Proyecto Elite (10/?): Cita con el doctor - Las Bolas de Pablo

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12 jul 2018

Proyecto Elite (10/?): Cita con el doctor


CONTIENE:
-SEXO HOMOSEXUAL
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Todos reunidos en la sala general esperaban los resultados de la eliminaciĆ³n. Al final LeĆ³n hablĆ³:


   —Los posibles eliminados son: Lucas y MatĆ­as. Las personas votaron para que uno de ellos se salvara. Con 25% merece una segunda oportunidad en el proyecto......... el jugador de waterpolo, MatĆ­as.



   Lucas pateĆ³ al suelo al saberse eliminado.






   Al paso de los dĆ­as se realizarĆ­a un nuevo reto de equipos, llegado el momento LeĆ³n estaba como siempre a la espera de los participantes que fueron llegando uno por uno. Todos reunidos empezĆ³ a relatar como seria el desafĆ­o:



   —El reto de hoy es actuar

Sebastian


   —¿CĆ³mo? —preguntĆ³ SebastiĆ”n.



   —Se anuncia que para este reto participarĆ”n 2 miembros de cada equipo. Esos dos tendrĆ”n que actuar, uno de doctor y otro de paciente. Se disfrazo una habitaciĆ³n del edificio al estilo de un consultorio donde ambos estarĆ”n actuando y una cĆ”mara los grabarĆ” cuya transmisiĆ³n se vera aquĆ­ entre nosotros. El que mejor actuĆ© harĆ” ganar a su equipo.



   —¿Y de quĆ© va la dramatizaciĆ³n? —quiso saber Carlos.



   —Tienen que excitarnos —anunciaba LeĆ³n—, a cada uno de sus compaƱeros (que verĆ”n el video) se le conectara un dispositivo que va a detectar el grado de excitaciĆ³n que tienen al verlos. Eso harĆ” saber con cual transmisiĆ³n se excitan mĆ”s.



   —BĆ”sicamente un video sexual —dijo Marco moviendo una pierna nervioso—, un clĆ”sico video de doctor y paciente.

Marco


   —Eso queda a decisiĆ³n de cada quien —dijo LeĆ³n entregando un dispositivo a cada participante— ustedes decidirĆ”n como actuaran para estimularnos.



   Los representantes de cada equipo eran: David y Miguel,  Ignacio y Marco. Cada quien subiĆ³ a la segunda planta del edificio donde ingresaron a la sala, por decisiĆ³n de moneda los primeros en actuar iban a ser Ignacio y Marco.



   El televisor se encendiĆ³ y con Ć©l un verdadero estudio que parecĆ­a una sala de consultas allĆ­ estaba Marco en calzoncillos rojo y una bata de medico escribiendo en lo que parecĆ­a hojas, LeĆ³n observĆ³ como el bulto del nadador Pedro iba creciendo.



   —Je, je —se riĆ³ SebastiĆ”n mirando la pantalla— parece que Marco estuviera nervioso ¿Ven como le tiembla el pulso?



   —¿Doctor Marco? —llamaron a la puerta—¿Esta ahĆ­?



   —Adelante —invitĆ³ el pseudo mĆ©dico.



   Se abriĆ³ la puerta y entro Ignacio vestido de pie a cabeza con pantalĆ³n y sin franela.



   —¿Usted es Alejandro? ¿No? —actuĆ³ Marco.



   Ignacio asintiĆ³ con la cabeza siguiendo con la dramatizaciĆ³n.



   —¿QuĆ© puedo hacer por usted? —preguntĆ³ Marco dejando con nerviosismo la carpeta sobre la mesa.



   Ignacio se quedĆ³ pensando que decir.



   —Pues... —tanteĆ³— mi bolas... quiero... quiero que me las revise…



   Marco asintiĆ³ con la cabeza.



   —AcuĆ©stese sobre la camilla.



   Ignacio obedeciĆ³, Marco se sentĆ³ frente a Ć©l.



   —Y… ¿quĆ© tienen sus bolas?



   Ignacio abriĆ³ la boca. Antes de que pudiera decir una palabra, Marco salvajemente bajo la cremallera del jeans y saco una verga morena semi erecta y larga pero no grande sino muy gruesa y cabezona. El deportista abriĆ³ la boca sorprendido para luego gemir cuando el supuesto doctor le sacĆ³ los negros testĆ­culos y los exprimiĆ³ retorciĆ©ndolos.



   —Me parece que estĆ”n repletos de semen —comprobo el doctor— y por ello los siente pesados y molestos... ¿QuĆ© pasa con esto?



   Sin avisar Marco estampĆ³ un puƱetazo en los cojones que hizo gritar a Ignacio y desenfocar sus ojos. Luego se introdujo la verga a la boca y comenzĆ³ a mamar mientras le estrujaba los huevos.



