La madrastra - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

20 jul 2018

La madrastra

ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M.

   Yolanda MejĆ­a es una mujer de 40 aƱos… Divorciada y desde los 20 ha usado siempre su belleza fĆ­sica para visitar innumerables camas en esta ciudad; Por supuesto con un mismo fin, Sacarle dinero a los hombres con matrimonios cortos y divorcios bien remunerados… Siempre ha sido ambiciosa y ahora estrena un nuevo marido. 

   La mujer acaba de contraer matrimonio civil con William Serrano, un ingeniero con buenos recursos econĆ³micos, justo lo que busca Yolanda en un hombre… una buena chequera.

   Le fue muy fĆ”cil seducir a William quien con sus 56 aƱos, y divorciado desde hace 7 aƱos, estaba desesperado por tener a una nueva esposa en su casa.

   Una vez instalada en su nuevo hogar, Yolanda se comportĆ³ como toda una autĆ³crata, ella es la dueƱa de esa casa y se hace lo que diga… El ingeniero embrutecido por el deseo, cede en todo lo que le pide esa mujer, quien cada noche le hace ver el cielo en la alcoba… Yolanda con su delicioso sexo, le tiene totalmente dominado.

   Dentro del dominio femenino, el Ćŗnico problema son los hijos menores de William, SofĆ­a de 19 aƱos y Felipe de 18 aƱos, ambos estudiantes universitarios y que aĆŗn comparten el hogar paterno hasta terminar sus carreras… Desde el principio expresan una clara antipatĆ­a por Yolanda.

   La madrastra detesta a ambos jĆ³venes y no ve el momento en que se gradĆŗen, y siendo ya profesionales abandonen el hogar.

   SofĆ­a la mayor de los dos le hacĆ­a constantes desplantes a Yolanda, de frente le dejaba claro que no le caĆ­a bien, y que sabĆ­a era sĆ³lo una embaucadora que sin duda andaba tras los recursos de su padre para vivir con lujos.

   Yolanda la acusaba constantemente con William, quien sin saber que hacer solo pedĆ­a a su hija fuese tolerante con su nueva madrastra.
   Por otro lado Felipe era mĆ”s reservado en sus comentarios, pero compartĆ­a la misma opiniĆ³n que su hermana; Con respecto a Ć©l Yolanda era altanera, pero solo frente a William y SofĆ­a, en privado la mujer madura demostraba un claro interĆ©s en el atractivo hijo de su nuevo marido; La descarada Madrastra sentĆ­a un enfermo y desesperado deseo carnal por el universitario.

   El dĆ­a de hoy SofĆ­a tuvo un fuerte altercado con Yolanda, quien pretendĆ­a imponerle horarios de llegada a casa, todo era parte de los esfuerzos de la madrastra por hartar a su hijastra y esta decidiese irse a vivir a un apartamento, sin duda su padre convencido por Yolanda le pagarĆ­a el hospedaje.

   SofĆ­a le recrimina: “Eres una mujer perversa!”.

   “Soy perversa?, pues te toca entonces soportar a esta perversa madrastra!, Jajaja”.

   “Mi padre tarde o temprano se darĆ” cuenta de tus intenciones, perra!”.

   “RespĆ©tame!”. Yolanda le dio una bofetada sintiĆ©ndose realmente ofendida…La joven se tomĆ³ el rostro adolorida…
…Pero SofĆ­a reaccionĆ³!, no se dejarĆ­a maltratar asĆ­, y le devolvĆ­a la cachetada.

   “Maldita mocosa!”. El golpe en pleno rostro lo sintiĆ³ en verdad Yolanda.

   “SofĆ­a!!”. William presenciĆ³ el golpe de su hija y le regaƱaba… SofĆ­a intentĆ³ explicar su conducta, pero Yolanda negĆ³ haberla golpeado primero, la joven se dio cuenta que su padre estaba del lado de su mujer, y resentida se fue corriendo de la casa.

   El padre se sintiĆ³ muy mal por la conducta de su hija, y su “Escape” de casa le dejĆ³ muy preocupado.

