Herman@s de Lucas (1/5): Lo de anoche - Las Bolas de Pablo

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22 feb 2018

Herman@s de Lucas (1/5): Lo de anoche


CONTIENE:
-SEXO HETEROSEXUAL

   —Lucas, sobrino que bueno que llegas porque necesito hablar contigo.


   —¿SĆ­, tĆ­o? —la voz de Lucas reflejaba duda y miedo. Nunca esperaba llegar a casa en su vehĆ­culo y que el tĆ­o Marcos lo esperara fuera del hogar o ¿serĆ­a mera coincidencia que allĆ­ se encontraran?—. ¿Dime, tĆ­o?



   Marcos Chacón usaba esa maƱana una chaqueta para el frĆ­o y una ajustada camisa que resaltaba un cuerpo poderosamente cuidado para su edad.



   —Toque esta maƱana en tu cuarto y ya no estabas. Tu tĆ­a me aseguro que habĆ­as salido a la federación de fĆŗtbol.



   —AsĆ­ es, tĆ­o, habĆ­a una reunión para lo de Rusia.



   Marcos Chacón miraba fijamente a Lucas mientras tanto su sobrino estaba internamente lleno de miedo, ¿para quĆ© su tĆ­o querĆ­a hablar con Ć©l? ¿A caso descubrió lo que pasó anoche? ¿Por quĆ© lo miraba asĆ­? ¿QuĆ© definĆ­a su mirada: decepción, preocupación, rabia?



   —AquĆ­ hace mucho frĆ­o entremos y vamos a la biblioteca que tengo algo que hablarte seriamente.



   —EstĆ” bien pero de quĆ© se trata, tĆ­o.



   —Adentro serĆ” mejor.



   Marcos Chacón se dio la vuelta y cruzó el jardĆ­n con el sobrino aterrado detrĆ”s de Ć©l.



   «Estoy preparado» pensaba Lucas. «Sabe todo lo de anoche, me va a insultar, me va a pegar y me echarĆ” de su casa como un perro traidor».



   —¿No hay nadie? —preguntó estĆŗpidamente.



   —Sólo Daniela, tĆŗ y yo.



   Daniela era la seƱora que limpiaba la casa, Lucas sentĆ­a que sus grandes bolas le subĆ­an a la garganta por el terror que experimentaba. No habĆ­a duda su tĆ­o lo sabĆ­a todo de anoche y le tocarĆ­a aceptar las represalias como un macho.



   Ocuparon asiento en la amplia biblioteca.



   —Lucas sabes que te quiero mucho…



   «¡Lo sabe todo! Ɖste es el momento en que me escupirĆ” diciendo que le faltĆ© el respeto con su confianza regalada.»



   —Lo sĆ©, tĆ­o —interrumpió Lucas dominando su voz a pesar del pĆ”nico—. Y tĆŗ para mi eres un padre mĆ”s que tu hermano Gaspar… tĆ­o de veras siento lo que pasó…



   —Lucas precisamente de Gaspar quiero hablarte.



   De manera graciosa el muchacho se quedó con la boca abierta sin poder terminar su disculpa, se dio cuenta de ello y se acomodó sintiĆ©ndose libre de culpas.



   —¿QuĆ© quiere ese seƱor?



   —Ayer por la noche me llamó hablamos largo rato. Cuando dejĆ© el celular me quedĆ© muy preocupado. Fui a tocarte a la habitación y ya estabas dormido.



   «O ya no estaba ahĆ­» pensó el sobrino.



   —Mira, yo sĆ© que Gaspar nunca ha sido un buen padre.



   —Y nunca lo serĆ”, sino fuera por ti yo no sĆ© que serĆ­a de mi.



   —Oh, Lucas —Marcos Chacón lo miraba preocupado—, tu padre quiere que te reĆŗnas con Ć©l y todos tus hermanos en su casa.



   —¿SĆ­? Estoy muy ocupado para eso. Ɖl nunca ha querido ni tener hijos ni ser padre. ¿O ya como estĆ” viejo sentó cabeza?



