La madrastra - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

20 jul 2018

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La madrastra

ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M.
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   Yolanda MejĆ­a es una mujer de 40 aƱosā€¦ Divorciada y desde los 20 ha usado siempre su belleza fĆ­sica para visitar innumerables camas en esta ciudad; Por supuesto con un mismo fin, Sacarle dinero a los hombres con matrimonios cortos y divorcios bien remuneradosā€¦ Siempre ha sido ambiciosa y ahora estrena un nuevo marido. 

   La mujer acaba de contraer matrimonio civil con William Serrano, un ingeniero con buenos recursos econĆ³micos, justo lo que busca Yolanda en un hombreā€¦ una buena chequera.
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   Le fue muy fĆ”cil seducir a William quien con sus 56 aƱos, y divorciado desde hace 7 aƱos, estaba desesperado por tener a una nueva esposa en su casa.

   Una vez instalada en su nuevo hogar, Yolanda se comportĆ³ como toda una autĆ³crata, ella es la dueƱa de esa casa y se hace lo que digaā€¦ El ingeniero embrutecido por el deseo, cede en todo lo que le pide esa mujer, quien cada noche le hace ver el cielo en la alcobaā€¦ Yolanda con su delicioso sexo, le tiene totalmente dominado.

   Dentro del dominio femenino, el Ćŗnico problema son los hijos menores de William, SofĆ­a de 19 aƱos y Felipe de 18 aƱos, ambos estudiantes universitarios y que aĆŗn comparten el hogar paterno hasta terminar sus carrerasā€¦ Desde el principio expresan una clara antipatĆ­a por Yolanda.

   La madrastra detesta a ambos jĆ³venes y no ve el momento en que se gradĆŗen, y siendo ya profesionales abandonen el hogar.
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   SofĆ­a la mayor de los dos le hacĆ­a constantes desplantes a Yolanda, de frente le dejaba claro que no le caĆ­a bien, y que sabĆ­a era sĆ³lo una embaucadora que sin duda andaba tras los recursos de su padre para vivir con lujos.

   Yolanda la acusaba constantemente con William, quien sin saber que hacer solo pedĆ­a a su hija fuese tolerante con su nueva madrastra.
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   Por otro lado Felipe era mĆ”s reservado en sus comentarios, pero compartĆ­a la misma opiniĆ³n que su hermana; Con respecto a Ć©l Yolanda era altanera, pero solo frente a William y SofĆ­a, en privado la mujer madura demostraba un claro interĆ©s en el atractivo hijo de su nuevo marido; La descarada Madrastra sentĆ­a un enfermo y desesperado deseo carnal por el universitario.

   El dĆ­a de hoy SofĆ­a tuvo un fuerte altercado con Yolanda, quien pretendĆ­a imponerle horarios de llegada a casa, todo era parte de los esfuerzos de la madrastra por hartar a su hijastra y esta decidiese irse a vivir a un apartamento, sin duda su padre convencido por Yolanda le pagarĆ­a el hospedaje.

   SofĆ­a le recrimina: ā€œEres una mujer perversa!ā€.

   ā€œSoy perversa?, pues te toca entonces soportar a esta perversa madrastra!, Jajajaā€.

   ā€œMi padre tarde o temprano se darĆ” cuenta de tus intenciones, perra!ā€.
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   ā€œRespĆ©tame!ā€. Yolanda le dio una bofetada sintiĆ©ndose realmente ofendidaā€¦La joven se tomĆ³ el rostro adoloridaā€¦
ā€¦Pero SofĆ­a reaccionĆ³!, no se dejarĆ­a maltratar asĆ­, y le devolvĆ­a la cachetada.

   ā€œMaldita mocosa!ā€. El golpe en pleno rostro lo sintiĆ³ en verdad Yolanda.

   ā€œSofĆ­a!!ā€. William presenciĆ³ el golpe de su hija y le regaƱabaā€¦ SofĆ­a intentĆ³ explicar su conducta, pero Yolanda negĆ³ haberla golpeado primero, la joven se dio cuenta que su padre estaba del lado de su mujer, y resentida se fue corriendo de la casa.

   El padre se sintiĆ³ muy mal por la conducta de su hija, y su ā€œEscapeā€ de casa le dejĆ³ muy preocupado.

   ā€œNo te preocupes querido, ya regresara, de seguro se quedarĆ” hoy con una de sus amigas, es una consentida, pero ya verĆ”s que regresara para maƱanaā€.

