Las citas de Ivan y Taro (3/3): Conflicto entre amigos - Las Bolas de Pablo

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25 ago 2018

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Las citas de Ivan y Taro (3/3): Conflicto entre amigos

ESCRITO POR ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M Y M/M.
TIENE RELACION CON LA SAGA ā€œLA INVESTIGACION DE VERONICAā€.

En las primera y segunda parte, tanto IvĆ”n Mosquera como Taro Takahashi, tuvieron unas magnĆ­ficas citas, ambas chicas, Yuki y Vanessa, si bien por peticiĆ³n de la cientĆ­fica VerĆ³nica golpearon a sus parejas en los testĆ­culos, el trauma no impidiĆ³ que pasaran con ellos una increĆ­ble jornada de sexo.
Al abandonar el Motel, ambas parejas pusieron rumbo al estacionamiento subterrĆ”neo, allĆ­ se darĆ­a el encuentro esperado entre los cuatro; Previamente tanto IvĆ”n como Taro sabĆ­an que las chicas pertenecĆ­an a su propia razaā€¦AsĆ­ Taro esperaba ver a la pareja oriental de IvĆ”n, y Ć©ste ansiaba conocer a la morena con quien pasĆ³ la noche su amigo...los hombres planeaban a futuro poder intimar con la cita de su compaƱero.
Se dio la coincidencia de las dos parejas en el amplio y desolado estacionamientoā€¦a medida que se acercaban tanto Taro como IvĆ”n quedarĆ­a petrificados al ver a las damas.
Las jĆ³venes se reconocieron, se habĆ­an visto en la entrada del bar, y que coincidencia que salĆ­an del Motel y con alguien conocido por la otra.
   
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ā€œQue haces aquĆ­ Vanessa?ā€. IvĆ”n estaba alarmado.
ā€œYuki que haces con Ć©l?ā€. Taro no se explicaba el asunto.
ā€œTaro te citaste con ella?ā€. Expuso Yuki.
ā€œIvĆ”n intimaste con esa chica?ā€. Vanessa no daba crĆ©dito a lo que pasaba.
Las dudas de todos comenzaron a resolverse, cuando cada quien expuso al simultaneo a su opuesto quien era la persona a la que conocĆ­a.
IvĆ”n dijo: ā€œEs mi hermana Vanessa Mosqueraā€¦ā€.
Taro: ā€œEs mi hermana Yuki Takahashiā€¦ā€.
Yuki: ā€œEs mi hermano Taro Takahashiā€¦ā€.
Vanessa: ā€œEs mi hermano IvĆ”n Mosqueraā€¦ā€.
AutomĆ”ticamente las esperanzas de IvĆ”n por salir con una morena y de Taro por acostarse con una oriental, se esfumaronā€¦de hecho la idea de siquiera de haber pensado en intimar con quien resulto ser su hermana generĆ³ repulsiĆ³n en ambos chicos.

Lejos de ese Motel, VerĆ³nica y su novio Miguel tenĆ­an sexoā€¦una acciĆ³n ya muy repetida para ambosā€¦La cientĆ­fica cabalgaba al joven disfrutando el pene en su coƱo, y el cĆ³mo las bolas de su pareja chocaban contra sus empapadas Ć”reas Ć­ntimas.
ā€œGolpĆ©ame mĆ”s con tus gĆ³nadas!...Te amo Miguel!ā€ā€¦

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ā€¦Tras la eyaculaciĆ³n, Miguel jadeaba feliz y charlĆ³ un rato con su muy enamorada pareja.
 ā€œQuĆ©!?, citaste a IvĆ”n con la hermana de Taro, y a Taro con la hermana de IvĆ”n!!?ā€.
ā€œEra algo lĆ³gico, un intercambio racial siempre es bueno para reforzar lazos socioculturales, y son los y las Ćŗnicas personas cercanas que conozco pertenecientes a  esas razasā€.
ā€œPero eso no generara conflicto entre ellos?, me preguntoā€¦no siempre es bien visto que alguien con quien tienes amistad se acueste con un familiar tuyoā€.
ā€œNo veo el motivo, el ser un familiar no me parece impedimento para que establezca coito con alguien que comparta amistad contigoā€¦Aparte ambas chicas no tiene prejuicios raciales, y tampoco IvĆ”n y Taroā€¦Taro es inteligente, e IvĆ”n a pesar de su primitivo raciocinio es alguien sin esos rechazosā€.
ā€œBueno esperemos que todo haya salido bien entre ellos 4ā€.
ā€œSeguro que sĆ­, ya para maƱana pedirĆ© un informe completo a Vanessa y Yuki de su respectivos encuentros sexuales, quisiera sabe con quĆ© frecuencia mantuvieron coitoā€¦ entre otros pendientesā€.
ā€œNo harĆ”s eso, VerĆ³nica!ā€¦No te metas en la intimidad de otros, es lo mĆ”s sanoā€.
ā€œSi lo consideras asĆ­, de acuerdo, en estos asuntos has demostrado tener cierta sabidurĆ­aā€.
ā€œSolo puedo imaginar cĆ³mo reaccionarĆ”n al enterarse de todoā€.