   —No, Lucas, piĆ©nsalo bien Ć©sta puede ser la Ćŗnica manera de conocer a gran parte de tus hermanos.



   —Gaspar Chacón siempre estuvo regando hijos por ahĆ­. ¿Se arrepintió?



   —Quiere que todos lo conozcan, quiere hablar con ustedes.



   —Yo no quiero hablar con Ć©l.



   —Lucas, tu padre estĆ” enfermo y puede morir asĆ­ que quiere reunirse con los hijos de todas las mujeres con las que ha estado y que le han asegurado ser el su padre.



   Lucas abrió los ojos de sorpresa. Rememoró aquella vez que su madre enferma de cĆ”ncer lo presentó ante Gaspar y este tan grosero negó que no tenĆ­a hijos. Ahora parecĆ­a que la vida le daba factura.



   —¿CuĆ”ntos hermanos somos?



   —No lo sĆ©. Ya sabes como es Gaspar.



   —MĆ”s de una docena seguramente. ¿CuĆ”ndo quiere reunirse? Estoy con el fĆŗtbol para ir con la selección nacional a Rusia.



   —Tu viaje serĆ” pronto. A lo sumo 1 o 2 semanas. No afectarĆ” tu rendimiento. ConocerĆ”s a todos tus familiares. ¿No te da emoción?



   —Un poco, con mamĆ” sólo la tenĆ­a a ella y tĆŗ que me abriste las puertas de tu casa.



   —SĆ­. Con respecto a eso debo confesarte algo —Lucas lo miró con renovado interĆ©s, ¿le iba a reclamar finalmente?—. De todos tus hermanos eres el Ćŗnico que tiene el apellido Chacón.



   —Y gracias a tu insistencia.



   —El resto de tus hermanos no han sido reconocidos todavĆ­a, en eso he tenido culpa por no ponerme ferreo con Gaspar.



   —Fui un caso Ćŗnico —rió Lucas.



   —Le harĆ© un seguiento a lo de tus hermanos. Ya sabes que soy un hombre al que le gusta la familia.



   Lucas afirmó con la cabeza. Ellos continuaron charlando un rato mĆ”s hasta que cómodamente el joven se despidió de su tĆ­o y al cerrar la puerta dio un resoplido de alvio.



   «Que bueno que no sabe nada de lo de anoche» se dijo caminando a su habitación.



   Por un momento pensó en Gaspar Chacón, asĆ­ que estaba enfermo y sintiendo un peso de conciencia querĆ­a conocer a sus hijos. ¡Que lĆ”stima que debĆ­a pasar eso para llamar la atención! A pesar de todo iba a conocer a sus hermanos y era lo que le emocionaba. Siempre quiso tener hermanos y la verdad es que tenĆ­a a multitudes.



   Se encerró en su habitación y se quitó la franela, zapatos y jeans. En calzones se echó en la cama y sonriendo.



   «Por un momento pensĆ© que mi tĆ­o sabĆ­a algo de lo de anoche».



   La noche anterior el muchacho habĆ­a salido a hurtadillas de su dormitorio y visitó a su novia secreta, no se trataba de nada mĆ”s y nada menos que de su prima Jenny, ambos habĆ­an sentido una quĆ­mica desde que se conocieron pero fue el diciembre anterior que decidieron hacerse novios a escondidas de la familia.



   Obviamente no era la primera vez que durante la noche Lucas se fugaba de su habitación mientras los demĆ”s dormĆ­an para visitar a la guapa chica, ya tenĆ­a experiencia en ello pero era que la noche anterior habĆ­a sido especial pues fue la primera vez que ellos tenĆ­an relaciones sexuales.



   En las veces anteriores las visitas de Lucas no pasaban de besos, caricias y abrazos por lo que salĆ­a de la recĆ”mara de la prima totalmente caliente y empalmado teniendo que hacerse una paja en su pieza. Hasta cierto punto Jenny se habĆ­a resistido a dar un paso mĆ”s.