   William siguiĆ³ preocupado, pero las palabras de su esposa tenĆ­an algo de cierto, ya con el paso del tiempo se le bajarĆ­a la rabieta a SofĆ­aā€¦ que dolores de cabeza le daba su hija, si tan solo fuera como su hijo Felipe, Ć©l habĆ­a recibido con mejores maneras a su madrastra.

   El esposo partĆ­a al trabajo, encontrando a su hijo Felipe que regresaba temprano de la universidad; Al verlo llegar, Yolanda tomo su decisiĆ³nā€¦ Con William en la oficina todo el dĆ­a, y sin esa entrometida de SofĆ­a, La casa serĆ­a sola para Felipe y ella.

   Con prontitud, la dueƱa del hogar le dio a la servidumbre el resto del dĆ­a libre, y al ser de igual forma remunerado, nadie protestĆ³.

   Felipe estĆ” en su habitaciĆ³n cuando suena su telĆ©fono mĆ³vilā€¦ es Yolanda quien le llama, la mujer le pide vaya a su habitaciĆ³n pues debe decirle algo importanteā€¦ Es extraƱo que estando en la misma casa no pueda acercarse a su habitaciĆ³n a hablarle, pero que se podĆ­a esperar de su egocĆ©ntrica madrastra.

   El joven ya habĆ­a tenido encontrones con la nueva esposa de su padre, la cercanĆ­a con esa mujer era molestaā€¦ Si bien era muy atractiva, los descarados coqueteos de Yolanda eran algo inconcebible para el universitario.

   A pesar de la renuencia, el joven se dirige a la habitaciĆ³n matrimonial, toca la puerta y la encuentra abierta. 
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   ā€œAdelante querido!ā€. Yolanda le invita a entrar con un tono de voz mĆ”s que sexy.

   Felipe en pantaloneta y suĆ©ter deportivo, apenas ingresar se asombrĆ³ al ver a su madrastra recostada contra la pared, vistiendo Ćŗnicamente una ropa interior de color negro.

   ā€œQue significa esto?ā€. Se escandalizĆ³ Felipe, quien vio a la mujer avanzar hacia Ć©l. El muchacho no podĆ­a dejar de verla.

   ā€œNo sabes lo bueno que es tenerte aquĆ­ queridoā€.

   ā€œQue haces?, te puede ver la servidumbre vestida asĆ­, la puerta estĆ” abiertaā€.

   ā€œNo te preocupes, despache a los sirvientesā€¦ Estamos tu y yo solitos en esta casa para hacer travesurasā€. Yolanda abrazĆ³ del cuello a Felipe acercĆ”ndose mucho a Ć©l. El joven muy inseguro no supo que hacerā€¦ por instinto bajo la mirada, que quedĆ³ fija en el escote de su semidesnuda madrastra.

   Yolanda sonriĆ³ al ver el rostro estupefacto del boquiabierto Felipe.

   ā€œTe gustan mis pechos?, adelante dales una cariciaā€.

   El joven por un instante pensĆ³ bien lo que estaba sucediendo y decidiĆ³ retroceder: 

   ā€œEsto es una locura, me voy!ā€.

   Yolanda dio un paso y se apoyĆ³ contra su torso, el muchacho quedĆ³ paralizado, la mujer de inmediato le retirĆ³ el suĆ©ter sin la menor resistencia masculinaā€¦ igual sucediĆ³ al retirarle la pantaloneta.
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   ā€œVaya, que buen bulto!ā€. La madura mujer detallĆ³ un rato el paquete en los calzoncillos negros de Felipe. 

   Su hijastro logrĆ³ detenerle una mano, antes de que la dama le tocara el paquete.

   ā€œNoā€¦ no puede pasarā€. Se notaba excesivamente jadeante.

   ā€œNo digas eso, ya llegaste muy lejosā€¦acepta mis cariciasā€. 

   Felipe aflojĆ³ la presiĆ³n y dio un suspiro, cuando Yolanda le acariciĆ³ la punta de la verga

   ā€œCĆ³mo te encantaā€¦ā€.

   La mano femenina pasĆ³ a acariciar el bulto escrotal.

   ā€œTienes buenas pelotasā€¦ son mĆ”s grandes que las de tu padreā€.  

