Alba y un mal sabado para Andres - Las Bolas de Pablo

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13 ago 2018

Alba y un mal sabado para Andres

ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M

Alba se encontraba hoy lunes con su amiga LucĆ­a, las jĆ³venes iniciaron una conversaciĆ³n en donde la primera contarĆ­a como fue su fin de semana con AndrĆ©s.

Alba es una bella mujer de 24 aƱos, quien labora como secretaria en una empresa de bienes raƭces, Lucƭa de similar edad comparte la misma labor y lugar de trabajo, ambas son amigas desde hace tiempo.
“CĆ³mo te fue con AndrĆ©s?, disfrutaron?”. Se mostraba intrigada LucĆ­a.
“Me fue bien y mal, amiga”.
“Por quĆ©?, si se notaba que AndrĆ©s estaba desesperado por estar contigo”.
“Amiga, ayer fue un dĆ­a maravilloso, pero el sĆ”bado, debo decir que fue UN MAL SABADO para AndrĆ©s”.
“ExplĆ­came amiga”.
“LucĆ­a, el sĆ”bado le pegue a AndrĆ©s en los….huevos”. 
“Porque hiciste eso!?, te quiso hacer algo malo?”.
“No nada de eso, Ć©l fue muy amable…Fue un accidente amiga”.
“Accidente?, no me digas que le pegaste en la cama”.
“No, fue antes, dĆ©jame contarte…”.

Alba comenzĆ³ la narraciĆ³n de los sucesos del fin de semana, pero deben saber algunas cosas previas que llevaron al encuentro entre Alba y AndrĆ©s.
Todo Inicio el lunes pasado, cuando se supo la noticia de que AndrĆ©s, uno de los ejecutivos estrellas de la compaƱƭa habĆ­a terminado con su bella novia, la cual era una reconocida modelo; AndrĆ©s era un atractivo hombre de 25 aƱos, exitoso y con fama de buen amante…Ante la repentina “disponibilidad” del varĆ³n, Alba de inmediato intentĆ³ acercĆ”rsele, Alba habĆ­a sido amante de mĆ”s de un ejecutivo de la empresa, siempre fue una mujer abierta y gracias a su bello cuerpo tuvo los hombres que quiso, AndrĆ©s era por mucho el mejor partido de la compaƱƭa, pero desde que Alba entro a trabajar, ya el joven estaba ennoviado.

Era la oportunidad de Alba, ella una mujer muy voluptuosa, planeaba usar sus atributos en AndrĆ©s, su colosal trasero era un manjar para los hombres, y desde que se operĆ³ las tetas, tenĆ­a otra enorme fuente de atracciĆ³n para el gĆ©nero masculino.
La mujer usĆ³ ropas ajustadas durante la semana, llamando la atenciĆ³n del ejecutivo…Al abrirse unos botones de su blusa, dejaba gran parte de su prominente busto al aire, la secretaria descaradamente se paseaba frente al hombre quien perdĆ­a su mirada en ese amplio y lleno escote.

Para el viernes AndrĆ©s le tenĆ­a ganas a Alba, quien no tardo en aceptarle un almuerzo, para Ć©l final de la tarde, Ć©l hombre le propuso irse el fin de semana a la costa donde tenĆ­a un apartamento…Alba acepto de inmediato, ambos sabĆ­an bien a que iban, la secretaria ansiaba yacer con el adinerado ejecutivo.
Le comentĆ³ ese viernes por la noche a su amiga LucĆ­a por telĆ©fono:
“Y como resistirme a ese hombre, no solo es lindo, sino que tiene dinero y es bien dotado”.
“Tiene fama de buen amante, y tĆŗ ya sabĆ­as eso no es asĆ­?”.
“Lo admito, y tiene con quĆ© serlo…Lo toque esta tarde, y tiene buena herramienta”.
“Que lanzada eres, Alba!”.
“Por lo que toquĆ©, el pito  lo tiene de un buen tamaƱo, pero me sorprendiĆ³ que es bastante huevudo”.
“Jajaja, huevudo, jajaja…Amiga eres reputa, Jajaja, entonces a por Ć©l!”.
“LucĆ­a dime puta si quieres, pero no voy a dejar ir a ese papacito, aprovecharĆ© que esta solito para caerle, no darĆ© oportunidad para que la novia le busque la reconciliaciĆ³n”. 
A la maƱana del sƔbado, y luego de tres horas de viaje en auto, Alba y AndrƩs llegaban al apartamento de soltero del ejecutivo, la comodidad del auto de lujo y del lugar alegraron a Alba, quien deseaba disfrutar no solo del amante, sino del dinero de este.
En la entrada del edificio, la secretaria se molestĆ³ ante la descarada mirada de un residente en su enorme trasero, AndrĆ©s se hallaba hablando en la recepciĆ³n, y la mujer llamĆ³ desvergonzado al sujeto.