   “No te preocupes querido, ya regresara, de seguro se quedarĆ” hoy con una de sus amigas, es una consentida, pero ya verĆ”s que regresara para maƱana”.

   William siguiĆ³ preocupado, pero las palabras de su esposa tenĆ­an algo de cierto, ya con el paso del tiempo se le bajarĆ­a la rabieta a SofĆ­a… que dolores de cabeza le daba su hija, si tan solo fuera como su hijo Felipe, Ć©l habĆ­a recibido con mejores maneras a su madrastra.

   El esposo partĆ­a al trabajo, encontrando a su hijo Felipe que regresaba temprano de la universidad; Al verlo llegar, Yolanda tomo su decisiĆ³n… Con William en la oficina todo el dĆ­a, y sin esa entrometida de SofĆ­a, La casa serĆ­a sola para Felipe y ella.

   Con prontitud, la dueƱa del hogar le dio a la servidumbre el resto del dĆ­a libre, y al ser de igual forma remunerado, nadie protestĆ³.

   Felipe estĆ” en su habitaciĆ³n cuando suena su telĆ©fono mĆ³vil… es Yolanda quien le llama, la mujer le pide vaya a su habitaciĆ³n pues debe decirle algo importante… Es extraƱo que estando en la misma casa no pueda acercarse a su habitaciĆ³n a hablarle, pero que se podĆ­a esperar de su egocĆ©ntrica madrastra.

   El joven ya habĆ­a tenido encontrones con la nueva esposa de su padre, la cercanĆ­a con esa mujer era molesta… Si bien era muy atractiva, los descarados coqueteos de Yolanda eran algo inconcebible para el universitario.

   A pesar de la renuencia, el joven se dirige a la habitaciĆ³n matrimonial, toca la puerta y la encuentra abierta. 

   “Adelante querido!”. Yolanda le invita a entrar con un tono de voz mĆ”s que sexy.

   Felipe en pantaloneta y suĆ©ter deportivo, apenas ingresar se asombrĆ³ al ver a su madrastra recostada contra la pared, vistiendo Ćŗnicamente una ropa interior de color negro.

   “Que significa esto?”. Se escandalizĆ³ Felipe, quien vio a la mujer avanzar hacia Ć©l. El muchacho no podĆ­a dejar de verla.

   “No sabes lo bueno que es tenerte aquĆ­ querido”.

   “Que haces?, te puede ver la servidumbre vestida asĆ­, la puerta estĆ” abierta”.

   “No te preocupes, despache a los sirvientes… Estamos tu y yo solitos en esta casa para hacer travesuras”. Yolanda abrazĆ³ del cuello a Felipe acercĆ”ndose mucho a Ć©l. El joven muy inseguro no supo que hacer… por instinto bajo la mirada, que quedĆ³ fija en el escote de su semidesnuda madrastra.

   Yolanda sonriĆ³ al ver el rostro estupefacto del boquiabierto Felipe.

   “Te gustan mis pechos?, adelante dales una caricia”.

   El joven por un instante pensĆ³ bien lo que estaba sucediendo y decidiĆ³ retroceder: 

   “Esto es una locura, me voy!”.

   Yolanda dio un paso y se apoyĆ³ contra su torso, el muchacho quedĆ³ paralizado, la mujer de inmediato le retirĆ³ el suĆ©ter sin la menor resistencia masculina… igual sucediĆ³ al retirarle la pantaloneta.
   “Vaya, que buen bulto!”. La madura mujer detallĆ³ un rato el paquete en los calzoncillos negros de Felipe. 

   Su hijastro logrĆ³ detenerle una mano, antes de que la dama le tocara el paquete.

   “No… no puede pasar”. Se notaba excesivamente jadeante.

   “No digas eso, ya llegaste muy lejos…acepta mis caricias”. 

   Felipe aflojĆ³ la presiĆ³n y dio un suspiro, cuando Yolanda le acariciĆ³ la punta de la verga

   “CĆ³mo te encanta…”.

   La mano femenina pasĆ³ a acariciar el bulto escrotal.

   “Tienes buenas pelotas… son mĆ”s grandes que las de tu padre”.  