   Felipe ya tenĆ­a los calzoncillos como una carpa de circo de la erecciĆ³n, Yolanda le quiso quitar el interior, pero a Ćŗltimo minuto las manos del hijastro mantuvieron la prenda en su lugarā€¦

   ā€œLo siento, no va a pasarā€. El joven alejĆ³ a su madrastra; Por fin Felipe entro en razĆ³n, no cometerĆ­a el grave error de acostarse con la mujer de su padreā€¦ Yolanda era la peor mujer del mundo al intentar traicionar a su reciente maridoā€¦ y con su hijastro!.

   ā€œRespeta a mi Padreā€. SentenciĆ³ Felipe quien se inclinĆ³ y tomĆ³ sus ropas.

   Ante lo que sucedĆ­a. Yolanda le retuvo de una mano.

   ā€œEspera, no puedes dejarme asĆ­!ā€.

   Felipe la ignorĆ³ y se dispuso a darle la espaldaā€¦ La mujer se enojĆ³, y le hizo darle el frente.

   ā€œA mĆ­ nadie me rechaza!ā€. Yolanda intentĆ³ abofetearle, pero Felipe le detuvo la mano y tras soltar sus ropas terminĆ³ inmovilizĆ”ndole tambiĆ©n la otraā€¦
ā€¦La mujer intenta liberarse, pero sus esfuerzos son inĆŗtiles.

   ā€œDĆ©jame!ā€.

   ā€œSi te calmas te sueltoā€. Las seƱas de que no escaparĆ” a su agarre resignan por un instante a Yolanda, quien baja la cabeza en seƱal de rendiciĆ³n.

   Felipe la suelta, toma una vez mĆ”s sus vestimentas y le da la espalda dirigiĆ©ndose hacia la puerta.

   La vista trasera del joven causan que nuevamente el enfado la domineā€¦ como se atrevĆ­a su hijastro a rechazarleā€¦ ella que es un mujer bella y ha tenido hombres por montonesā€¦ Esto no quedarĆ” asĆ­-PensĆ³, y se dirigiĆ³ tras Felipe.

   La mujer le tomĆ³ de un hombro y con fuerza le hizo voltearā€¦ el joven cansado de su insistencia replico:
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   ā€œYolanda, ya dĆ©jemeeeeeeeā€. Su madrastra no le dio tiempo de reaccionar y le enterrĆ³ con fuerza un rodillazo en los testĆ­culos. 

   El joven de inmediato se quejĆ³ echando el aire fuera de sus pulmones:

   ā€œOoohhhhhhhh!!!!ā€.  ExpresĆ³ y se alejĆ³ de su atacante de manera desesperada.

   ā€œEso te ganas por negarteā€¦ Te lo dije, a mĆ­ nadie me rechaza!ā€.

   El muchacho se dobla a la mitad, sus manos acunan unas pelotas que irradian una punzante corriente elĆ©ctrica que recorre su joven y deseable cuerpo.

   ā€œLoca!ā€. Felipe la mira con odio.

   Yolanda se le va encima y le lanza varios golpes con puƱos en cara y cabeza, Felipe se encorva aĆŗn mĆ”s protegiĆ©ndose de los impactos.

   ā€œTomaā€¦ toma!!!ā€, Yolanda parece fuera de sĆ­... De repente haciendo un esfuerzo Felipe reacciona y abofetea a la mujer.

   El impacto derriba a Yolanda, quien queda sentada en el suelo tomĆ”ndose su adolorida mejilla.

   ā€œYa cĆ”lmate!, desquiciada que pretendes?, piensa en la locura que cometes al serle infiel a mi padre!ā€.

   La madrasta esta sin palabras. Felipe se soba con desesperaciĆ³n las bolas, toma aire y por fin puede erguirse.

   ā€œOugh!, MaldiciĆ³nā€¦ me los dejaste achatados!ā€.

   Una vez mĆ”s se retira Felipeā€¦ Tras abandonar el cuarto, Yolanda queda pensativa:

   - NO!, no te dejarĆ© irā€¦ vas a ser mĆ­o como sea!.
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   La mujer corre hacĆ­a su bolso y saca un Stun gun (Arma elĆ©ctrica), y a toda prisa sale tras su hijastro.

   Felipe cojeando llega a la entrada de su habitaciĆ³n, decide apoyarse un instante contra la puerta buscando aire para superar ese intenso ā€œacojonamientoā€ā€¦ SentĆ­a las pelotas raras, como si tuviera algo pesado dentro de sus bolasā€¦ aquella sensaciĆ³n incomoda sabĆ­a pasarĆ­a con el tiempo, pero tendrĆ­a sus horas con molestias.