Ɖste individĆŗo no paro de mirarla y hasta fue grosero:
“Mi amor si tu macho no te satisface, ven a mi cuarto…Apartamento 407, estoy a la orden”.
“Descarado!”. Fue el nuevo reclamo de Alba, quien seguidamente se dirigiĆ³ en busca del brazo de AndrĆ©s, por recato no dijo nada.
En el cuarto, Alba se maravillĆ³ de lo amplio que era, ya eran mĆ”s de las 3 pm, y la mujer se dispuso a desempacar rĆ”pidamente, aprovecharĆ­a el resto de tarde y noche para yacer con AndrĆ©s. Alba volteĆ³ un segundo y descubriĆ³ que el hombre estaba en bĆ³xer ante ella, el cual por cierto le quedaba muy ceƱido.


“Que buen paquete cariƱo, tengo ganas de probarlo ya”. ParecĆ­a que AndrĆ©s estaba impaciente por cogĆ©rsela, pues se desvestĆ­a de una vez…Pero no era lo que Alba creĆ­a…la mujer debiĆ³ cancelar su propia desvestida porque el ejecutivo se excusĆ³, sĆ³lo se estaba cambiando de ropa, pues debĆ­a arreglar un asunto con el administrador del edificio, y prometiĆ³ volver en una hora.
Alba resignada, veĆ­a a su amante vestirse con nueva ropa y salir del cuarto, la mujer  le dijo que irĆ­a al baƱo a refrescarse.
La secretaria cancelĆ³ sus planes, y se dedicĆ³ a probar las prendas que usarĆ­a en la piscina o en la playa, Fue cuando se colocĆ³ un diminuto bikini azul, la prenda se ajustaba a su voluptuosa figura… Por ratos tambiĆ©n revisaba los mensajes en su telĆ©fono.

Sin percatarse la dama, AndrĆ©s regresĆ³ al poco rato por el olvido de un documento, pensando que la mujer aun estarĆ­a en el baƱo y no queriendo incomodar, evitĆ³ hacer ruido; Cual fue su sorpresa al encontrar a su secretaria en el cuarto vistiendo aquel diminuto traje de baƱo azul, la vista del carnoso y amplio trasero de Alba con ese hilo de tela entre sus nalgones, le hizo  hervir la sangre!…

…Al diablo el administrador!!, de una vez le harĆ­a el amor a Alba, se quitĆ³ la ropa quedando todo desnudo, y se acercĆ³ en sigilo por detrĆ”s.
Que nalgona era Alba, desde que la conociĆ³ siempre deseĆ³ agarrarle ese culo, ahora lo tenĆ­a para Ć©l solo y a su alcance…el varĆ³n no aguanto mĆ”s, separĆ³ la mano y le propinĆ³ una tremenda nalgada a la mujer.
PAAFFFF!!!!.
Alba brinco de la sorpresa y susto…AndrĆ©s estaba por soltar una carcajada, el sonido de golpear tan abundante carne femenina era jocoso…Pero la risa del hombre se cancelĆ³ cuando pasĆ³ lo impensable…Alba se dio vuelta con rapidez, y con la mirada enfurecida, tomĆ³ a AndrĆ©s de los hombros al tiempo que conducĆ­a su rodilla hacia los colgantes huevos de su amante.

Con fortaleza y contundencia, la rodilla de Alba impactaba el bajo escroto del macho, los testĆ­culos ascendieron hasta estrellarse contra el pubis.

“AAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!”. Grito AndrĆ©s tras sentir sus huevos crujir y casi entrar en su cuerpo. El golpe fue muy fuerte por parte de la secretaria, que al ver a quien habĆ­a golpeado, se alarmĆ³.
“PerdĆ³n cariƱo!…Dios mĆ­o que hice!?”.
AndrĆ©s se alejĆ³, doblĆ³, y agarrĆ³ su hombrĆ­a, daba unos leves brincos intentando superar el dolor que a cada segundo aumentaba mĆ”s y mĆ”s.

La mujer intento auxiliar a su amante, quien con los dientes apretados solo emitĆ­a quejidos bajos. AndrĆ©s no resistiĆ³ mĆ”s y se fue al suelo, el dolor le recorrĆ­a la espalda de arriba a abajo
Alba se disculpĆ³ una y otra vez, AndrĆ©s aceptĆ³ a regaƱadientes la ayuda de Alba, quiĆ©n le sirviĆ³ de sostĆ©n para incorporarse y avanzar hacia la cama. Ya en lugar cĆ³modo, el hombre se retorcĆ­a y acunaba sus cojones que le ardĆ­an como el infierno.
Alba se fue un instante y volviĆ³ con un paƱo envuelto, en donde abundantes cubos de hielo habrĆ­an de colocarse sobre el Ć”rea que ella habĆ­a golpeado. 
La mujer se sentĆ³ junto al macho, quien casi lloraba ante el sufrimiento, Alba apoyaba el paƱo helado sobre el escroto… Las bolas de AndrĆ©s comenzaban a hincharse, y para el desdichado parecĆ­an estar rellenas de roca fundida.
   
Tras unos minutos AndrƩs pudo hablar:
“Porque hiciste eso?”.
“Fue sin culpa, yo creĆ­ que eras un ladrĆ³n”.
“Un ladrĆ³n?”. Alba no querĆ­a decir la verdad, en realidad estaba recordando al irrespetuoso sujeto de la entrada, quien le habĆ­a provocado cierto temor, y con eso en mente sentiĆ³ como la nalgueaban, pensĆ³ que era ese sujeto que venĆ­a a hacerle algo, y respondiĆ³!.
“Tu dijiste que vendrĆ­as en una hora, creĆ­ que alguien habĆ­a entrado, y cuando me nalgueaste yo solo reaccionĆ©”.
“DĆ”ndome en las bolas…Auuuug”.
“Querido, es lo Ćŗnico con lo que una mujer puede defenderse”.
“Pero no te he hecho nada. Me viste cara de criminal?”.
“Fue un reflejo cariƱo, PerdĆ³name, pero no me gusta que me sorprendan por la espalda”.
“Si, ya veo eso…pero acaso te genero rencor, o alguna prevenciĆ³n para que te saliera tan rĆ”pido ese susodicho reflejo que dices”.
“Como piensas eso, AndrĆ©s sabes bien que vine aquĆ­ contigo para que me hicieras el amor, y todo el fin de semana si asĆ­ tĆŗ lo quieres, en mi ser no hay nada malo contra ti”.
AndrĆ©s se sobaba y no sabĆ­a cĆ³mo enojarse ante el obvio golpe sin intenciĆ³n de Alba.
“No debiste reaccionar asĆ­”.
“AndrĆ©s, muchos hombres me han tocado la cola de atrevidos, y mĆ”s de uno se ha querido propasar, tengo que usar lo que pueda para evitar cualquier agresiĆ³n”.
“Has pegado a mĆ”s hombres en las pelotas?”.
“Pues sĆ­, no te miento, he pegado a algunos pares de huevos”.
“Cuantos pares?, han de ser bastantes”.
“Varios pares, jajaja, Ah, y tambiĆ©n a uno que tenĆ­a un solo huevo”.