   Felipe ya tenĆ­a los calzoncillos como una carpa de circo de la erecciĆ³n, Yolanda le quiso quitar el interior, pero a Ćŗltimo minuto las manos del hijastro mantuvieron la prenda en su lugar…

   “Lo siento, no va a pasar”. El joven alejĆ³ a su madrastra; Por fin Felipe entro en razĆ³n, no cometerĆ­a el grave error de acostarse con la mujer de su padre… Yolanda era la peor mujer del mundo al intentar traicionar a su reciente marido… y con su hijastro!.

   “Respeta a mi Padre”. SentenciĆ³ Felipe quien se inclinĆ³ y tomĆ³ sus ropas.

   Ante lo que sucedĆ­a. Yolanda le retuvo de una mano.

   “Espera, no puedes dejarme asĆ­!”.

   Felipe la ignorĆ³ y se dispuso a darle la espalda… La mujer se enojĆ³, y le hizo darle el frente.

   “A mĆ­ nadie me rechaza!”. Yolanda intentĆ³ abofetearle, pero Felipe le detuvo la mano y tras soltar sus ropas terminĆ³ inmovilizĆ”ndole tambiĆ©n la otra…
…La mujer intenta liberarse, pero sus esfuerzos son inĆŗtiles.

   “DĆ©jame!”.

   “Si te calmas te suelto”. Las seƱas de que no escaparĆ” a su agarre resignan por un instante a Yolanda, quien baja la cabeza en seƱal de rendiciĆ³n.

   Felipe la suelta, toma una vez mĆ”s sus vestimentas y le da la espalda dirigiĆ©ndose hacia la puerta.

   La vista trasera del joven causan que nuevamente el enfado la domine… como se atrevĆ­a su hijastro a rechazarle… ella que es un mujer bella y ha tenido hombres por montones… Esto no quedarĆ” asĆ­-PensĆ³, y se dirigiĆ³ tras Felipe.

   La mujer le tomĆ³ de un hombro y con fuerza le hizo voltear… el joven cansado de su insistencia replico:

   “Yolanda, ya dĆ©jemeeeeeee”. Su madrastra no le dio tiempo de reaccionar y le enterrĆ³ con fuerza un rodillazo en los testĆ­culos. 

   El joven de inmediato se quejĆ³ echando el aire fuera de sus pulmones:

   “Ooohhhhhhhh!!!!”.  ExpresĆ³ y se alejĆ³ de su atacante de manera desesperada.

   “Eso te ganas por negarte… Te lo dije, a mĆ­ nadie me rechaza!”.

   El muchacho se dobla a la mitad, sus manos acunan unas pelotas que irradian una punzante corriente elĆ©ctrica que recorre su joven y deseable cuerpo.

   “Loca!”. Felipe la mira con odio.

   Yolanda se le va encima y le lanza varios golpes con puƱos en cara y cabeza, Felipe se encorva aĆŗn mĆ”s protegiĆ©ndose de los impactos.

   “Toma… toma!!!”, Yolanda parece fuera de sĆ­... De repente haciendo un esfuerzo Felipe reacciona y abofetea a la mujer.

   El impacto derriba a Yolanda, quien queda sentada en el suelo tomĆ”ndose su adolorida mejilla.

   “Ya cĆ”lmate!, desquiciada que pretendes?, piensa en la locura que cometes al serle infiel a mi padre!”.

   La madrasta esta sin palabras. Felipe se soba con desesperaciĆ³n las bolas, toma aire y por fin puede erguirse.

   “Ough!, MaldiciĆ³n… me los dejaste achatados!”.

   Una vez mĆ”s se retira Felipe… Tras abandonar el cuarto, Yolanda queda pensativa:

   - NO!, no te dejarĆ© ir… vas a ser mĆ­o como sea!.

   La mujer corre hacĆ­a su bolso y saca un Stun gun (Arma elĆ©ctrica), y a toda prisa sale tras su hijastro.

   Felipe cojeando llega a la entrada de su habitaciĆ³n, decide apoyarse un instante contra la puerta buscando aire para superar ese intenso “acojonamiento”… SentĆ­a las pelotas raras, como si tuviera algo pesado dentro de sus bolas… aquella sensaciĆ³n incomoda sabĆ­a pasarĆ­a con el tiempo, pero tendrĆ­a sus horas con molestias.