Las dos parejas, -ahora cada quien alejado de los demƔs- empezaron a analizar lo que habƭa sucedido.
ā€œEsa VerĆ³nica y su perverso sentido del humorā€¦ā€. Vanessa dedujo el actuar de la cientĆ­fica, necesitando una pareja para IvĆ”n y Taro, sabiendo que sus amigas eran hermanas de ellos, pactĆ³ los encuentros quizĆ”s a propĆ³sito.
Tanto Taro como Yuki igual habĆ­an deducido que la cientĆ­fica habĆ­a cuadrado las citas con algĆŗn trasfondo pervertidoā€¦Hacer que cada chica intimara con un amigo de su hermano era gasolina para la discordia.
ā€œLa nenita fue la que planeo todo esto?...que mala fueā€. Como siempre IvĆ”n era el mĆ”s lento en deducir las cosas.
ā€œVaya!, me acostĆ© con tu hermanoā€. Yuki se mostraba algo intrigada.
ā€œY yo con Ć©l tuyo!ā€. Vanessa compartĆ­a el sentimientoā€¦Pero otra cosa eran los varones:
ā€œComo te atreviste a acostarte con Ć©l!, esto tendrĆ” consecuencias Vanessaā€. IvĆ”n estaba molesto, no aceptaba la idea de que su hermana tuviera sexo con ese supuesto amigo suyo.
ā€œPorque diablos te metiste con ese tonto!, Yuki en la casa se enterarĆ”n de tus aventurasā€, Taro estaba enojado, pues para Ć©l su hermana siempre habĆ­a sido algo libertina, pero ahora llevaba muy lejos sus gustos.
Los Ɣnimos estaban caldeados, y empezaron las indirectas entre Taro e IvƔn.
ā€œā€¦Con ese chino desnutridoā€¦ā€. El moreno denigraba a Taro, pero simultĆ”neamente el oriental se despachaba contra IvĆ”n: ā€œā€¦Con ese gorila de media toneladaā€¦ā€.
 La pronunciada hostilidad entre los ya no amigos, sĆ³lo causĆ³ que las chicas decidieran darles una lecciĆ³n.
ā€œA mĆ­ no me interesa lo que pienses Taro, me fascinĆ³ la enorme verga de IvĆ”nā€¦me hizo gritar!ā€. Yuki incendiĆ³ la mente de su hermano con esas descripcionesā€¦
ā€¦Vanessa no se quedĆ³ atrĆ”s y tambiĆ©n explicĆ³ su noche: ā€œA mĆ­ me impresionĆ³ lo que este chico sabe hacer con la lenguaā€¦que rico como me tocĆ³!ā€. Lo escuchado hizo apretar los dientes de la rabia a su hermano.
IvƔn se sentƭa muy molesto al presenciar la vida ƭntima de su hermana con Taro, y sobre todo teniendo en frente al oriental.
ā€œVamos a casa Vanessaā€. El moreno tomo del brazo a su hermana.
ā€œSuĆ©ltame IvĆ”n!!!ā€. La chica no querĆ­a dejarse llevar, quien se creĆ­a su hermano actuando como el sobreprotector.
ā€œTĆŗ tambiĆ©n debes irte a casa Yuki!ā€. Taro agarrĆ³ del hombro a su hermana, portĆ”ndose como el pĆŗdico hermano.