“Le pegaste a uno con una sola bola?”.
“TenĆ­a que hacerlo AndrĆ©s, podrĆ” tener un solo huevo, pero no por eso era menos calenturiento, y se propaso conmigo”.
“Y PorquĆ© tenĆ­a un solo huevo?, lo dejaste asĆ­?”.
“Claro que no, cuando lo conocĆ­ ya estaba asĆ­…Pero vaya Dios a saber, tal vez lo patearon antes o lo perdiĆ³ en un accidente”.
“Que horror perder un huevo…y tu casi me dejas sin uno”.
“No hables asĆ­ cariƱo, que de ti solo deseo cosas ricas, no quiero hacerte nunca daƱo…pero como te dije he tenido malas situaciones con hombres”.
“Vaya que te han faltado al respeto para golpear varios pares de bolas”.
“Muchos hombres son atrevidos”.
“Pero yo no”.
“AndrĆ©s tu eres al primer hombre que le pego ahĆ­ abajo sin merecerlo, perdĆ³name…”.
“No te perdono, Ouugg!!...condenada…Pegas muy duro…”.
“PerdĆ³name, nunca quise lastimarte, pero la verdad AndrĆ©s, Te di con todas mis fuerzas, perdĆ³n”.
“Me querĆ­as matar!”.
“No digas eso, ya te dije, creĆ­ que eras un ladrĆ³n o algo pero, y a un tipo asĆ­ hay que pegar con todo lo que una tiene, no crees?”.

Mientras Alba contaba a LucĆ­a todas sus incidencias del dĆ­a sĆ”bado, el enterarse del rodillazo en los testĆ­culos, hizo a la amiga interrumpir la narraciĆ³n con una rĆ©plica:
“Porque le pegaste en las bolas?, amiga estas re loca!”.
“Ya te dije, fue un instinto, un reflejo!”.
“Reflejo…”.
“Si, ya te habĆ­a contado antes, desde que fui novia de Mauricio me he defendido bien, tu sabes que el practicaba Kickboxing”.
“Ɖl te enseƱo eso entonces”.
“Si, yo una vez le pedĆ­ me enseƱara que hacer si me cogĆ­an la cola, tu sabes que a cada rato me la pellizcan”.

“Tus almohadas jajaja”.
“Deja las bromas, Mauricio me enseƱo a cĆ³mo responder…y es dando en los huevos, pero sabiendo cĆ³mo pegar, y en donde se da”.
“Te instruyo bien…”.
“SĆ­, Yo apenas si sabĆ­a cĆ³mo se daba un rodillazo…Ɖl me explicĆ³ que una se debe apoyar en los hombros o nuca del hombre…y el golpe se da de abajo a arriba, y apuntando en el centro del paquete para que las pelotas del hombre se choquen contra su cuerpo… AsĆ­ le causas doble daƱo, pegas con la rodilla y a la vez se las aplastas”.
“Pobres tĆ­os, y pobre AndrĆ©s”.
“El punto es que Mauricio me puso a practicar con un muƱeco de autodefensa, y me pasaba entre 20 y 30 minutos diarios dĆ”ndole rodillazos entre las piernas al muƱeco”.

“Y cogiste prĆ”ctica”.
“Pues sĆ­, ahora es mĆ”s como un reflejo que responde sĆ³lo, si me tocan la cola se llevan su rodillazo en las pelotas”.
“Con persistencia todo se hace rutina”.
“AsĆ­ es, y sabes que despuĆ©s de terminar con Mauricio seguĆ­ haciendo la practica con el muƱeco en el gimnasio, el movimiento de dar un rodillazo es excelente para reafirmar la cola, y lo volvĆ­ rutina”.
“Que mĆ”s pasĆ³ con AndrĆ©s, amiga?”.
“Luego de ponerse el hielo, le pedĆ­ me dejara sobarle, al principio no quiso pero finalmente aceptĆ³”.
“TenĆ­as que besĆ”rselas Alba…asĆ­ se compensa al hombre”.
“Eso hice, se las comencĆ© a besar, se veĆ­an algo hinchadas, aunque como te dije antes AndrĆ©s es huevudo”.
“No es difĆ­cil saber si el tamaƱo grande es natural o es por lo hinchado”.
“En fin, se las lamĆ­ y le di mĆ”s de 100 besos en las bolas, y no exagero”.