   Tras un nuevo suspiro, iba a abrir la puerta cuando sintiĆ³ que hurgaban tras Ć©l, entre sus piernas!

   No alcanzĆ³ a reaccionar, era Yolanda quien introdujo el arma elĆ©ctrica entre los muslos del joven, activando el aparato justo contra la parte baja del bulto en los calzoncillos de Felipe.

   ā€œAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!ā€. El alarido del joven es brutal ante la intensa descarga elĆ©ctrica aplicada contra su escroto.

   Yolanda se ensaƱa con las partes pudendas del muchacho manteniendo el castigo elĆ©ctrico; La electricidad en los testĆ­culos hace al joven sudar por todos los poros y orinarse empapando todo su calzoncillo.

   ā€œAAAAAAHHHHHHHHHH!ā€. Felipe no cesa en sus gritosā€¦ finalmente la satisfecha mujer retira el arma, de inmediato el muchacho cae al suelo tomando sus ardiente gĆ³nadas. 

   ā€œEsto me lo dio tu padre para defendermeā€¦ā€.

   Felipe se retuerce en el suelo, quejĆ”ndose ahora en silencio pues su mandĆ­bula se habĆ­a contraĆ­do obligĆ”ndole a mantener los dientes apretados.

   ā€œā€¦Pero tiene otros usosā€¦ CĆ³mo castigar a un hombre, y obligarle a hacer lo que yo deseo!ā€.

   El shock en el joven es demasiado y termina perdiendo el sentido, Al cerciorarse Yolanda expresa:

   ā€œPodrĆ”s ser alto y fuerte querido Felipe, pero ningĆŗn hombre aguanta una electrocutada en las pelotasā€.

   La mujer sonriente le quita los calzoncillos a su hijastroā€¦ tomĆ”ndole de los pies, la madrastra le arrastra con dificultad hacia su habitaciĆ³n.

   ā€œCariƱo eres un mal hijastro, pero si tu no quieres, eso no me detendrĆ”!ā€¦ yo si lo quiero!ā€.

   Mientras le arrastra puede ver como el flĆ”cido miembro de Felipe se balancea ligeramente.

   ā€œQuerido, tu pene se ve muy ricoā€¦ me voy a servir yo misma!ā€.

   Los esfuerzos por llevarle al cuarto son intensos dado el peso del hombre.

   ā€œEres grandote Felipe, pero no me importa, cĆ³mo sea te subirĆ© a la camaā€¦ Y como gozare con tu cuerpazo!, Mmmmmā€¦ā€.

   Justo tras ingresar en el cuarto, SofĆ­a aparecĆ­a en la casaā€¦ La hijastra decidiĆ³ regresar tras la discusiĆ³n, pero no le verĆ­a la cara a su madrastra, se limitarĆ­a a internarse en su habitaciĆ³n evitando al mĆ”ximo encontrarse con Yolanda. 
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   Al subir las escaleras se topĆ³ con los calzoncillos orinados de Felipe, la joven dudĆ³ un instante, pero terminĆ³ deduciendo algo.

   - Felipe te has acostado con Yolanda?... te dejaste engatusar por esa sucia mujer?.

   SofĆ­a se siente decepcionada de su hermano, ella siempre estuvo enterada del deseo de Yolanda por Ć©l, y pensaba que su hermano no se dejarĆ­a atrapar por esa mujerzuela, mas por que compartĆ­a con ella el rechazo a su madrastraā€¦ Pero parece que finalmente cediĆ³ a su cuerpo, despuĆ©s de todo, los hombres son mĆ”s dĆ©biles de carne.

   La muchacha al acercarse logra ver abierta la puerta del cuarto de su padre y tiene una idea, Grabarlos teniendo relaciones sexuales!ā€¦ Si lo consigue podrĆ” hacer que su padre se divorcie de esa mujerzuelaā€¦
ā€¦ Lamentablemente Felipe serĆ” echado de la casa, SofĆ­a no quiere eso, pero Ć©l se lo ha buscado, ademĆ”s es lo mejor para elā€¦ asĆ­ aprenderĆ” a controlarse mejor en el futuro.
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   Saca su mĆ³vil y activa la cĆ”mara, con mucho silencio se asoma por la puerta semi abierta y da un vistazo al interior, se sorprende al grabar a Yolanda desnuda arrodillada entre las piernas del inconsciente muchacho, quien tendido en la cama no sabe los estĆ­mulos linguales que Yolanda le hace a su peneā€¦
ā€¦La madrastra degusta como un bombĆ³n el hinchado glande de Felipe, el miembro ya erecto de tanto placer, goteaba abundante lĆ­quido lubricante.

