Proyecto elite (6/?): semen en el edificio - Las Bolas de Pablo

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15 feb 2018

Proyecto elite (6/?): semen en el edificio

CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE


   Cuando termino el reto el equipo ganador llegó festejando a su departamento. DĆ”ndole las gracias a Sebastian mientras Ć©l relataba la experiencia vivida.

Sebastian

   —PensĆ© que perderĆ­a —decĆ­a— me sentĆ­ tenso porque no podĆ­amos volver a perder, pero al ver como ese luchador empezó a eyacular creĆ­ que ya habĆ­amos perdido pero mecĆ”nicamente seguĆ­ masturbĆ”ndome y no pensĆ© en otra cosa, A veces aguante las ganas de venirme, pero no pude mĆ”s y cuando lo hice salió con todo.



   —AdemĆ”s de las ilegales patadas a las bolas que te dio —comentó Pedro.



   Sebastian simplemente sonrió.

Pedro


   —jajaja felicidades, Sebastian —dijo Gerónimo dĆ”ndole palmadas en la espalada—. Nos has salvado por poco.



   —Nos salvaste el pellejo —complementó Pedro.



   —No se olviden que tenemos que seleccionar a un posible eliminado del otro equipo —comunicó Ignacio.



   —Yo voto por David —indicó Marco—, es muy grande y debe ser un gran adversario.



   —Pienso que no —negó Ignacio— y si me permiten opinar, yo votarĆ­a por RenĆ©.



   —¿Por que? —preguntó SebastiĆ”n.



   —AquĆ­ no sabemos como serĆ”n los retos y por lo general son sexuales y vean la maquina de potencia sexual que tiene RenĆ©; imaginen que para el próximo reto escojan masturbarnos y gana el que mĆ”s eyacule junto con el entusiasmo de la paja... y escojan a RenĆ©. Es mejor que lo seleccionemos directamente para eliminación.



   —QuedarĆ­a David.



   —Pero no sabemos como se desempeƱa en el sexo David —hablaba Ignacio gesticulando con las manos— puede que parezca un semental y no lo sea, mientras ya sabemos como es RenĆ©, Ć©l se calienta muchĆ­simo.



   —Bueno podrĆ­amos elegir a RenĆ© —concluyó Sebastian—. Porque creo que los de su propio equipo votarĆ­an en contra de David, si se ve que ese debe ser odiado en su propio equipo.



   —Mantengo mi voto contra David —se mantuvo Marco.



   —Yo inclino mi voto para RenĆ© —determinó Gerónimo.



   —Yo, doy mi voto a  RenĆ© —alegó Pedro— es mejor bueno conocido que malo por conocer.



   —Mi voto es para RenĆ©, lo saben —dijo Ignacio.



   —Bueno el elegido por los cardenales por mayorĆ­a de voto es RenĆ© —concluyó SebastiĆ”n levantĆ”ndose del banco y apuntando el nombre en una hoja.



   En casa del equipo verde todos discutĆ­an como perdedores.


Matias

   —Yo me oponĆ­a a que eligieran a este cabrón—peleaba MatĆ­as.



   —TĆŗ con tu estupidez creyendo que ganarĆ­as —discutĆ­a RenĆ©—. ¡Carajo inmaduro!



   —Ahora se va a tener que ir uno de nosotros —decĆ­a David—. Y espero que seas tĆŗ.



   —¿SĆ­? ¿Y quien iba a ser el representante de equipo? —se defendĆ­a Lucas—. ¿Otra vez repetir con RenĆ©. ¿O tĆŗ? Que dijiste que jamĆ”s votarĆ­as semen en este edificio.



   —AquĆ­ hay bastante leche para votar —intervino MatĆ­as antes que David se defendiera.



   La discusión siguió hasta que Lucas molesto se fue a su habitación, buscĆ“ un papel y votó con sumo odio contra MatĆ­as. David y los demĆ”s miembros acordaron dar su voto de eliminación hacia Lucas. DespuĆ©s se dirigieron a la habitación de Miguel, el huraƱo beisbolista, y Ć©ste dijo que no tenĆ­a  Ć”nimos de salir. Le informaron que votara por alguien del equipo como posible eliminado y Ć©l copió su propio nombre. Los demĆ”s buscaron sus hojas y depositaron  las nominaciones en la caja.