“Y  se calmĆ³ AndrĆ©s?”.
“Luego de besarlo tanto por fin me disculpo, y fue entonces cuando le empecĆ© a dar caricias para encenderlo...ya se habĆ­a pasado la tarde y la verdad querĆ­a intimar con Ć©l”.
“Y se le paro?, porque los dolores de huevos no agradan a los machos”.
“Al principio no se le paraba, pero cuando se la chupĆ© ahĆ­ enseguida despertĆ³ su pito”.
“Y es grande, no?...y cuĆ©ntame detalles…”.
“Ok te cuento, primero Si, la de AndrĆ©s es de buen tamaƱo…Seguidamente me acostĆ© sobre la cama y le abrĆ­ las piernas, Ć©l se arrodillo ante mĆ­, apunto su garrote y la fue metiendo, Pero cuando entrĆ³ toda se quejĆ³”.

“Porque?”.
“No sĆ©, cuando entrĆ³ dio un grito y me la sacĆ³, parece que moviĆ©ndose para meterla mĆ”s honda se lastimĆ³ los huevos, y otra vez le comenzĆ³ el dolor, y de nuevo muy fuerte”.
“Entonces aĆŗn no estaba bien para coger”.
“La verdad gritĆ³ como mujer…Dijo algo como….Aaiiiiiii!!, Jajaja, pobrecito…”.
“Jajajaja, Pero no lo culpo amiga, con lo que les duele ahĆ­ a los tĆ­os…Y no pasĆ³ nada entonces?”.
“No, enseguida se le bajo la polla y se dedicĆ³ a sobarse los huevos acostado, y ahĆ­ terminĆ³ la noche…Ć©l no podĆ­a cumplirme en la cama y nos fuimos a dormir”.
“Y como terminĆ³ el fin de semana…”.
“El domingo fue todo lo contrario, hubo mucha acciĆ³n!”.
“Cuenta, cuenta…”.
“En la madrugada me despierto y siento que me estĆ”n besando las tetas, en el oscuro me agarrĆ³, y enseguida le abrĆ­ las piernas, no me dio tiempo de preguntarle si ya estaba bien, cuando lo vi encima y me la metiĆ³!...La tenĆ­a mĆ”s grande ahora, y no se quejĆ³, ya estaba repuesto del dolor”.

“El sexo  fue maravilloso con Ć©l, y lo hicimos bastantes veces”.
“Es bueno en la cama, su fama es entonces bien merecida”.
“SĆ­ que lo es!, no salimos del cuarto ayer, pasamos la madrugada y la maƱana haciĆ©ndolo, se vino dentro unas 7 veces”.
“Vaya!”.
“Bueno en realidad 6  dentro, porque una me la dio en la boca, se la chupe rico y le gustĆ³ mucho”.
“Amiga eso es lo que engatusa al hombre, una buena mujer que se deje hacer de todo, seguro le gustaste mĆ”s”.
“Ɖl tambiĆ©n me gustĆ³… AndrĆ©s es un toro…cuando se venĆ­a, no tardaba en volver a parĆ”rsele”.
“Uyy que partido de hombre”.
“Y ahĆ­ no acabĆ³ el asunto, te dirĆ© que no salimos del cuarto ayer, como al medio dĆ­a ya estĆ”bamos cansados, asĆ­ que almorzamos y reposamos, pero como a las 3 de la tarde me lo volviĆ³ a hacer, y fueron 3 seguidas….era todo un torrente de leche ese macho!”.

“Sumemos…10 en total, vaya macho!, la mayorĆ­a con 3 corridas ya quedan secos toda la jornada”.
“AndrĆ©s no es asĆ­, y como a las 6 que nos baƱamos para arreglar el viaje de regreso, me lo hizo de nuevo en la ducha…”.
“Era la despedida, que picarĆ³n!”.
“Fue un domingo espectacular, vaya hombre que es AndrĆ©s”. 

Terminada la anƩcdota Lucƭa pregunto:
“Y entonces como quedaron tĆŗ y Ć©l?”.
“Pues la pasamos rico el domingo, pero estĆ” el asunto del golpazo que le di en las bolas, espero seguir saliendo con Ć©l”.
“Pues si te la metiĆ³ todo el domingo despuĆ©s de casi deshuevarlo el sĆ”bado, pues te la va a querer volver a meter Alba”. 
“Ojala asĆ­ sea…De todas formas, a diario en el trabajo le consentirĆ© tanto como pueda, porque a ese partidazo no lo dejo ir asĆ­ nada mĆ”s”.
Las amigas rieron y continuaron charlando.

FIN.
Comentarios a zatniktiel@hotmail.com



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