   ā€œCariƱo que verga tan grandeā€¦..Y esta que quema!ā€¦cĆ³mo voy a gozar cuando me cojasā€.

   Las palabras de Yolanda confirman lo que SofĆ­a sospecho al ver a la distancia a su hermanoā€¦ Felipe estĆ” inconsciente, esa maldita mujer le ha hecho algo a su hermano, y va a hacer el amor con Ć©l sin su permisoā€¦ eso es una violaciĆ³n!

   Sin dejar de grabar, SofĆ­a decide actuar e irĆ” contra Yolanda, quien estĆ” totalmente desprevenida pues se apresta a sentarse en el rĆ­gido falo de Felipe.
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   ā€œOh querido como disfrutarĆ© estoā€¦!!!ā€. La mujer comienza a sentarse, lentamente su excitado coƱo absorbe el venoso pene de Felipe.

   ā€œQue rica verga cariƱoā€¦Mmmmā€¦ AAAahhhh!!!!ā€. Repentinamente recibe un fuerte golpe en la cabeza, lo que la hace salirse del miembro del hijastro y caer a un lado en la cama.

   ā€œMaldita perra!ā€. SofĆ­a con un florero que se hace aƱicos, acaba de golpear la cabeza de su madrastra.
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   Yolanda termina sobre las sĆ”banas sin sentido.

   SofĆ­a auxilia a su hermano, sin dejar de ver de reojo esa gran torre Eiffel entre las piernas de Felipe.

   ā€œDespierta hermanoā€¦ā€. Es inĆŗtil, el joven aĆŗn se mantendrĆ­a sin sentido por un buen rato.
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   SofĆ­a cubriĆ³ a Yolanda con una sĆ”bana, mientras con otra ocultaba el falo de su hermano, que ante la falta de mĆ”s estĆ­mulos se desinflaba.

   Una media hora pasa hasta que Felipe despierta:

   ā€œQue paso?ā€. Pregunta el confundido joven.

   SofĆ­a le saluda, y su hermano se sintiente incomodo al verse sin camisa y con solo su pantaloneta puestaā€¦ recordĆ³ que andaba en ropa interior tras salir de esa habitaciĆ³n en la que nuevamente se encuentraā€¦ Su hermana le habĆ­a colocado la prenda, ocultando su desnudez.
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   La muchacha le pone al tanto de lo que parece haber sucedido, incluido el intento de forzarle a tener relaciones sexuales; Le seƱala a Yolanda tirada de medio lado en la amplia cama, semidesnuda, sin conocimiento y atada de manos.

   Felipe le complementa informĆ”ndole como le redujo su madrastra:

   ā€œLa maldita me aplicĆ³ electricidad en los huevos, y me debĆ­ desmayarā€.

   ā€œOh Dios mĆ­o!, CĆ³mo te encuentras hermano?ā€. La joven miro la entrepierna de Felipe.

   ā€œMe siento mejorā€. Felipe no mentĆ­a, pero sus testĆ­culos aĆŗn eran un infierno.

   ā€œEs una zorra!, pero la tenemos hermano!ā€¦ mi padre se divorciara de ellaā€. SofĆ­a le explica lo del video, y su plan para con su madrastra.

   Minutos despuĆ©s, los hermanos observan el despertar de Yolandaā€¦ la mujer una vez supera su dolor de cabeza inicial, les insulta: ā€œMalditos!, que me hicieron?ā€¦SuĆ©ltenme!!!ā€. Yolanda hacĆ­a inĆŗtiles esfuerzo por romper sus ataduras. 

   SofĆ­a le dio una leve bofetada para hacerle calmar, A lo que se sumĆ³ el reclamo de Felipe:

   ā€œMaldita!, querĆ­as aprovecharte de que me dejaste inconsciente!ā€¦ Y me atacaste las huevas con ese maldito aparato, perra!ā€.

   ā€œQuien me pegĆ³ en la cabeza?...Ah!, fuiste tĆŗ maldita tramposa, atacando por las espalda!ā€.