   Tras un nuevo suspiro, iba a abrir la puerta cuando sintiĆ³ que hurgaban tras Ć©l, entre sus piernas!

   No alcanzĆ³ a reaccionar, era Yolanda quien introdujo el arma elĆ©ctrica entre los muslos del joven, activando el aparato justo contra la parte baja del bulto en los calzoncillos de Felipe.

   “AAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!”. El alarido del joven es brutal ante la intensa descarga elĆ©ctrica aplicada contra su escroto.

   Yolanda se ensaƱa con las partes pudendas del muchacho manteniendo el castigo elĆ©ctrico; La electricidad en los testĆ­culos hace al joven sudar por todos los poros y orinarse empapando todo su calzoncillo.

   “AAAAAAHHHHHHHHHH!”. Felipe no cesa en sus gritos… finalmente la satisfecha mujer retira el arma, de inmediato el muchacho cae al suelo tomando sus ardiente gĆ³nadas. 

   “Esto me lo dio tu padre para defenderme…”.

   Felipe se retuerce en el suelo, quejĆ”ndose ahora en silencio pues su mandĆ­bula se habĆ­a contraĆ­do obligĆ”ndole a mantener los dientes apretados.

   “…Pero tiene otros usos… CĆ³mo castigar a un hombre, y obligarle a hacer lo que yo deseo!”.

   El shock en el joven es demasiado y termina perdiendo el sentido, Al cerciorarse Yolanda expresa:

   “PodrĆ”s ser alto y fuerte querido Felipe, pero ningĆŗn hombre aguanta una electrocutada en las pelotas”.

   La mujer sonriente le quita los calzoncillos a su hijastro… tomĆ”ndole de los pies, la madrastra le arrastra con dificultad hacia su habitaciĆ³n.

   “CariƱo eres un mal hijastro, pero si tu no quieres, eso no me detendrĆ”!… yo si lo quiero!”.

   Mientras le arrastra puede ver como el flĆ”cido miembro de Felipe se balancea ligeramente.

   “Querido, tu pene se ve muy rico… me voy a servir yo misma!”.

   Los esfuerzos por llevarle al cuarto son intensos dado el peso del hombre.

   “Eres grandote Felipe, pero no me importa, cĆ³mo sea te subirĆ© a la cama… Y como gozare con tu cuerpazo!, Mmmmm…”.

   Justo tras ingresar en el cuarto, SofĆ­a aparecĆ­a en la casa… La hijastra decidiĆ³ regresar tras la discusiĆ³n, pero no le verĆ­a la cara a su madrastra, se limitarĆ­a a internarse en su habitaciĆ³n evitando al mĆ”ximo encontrarse con Yolanda. 

   Al subir las escaleras se topĆ³ con los calzoncillos orinados de Felipe, la joven dudĆ³ un instante, pero terminĆ³ deduciendo algo.

   - Felipe te has acostado con Yolanda?... te dejaste engatusar por esa sucia mujer?.

   SofĆ­a se siente decepcionada de su hermano, ella siempre estuvo enterada del deseo de Yolanda por Ć©l, y pensaba que su hermano no se dejarĆ­a atrapar por esa mujerzuela, mas por que compartĆ­a con ella el rechazo a su madrastra… Pero parece que finalmente cediĆ³ a su cuerpo, despuĆ©s de todo, los hombres son mĆ”s dĆ©biles de carne.

   La muchacha al acercarse logra ver abierta la puerta del cuarto de su padre y tiene una idea, Grabarlos teniendo relaciones sexuales!… Si lo consigue podrĆ” hacer que su padre se divorcie de esa mujerzuela…
… Lamentablemente Felipe serĆ” echado de la casa, SofĆ­a no quiere eso, pero Ć©l se lo ha buscado, ademĆ”s es lo mejor para el… asĆ­ aprenderĆ” a controlarse mejor en el futuro.