   Ignacio respirĆ³ hondo entre adolorido y lleno de placer.



   —Oooohhh.



   Marco seguĆ­a apretĆ”ndole los pequeƱos testĆ­culos.



   Marco sonriĆ³ al dejar de dedicarse en el sexo oral. Se lamĆ­a con ansias los labios de aquel sabor salado que le quedĆ³ impregnado.



   De nuevo Marco le diĆ³ un puƱetazo en los cojones que hizo a su paciente gritar, toser y retorcerse de mucho dolor. El doctor volviĆ³ a chupar el sexo de Ignacio.



   —SĆ”queme toda la leche, doctor —rogĆ³ Ignacio.



—Sus bolas parecen estar muy bien —calificĆ³ el doctor Marco a su paciente subiĆ©ndose hasta su cara y besĆ”ndolo en los labios. Claramente se podĆ­a ver como el bulto de Marco estaba dando muestra de excitaciĆ³n.



   —Gracias —culminĆ³ Ignacio.



   —Vamos a mejorar nuestra terapia.



   Marco mordiĆ³ los labios de Ignacio seductoramente. Luego mirĆ³ a la entrepierna del otro pseudo actor y levantĆ³ las cejas. Miro su propio paquete y sus bĆ³xers ya estaban empapados de semen o presemen. VolviĆ³ a besar en la boca a Ignacio mientras pasaba su mano por la espalda de este y el otro le quitaba la bata y lo dejaba solo en ropa interior.



   Marco bajĆ³ su mano al pene de Ignacio y procedio masturbarlo, Ignacio entre gemido y gemido fue soltando un lĆ­quido pegajoso de color claro.



   —Vi algo por aquĆ­ —anunciĆ³ Marco y fue hasta su escritorio y buscĆ³ un vaso de cristal, volviĆ³ a su paciente para seguir con la masturbaciĆ³n.



   Con movimientos rĆ”pidos ordeĆ±Ć³ a Ignacio que no tardĆ³ en eyacular. En un principio parte del semen cayĆ³ a su muslo y otros chorros al suelo mientras el doctor apuntĆ³ al vaso haciendo lo posible por capturar el liquido. Ignacio cerrĆ³ los ojos cuando otra vez le apretaron las bolas para sacarle el jugo como pasta dental, se doblĆ³ adolorido.



   —Esto te servirĆ” como remedio casero —sonriĆ³ Marco llevando el vaso a los labios de Ignacio.



   —No —negĆ³ Ignacio con miedo. Pero Marco le retorciĆ³ las bolas haciendo que el paciente en medio del dolor abriera la boca donde le echo el lĆ­quido salado.



   Ignacio tosiĆ³ y tuvo arcadas mientras su propio esperma bajaba por la garganta.



   —Creo que sus bolas se encuentran perfectamente bien —determinĆ³ alegremente el doctor— el semen de la muestra se ve en perfectas condiciones. Y estoy seguro que sabĆ­a bien, demasiado dirĆ­a yo...



   AsĆ­ terminĆ³ la grabaciĆ³n del equipo rojo, donde Ignacio quedaria con dolor de bolas por largas horas.

   Inicio en simultaneo la del verde.



   David estaba en la habitaciĆ³n con su bata de mĆ©dico, estaba jugando con el estetoscopio que colgaba alrededor de su cuello. VestĆ­a con calzoncillo negro. Cuando Miguel llamĆ³ a la puerta y David pidiĆ³ que entrara sin levantar la vista jugando con su objeto.



   Miguel entrĆ³ en escena:



   —Hola, doctor —saludĆ³ de manera cĆ³mico y sobreactuada—, soy Brown.



   David garabateĆ³ algo en su libreta. Luego guardĆ³ su lapicero y le sonriĆ³ a Brown—. Hola. AcuĆ©stese, por favor —improvisĆ³ torpemente.



   Miguel aceptĆ³ y se acostĆ³ en la camilla.



   —Un momento —rogĆ³ David. Estaba de pie entre las piernas de Brown y abriĆ³ la bragueta de su pantalĆ³n.



   Miguel parecĆ­a preocupado



   —Doctor...



   David sonriĆ³ y continuĆ³.



   —EstarĆ© contigo en un momento —bajĆ³ el pantalĆ³n de Brown, revelando un calzoncillo color verde.



   David sonriĆ³.



   Miguel lo mirĆ³ fijamente.



   —Doctor...



   David volviĆ³ a sonreĆ­r y frotĆ³ de manera lenta el paquete de Miguel haciendo que su pene temblara de emociĆ³n o miedo...



   —Un momento —dijo David y agarrĆ³ la cintura de Brown.