   Ambos equipos se reunieron en la casa general dĆ­as despuĆ©s y escucharon los resultados oficiales y el nombre del posible eliminado. León tenĆ­a 3 sobres en la mano.



   —Del reto anterior de grado de excitación sexual ante la masturbación los representantes de equipo fueron: por el equipo rojo de los cardenales SebastiĆ”n y por el quipo verde Lucas. Sebastian obtuvo un porcentaje ganador con 61% mientras Lucas perdió con 39% —su equipo vitoreó a Sebastian— el posible eliminado elegido por el grupo rojo es......... RenĆ© mientras el equipo verde dio los siguientes votos: MatĆ­as 1 voto, Miguel 3 y Lucas 1 voto el nuevo posible eliminado es Miguel.



   David miró de manera vengativa a todos los miembros de su equipo habĆ­an decidido por mayorĆ­a votar por Lucas y no resultó ser asĆ­ lo habĆ­an traicionado prĆ”cticamente. Cada grupo volvió a su casa de equipo.



   El grupo verde al entrar a su departamento encontraron en el comedor la cena preparada.


Carlos

   —¿QuĆ© es esto?—pregunto Carlos viendo un sobre. Lo abrió y leyó—. Desde su equipo estĆ”n los posibles eliminados y en Proyecto Elite les regalamos la cena.



   —Estoy que muero del hambre —indicó MatĆ­as sentĆ”ndose a comer.



   David y Carlos hicieron lo respectivo.



   —Yo no tengo hambre —dijo Lucas—, avisarĆ© a Miguel que estĆ” seleccionado como posible eliminado —y se fue del comedor.



   —¿Por quĆ© no votaron por Lucas? —preguntó con mal humor David.



   —Hombre, es que Miguel se quiere ir de aqui —respondió MatĆ­as— y ese weon no nos sirve de nada... es un idiotazo.



   —Y es mejor que se vaya —reconoció Carlos.



   —Me hubieran avisado por lo menos, ¿no? —protestó David—. Espero que el tiro no nos salga por la culata y el eliminado resulte RenĆ©.



   Cada quien terminó de cenar y se fue a su dormitorio donde se guardaron echĆ”ndole pestillo a la puerta.



   David desde la ventana miró hacia la iluminada avenida pensando que debĆ­a ser amigable con todos si era que querĆ­a ganar, dirigió la vista a su entrepierna, tanto tiempo sin masturbarse siquiera expulsar su semen y pensó «Vaya,¿cuĆ”nto debe haber aquĆ­ acumulado?». Sin embargo se acostó en la cama y se durmió rĆ”pidamente.



   Las horas transcurrieron lentamente en el edificio y ningĆŗn tipo de ruido hacĆ­a suponer sonidos anormales. Dos sombras entre la penumbra cruzaron los pasillos y con mucho silencio ingresaron en la casa del equipo verde. Subieron las escaleras, con el mayor mutismo e introdujeron una llave en una puerta y entraron a la habitación.

David


   En la cama dormĆ­a plĆ”cidamente David con las piernas abiertas y un equisito bulto formado en su ropa interior.



   —¿EstĆ”s seguro que le colocaste suficiente somnĆ­fero a la cena? —preguntó el jefe a León en un susurro.



   —SĆ­, seƱor —respondió el hombre— y todos se la comieron, creo que podemos salir como Pedro por su casa y sin preocupaciones.



   —¿Salir?... ahora lo que hay es que cargar a este monstruo.



   Entre los dos se llevaron entre brazos al grueso y musculoso David hacĆ­an mucho esfuerzo por cargar al hombre con toneladas de mĆŗsculos. Lo sacaron del cuarto, lo bajaron por las escaleras sacĆ”ndolo de allĆ­.



...



   Minutos mĆ”s tarde David estaba en un cuarto dĆ©bilmente iluminado atado a unas cadenas y con los brazos en alto y en forma de V, sus piernas se encontraban separadas, estaba totalmente desnudo, el cuerpo musculoso al aire y su pene flĆ”cido amarrado al abdomen, sus bolas gordas y colgantes reposaban entre sus muslos. Sus ojos estaban tapados con un trapo al igual su boca.



   —Tenga, jefe —dijo León acercĆ”ndose a su cómplice y entregĆ”ndole un frasco con un liquido.



   —Gracias, León, ahora dĆ©jame solo.



   León aceptó y salió del cuarto. El jefe abrió el frasco y lo acerco a la nariz de David que poco a poco empezó a despertar.



   David trató de liberarse, sintió que estaba atado a unas cadenas muy frĆ­as. Tampoco podĆ­a hablar.



   — Jajaja —se burló el jefe al ver los vanos intentos de David por liberarse— "jamĆ”s voy a votar una gota de semen" jajaja te oĆ­ y ya verĆ© si es verdad "una gota de semen por placer" habĆ­as dicho.



   David intentaba hablar o gritar. No podĆ­a. Su corazon estaba palpitando, estaba mareado y sintió un escalofrĆ­o por la columna vertebral.



   —QuĆ©date quieto, David. Que por primera vez vas a derramar semen de placer en el edificio.



   David sacudió la cabeza con horror, asimilando la mayor cantidad posible de información. Lo Ćŗltimo que recordaba era haber estado en su habitación mirando a la calle.



   El jefe pasó una mano por los esculpidos labios de David, por sus abdominales y descansó sobre sus pelotas. Las tomó con cuidado entre sus manos sintiendo aquellos pesados ​​órganos grandes. David se estremeció de miedo al tener sus bolas en esas manos. Afortunadamente, el jefe dejó escapar los huevos de David.



   El jefe sonrió y tomando impulso agarró abruptamente las bolas de David en sus manos y apretó duro. Se escuchó como David contuvo el aliento y tensaba la espalda. Los gruesos pulgares presionaban los testĆ­culos deformĆ”ndolos como si fueran a explotar.



   Finalmente, despuĆ©s de lo que le parecieron aƱos a el hombre lo soltó y David volvió a respirar agitadamente.



   Sin tiempo para reponerse David gritó a travĆ©s de su mordaza cuando el jefe lo agarró de las bolas y las retorció.

   Se escuchaba el eco desagradable del crujido de huevos.



   Otra vez soltó a David de los cojones, el fuerte macho jadeaba.



   —No te dejarĆ© en paz hasta que derrames tu semen —informó el jefe.



   Sin previo aviso, estrelló el puƱo contra el escroto de David. El concursante chilló y se revolvió con el sonido crujiente de sus huevas.



   —Dijiste que nunca ibas a eyacular aquĆ­. Hoy lo harĆ”s.



   El jefe levantó el puƱo sobre las gónadas de David, como si de un martillo contra un clavo se tratase. Regaló al guapo y fornido hombre nueve golpes consecutivos haciendo caso omiso a los gritos ahogados que este realizaba cada vez que sus bolas eran fauleadas.



   Las pelotas de David comenzaron a ponerse de una tonalidad rojiza. El sensible macho estaba sollozando deseando liberar sus manos para acariciar sus huevos pero nunca podrĆ­a.



   El jefe retomó una lluvia de golpes sin piedad con ambos puƱos a los grandes cojones de David decidido a terminar con su arrogancia y vida sexual, eso le importaba mĆ”s que sacarle la leche.



   Hubo un puƱetazo mortal que aplastó la mitad de cada huevo. David si no hubiera sido por la mordaza en su boca lanzarĆ­a un grito inhumano.



   El dolor que salĆ­a del escroto de ese macho era tan extremo que realmente no podĆ­a concentrarse en lo que le estaba ocurriendo.



   Ya por Ćŗltimo el jefe se apropió del pene de David con una mano y con la otra le apretó las bolas.



   David gimió al ser masturbado.



   El jefe logró que minutos mĆ”s tarde el semen pegajoso del fortachón saliera de su pene a pesar del apretón mortal a sus gónadas.



Rene
   David despertó el dĆ­a siguiente tirado en la puerta del departamento de equipo con tan solo el slip puesto.


Miguel







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