   Saca su mĆ³vil y activa la cĆ”mara, con mucho silencio se asoma por la puerta semi abierta y da un vistazo al interior, se sorprende al grabar a Yolanda desnuda arrodillada entre las piernas del inconsciente muchacho, quien tendido en la cama no sabe los estĆ­mulos linguales que Yolanda le hace a su pene…
…La madrastra degusta como un bombĆ³n el hinchado glande de Felipe, el miembro ya erecto de tanto placer, goteaba abundante lĆ­quido lubricante.

   “CariƱo que verga tan grande…..Y esta que quema!…cĆ³mo voy a gozar cuando me cojas”.

   Las palabras de Yolanda confirman lo que SofĆ­a sospecho al ver a la distancia a su hermano… Felipe estĆ” inconsciente, esa maldita mujer le ha hecho algo a su hermano, y va a hacer el amor con Ć©l sin su permiso… eso es una violaciĆ³n!

   Sin dejar de grabar, SofĆ­a decide actuar e irĆ” contra Yolanda, quien estĆ” totalmente desprevenida pues se apresta a sentarse en el rĆ­gido falo de Felipe.

   “Oh querido como disfrutarĆ© esto…!!!”. La mujer comienza a sentarse, lentamente su excitado coƱo absorbe el venoso pene de Felipe.

   “Que rica verga cariƱo…Mmmm… AAAahhhh!!!!”. Repentinamente recibe un fuerte golpe en la cabeza, lo que la hace salirse del miembro del hijastro y caer a un lado en la cama.

   “Maldita perra!”. SofĆ­a con un florero que se hace aƱicos, acaba de golpear la cabeza de su madrastra.

   Yolanda termina sobre las sĆ”banas sin sentido.

   SofĆ­a auxilia a su hermano, sin dejar de ver de reojo esa gran torre Eiffel entre las piernas de Felipe.

   “Despierta hermano…”. Es inĆŗtil, el joven aĆŗn se mantendrĆ­a sin sentido por un buen rato.
   SofĆ­a cubriĆ³ a Yolanda con una sĆ”bana, mientras con otra ocultaba el falo de su hermano, que ante la falta de mĆ”s estĆ­mulos se desinflaba.

   Una media hora pasa hasta que Felipe despierta:

   “Que paso?”. Pregunta el confundido joven.

   SofĆ­a le saluda, y su hermano se sintiente incomodo al verse sin camisa y con solo su pantaloneta puesta… recordĆ³ que andaba en ropa interior tras salir de esa habitaciĆ³n en la que nuevamente se encuentra… Su hermana le habĆ­a colocado la prenda, ocultando su desnudez.

   La muchacha le pone al tanto de lo que parece haber sucedido, incluido el intento de forzarle a tener relaciones sexuales; Le seƱala a Yolanda tirada de medio lado en la amplia cama, semidesnuda, sin conocimiento y atada de manos.

   Felipe le complementa informĆ”ndole como le redujo su madrastra:

   “La maldita me aplicĆ³ electricidad en los huevos, y me debĆ­ desmayar”.

   “Oh Dios mĆ­o!, CĆ³mo te encuentras hermano?”. La joven miro la entrepierna de Felipe.

   “Me siento mejor”. Felipe no mentĆ­a, pero sus testĆ­culos aĆŗn eran un infierno.

   “Es una zorra!, pero la tenemos hermano!… mi padre se divorciara de ella”. SofĆ­a le explica lo del video, y su plan para con su madrastra.

   Minutos despuĆ©s, los hermanos observan el despertar de Yolanda… la mujer una vez supera su dolor de cabeza inicial, les insulta: “Malditos!, que me hicieron?…SuĆ©ltenme!!!”. Yolanda hacĆ­a inĆŗtiles esfuerzo por romper sus ataduras. 

   SofĆ­a le dio una leve bofetada para hacerle calmar, A lo que se sumĆ³ el reclamo de Felipe:

   “Maldita!, querĆ­as aprovecharte de que me dejaste inconsciente!… Y me atacaste las huevas con ese maldito aparato, perra!”.

   “Quien me pegĆ³ en la cabeza?...Ah!, fuiste tĆŗ maldita tramposa, atacando por las espalda!”.

