Las citas de Ivan y Taro (3/3): Conflicto entre amigos - Las Bolas de Pablo

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25 ago 2018

Las citas de Ivan y Taro (3/3): Conflicto entre amigos

ESCRITO POR ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M Y M/M.
TIENE RELACION CON LA SAGA “LA INVESTIGACION DE VERONICA”.

En las primera y segunda parte, tanto IvÔn Mosquera como Taro Takahashi, tuvieron unas magníficas citas, ambas chicas, Yuki y Vanessa, si bien por petición de la científica Verónica golpearon a sus parejas en los testículos, el trauma no impidió que pasaran con ellos una increíble jornada de sexo.
Al abandonar el Motel, ambas parejas pusieron rumbo al estacionamiento subterrĆ”neo, allĆ­ se darĆ­a el encuentro esperado entre los cuatro; Previamente tanto IvĆ”n como Taro sabĆ­an que las chicas pertenecĆ­an a su propia raza…AsĆ­ Taro esperaba ver a la pareja oriental de IvĆ”n, y Ć©ste ansiaba conocer a la morena con quien pasó la noche su amigo...los hombres planeaban a futuro poder intimar con la cita de su compaƱero.
Se dio la coincidencia de las dos parejas en el amplio y desolado estacionamiento…a medida que se acercaban tanto Taro como IvĆ”n quedarĆ­a petrificados al ver a las damas.
Las jóvenes se reconocieron, se habían visto en la entrada del bar, y que coincidencia que salían del Motel y con alguien conocido por la otra.
   
“Que haces aquĆ­ Vanessa?”. IvĆ”n estaba alarmado.
“Yuki que haces con Ć©l?”. Taro no se explicaba el asunto.
“Taro te citaste con ella?”. Expuso Yuki.
“IvĆ”n intimaste con esa chica?”. Vanessa no daba crĆ©dito a lo que pasaba.
Las dudas de todos comenzaron a resolverse, cuando cada quien expuso al simultaneo a su opuesto quien era la persona a la que conocĆ­a.
IvĆ”n dijo: “Es mi hermana Vanessa Mosquera…”.
Taro: “Es mi hermana Yuki Takahashi…”.
Yuki: “Es mi hermano Taro Takahashi…”.
Vanessa: “Es mi hermano IvĆ”n Mosquera…”.
AutomĆ”ticamente las esperanzas de IvĆ”n por salir con una morena y de Taro por acostarse con una oriental, se esfumaron…de hecho la idea de siquiera de haber pensado en intimar con quien resulto ser su hermana generó repulsión en ambos chicos.

Lejos de ese Motel, Verónica y su novio Miguel tenĆ­an sexo…una acción ya muy repetida para ambos…La cientĆ­fica cabalgaba al joven disfrutando el pene en su coƱo, y el cómo las bolas de su pareja chocaban contra sus empapadas Ć”reas Ć­ntimas.
“GolpĆ©ame mĆ”s con tus gónadas!...Te amo Miguel!”…

…Tras la eyaculación, Miguel jadeaba feliz y charló un rato con su muy enamorada pareja.
 “QuĆ©!?, citaste a IvĆ”n con la hermana de Taro, y a Taro con la hermana de IvĆ”n!!?”.
“Era algo lógico, un intercambio racial siempre es bueno para reforzar lazos socioculturales, y son los y las Ćŗnicas personas cercanas que conozco pertenecientes a  esas razas”.
“Pero eso no generara conflicto entre ellos?, me pregunto…no siempre es bien visto que alguien con quien tienes amistad se acueste con un familiar tuyo”.
“No veo el motivo, el ser un familiar no me parece impedimento para que establezca coito con alguien que comparta amistad contigo…Aparte ambas chicas no tiene prejuicios raciales, y tampoco IvĆ”n y Taro…Taro es inteligente, e IvĆ”n a pesar de su primitivo raciocinio es alguien sin esos rechazos”.
“Bueno esperemos que todo haya salido bien entre ellos 4”.
“Seguro que sĆ­, ya para maƱana pedirĆ© un informe completo a Vanessa y Yuki de su respectivos encuentros sexuales, quisiera sabe con quĆ© frecuencia mantuvieron coito… entre otros pendientes”.
“No harĆ”s eso, Verónica!…No te metas en la intimidad de otros, es lo mĆ”s sano”.
“Si lo consideras asĆ­, de acuerdo, en estos asuntos has demostrado tener cierta sabidurĆ­a”.
“Solo puedo imaginar cómo reaccionarĆ”n al enterarse de todo”.