   —Doctor…



   David sacĆ³ el calzoncillo de Miguel, de su cintura poniendo a la vista su furiosa y creciente erecciĆ³n. Tenia la polla negra, dura y el liquido preseminal ya estaba saliendo.



   Miguel mirĆ³ a David, con los ojos bien abiertos. No parecĆ­a muy feliz por eso. Su verga fue apuntando hacia el norte.



   —Entonces, ¿cuĆ”l es el problema? —preguntĆ³ David con en tono profesional.



   Miguel lo mirĆ³ fijamente.



   —Ehh, estoy... bueno, yo...



   David sin esperar respuesta apuntĆ³ un duro puƱetazo a los testĆ­culos del negro que saltĆ³ sobra la cama rugiendo, tosiendo y despuĆ©s quejĆ”ndose del dolor.



   —Eso te pasa por no saber cual es tu dolor.



   —Yo, ¡ay! Yo… tengo… tengo dolor de cabeza.



   David afirmĆ³ con la cabeza y llevĆ³ su mano al pene de Brown para empezar a masturbarlo.



   —¿Un dolor de cabeza, eh? ¿En la cabeza del pene, jeje?



   Brown no supo quĆ© decirle a doctor.



   David se encogiĆ³ de hombros y sonriĆ³.



   —Muy bien. ¿Por quĆ© no te quitas la camisa?



   Miguel obedeciĆ³ y mostrĆ³ su pecho musculoso.



   —AsĆ­ es, Brown, vamos a ver que puedo hacer por tu dolor de cabeza —dijo el doctor tocando y acomodĆ”ndole sus testĆ­culos.



   —Oh, sĆ­, por favor, doctor, me estĆ” matando...



   David afincĆ³ las yemas de los dedos en una bola del negro.



   —¡Doctor! ¡AAAAAaaay!



   Mas que un video porno parecĆ­a una comedia asegurĆ³ un miembro del equipo rojo.



   —RelĆ”jese y acuestese —pidiĆ³ David masajeando ahora las gĆ³nadas del falso paciente.



   —Doctor —hablĆ³ Miguel—, estoy seguro que ese dolor no se quita asĆ­



   —Yo soy el mĆ©dico —asegurĆ³ David volviendo a apretar esta vez ambas gĆ³nadas del negro.



   —¡No! —negĆ³ Miguel reincorporĆ”ndose y parĆ”ndose de la cama—. Hay otro mĆ©todo —y tratĆ³ de acercar sus labios a los de David.



   —AsĆ­ no es —se negĆ³ David rechazĆ”ndolo—. Soy un profesional.



   —SĆ­ lo es —dijo Miguel, ya cansĆ”ndose y llevando la mano al abultado paquete de David ahĆ­ apretĆ³ lo que tocĆ³.



   David se quedĆ³ sin aliento, se puso de puntillas abriĆ³ mucho los ojos. Cuando se repuso mascullĆ³:



   —QuĆ©dese quieto, paciente



   —Sabe que doctor, usted es un idiota.



   —No me importa —asegurĆ³ David logrando apartar la mano de Miguel de sus joyas— Me voy —dijo terminando de una vez su actuaciĆ³n y tratando de salir del estudio.



   —De ninguna manera —negĆ³ Miguel y con una fuerza superior a la de David lo pateĆ³ en las pelotas, reduciendo al doctor a un desdichado macho debil por sus bolas, seguido lo arrojĆ³ contra la camilla haciendo que el doctor se diera un buen golpe.



   —Arg —se quejaba obĆ”ndose las gĆ³nadas.



   —Idiota —asegurĆ³ Miguel haciĆ©ndole frente para masturbĆ”rse frenĆ©ticamente.



   —Ayuda —pidiĆ³ David ante la cĆ”mara.



   —Ahhhh —decia Miguel—. ¡Por mi! —dijo cuando el primer chorro de semen salĆ­a de su pene y aterrizaba sobre la cara de David—, por el equipo —y mĆ”s semen aterrizĆ³ sobre la frente—, el reto —cayĆ³ en su pecho— ¡Quiero ganar! —empapĆ³ el rostro de David.



   Ahora el masculino David estaba lleno de leche pegajosa y Miguel se arrodillĆ³ frente a Ć©l.



   —Ya mi dolor de cabeza pasĆ³, doctor —asegurĆ³ el paciente metiendo parte de su pene en la boca de David que tranquilamente limpiĆ³ con la lengua el semen que habĆ­a quedado pegado en su tronco.



   —¿Es rico verdad, doctor? —se riĆ³ el negro.



   La grabaciĆ³n culminĆ³ y el equipo verde empezĆ³ a celebrar, todos estaban con los penes erectos.

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