ESCRITA POR: ZATN
CONTIENE: BALLBUSTING M/M y F/M.
Esta historia es secuela de la saga “EL ASCENSO”, Y es continuaciĆ³n de “GERARDO Y LA INTRIGA DE MARCELA”.
En la historia previa, Marcela se presenta en casa de Gerardo, el marido de Ćrsula, y luego de una inicial resistencia, logra seducir al hombre, quien desfogĆ³ en esa intrusa mujer, la reprimida pasiĆ³n que su esposa no le satisfacĆa.
Gerardo y Marcela se vuelven amantes, para la mujer inicialmente todo era parte de su plan contra Ćrsula, pero no dejaba pasar la oportunidad de un buen sexo, pues Gerardo resulto ser un varĆ³n muy viril, y a la vez resistente en sus testĆculos… Algo que Marcela llegĆ³ a admirarle, sobre todo luego de golpearle las pelotas en un par de ocasiones sin los efectos tan dramĆ”ticos que esperarĆa en otros machos.
Con los mismos objetivos y sincronizados, la pareja de traicionados comienza a planear su venganza, si bien es cierto que Marcela ya se vengĆ³ de Fernando con un repetido castigo a sus gĆ³nadas, aĆŗn debe hacer pagar a Ćrsula por dejarse engatusar de su Ex y descaradamente darle el ascenso que la dejĆ³ sin empleo…
…Por su parte Gerardo ya supero sus reservas hacĆa su esposa, y se obsesionĆ³ en descubrirla en el acto, estĆ” impaciente por darle un buen merecido al amante y abandonar a su infiel esposa, luego de pillarla con el sujeto. Pero ese solo serĆa la primera parte del plan, una segunda parte, irĆa dirigida explĆcitamente contra Ćrsula, pero en su momento se explicarĆa esta confabula.
Para llevar a cabo sus planes, Gerardo contrata un investigador privado, el experto en pocos dĆas reĆŗne abundante informaciĆ³n sobre el predecible y rutinario Fernando.
Marcela se encuentra con Gerardo y obtiene de este el informe del detective, no deja de insultar a su Exmarido al conocer todos sus movimientos. Y es que Fernando a diario visita entre 2 y 3 mujeres, quienes estƔn complacidas de yacer con ese semental, y mƔs ahora que tiene un mejor cargo en esa gran empresa.
La jornada de Fernando fuera del trabajo se divide en atender a sus amantes, es cotidiano en Ć©l yacer con una amante hacia el mediodĆa, y con otra despuĆ©s de 7pm, estos encuentros son el entremĆ©s y la comida para alguien con tanto apetito sexual, finalmente obtiene su cena con Ćrsula, cuando se ven en algunas noches…Pero el resto de noches sin acostarse con su jefa, el calenturiento las pasa con su tercera amante del dĆa, y es poca la media noche para regresar a su hogar.
Marcela reaccionĆ³ al informe y a los abundantes videos que el investigador recopilĆ³ en su seguimiento al Fernando:
“Maldito bolas gigantes!, de seguro cada noche se va a dormir con las pelotas vacĆas…solo asĆ podrĆ” coger sueƱo el condenado!”.
Gerardo la llama por telĆ©fono un dĆa, planteĆ”ndole que llegĆ³ la hora de verse las caras con los descarriados amantes…Por informe del detective, sabe que Fernando y Ćrsula se verĆ”n esta noche en un hotel que usan con frecuencia y la hora exacta en la que planean intimar…Su esposa ya le habĆa planteado una excusa para justificar su ausencia esta noche.
Pasadas las 10 pm el automĆ³vil de Gerardo se parquea frente al hotel…Marcela a su lado le acompaƱarĆ” en ese esperado momento de escĆ”ndalo…todo parece cubierto, pues por los mismos datos del investigador, saben que Ćrsula gasta un buen dinero pagando una habitaciĆ³n muy alejada para que sus gritos al ser cogida no llamen la atenciĆ³n…Para la jefa la intimidad con Fernando era deliciosa y planeaba todo al detalle.
Justo antes de entrar al hotel, Marcela dedicĆ³ unos consejos a Gerardo.
“Sabes bien que te apoyo en este plan, ambos lo ideamos, y si bien ya no tengo motivos de venganza contra Fernando, te ayudarĆ© en tus planes contra tu mujer, ella debe pagar por sus acciones…Pero tema aparte debes saber algo sobre Fernando, pues es seguro que se darĆ” una pelea a golpes entre ustedes”.
“Consejos de quien mĆ”s le conoce, fuiste su mujer”.
“Mi ex marido es muy fuerte fĆsicamente, tiene buenos mĆŗsculos”.
“No me importa, no soy ningĆŗn cobarde, sentirĆ” mis golpes”.
“EstarĆ”s en desventaja, Gerardo cuando te pelees con Ć©l, dale en los huevos…”.
“Eso no es nada nuevo querida, hace mucho se inventĆ³ la patada en los huevos…obvio que le va a doler”.
“No me refiero a eso, debes saber que Fernando tiene las pelotas muy grandes…TĆŗ las tienes de un tamaƱo mediano Gerardo, pero las de Ć©l son enormes, y son muy delicadas”.
“AsĆ que es bastante sensible entre las piernas”.
“AsĆ es, Gerardo tu eres de bolas mĆ”s fuertes, ya te dije lo sorprendida que estuve al verte reponer tan pronto despuĆ©s de pegarte allĆ, pero todo lo contrario es Fernando”.
“Entonces tu Ex maridito tiene los huevos de cristal”.
“Tan dĆ©bil es, que yo misma le he dejado muy mal parado con solo un golpe en las bolas, asĆ que ya sabes, atĆ”calo ahĆ y tendrĆ”s la ventaja”.
“Entonces su esposa le ganĆ³…debiĆ³ sentir algo de vergĆ¼enza”.
“De seguro asĆ fue, Pero atiende mi consejo, el primero golpe que le lances, que sea a sus huevotes, con eso la pelea serĆ” tuya…”.
“Lo pensarĆ©”. Gerardo no confirmĆ³ que lo harĆa, pero para Ć©l serĆa un arma a usar en caso de necesidad. DebĆan entrar ya, pues los infieles ya llevaban una hora desde su ingreso, de seguro Fernando ya se habrĆa corrido dentro de su jefa.
Gerardo y Marcela se acercan a la alejada habitaciĆ³n, con un soborno previo, el marido obtuvo la llave de la habitaciĆ³n por parte de un empleado del hotel…la sorpresa serĆ” monumental!!
Los confabulados escuchan gritar a Ćrsula, la mujer recibĆa una severa fornicada por parte de Fernando.
El hombre acababa de eyacular en el interior de su jefa cuando se abre la puerta de golpe.
“Traidora!!”. Se erizĆ³ por completo Gerardo, al ver a ese fornido sujeto sobre su esposa…su infiel esposa.
Ćrsula grito de la sorpresa y se incorporĆ³ una vez Fernando se le quitĆ³ de encima, la mujer cubriĆ³ su desnudez con sĆ”banas, Pero Fernando permaneciĆ³ desnudo, no le daba vergĆ¼enza en ser visto asĆ, su dotada polla aĆŗn goteaba esperma; Gerardo se enojĆ³ al detallar por un instante los dotados genitales de aquel con quien su mujer se revolcaba.
“Que haces aquĆ?!”. PreguntĆ³ Fernando ante la vista de Marcela, por su parte Ćrsula estaba sin palabras al verse descubierta por Gerardo.
“Mi asunto no es contigo Fernando, sino con Ćrsula, a ti ya te di tu escarmiento la otra vez, asĆ que nada tengo contra ti esta noche...ella debe pagar por su conducta”. Los pillados dedujeron que Marcela se habĆa aliado con Gerardo para exponer la infidelidad de su mujer.
“Gerardo…PerdĆ³name”. A Ćrsula solo se le ocurriĆ³ pedir disculpas.
“CĆLLATE!, ERES UNA ZORRA!”. Gerardo estaba fuera de sĆ, el verla con ese tipo le trastornĆ³ por completo, empuƱaba sus manos con ira, pero toda iba dirigida al sujeto que la engatusĆ³.
“No le grite”. ReclamĆ³ Fernando, ganĆ”ndose el mĆ”ximo enojo del esposo de su amante.
“A ti te voy a dar tu paliza maldito!”.
“Pues no te tengo miedo, ven que aquĆ te espero”. Fernando se mostrĆ³ provocador y estaba dispuesto a darse de golpes con ese hombre mayor que Ć©l, que de seguro habĆa venido a buscar pelea.
De pronto Ćrsula se pudo entre los dos esperando evitar el pleito.
“Basta por favor…”. Pero un jalĆ³n de brazo por parte de Marcela la quitĆ³ de en medio.
“Deja que los machos resuelvan sus asuntos”.
Y asĆ empezĆ³ la pelea entre varones, Gerardo con furia se lanzĆ³ de cabeza contra el abdomen de Fernando, quien fue impulsado contra una pared, el fuerte cabezazo lastimĆ³ un poco el fornido abdomen del infiel.
“Basta Gerardo!”. SuplicĆ³ Ćrsula al ver el inevitable pleito, no deseaba que ninguno de los dos saliese lastimado, adoraba a Fernando, pero respetaba a su manera a Gerardo y no querĆa verle golpeado…era seguro para ella que su amante vencerĆa a su marido, pues la musculatura y menor edad de Fernando le daban un amplia ventaja.
Golpes iban y venĆan pero pronto Fernando impuso su mayor corpulencia y se colocĆ³ encima de Gerardo...el mĆ”s joven preparaba un fuerte puƱo con destino al rostro del mĆ”s viejo.
“Fernando detrĆ”s de ti!”. ExpresĆ³ Marcela, ante lo cual el hombre desviĆ³ la mirada hacia atrĆ”s, y al no hallara nadie, observĆ³ a su Exmujer.
“AAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!”. GritĆ³ Fernando cuando Gerardo aprovechĆ³ su distracciĆ³n para clavarle un sĆ³lido rodillazo en sus grandes y desnudos testĆculos.
Fernando rodĆ³ por el suelo, mientras Gerardo se incorporaba con jactancia, habĆa sido el tĆpico y cobarde golpe a traiciĆ³n…El previo consejo de Marcela habĆa resultado demasiado Ćŗtil.
“Tramposa, lo distrajiste!”. ReclamĆ³ Ćrsula ante la triquiƱuela de Marcela para lograr darle una ventaja a Gerardo. La casada se sintiĆ³ terrible al ver a su amante en el suelo sobando sus bolas, conocĆa bien el tamaƱo y lo sensible de las gĆ³nadas de Fernando…intentĆ³ ir a consolar al hombre que se quejaba sin pausa, pero Marcela la tomĆ³ del brazo y sacĆ³ del cuarto... DejarĆa que los machos decidiesen su pleito solos, ella ya intervino dĆ”ndole una ventaja casi definitiva a Gerardo, pasarĆa mucho para que Fernando superase ese golpe en las bolas.
Ya a solas, Gerardo, comienza a golpear con sus puƱos al amante de su esposa, los golpes son incesantes, pero Fernando se cubrĆa con un brazo cuanto podĆa, pues la otra mano no dejaba un segundo de salvaguardar sus muy ardientes huevas; En un momento de reacciĆ³n, decide pagar a su rival con la misma moneda.
“AAAUUUUUU!!!!”. Se quejĆ³ Gerardo ante un repentino puƱo en sus testĆculos, el hombre retrocede y agarra sus bolas…Fernando aprovecha para incorporarse, el estar en pie una vez mĆ”s, le causa algo de mareos, pero se sobrepone a estos y retoma nuevo aire.
Un poco de fuerza retorna a sus mĆŗsculos, y aprovecharĆ” el terrible dolor en su oponente para devolverle los golpes recibidos; Fernando se acerca a Gerardo con el puƱo cerrado, el hombre encorvado no puede defenderse…
…Pero de repente, Gerardo reacciona y lanza con fuerza un rodillazo a los testĆculos, haciendo brincar las expuestas bolas de Fernando.
“AAAAAAAaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!”. Fue un grito de mujer o de soprano, pero Fernando de inmediato se fue al piso.
El adolorido nunca esperĆ³ un rĆ”pido contraataque de su rival, desconocĆa la mayor resistencia de los testĆculos de Gerardo, quien si era consciente de la extrema debilidad en los cojones del amante de su esposa, Por ello esperĆ³ la cercanĆa de este, y a pesar de su dolor, lo pudo soportar y responder con un segundo golpe bajo.
Ahora era el turno de darle la paliza que se merecĆa, Gerardo pateĆ³ repetidamente y sin piedad las costillas de Fernando, arrancĆ”ndole una multitud de quejidos, el mĆ”s joven solo sobaba sus bolas que lo volvĆan loco.
Gerardo pateo espalda, muslos, y abdomen de su rival, finalmente una patada en el rostro de Fernando lo dejĆ³ quieto un instante, durante el cual creyĆ³ Gerardo haberle dejado sin sentido….Al ver un leve movimiento de su enemigo y sabiendo de que estĆ” acabado, Gerardo se decide a marchar….no perderĆ” mĆ”s tiempo en este asunto de la infidelidad.
“Eso te enseƱarĆ” a no meterte con las mujeres casadas”. SentenciĆ³ Gerardo y se dispuso a irse, mientras Fernando no paraba de revolcarse en el piso acunando sus grandes bolas.
Durante el enfrentamiento las mujeres permanecieron en el pasillo, escucharon claramente los repetidos gritos de dolor de cada rival al ser aporreados en sus Ć”reas nobles. Vieron salir a Gerardo algo adolorido, pero con una sonrisa…era el obvio ganador del pleito.
“AhĆ te lo dejo traidora, ahora si sigue haciendo lo que te gusta con ese miserable…allĆ” tĆŗ!”.
Gerardo se retirĆ³ y Marcela le siguiĆ³…anonadada Ćrsula corriĆ³ a ingresar al cuarto.
CuĆ”l fue su sorpresa al encontrar al amante en el suelo, en posiciĆ³n fetal….era seguro que le habĆa pegado en mĆ”s ocasiones en los testĆculos…Gerardo en verdad se habĆa desquitado de Ć©l.
Los golpes en todo su cuerpo dolĆan, pero nada comparado al dolor en sus enormes bolas.
“Dios santo! que te hizo?”. La jefa ayudo a incorporar a su amante, ya en la cama le pide de deje ver, Fernando termina cediendo, espera una rica sobada por parte de Ćrsula, igual a aquellas caricias tras el ataque de Marcela.
La mujer no tarda en acariciar la adolorida zona…los dedos de Ćrsula hace sentir delicioso al torturado varĆ³n.
“Siempre te ha gustado que soben tus orbes de caballo, verdad?”.
El alivio llega poco a poco, y durante 15 minutos la mujer se dedica a recuperar la hombrĆa del lastimado amante, incluyendo el chuparle las pelotas…
…Por fin se pone a besarle el glande, y no tarda el pene en responder. Es obvio que Ćrsula aun quiere acciĆ³n esta noche.
“Eres una picarona…quieres verga de nuevo eh?”.
“Lo admito…pero la pregunta es….tienes la fuerza?, no te culpo si no accedes….estas lastimado”.
Pero las preguntas eran innecesarias, pues el pene de Fernando estaba como un asta, una sonrisa del macho fue el permiso que necesitĆ³ la mujer, quien enseguida se sentĆ³ en ese pedazo de carne caliente.
La jefa comienza a cabalgarlo, tiene cuidado de no descender tanto, pues no desea lastimarle las bolas…es poca la resistencia del macho quien se saborea ante el disfrute, Ćrsula logra un orgasmo, mĆ”s cuando Fernando le pellizca los pezones.
La empapada mujer se sale de Ć©l, pero reuniendo fuerzas Fernando se le monta y la penetra, un nuevo grito de su jefa le avisa que sigue recibiendo placer de Ć©l.
Llega la eyaculada de Fernando quien con fuerza llena el coƱo de Ćrsula.
La respiraciĆ³n agitada de ambos da paso a un descanso, pero Ćrsula le lame los testĆculos a la vez que se toca el coƱo…la mujer esta poseĆda y quiere mĆ”s placer. El amante sonriente, le pide le masturbe con las tetas…
…Esos maduros pechos, frotan con ricura el pene semierecto del macho, quien prontamente vuelve a parecer un garrote…
Ćrsula se jacta de los efectos de sus caricias, y no pasa mucho para quedar una vez mĆ”s boca arriba en la cama con un tensado macho sobre ella, empujando con fuerza su miembro contra su pegajoso coƱo…
Los embates del macho se alternan con quejidos de dolor por las molestias evidentes de sus inflamados testĆculos, pero Fernando no se detiene y bombea sin parar hasta que sus bolas se contraen, descargando los Ćŗltimos fluidos en el interior de Ćrsula.
La jefa agradece al cielo su tremendo amante.
Tras correrse por segunda vez consecutiva, en total la cuarta eyaculaciĆ³n de su noche con Ćrsula, y con el persistente dolor gonadal, el varĆ³n estaba completamente exhausto, no puede ni con el alma.
“No puedo mĆ”s, estoy seco!”.
Como la mayorĆa de las noches, los grandes testĆculos de Fernando venĆan a vaciarse con su jefa, durante el dĆa de hoy habĆa eyaculado 4 veces en una amante de nombre Ćngela, y en 5 ocasiones habĆa depositado su esperma en el coƱo y boca de una tal Yesenia.
Ćrsula se alegra de dejar satisfecho a su hombre, ella tambiĆ©n estĆ” pletĆ³rica del placer… Se incorpora: “Descansa un rato mientras voy a asearme”.
La mujer dura unos 10 minutos en el baƱo, los cuales sirven para que Fernando tome nuevo aire, y pueda sentarse en la cama…Tras salir la jefa, el hombre con dificultad ingresa al baƱo…La ducha le revitaliza un poco el cuerpo, sobre todo sus inflamadas pelotas.
Cuando Fernando sale del baƱo, ella le interroga: “Te sentĆ³ bien la ducha?”. Ćrsula detalla los grandes y colgantes genitales de su amante, quien aparecĆa sin siquiera toalla.
“Ya estoy algo mĆ”s repuesto, pero aĆŗn me duelen mucho las bolas”. El hombre se presta a vestirse…justo en ese instante Ćrsula le habla:
“Espera, quiero decirte algo querido Fernando”. La mujer aun en ropa interior se acerca quedando frente al desnudo macho.
“Dime mi amor”.
“Fernando….ESTĆS DESPEDIDO!”. Con fuerza, la madura mujer le toma de los hombros y le entierra la rodilla en los testĆculos.
“UUUUUUuuuuuhhhhhhhh”, Fernando exhala hasta quedar sin aire, el fuerte y seco golpe en sus cojones le deja mareado, es la primera vez que le golpean las bolas teniĆ©ndolas completamente vacĆas, y eso aumenta la sensibilidad al dolor, a tal grado que el varĆ³n se derrumbĆ³ ante la total falta de fuerzas en sus musculosas piernas.
Ćrsula cobraba venganza de las traiciones de Fernando y el ser usada por Ć©l para lograr el ascenso en la empresa; Y es que mientras ella y Marcela estaban en el pasillo, la Exmujer le contĆ³ sobre el pacto con su Ex en busca del ascenso, y cĆ³mo el hombre sedujo a la jefa para ganarse el puesto.
Marcela puso en marcha la segunda parte del plan, y era romper la relaciĆ³n entre jefa y empleado, debĆa convencer a la casada de las traiciones que le hacĆa a diario Fernando, para eso fueron Ćŗtiles las pruebas recolectadas por el investigador privado, verbalmente Ćrsula nunca creerĆa las acusaciones contra su amado Fernando, pero pruebas en video no darĆan espacio a dudas…AsĆ entonces Marcela le mostrĆ³ su telĆ©fono mĆ³vil, en donde le enseƱo videos de Fernando viĆ©ndose con una multitud de amantes a diario y entrando a moteles, Ćrsula se sintiĆ³ devastada…HabĆa sido una tonta al pensar que Fernando la querĆa de verdad…
…Fue entonces cuando quiso vengarse del hombre, y tras reingresar al cuarto y ver a Fernando sobĆ”ndose los testĆculos, decidiĆ³ golpeĆ”rselos sin piedad….Inicialmente buscĆ³ que le permitiera acceder a sus protegidos huevotes, pero apenas el hombre se lo permitiĆ³, el plan de Ćrsula se retrasĆ³…primero dudo en hacerlo, pero luego ante el rememorar las escena de aquellos videos, se decidiĆ³…
… Pero lo harĆa con lentitud y muy planeadamente, decidiĆ³ seguir acostĆ”ndose con Ć©l, que eyaculara todo lo que le restaba, para golpearle la bolsa de huevas cuando se encontrasen completamente vacĆas…que sufriera lo peor!.
“Eres un maldito PERRO!”. Ćrsula le recrimina, y le hace saber que estĆ” enterada de que la sedujo para tener el ascenso.
Desde el piso Fernando no podĆa hablar, sus testĆculos le dolĆan cĆ³mo nunca, su cuerpo sudaba y regresaba ese intenso ardor dentro de su escroto. Casi no prestĆ³ atenciĆ³n ante las quejas de su jefa, que le informaba de estar enterada de sus mĆŗltiples amantes, y todo gracias a los videos de Marcela.
Pero la mujer estƔ lejos de quedar satisfecha con ese golpe de rodilla, quiere que sufra lo mƔs posible:
“Ahora que tienes las bolas vacĆas…vas a sentir el peor dolor de tu vida MALDITO!”.
Ćrsula se inclina y busca retirar las protectoras manos del delicado escroto, Fernando intenta resistir, le suplica le deje, pero Ćrsula logra su cometido pues las fuerzas del macho estĆ”n ausentes…La mujer mete su mano y agarra la abundante masa gonadal.
“AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!”, Grita Fernando cuando Ćrsula le aprieta con rabia los testĆculos…La mano de la mujer se cierra sin piedad alrededor de esas esferas de carne.
“Dejameeeeeeeeeeee…….”. Suplica Fernando quien no puede hacer nada. La mujer no hace caso y tira hacia arriba de su escroto, elevando unos centĆmetros el cuerpo del musculoso hombre.
Ćrsula se cansa y suelta las criadillas de su amante, puede ver entonces como el macho regresa a su posiciĆ³n de total horizontalidad en el suelo, y como lentamente conduce sus manos a su adolorido escroto.
La mujer se observa la mano, aĆŗn puede sentir lo grande de esas bolas en su palma. Quejidos lastimeros de su amante es lo Ćŗnico que se escucha…
…Fernando se ladea un poco, buscando una posiciĆ³n mĆ”s cĆ³moda para su pesar, Pero Ćrsula aĆŗn no estĆ” calmada, y se inclina en busca nuevamente de esas pelotas.
“Nooooooooooo….”. Fernando intenta protegerse pero una vez es demasiado fĆ”cil para Ćrsula apoderase de sus huevas, la mano de la mujer le agarra el testĆculo derecho y se lo aprieta sin piedad.
“AAAAiiiiiiiiiiiiiiiiii MamaaaaaaaaĆ””. Se escucha el chillido infantil de Fernando, quien arquea su musculada espalda, intentando evitar el pellizcamiento de su testĆculo derecho.
“AAAAiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii………..!”. Se mantiene el grito de Fernando, quien muestra una vena dilatada en su frente, para despuĆ©s torcer los ojos y quedar rendido en el suelo…El macho quedĆ³ inconsciente de tanto castigo a sus vacĆas pelotas, por fin liberadas del castigo.
Ćrsula se quedĆ³ viĆ©ndole un rato, el hombre parecĆa estar dormido, se sentĆa mejor por haberlo dejarlo sin sentido, dirigiĆ³ su mirada a los dotados y magullados genitales de Fernando, estaban tan expuestos ahora que no tenĆa conciencia, tuvo ganas de patearle las pelotas, pero al final no lo hizo, simplemente lanzo un escupitajo contra esos voluminosos cojones, y se dispuso a vestirse.
Por ultimo dio una mirada a Fernando, y abandonĆ³ la habitaciĆ³n.
PasarĆan mĆ”s de 45 minutos para que Fernando despertase, sĆ³lo para sufrir en medio de una agonĆa infinita.
A medida que el dolor menguaba, pudo pensar mejor, se sintiĆ³ terrible por las consecuencias de aquella noche, vencido por el esposo de Ćrsula, y noqueado por su amante, sin mencionar la pĆ©rdida de su trabajo… aquel magnifico y bien remunerado trabajo…Esto representaba un gran retroceso en su vida laboral, ahora le tocarĆa buscar trabajo, y no serĆa fĆ”cil hallar un empleo similar, menos aun si no puede tener buenas referencias de su Ćŗltima empleadora.
Era mejor para Ć©l alejarse de Ćrsula para siempre, sin mencionar a su ex mujer que tanto daƱo le habĆa causado a sus bolas y a su empleo…Pero Ć©l se habĆa buscado todos estos males, actuando sin escrĆŗpulos para obtener su ascenso.
Por ultimo pudo abandonar el hotel y pasarĆa un par de dĆas con molestias testiculares, esperaba pronto mejorar para volver a tener sexo con alguna de sus amantes, esa era su forma de vida.
DĆas despuĆ©s, Ćrsula aparecĆa en la entrada del edificio donde estaba el apartamento de soltero de Gerardo, desde el incidente en el hotel, el esposo habĆa abandonado la casa e iniciado los trĆ”mites de divorcio.
La esposa sola en la casa del matrimonio se sentĆa muy mal, y deseaba poder arreglar la relaciĆ³n con su esposo, despuĆ©s de todo era el padre de sus hijos y habĆan compartido tantos aƱos juntos en esa misma casa… el abogado habĆa dejado claro que el marido no pelearĆa por la casa pues era de los hijos de la pareja, y siempre serĆa el lugar en donde ellos podrĆa visitar a su traidora madre.
Arrepentida por su traiciĆ³n, Ćrsula intentĆ³ hablar con Ć©l, pero este se negĆ³ a contestar su telĆ©fono, e insistĆa en que su abogado tratara los asuntos referentes a su separaciĆ³n.
Esa tarde Ćrsula se armĆ³ de valor y oprimiĆ³ el timbre del apartamento, tras un insistente rato timbrando Gerardo abriĆ³ la puerta.
“Que haces aquĆ?”. El marido llevaba Ćŗnicamente unos calzoncillos blancos y se veĆa algo agitado.
“Tenemos que hablar Gerardo”.
“No tengo nada que decirte, y no quiero oĆr nada de tu traidora boca…vete!”. Gerardo intentĆ³ cerrar la puerta, pero Ćrsula empujo la puerta e ingresĆ³.
“Por favor Gerardo dame una oportunidad de arreglar las cosas”. La mujer se acercĆ³ a Ć©l, apoyo sus manos en sus pectorales…El marido se mostrĆ³ extraƱado.
“Que intentas Ćrsula?...vete de aquĆ y bĆŗscate otro amante, que ya me enterĆ© que despediste a ese tipo con el que daƱaste nuestro matrimonio”.
“No digas eso”. La esposa tocĆ³ el bulto entre las piernas de su marido…desesperada por ser perdonada, intentaba seducirle, esperando que Gerardo se dejase llevar por sus bajos instintos y le hiciera el amor…ese serĆa el primer paso para un arreglo entre ambos.
“AlĆ©jate mujer…”. Gerardo le retirĆ³ la mano de su paquete, no se dejarĆa tentar tan fĆ”cil.
“…No tengo interĆ©s en una mujer que me ha traicionado…ademĆ”s en mi vida ya hay otra persona”.
“De que hablas Gerardo?”. En el rostro de la esposa se evidenciĆ³ la duda.
“Habla de mĆ!”. Ćrsula se sorprendiĆ³ al escuchar la voz de Marcela. Al girar la cabeza se topĆ³ con su ex empleada, quien vestĆa una seductora ropa interior oscura.
La mujer avanzĆ³ ante la mirada de sorpresa de su exjefa…desde el inicio de la visita, Marcela estuvo escuchando todo y esperĆ³ el momento indicado para mostrarse.
“Lo siento querida jefecita, o mejor dicho Ex jefa, pero Gerardo ahora es mĆo, y sĆ³lo se acostarĆ” conmigo!... y cuantas veces se lo pida”. Marcela se apoyĆ³ en el hombro de Gerardo, quien no queriendo contrariar a su esposa le pidiĆ³ calma en sus palabras para con Ćrsula.
El contacto de Marcela con Gerardo, provocĆ³ un fuerte enojo en Ćrsula quien veĆa invadida su vida privada por esa intrusa ex empleada.
“AlĆ©jate de Ć©l!”.
“Para nada!, Ć©l es mi macho ahora, tĆŗ te quedaste sin macho al engaƱarlo con Fernando, ¿quĆ© esperabas?, que se consolara con la mano todas esas noches que le negabas el sexo…tu misma cavaste tu tumba…”.
“Sal Ćrsula”. La invitĆ³ a marcharse su esposo.
“Son unos traidores!!”. EstallĆ³ en rabia la esposa quien posĆ³ la mirada en la entrepierna de su marido.
“Traidores?, pero si tu eres la traidora Ćrsula, no seas desvergonzada!”. Se enojĆ³ un poco Gerardo.
Ćrsula quiso desquitarse y lanzo un puntapiĆ© contra la entrepierna de su esposo….le golpearĆa las pelotas para que aprendiese a no meterse con otra, y menos se la restregase frente a su cara…
…Pero Marcela lo vio venir, y desde atrĆ”s, tomando a Gerardo de la cintura, logrĆ³ alejarlo del atacante zapato de Ćrsula…por centĆmetros los huevos del marido se salvaron de ser aporreados…Gerardo salvado, se cubriĆ³ las bolas con una mano…no las dejarĆa nuevamente desprotegidas ante su esposa.
Marcela le reclamĆ³ airada: “A mi hombre no me lo vas a dejar adolorido!, Gerardo esta tarde me va a seguir cumpliendo a toda potencia como es mi deseo…Perdiste a tu macho, yo serĆ© quien reciba las atenciones de su verga ahora… AsĆ que lĆ”rgate de una vez!”.
“Vete Ćrsula…”. RecalcĆ³ Gerardo.
La esposa se sintiĆ³ derrotada, dio la espalda y cabizbaja se retirĆ³, habĆa perdido para siempre a su Gerardo, ella misma con sus decisiones alejĆ³ a aquel con quien compartiĆ³ tanto, se dejĆ³ llevar por su calentura con un hombre mĆ”s joven, y despreciĆ³ a su marido…quiĆ©n ahora la despreciaba a ella.
Al final el matrimonio se terminĆ³ en pocas semanas, Ćrsula quedĆ³ sin un hombre en su vida; Por su parte Marcela y Gerardo se volvieron amantes por un tiempo, durante el cual gozaron bastante de sus encuentros Ćntimos.
Fin.
Gracias
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