   ā€œY tu intentando abusar de mi hermano, suerte llegue a tiempo, criminal!ā€.

   ā€œEsperen a que llegue William, le dirĆ© que me atacaron los dos!... Los castigarĆ”!ā€.

   ā€œNuestro padre se darĆ” cuenta de quiĆ©n eres en realidad, y de lo que puedes llegar a hacerā€. ExpresĆ³ Felipe sobĆ”ndose un poco los testĆ­culos, que aĆŗn le dolĆ­an.

   ā€œA su padre lo manejo con un dedo!!, creerĆ” lo que yo le diga, o si no le negarĆ© el sexoā€¦ā€.

   ā€œGran descarada, pero te va a ir malā€. SentenciĆ³ SofĆ­a.

   Yolanda iba a insultarla una vez mĆ”s., cuando su hijastra puso a correr el video en su telĆ©fonoā€¦ La mujer quedĆ³ en silencio viĆ©ndose filmada, en ese comprometedor momento de intento de abuso a Felipe.

   ā€œAhora no dices nada?, Eh perra!!ā€. Dijo SofĆ­a con una gran sonrisa.

   ā€œPor fin perderĆ”s la careta ante nuestro padreā€¦ maldita abusadora!ā€. Le gritĆ³ Felipe, sintiendo alivio al tener sin salida a su madrastra.

   ā€œLe gustĆ³ a la estrella de Hollywood salir en el video?ā€¦Y que dices a eso, eh?, vas a fingir demencia, Jajaja, no tienes escape, admĆ­telo!ā€. La hijastra se reĆ­a con gusto.

   ā€œSĆ© admitir cuĆ”ndo me tienen agarrada de los ovariosā€¦que quieren?ā€.

   SofĆ­a asintiĆ³ y Felipe hablĆ³: ā€œVas a divorciarte de nuestro padre, y te largarĆ”s para siempre!ā€.

   ā€œPero yoā€¦ā€. IntentĆ³ replicar Yolanda sin argumentos. 

   ā€œTienes una semana para salir de nuestras vidas!, De aquĆ­ te vas hoy!, y enseguida le mandas a nuestro padre el abogado de divorcio, porque a Ć©l no lo vuelves a ver!ā€¦En una semana deben estar separados!!... Y eso sĆ­, renuncias voluntariamente a cualquier reclamaciĆ³n de dineroā€¦ā€.

    ā€œMalditos mocosos!ā€. La pĆ©rdida del dinero de William era impensable para Yolanda.

   SofĆ­a la abofeteĆ³: ā€œMas respetico!, y cumplirĆ”s lo que se te ordena puta barata!, tienes una semana o hacemos publico el videoā€¦y apenas lo vean las autoridades vas directo a la cĆ”rcel!, ya quiero verte con tu piyama de rayasā€.

   ā€œY eso no es todo, quedarĆ”s ante tus conocidos como lo que eres, una abusadora!, por fin sabrĆ”n quien es la verdadera Yolandaā€. ComplementĆ³ Felipe.

   Yolanda no protestĆ³ mĆ”s, estaba atrapada, y su vida acabarĆ­a en todos los aspectos si se sabĆ­a el contenido del videoā€¦ solo le restaba obedecer para mantener su libertad e imagenā€¦ debĆ­a renunciar al dinero de William.

   AsĆ­ sucedieron las cosas, Unas horas despuĆ©s Yolanda abandonĆ³ la casa y entablaba el divorcio sin ninguna ganancia financiera. 

   William intentĆ³ ver a Yolanda pidiendo una explicaciĆ³n, pero esta se negĆ³ a dĆ”rsela y a verle. Los hijos rogaron al padre olvidar a esa mujer, quien no hizo mĆ”s que causarle penas al dejarle de repenteā€¦ Le convencieron de que Yolanda prefiriĆ³ a otro hombre con mĆ”s dinero para desposar, y por ello le era necesario el pronto e inesperado divorcio. 

   Al final William entrĆ³ en depresiĆ³n, pero sus hijos siempre a su lado le ayudaron a superar el dolor; Entre SofĆ­a y Felipe se propusieron y lograron encontrarle una nueva parejaā€¦ La afortunada, una mujer de 45 aƱos que le darĆ­a muchas alegrĆ­as al divorciado, y que congeniĆ³ perfectamente con los dos muchachos.

FIN.

Gracias.
Comentarios a zatniktiel@hotmail.com

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