĆ©ramos, y querĆ­a estar con el cuantas veces pudiĆ©ramos.

   “No!, en la noche no!, lo haremos ahora mismo, es que mira como me pusiste”. 

   Condujo mi mano nuevamente a su entrepierna, y palpĆ© su pene paradĆ­simo dentro de los pantalones, me alegrĆ© por su potente erecciĆ³n, ya se habĆ­a recuperado del golpe, seguramente aun le dolĆ­an “Sus muchachos”, pero para nada se habĆ­a afectado su virilidad.

   Por un instante quise desnudarme y dejarme tomar ahĆ­ mismo, pero el sentido comĆŗn prevaleciĆ³.

   “Ricardo!, estamos en un lugar pĆŗblico”. El solo sonriĆ³ al ver mi alarmada reacciĆ³n:

   “SĆ³lo bromeaba, te espero en mi apartamento en la noche”.

   Me acercĆ³ a sus labios y nos besamos apasionadamente por Ćŗltima vez.

   En ese momento no tenĆ­a cabeza para pensar mi futuro… Me harĆ­a novia de Ricardo?, o solo tendrĆ­amos sexo?…varias veces cĆ³mo esperaba con ansias. Le contarĆ­a a mi amiga que me hice pareja de su ex?, todos esos pensamientos tendrĆ­an que esperar, lo Ćŗnico que me importaba era besar los labios de Ricardo, lo deseaba como hombre desde hace tanto, y ese momento era eterno para mĆ­, disfrutando de un hombre por el que sentĆ­a un deseo incontrolable.

   Pero el DESTINO decidiĆ³ jugar de mala manera ese dĆ­a, porque lo que no sabĆ­a es que mientras besaba interminablemente a Ricardo, Ingrid nos observaba; Inesperadamente habĆ­a regresado a esa esquina desde donde contemplamos su plan de venganza, y me sorprendĆ­a en tales actos con su exnovio… Solo atinĆ³ a decir en voz baja: “Traidora!!”.

ContinuarĆ”...

Gracias.
Comentarios a   zatniktiel@hotmail.com

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