CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
—Es una pena que hayas perdido el dĆa de tu participación especial —comentaba Esteban a Pablo en su oficina de Guerreros de la arena—, ese muchacho tan joven te humilló delante de todos. Me preocupĆ© por tus huevos. TodavĆa te han de doler, ¿eh? —emitió una risita.
—No, ya estoy mejor —alegó Pablo—. Pero de veras que el dolor que habĆa sentido aquella noche nunca lo habĆa experimentado antes, era profundo e intenso. CreĆ que me habĆa roto uno de mis cojones.
—SerĆa una lĆ”stima que perdieras uno de ellos son tan grandes, espaciosos y bonitos.
—Estem, eh, sĆ…
Esteban volvió a reĆr sabiendo que su intento por reterner a Pablo iba a ser en vano ademĆ”s porque el fastidioso de su esposo lo estaba esperando fuera de la oficina.
—Bueno aquĆ tienes el cheque por tu participación —y extendió a Chacón una planilla—, hubiera sido mĆ”s dinero pero como perdiste.
—No te creas —aceptó Pablo el papel guardĆ”ndolo en un cuaderno que tenĆa consigo— quiero la revancha. ¿Tengo oportunidad? ¿Puedes agendarlo? Quiero vengarme de ese niƱato.
—¡Por supuesto que sĆ, Pablo Alejandro! PautarĆ© una fecha y te llamarĆ©. Siempre serĆ” un espectĆ”culo ver al luchador 'El Gato' desnudo en la arena de pelea. AsĆ serĆ”.
—Debo salvar mi reputación pero no olvides que es participación especial no deseo ser parte de la empresa como antes.
—Descuida,Pablo Chacón. Todo estarĆ” como tĆŗ quieras.
—AsĆ serĆ” —aceptó Pablo poniendo la reunión como concluida. Se levantó del asiento y se despidió de Esteban. Cuando estaba cerca de la puerta Ć©ste lo llamó.
—Hey, Pablo, ¿seguró que tus huevas estĆ”n bien? ¿Puedo tocarlas? —alegó mirando con descaro su frondoso paquete.
—EstĆ”n en perfecto estado —afirmó Pablo riendo y saliendo de la oficina.
Caminó con David en dirección a la salida, casualmente ellos se habĆan conocido en esa empresa cuando Pablo era luchador y David su fan.
Ambos bajaron hasta el estacionamiento haciéndose diferentes bromas hasta que una voz masculina llamó a Pablo por su apodo en las peleas, ambos se voltearon.
Se trataba de un joven de algunos 20 ó 21 años, era apuesto de cabellos oscuros, su cuerpo era delgado y tez blanca.
—¿SĆ? —afirmó Pablo.
—Hola, soy Erick, querĆa conocerte. Soy tu fan aquĆ en Guerreros de la arena —extendió la mano a Pablo.
—Vaya, hola, Erick, un gusto conocerte. Es prĆ”cticamente un halago saber que tengo un fan.
—Ah no, sólo eso me faltaba —protestó David dĆ”ndose la vuelta para caminar en direccion a su automóvil.
—Gato, te he visto muchas veces peleando aquĆ. Me gustó mucho cuando anunciaron la vez pasada tu participación. Hubiera querido que ganaras aunque me excitó como te devastaron las huevas a punta de patadas.
—Ah, sĆ —alegó Pablo sintiendo que se ponĆa rojo como un tomate.
—Me gusta cuando pones tu cara de dolor. Esas huevas te deben pesar para caminar.
—Un poco —bromeó Pablo.
—Oye, Gato, a mi me gusta el ballbusting y serĆa un honor que tĆŗ, mi luchador favorito, me patee las pelotas. ¿AceptarĆas, por favor? Hazlo, pateame las bolas.
—¿Lo dices en serio, Erick?
—Joder que sĆ, hazlo. Patea mis cojones.
Pablo hizo saltar en el aire a Erick cuando levantó la pierna y la golpeó contra las bolas del muchacho.
—UUUFFFFF… fue buena, Pablo, dame otra —graznó Erick doblĆ”ndose y agarrĆ”ndose la entrepierna.
—¿Otra, Erick?
—SĆ, no te preocupes por mi que las patadas me encantan.
Pablo golpeó a Erick en las bolas con una patada dura y precisa.
Erick hizo escapar un gemido y se dobló, agarrando sus doloridas gónadas. Pablo lo miraba teniendo la polla dura, marcÔndose en el pantalón. Una sonrisa descarada adornaba su bello rostro.
—Estoy… preparado… para… otra —argumentó el muchacho.
—¿Seguro? —preguntó Pablo. Se mordió el labio inferior y masajeó su creciente erección.
Erick estaba respirando pesadamente. Se irguió y llevó las manos a su cintura mientras extendĆa las piernas.
Pablo le propinó otra patada que estrelló sus huevos dentro de su cuerpo.
Erick lanzó un gemido ronco y cayó de rodillas temblando.
—Es tan excitante, Pablo —pudo decir.
—SĆ© que soy irresistible —dijo Pablo graciosamente. Centró su atención en el muchacho que estaba tratando de levantarse, gimiendo y jadeando.
Pablo caminó detrÔs de él y pateó sus cojones haciendo que se derrumbara en medio de gemidos agónicos.
Pablo se quedó contemplando a Erick.
—Vamos, Pablo, se hace tarde —llamó la voz de David desde el vehĆculo.
Pablo rió entre dientes.
—Ha sido un gustazo conocerte, Erick, que estĆ©s bien. Me encantó patearte las bolas. ¡Adios!
Corriendo Pablo fue al automóvil de David al subir se encontró con el rostro de su esposo tenĆa una mezcla en la cara que no se sabĆa si era ira o diversion por su torcida sonrisa.
—Muy bonito el tener que lidiar ahora con un fan —le dijo. Pablo al oĆrlo se echó a reĆr—. Te recuerdo que yo soy tu fan nĆŗmero uno y el primero en conocerte en este estacionamiento.
—Ese fan tiene mĆ”s huevos que tĆŗ.
—¿QuĆ© dices?
—AsĆ como lo oyes al menos Ć©l se atrevió a pedirme que le pateara las bolas mientras tĆŗ ese dĆa estabas hecho un manojo de nervios hablandome.
David rió y pasó el carro cerca de Erick que estaba de costado en el suelo sobando su ingle.
—Pisa el acelerador —pidió Pablo— quiero llegar al departamento y follarte, quedĆ© excitado con ese majo.
El carro aumentó la velocidad.
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