   «Pero anoche fue la noche» pensaba Lucas con una sonrisa de satisfacción y el pene tieso.



   AsĆ­ fue lo ocurrido.



   Ambos estaban acostados en la cama de la joven a la luz tenue de la lĆ”mpara Ć©l miraba como un pendejo sus piernas y tetas, imaginĆ”ndola sin ropa, en vez de observar su rostro y pedirle disculpas, cuando se dio cuenta de ello levantó la vista y la miro a los ojos.



   —Vaya al fin te percatas que tengo cara —le dijo de buen humor su novia secreta. Con una sonrisa le entregó un beso en los labios.



   Para su sorpresa Jenny se empezó a quitar la ajustada pijama quedĆ”ndo en ropa interior. Lucas se tuvo que sentar boquiabierto para ver si era cierto.

   Jenny estaba echada en la cama sonriente, ya sin nada de ropa encima, entonces Ć©l se quitó la franela, su short y hasta  el calzón que tenĆ­a en la polla, que se le paraba por cuarta vez en menos de cuarenta minutos ahĆ­ metido. Se inclinó con la cara cerca de la vagina que estaba empezando a mojarse y le dio placer.



   Primero pasó la lengua por todo el sector, era delicioso mientras ella pellizcaba sus pezones. Luego empezó a meter sus dedos, y con la lengua le hacĆ­a bailar el clĆ­toris, Jenny parecĆ­a de gelatina, no paraba de temblar



   —Lucas, ay, Lucas. Ahhhh, dame, dame mĆ”s.



   —Shhhhhh —susurró Ć©l—. Nos pueden escuchar.



   El futbolista aumentó el ritmo con los dedos y lengua, y ella casi se caĆ­a de la cama debido a la excitación pero Lucas continuó lamiĆ©ndola y metiĆ©ndole los dedos hasta que en medio de gritos y gemidos silenciados por la almohada se corrió.



   Lucas no aguantaba mĆ”s las ganas y no esperó a que se recuperara, Ć©l se subió sobre ella sin parar de besarla y acomodó el güevo a la entrada de su vagina comenzando a bombearla como animal, su verga entraba a tope con su cueva, Jenny aĆŗn disfrutaba de su orgasmo anterior casi ni gritaba solo hacia gemidos, ronroneaba como gatita, estaba por las nubes.



   Mientras la penetraba Lucas tambiĆ©n se dedicaba a tocarle las tetas, las besaba, chupaba sus deliciosos pezones, Jenny gemĆ­a de placer. La embestĆ­a como una locomotora, por cada segundo que pasaba la excitación se incrementaba en ambos hasta que el joven llegó al clĆ­max corriĆ©ndose dentro de ella, su leche estaba calientita y espesa.



   Extasiados se quedaron uno al lado del otro empapados de sudor, en pocos segundos Lucas reinició su deseo sexual y la volvió a penetrar.



   Antes de abandonar la habitación Jenny abrió la puerta e inspeccionó el pasillo.



   —¡Ya! Puedes salir —le susurró.



   Se dieron un beso y el joven salió a hurtadillas por suerte su novia cerró la puerta porque cuando Ć©l llegaba a su habitación se encontró cara a cara con alguien que cruzaba el pasillo.



   —¡TĆ­a!  ¿QuĆ© haces por aquĆ­?



   La seƱora Yenny no se dio cuenta de la palidez de Lucas.



   —Vivo en esta casa, Lucas —rió—. Estaba tomando agua abajo. ¿Y tĆŗ? Es entrada la madrugada.



   —SĆ­ —y el muchacho dio una respuesta pre elaborada—. Vengo del baƱo.



   —Ah, sĆ­. Que tengas buenas noches, querido.



   —AsĆ­ serĆ”, tĆ­a, igualmente.



   E ingresó a su recĆ”mara, verdaderamente para Lucas esa fue una buena noche durmiendo plĆ”cidamente de una vez sin tener que masturbarse como en sus visitas nocturnas al cercano cuarto de la prima.

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