Cada quien en una direcciĆ³n jalonaba a su respectiva hermana, pero ellas estaban pensando lo mismo en aquel momentoā€¦darle una lecciĆ³n a sus hermanos.
ā€œToma!ā€. Vanessa levantĆ³ su rodilla, y la estampĆ³ contra la protuberante entrepierna de su hermano.
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ā€œAAAAAHHHHHHHHHHH!!!!ā€. La maciza rodilla llevĆ³ el amplio escroto de IvĆ”n contra la base de su pene, haciendo una tortilla de bolas.
ā€œQuien te crees?, a mi tu no me mandas!ā€.
Taro alcanzĆ³ a sentirse adolorido por el sufrir de su colega hombre, cuando Yuki con la misma determinaciĆ³n de Vanessa, actuaba contra su familiar.
La chica lanzĆ³ un piquete a los ojos de Taro, el cual lo vio venir y detuvo los dedos agresores, el joven creyĆ³ haber salido airoso de la agresiĆ³n  cuando sintiĆ³ la rodilla de Yuki hundirse en su entrepierna.
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ā€œYYYyyyyaaaaaā€. El tĆ­pico grito de Yuki atacando unos huevos por sorpresa, con su huesuda rodilla.
ā€œAAAaauuuuuu!!!ā€. Exclamo el fauleado oriental ante tan traicionero golpe.
Con las manos en la cintura Yuki se jacto del impacto: ā€œTe crees muy listo, pero somos familia y se cĆ³mo usar maƱas contigoā€, El ataque a los ojos no fue mĆ”s que una distracciĆ³n para poder impactar sus delicados blancos viriles.
Taro se fue al suelo, mismo lugar en el que ya estaba IvƔn, quien a pesar del esfuerzo no soporto mƔs el estar en pie.
Vanessa ahora regaƱaba a su hermano: ā€œY eso es para que aprendas a no meterte en mi vida!, con quĆ© derecho me lastimas el brazo de esa forma, te mereces eso y mĆ”s IvĆ”n!ā€.
Las dos chicas se miraron a los ojos, ambas junto a sus respectivos y derribados hermanos. Se pusieron de acuerdo y exclamaron al unĆ­sono: ā€œAsĆ­ aprenden los hombres!, pegĆ”ndoles en los huevos!ā€.
IvĆ”n tosĆ­a del dolor, no hacĆ­a mucho Yuki habĆ­a golpeado su masculinidad, y si la chinita impactada duro, Vanessa tambiĆ©n lo hacĆ­a, la rodilla de su hermana era bastante gruesaā€¦
ā€¦Por su parte, Taro tenĆ­a un similar antecedente de dolor causado por la ahora enojada Vanessa, su hermana Yuki a pesar de ser mucho mĆ”s delgada que la morena, tenĆ­a buena habilidad fĆ­sica de la prĆ”ctica de gimnasia y su rodilla, huesuda y todo, pero era muy certera contra el escroto de cualquier macho.
EnojadĆ­simas, las jĆ³venes se alejaron dirigiĆ©ndose a la salida del estacionamiento, dejando nada mĆ”s que agonĆ­a en aquel sitio.