   “Y tu intentando abusar de mi hermano, suerte llegue a tiempo, criminal!”.

   “Esperen a que llegue William, le dirĆ© que me atacaron los dos!... Los castigarĆ”!”.

   “Nuestro padre se darĆ” cuenta de quiĆ©n eres en realidad, y de lo que puedes llegar a hacer”. ExpresĆ³ Felipe sobĆ”ndose un poco los testĆ­culos, que aĆŗn le dolĆ­an.

   “A su padre lo manejo con un dedo!!, creerĆ” lo que yo le diga, o si no le negarĆ© el sexo…”.

   “Gran descarada, pero te va a ir mal”. SentenciĆ³ SofĆ­a.

   Yolanda iba a insultarla una vez mĆ”s., cuando su hijastra puso a correr el video en su telĆ©fono… La mujer quedĆ³ en silencio viĆ©ndose filmada, en ese comprometedor momento de intento de abuso a Felipe.

   “Ahora no dices nada?, Eh perra!!”. Dijo SofĆ­a con una gran sonrisa.

   “Por fin perderĆ”s la careta ante nuestro padre… maldita abusadora!”. Le gritĆ³ Felipe, sintiendo alivio al tener sin salida a su madrastra.

   “Le gustĆ³ a la estrella de Hollywood salir en el video?…Y que dices a eso, eh?, vas a fingir demencia, Jajaja, no tienes escape, admĆ­telo!”. La hijastra se reĆ­a con gusto.

   “SĆ© admitir cuĆ”ndo me tienen agarrada de los ovarios…que quieren?”.

   SofĆ­a asintiĆ³ y Felipe hablĆ³: “Vas a divorciarte de nuestro padre, y te largarĆ”s para siempre!”.

   “Pero yo…”. IntentĆ³ replicar Yolanda sin argumentos. 

   “Tienes una semana para salir de nuestras vidas!, De aquĆ­ te vas hoy!, y enseguida le mandas a nuestro padre el abogado de divorcio, porque a Ć©l no lo vuelves a ver!…En una semana deben estar separados!!... Y eso sĆ­, renuncias voluntariamente a cualquier reclamaciĆ³n de dinero…”.

    “Malditos mocosos!”. La pĆ©rdida del dinero de William era impensable para Yolanda.

   SofĆ­a la abofeteĆ³: “Mas respetico!, y cumplirĆ”s lo que se te ordena puta barata!, tienes una semana o hacemos publico el video…y apenas lo vean las autoridades vas directo a la cĆ”rcel!, ya quiero verte con tu piyama de rayas”.

   “Y eso no es todo, quedarĆ”s ante tus conocidos como lo que eres, una abusadora!, por fin sabrĆ”n quien es la verdadera Yolanda”. ComplementĆ³ Felipe.

   Yolanda no protestĆ³ mĆ”s, estaba atrapada, y su vida acabarĆ­a en todos los aspectos si se sabĆ­a el contenido del video… solo le restaba obedecer para mantener su libertad e imagen… debĆ­a renunciar al dinero de William.

   AsĆ­ sucedieron las cosas, Unas horas despuĆ©s Yolanda abandonĆ³ la casa y entablaba el divorcio sin ninguna ganancia financiera. 

   William intentĆ³ ver a Yolanda pidiendo una explicaciĆ³n, pero esta se negĆ³ a dĆ”rsela y a verle. Los hijos rogaron al padre olvidar a esa mujer, quien no hizo mĆ”s que causarle penas al dejarle de repente… Le convencieron de que Yolanda prefiriĆ³ a otro hombre con mĆ”s dinero para desposar, y por ello le era necesario el pronto e inesperado divorcio. 

   Al final William entrĆ³ en depresiĆ³n, pero sus hijos siempre a su lado le ayudaron a superar el dolor; Entre SofĆ­a y Felipe se propusieron y lograron encontrarle una nueva pareja… La afortunada, una mujer de 45 aƱos que le darĆ­a muchas alegrĆ­as al divorciado, y que congeniĆ³ perfectamente con los dos muchachos.

FIN.

Gracias.
Comentarios a zatniktiel@hotmail.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages