La venganza de los ex (10/10): La alcoba - Las Bolas de Pablo

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4 jul 2018

La venganza de los ex (10/10): La alcoba


   David ingresĆ³ a su departamento comenzando a sentirse nervioso, no habĆ­a rastro alguno de Pablo por ahĆ­ a pesar de estar su vehĆ­culo en el estacionamiento. El hombre estaba llegando del gimnasio por lo que vestĆ­a como de costumbre con ropa deportiva, pantalĆ³n negro, una camiseta y gorra.


   ¿DĆ³nde estarĆ­a Pablo? Se preguntaba. Ya por Ćŗltimo le faltaba abrir la puerta de la habitaciĆ³n, ¿estarĆ­a ahĆ­? ¿Se encontrarĆ­a con algĆŗn tipo de sorpresa escandalosa? Pablo secuestrado y torturado por algĆŗn celoso ex?  O peor aĆŗn conseguir a su enamorado en la cama con otro tipo. ¿PagarĆ­a con karma la traiciĆ³n de hace aƱos con su esposa?



   David colocĆ³ la mano sobre el pomo de la puerta y girĆ³ lentamente como sin querer abrir, al lograrlo verdaderamente se consiguiĆ³ con una sorpresa…



   Pablo estaba tumbado en la cama completamente desnudo, sostenĆ­a su grueso pene con una mano mientras miraba de manera pĆ­cara a la puerta.



   —Al fin entras —le dijo—, ¿por que no vienes y te comes este pollĆ³n que pide a gritos por ti? Ve tiene vida propia y quiere que lo comas.



   David se echĆ³ a reĆ­r.



   —¿SĆ­? Vaya no esperaba este recibimiento.



   —Ven, amor, que te espero asĆ­ de hace mucho tiempo. CreĆ­ que no ibas a entrar.



   —Me temĆ­ lo peor —asegurĆ³ David seguido se agarrĆ³ la entrepierna—. Has conseguido ponerme duro como el fierro Pablo —ambos rieron—. ¡Muy duro!



   Se acercĆ³ a la cama donde besĆ³ con mucha pasiĆ³n a Pablo.



   —Estoy muy excitado y no puedo esperar mĆ”s —aclarĆ³ David empezando a quitarse la ropa.



   MirĆ³ a Pablo mientras se desprendĆ­a el pantalĆ³n y despuĆ©s la camiseta hasta quedar en una sexy ropa interior blanca, Pablo manipulaba de manera lenta su pene deleitandose al mirar el fornido cuerpo de su esposo.



   David se echĆ³ sobre la cama mirando a Pablo, se situĆ³ entre sus piernas, y acercĆ³ los labios al grueso miembro. RodeĆ³ el rico capullo con su boca y lo apretĆ³ fuerte a tiempo que succionaba y se tragĆ³ el lĆ­quido que soltaba la cabeza. Lentamente se tragĆ³ la polla hasta los huevos.



   Se la sacĆ³ de la boca y se restregĆ³ el capullo por los labios, llenĆ”ndolos del lĆ­quido preseminal. DespuĆ©s le deslizĆ³ la lengua por todo el tronco, palpando con ella cada centĆ­metro de piel, cada pliegue, y cada vena, al mismo tiempo que se lo empapaba entero con su saliva. Bajaba y subĆ­a una y otra vez, degustando el sabor tan delicioso que tenĆ­a la polla. Era una rica mexcla de orina y pre-semen salado.



   Pablo gozaba con la mamada, no paraba de jadear, de resoplar, y de morderse el labio mientras David succionaba con fuerza y vigor, le presionaba la cabeza con las manos, al mismo tiempo que levantaba la pelvis y arremetĆ­a contra su boca, clavĆ”ndole su estaca hasta el fondo...



   Pablo tomĆ³ a David de los cabellos y presionĆ³ su pollĆ³n con fuerza, posandolo entre sus labios, frotĆ”ndolo de arriba abajo, y masturbĆ”ndose suavemente.



   —¡Ohhhh!... Si, chupa, chupa!



   David seguĆ­a metiĆ©ndose la polla hasta la garganta. Con la nariz pegada al fuerte abdomen de Pablo, y la respiraciĆ³n caliente se soltaba por las fosas nasales. ComenzĆ³ a chupar muy suave y con delicadeza, lentamente se sacaba el pene de la boca y volvĆ­a a metĆ©rsela hasta el fondo. Lo repetĆ­a una y otra vez hasta que fue cogiendo velocidad mientras Pablo apretaba su cabeza y meneaba la cadera.



   LlegĆ³ un momento en que David lo agarrĆ³ de los huevos con la mano apretĆ”ndolos y los estirĆ³ hacĆ­a abajo, para que el pene quedara tenso y recto, y asi poder insertarla mejor en su boca. Pablo jadeaba sin control pues le follaban la polla que daba gusto, devorĆ”ndola como un puto animal, como un salvaje feroz y hambriento de ese presemen que le brotaba.



   Posteriormente Pablo se sentĆ³ en la cama, con la espalda apoyada en el camecero y con las piernas totalmente abiertas, y las rodillas flexionadas hacĆ­a arriba. David se puso frente a Ć©l y volviĆ³ a meterse la polla en la boca. Pablo no podĆ­a respirar de la excitaciĆ³n tan grande que tenĆ­a, se asfixiaba al jadear sin parar mientras David le chupaba la polla, embistiendole la boca con ella como un poseso.



   —FĆ³llame —rogĆ³ Pablo.



   David se situĆ³ encima de Ć©l y de una sola estocada lo penetrĆ³. En ese momento Pablo sintiĆ³ el ano lleno de la carne gruesa de David y aunque le doliĆ³ un poco no le importĆ³ lo mĆ”s mĆ­nimo, por amar tanto a David y juntos sobrevivir a la apariciĆ³n de sus ex.



   
David siguiĆ³ penetrando a Pablo con fuerza con embestidas largas, profundas pero placenteras.



   —¡Ohhhh! —gemĆ­a Pablo.



   Con los ruidos de Pablo, David acelerĆ³ las embestidas, mĆ”s duras, mĆ”s fuertes, y muy rĆ”pidas. Pablo poco tardĆ³ en sentir, un chorro de lĆ­quido caliente que le inundaba todo el boquete y que le quemaba las paredes anales. Mientras David se corrĆ­a y soltaba la lechada en el recto, no dejaba de empujar fuerte hacĆ­a arriba su pollĆ³n, metiĆ©ndolo mĆ”s adentro todavĆ­a. Al mismo tiempo, Pablo presionaba hacia abajo contra su pelvis, para que no se saliera la polla del culo, y gozar sintiendo los chorros de semen que entraban a borbotones en sus intestinos.



   En el furor del Ć©xtasis y a punto de eyacular la leche de sus huevos, Pablo pegĆ³ su boca a la de David y comenzĆ³ a comĆ©rsela. Las lenguas se buscaron y se unieron al momento en un baile de rica saliva, al mismo tiempo que sentĆ­a su semen brotar de la polla y salir disparado sobre sus prefectos abdominales.



   David despuĆ©s lo abrazĆ³ y juntos se quedaron celebrando su amor.

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