Ambos hombres se retorcieron en el piso helado, el intenso dolor en sus gĆ³nadas ya se habĆ­a hecho constante toda esa noche, una jornada casi comparable con aquellos sucesos en el laboratorio de VerĆ³nica. 
PasĆ³ un rato cuando los dos se repusieron del trauma gonadal casi de forma simultĆ”nea, Taro pensĆ³ que el asunto ahĆ­ quedaba, cuando notĆ³ la mirada de enfado de su colega.
ā€œNo creas que voy a dejar pasar que te acostaste con mi hermanaā€. IvĆ”n estaba iracundo.
ā€œPues si quieres pelea te la voy a dar gran canalla, con mi hermana nadie se mete!ā€. ExpresĆ³ Taro quien inicialmente no iba a llevar las cosas mĆ”s lejos, pero ante la amenaza del moreno frente a Ć©l, se decidiĆ³ en no dejarse...en el fondo tambiĆ©n estaba molesto por la relaciĆ³n de IvĆ”n y Yuki.
IvĆ”n recrimina a Taro: ā€œNo te tengo miedo aunque seas karatekaā€.
ā€œYo no sĆ© karate, tontoā€.
ā€œQue todos los chinos no saben karate?, tu hermana sabeā€. IvĆ”n errĆ³neamente creyĆ³ por el grito de Yuki que era practicante de kartate.
ā€œIdiota!, ella es gimnasta no karatekaā€¦AdemĆ”s soy de origen JaponĆ©s, pero nacĆ­ en este paĆ­s, y no tengo nada que ver con China gran imbĆ©cil!ā€.
IvĆ”n celebrĆ³: ā€œEntonces tengo todas las de ganarā€.
ā€œAsĆ­?, No se Karate pero te va a ir mal!ā€. 
Se dio un enfrentamiento donde Taro dio un salto felino sobre IvĆ”n, derribĆ”ndoleā€¦ Estando sobre el moreno, comenzĆ³ a propinarle puƱetazos al rostro, pero el atacado no tardĆ³ en invertir la situaciĆ³n, con mediana fuerza logrĆ³ quitarse de encima al oriental lanzĆ”ndole lejos, Taro intentĆ³ levantarse pero IvĆ”n fue mĆ”s rĆ”pido y le pateĆ³ en un costadoā€¦
ā€¦El oriental contraatacĆ³ con un agudo talonazo en el tobillo de IvĆ”n que le puso a brincar del dolor.
Cada rival sobo sus dolores, pero el moreno se veĆ­a en ventaja, y lo demostrĆ³ā€¦Como un bĆŗfalo embistiĆ³ a Taro estrellĆ”ndole contra un sĆ³lido muro, el golpazo de Taro fue terrible.
ā€œEso te dejara claro que a mĆ­ nadie me ganaā€.
Taro estaba inclinado, pues el dolor en su espalda era intenso, observo un instante la entrepierna de su rival, se irguiĆ³ y atacĆ³!
ā€œAAAAUUUUUUUUUU!!!!!!ā€. Un veloz rodillazo en los testĆ­culos de IvĆ”n, lo hizo aullar.
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Taro sonriĆ³ al darle un merecido a su enemigo de esta noche, el moreno ahora de rodillas agarraba sus oscuras pelotas retorciĆ©ndose en agonĆ­a.
ā€œNo sĆ© karate, pero soy Ć”gil!ā€.
El moreno estaba ahora en clara desventaja, Taro en su enfado se jactĆ³ un poco.
ā€œEspero que con eso aprendas a no dormir con mi hermanaā€.
Pero repentinamente IvĆ”n contrataca, el dolor en su escroto es intenso, pero su orgullo de macho no le dejara perder sin dar todoā€¦la mano del joven irrumpe en la entrepierna de Taro aferrĆ”ndose a los testĆ­culos del oriental.
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ā€œAAaiiiiiiiiiiiiiiā€¦.suĆ©ltame las bolas!!ā€.
IvĆ”n parecĆ­a querer hacerle papilla las bolas al oriental, quien sudaba sin fin; Taro no veĆ­a opciĆ³n alguna de escape, la enorme mano del moreno trituraba sus huevos sin cesar con una severa fuerza de apretar.
Taro cayĆ³ de rodillas quedando frente a IvĆ”n que ya estaba en igual posiciĆ³n.
ā€œAhora sufre maldito!, quien es el jefe ahora eh, japonesito?ā€.
El Ćŗltimo insulto enojĆ³ al mĆ”ximo a Taro quien a pesar de la debilidad extrema en todo su cuerpo, reuniĆ³ las pocas fuerzas que pudo y lanzo su brazo como un agudo lĆ”tigo, propinando un veloz y duro manotazo en la entrepierna de IvĆ”n.
ā€œOOOOHHHHHHHHHHā€ GritĆ³ IvĆ”n con la boca en forma de ā€œOā€, ante el concentrado impacto en su gran testĆ­culo izquierdo.
De inmediato liberĆ³ a Taro y se acurrucĆ³ en el frio piso, era acompaƱado por Taro quien sin mĆ”s fuerzas solo sobaba las bolas casi exprimidas al extremo.
ā€œAiiiii mis pelotas, casi me las machacasā€.
ā€œUgghhhā€. Fue lo Ćŗnico que pudo emitir IvĆ”n quien tenĆ­a un nudo en la garganta.
Ambos no podƭan moverse mƔs, simplemente se dedicaron a sobar sus respectivas hombrƭas.

Mientras ellos se peleaban las chicas caminaban rumbo a una estaciĆ³n de taxis cercana, tenĆ­an sentimientos encontrados por lo que habĆ­a sucedido. 
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Vanessa iba molesta: ā€œEse idiota de IvĆ”n!ā€. 
Por su parte Yuki quiso mostrarse mĆ”s comunicativa: ā€œTu hermano la tiene bien grande, sĆ© que los negros son bien dotados, pero me impresionĆ³ la ā€œcosaā€ de tu hermanoā€. ExpresĆ³ ansiosa Yuki.
ā€œBueno eso se imagina, pero discĆŗlpame porque desde niƱo no se la veo, por obvias razonesā€.
ā€œEntiendo, pero te recalco, que es la mĆ”s grande que he visto y sentido, Jajajaā€.
ā€œLa verdad que la Ćŗltima vez que se la vi era una salchichitaā€. Vanessa hizo la seƱal con sus dedos, como midiendo algo muy cortito.
ā€œPues tu hermano ha crecido querida, ahora es un salchichĆ³n!!, jajajaā€.

      
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Vanessa de coloreo, pero tambiĆ©n preguntĆ³: ā€œPues tu hermano no la tendrĆ” como el mĆ­o, pero con la lengua me llevĆ³ a mĆ”s de un orgasmo...ninguno me habĆ­a tratado tan bienā€. La morena saco su propia lengua haciendo de ejemplo.
Yuki se sonrojo un poco al conocer las habilidades ocultas de su hermano Taro.
Ambas chicas comenzaron a reĆ­rse por las incomodas cosas que escuchaban de su muy cercano familiar.
ā€œEstas de acuerdo en que sigamos con esto?, ese par de seguro no querrĆ” que salgamos con su amigoā€. Pregunto Vanessa.
ā€œVas a hacer lo que te imponga tu hermano?, si no quiere que salgas con Taro, pues dale otra vez en las pelotas para que no se vuelva a meter en tu vidaā€¦ā€.
ā€œPues tienes razĆ³n, como me reclame se lleva otro rodillazoā€.
ā€œAsĆ­ se habla, y crĆ©eme que ahora mismo debe estar bien adolorido, porque IvĆ”n tiene unas buenas bolas, y si vieras como le cuelgan a tu hermanoā€.
ā€œNo digas esas cosasā€¦ā€.
ā€œPor cierto pobre de IvĆ”n, te informo que cumplĆ­ con lo que me encargĆ³ VerĆ³nicaā€¦le di duro en los cojones a tu hermano, y le debieron de quedar aĆŗn mĆ”s grandesā€.
Vanessa se avergonzĆ³ conociendo mĆ”s cosas de la intimidad de IvĆ”n, y metiĆ³ conversaciĆ³n para pasar el incĆ³modo momento: ā€œY a Taro supongo que le tratarĆ”s igual si te reclama algoā€¦un golpecito en sus joyitas familiares, mira que yo tambiĆ©n le pegue ahĆ­ a tu hermanitoā€.
ā€œBueno tambiĆ©n pobre de mi hermano, y se ve que tienes mucha fuerza, se los has de haber dejado de corbata, pero sobre pegarle yo misma no lo creo necesario, Taro es listo, y despuĆ©s de lo de hoy no me volverĆ” a querer mandarā€¦ En fin, sigamos viĆ©ndolos, es una lecciĆ³n para esos dos, que derecho tienen a decir con quiĆ©n podemos o no salirā€.
ā€œCoincido contigo, volverĆ© a verme con Taro, me quedĆ³ gustando su lengua y lo gracioso que esā€. Vanessa rememoraba la buena noche que tuvo con el oriental.
ā€œEntonces supongo que seguirĆ© gozando de la vergota de tu hermanoā€.
ā€œComo gustes, pero entonces me das tu permiso de salir otra vez con Taro?ā€.
ā€œNo lo necesitas, pero Adelante, destroza la cama con el!ā€.
ā€œJajaja, de acuerdo lo harĆ©ā€¦y tu acaba con Ivancitoā€.
ā€œVoy a dejar a tu querido IvĆ”n en silla de ruedas de la fornicada que tendrĆ© con Ć©l!, Jajajajajaā€. Vanessa tambiĆ©n se uniĆ³ a las risas.

Regresando al estacionamiento, Los dos adoloridos seguĆ­an en el suelo, al parecer la presiĆ³n arterial de IvĆ”n estaba algo baja, dada la profusa sudoraciĆ³n que emitĆ­a junto a las repetitivas nauseasā€¦Por su parte Taro se quejaba de dolor de la espalda baja, al parecer la molestia de sus huevas se habĆ­a irradiado a la parta baja de su hueso sacroā€¦sentĆ­a como si estuviera sentado en un bloque de hielo, sin mencionar las leves sensaciones de querer defecarā€¦.por vergĆ¼enza el oriental se sobrepuso prontamente a ese incomodo sentirā€¦Todo lo sentido por ambos, les apagĆ³ las ganas de pelear.
Taro observo a su rival y expresĆ³: ā€œPaz, paz, no me meterĆ© con tu hermana si no te metes con la mĆ­a, aayyyy, aayyyā€.
IvĆ”n estaba por vomitar, pero hizo un esfuerzo y tragĆ³ el escaso vomito que asomĆ³ en su gargantaā€¦el moreno compartĆ­a la misma idea que su rival.
ā€œOk paz, Oughā€¦pero no me vuelvas a dar en mis negras pelotas!, Ough!ā€.
Se podĆ­a decir que era un empate entre los machosā€¦aunque su actitud y aspecto de macho en el momento dejaba mucho que desearā€¦el piso del estacionamiento era ahora la cama para un par de individuos que no podĆ­a ni con sus almas.
Al final pudieron sentarse uno frente a otro, con las piernas abiertas, sin dejar un segundo de sobarse.
ā€œCasi me las destripas IvĆ”nā€.
ā€œY tu casi me haces vomitar, no entiendo cĆ³mo puedes pegar tan duro siendo de mano tan pequeƱaā€.
Las experiencias dolorosas al parecer lograban que estos dos terminasen reforzando su amistad, y que experiencia mĆ”s dolorosa que recibir golpes en las pelotasā€¦La jornada acabĆ³ con ambos amigos abandonando el motel y ayudĆ”ndose a caminar.

Al final las chicas continuarĆ­an viendo al par de amigos, pues la resistencia de IvĆ”n y Taro ante los requerimientos de sus hermanas terminĆ³ siendo dĆ©bil, no tenĆ­an ganas de imponer algo a tan agresivas jĆ³venes, por el bien de sus testĆ­culos no debĆ­an enojarlasā€¦AdemĆ”s, como tĆ­picos hombres su interĆ©s sexual por unas bellas chicas siempre terminarĆ­a imponiĆ©ndose.
Y en cuanto a VerĆ³nica, la perversa e intrigante genio no recibiĆ³ ningĆŗn reclamo o castigo por imponer el acto de golpear a ambos jĆ³venes en sus huevos, para IvĆ”n y Taro solo hubo gratitud hacĆ­a la cientĆ­fica por haberles presentado a aquellas muchachas tan especialesā€¦Otra cosa fue la reacciĆ³n de las aparentemente mĆ”s maduras chicas, Pues justo antes de despedirse, un pensamiento vino a la cabeza de Vanessa: 
ā€œUn momentoā€¦VerĆ³nica se acostĆ³ con nuestros hermanos!ā€. Era cierto, pues VerĆ³nica habĆ­a contado previamente a sus amigas algo de lo sucedido en el laboratorio, (incluyendo el gran pene del moreno y la hĆ”bil lengua del oriental), y como por su actual noviazgo con Miguel, no podĆ­a repetir el sexo con estos chicos.
Yuki al oĆ­rlo se percatĆ³ del asunto: ā€œEs verdad, no lo habĆ­a pensado, esa maldita perra se atreviĆ³ a fornicar con Taro!, quĆ© clase de amiga hace eso?!ā€.
ā€œY sin permiso, ella sabĆ­a que IvĆ”n era mi hermanoā€¦ eso no se hace!ā€.
Ambas amigas repentinamente expresaron: ā€œMe las va a pagar esa zorra!!ā€.


FIN.

Gracias.
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NOTA: ā€œHola soy yo, VerĆ³nica  ā€¦Veo que mis amigas al final del relato se mostraron muy enfadadas conmigo, pero para mĆ­ fortuna convencĆ­ a ZATN  de no escribir continuaciĆ³n alguna, y menos si contenĆ­a algĆŗn desquite contra mĆ­ā€¦ AsĆ­ que me salĆ­ con la mĆ­a!...No fue difĆ­cil convencerle, los hombres se muestran mĆ”s receptivos a las peticiones, si las acompaƱas de una rica y dedicada caricia a sus gĆ³nadasā€¦AdiĆ³s!ā€.

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