Las dos parejas, -ahora cada quien alejado de los demƔs- empezaron a analizar lo que habƭa sucedido.
“Esa Verónica y su perverso sentido del humor…”. Vanessa dedujo el actuar de la cientĆ­fica, necesitando una pareja para IvĆ”n y Taro, sabiendo que sus amigas eran hermanas de ellos, pactó los encuentros quizĆ”s a propósito.
Tanto Taro como Yuki igual habĆ­an deducido que la cientĆ­fica habĆ­a cuadrado las citas con algĆŗn trasfondo pervertido…Hacer que cada chica intimara con un amigo de su hermano era gasolina para la discordia.
“La nenita fue la que planeo todo esto?...que mala fue”. Como siempre IvĆ”n era el mĆ”s lento en deducir las cosas.
“Vaya!, me acostĆ© con tu hermano”. Yuki se mostraba algo intrigada.
“Y yo con Ć©l tuyo!”. Vanessa compartĆ­a el sentimiento…Pero otra cosa eran los varones:
“Como te atreviste a acostarte con Ć©l!, esto tendrĆ” consecuencias Vanessa”. IvĆ”n estaba molesto, no aceptaba la idea de que su hermana tuviera sexo con ese supuesto amigo suyo.
“Porque diablos te metiste con ese tonto!, Yuki en la casa se enterarĆ”n de tus aventuras”, Taro estaba enojado, pues para Ć©l su hermana siempre habĆ­a sido algo libertina, pero ahora llevaba muy lejos sus gustos.
Los Ɣnimos estaban caldeados, y empezaron las indirectas entre Taro e IvƔn.
“…Con ese chino desnutrido…”. El moreno denigraba a Taro, pero simultĆ”neamente el oriental se despachaba contra IvĆ”n: “…Con ese gorila de media tonelada…”.
 La pronunciada hostilidad entre los ya no amigos, sólo causó que las chicas decidieran darles una lección.
“A mĆ­ no me interesa lo que pienses Taro, me fascinó la enorme verga de IvĆ”n…me hizo gritar!”. Yuki incendió la mente de su hermano con esas descripciones…
…Vanessa no se quedó atrĆ”s y tambiĆ©n explicó su noche: “A mĆ­ me impresionó lo que este chico sabe hacer con la lengua…que rico como me tocó!”. Lo escuchado hizo apretar los dientes de la rabia a su hermano.
IvƔn se sentƭa muy molesto al presenciar la vida ƭntima de su hermana con Taro, y sobre todo teniendo en frente al oriental.
“Vamos a casa Vanessa”. El moreno tomo del brazo a su hermana.
“SuĆ©ltame IvĆ”n!!!”. La chica no querĆ­a dejarse llevar, quien se creĆ­a su hermano actuando como el sobreprotector.
“TĆŗ tambiĆ©n debes irte a casa Yuki!”. Taro agarró del hombro a su hermana, portĆ”ndose como el pĆŗdico hermano.
Cada quien en una dirección jalonaba a su respectiva hermana, pero ellas estaban pensando lo mismo en aquel momento…darle una lección a sus hermanos.
“Toma!”. Vanessa levantó su rodilla, y la estampó contra la protuberante entrepierna de su hermano.

“AAAAAHHHHHHHHHHH!!!!”. La maciza rodilla llevó el amplio escroto de IvĆ”n contra la base de su pene, haciendo una tortilla de bolas.
“Quien te crees?, a mi tu no me mandas!”.
Taro alcanzó a sentirse adolorido por el sufrir de su colega hombre, cuando Yuki con la misma determinación de Vanessa, actuaba contra su familiar.
La chica lanzó un piquete a los ojos de Taro, el cual lo vio venir y detuvo los dedos agresores, el joven creyó haber salido airoso de la agresión  cuando sintió la rodilla de Yuki hundirse en su entrepierna.


“YYYyyyyaaaaa”. El tĆ­pico grito de Yuki atacando unos huevos por sorpresa, con su huesuda rodilla.
“AAAaauuuuuu!!!”. Exclamo el fauleado oriental ante tan traicionero golpe.
Con las manos en la cintura Yuki se jacto del impacto: “Te crees muy listo, pero somos familia y se cómo usar maƱas contigo”, El ataque a los ojos no fue mĆ”s que una distracción para poder impactar sus delicados blancos viriles.
Taro se fue al suelo, mismo lugar en el que ya estaba IvƔn, quien a pesar del esfuerzo no soporto mƔs el estar en pie.
Vanessa ahora regaƱaba a su hermano: “Y eso es para que aprendas a no meterte en mi vida!, con quĆ© derecho me lastimas el brazo de esa forma, te mereces eso y mĆ”s IvĆ”n!”.
Las dos chicas se miraron a los ojos, ambas junto a sus respectivos y derribados hermanos. Se pusieron de acuerdo y exclamaron al unĆ­sono: “AsĆ­ aprenden los hombres!, pegĆ”ndoles en los huevos!”.
IvĆ”n tosĆ­a del dolor, no hacĆ­a mucho Yuki habĆ­a golpeado su masculinidad, y si la chinita impactada duro, Vanessa tambiĆ©n lo hacĆ­a, la rodilla de su hermana era bastante gruesa…
…Por su parte, Taro tenĆ­a un similar antecedente de dolor causado por la ahora enojada Vanessa, su hermana Yuki a pesar de ser mucho mĆ”s delgada que la morena, tenĆ­a buena habilidad fĆ­sica de la prĆ”ctica de gimnasia y su rodilla, huesuda y todo, pero era muy certera contra el escroto de cualquier macho.
Enojadísimas, las jóvenes se alejaron dirigiéndose a la salida del estacionamiento, dejando nada mÔs que agonía en aquel sitio.

Ambos hombres se retorcieron en el piso helado, el intenso dolor en sus gónadas ya se habĆ­a hecho constante toda esa noche, una jornada casi comparable con aquellos sucesos en el laboratorio de Verónica. 
Pasó un rato cuando los dos se repusieron del trauma gonadal casi de forma simultÔnea, Taro pensó que el asunto ahí quedaba, cuando notó la mirada de enfado de su colega.
“No creas que voy a dejar pasar que te acostaste con mi hermana”. IvĆ”n estaba iracundo.
“Pues si quieres pelea te la voy a dar gran canalla, con mi hermana nadie se mete!”. Expresó Taro quien inicialmente no iba a llevar las cosas mĆ”s lejos, pero ante la amenaza del moreno frente a Ć©l, se decidió en no dejarse...en el fondo tambiĆ©n estaba molesto por la relación de IvĆ”n y Yuki.
IvĆ”n recrimina a Taro: “No te tengo miedo aunque seas karateka”.
“Yo no sĆ© karate, tonto”.
“Que todos los chinos no saben karate?, tu hermana sabe”. IvĆ”n erróneamente creyó por el grito de Yuki que era practicante de kartate.
“Idiota!, ella es gimnasta no karateka…AdemĆ”s soy de origen JaponĆ©s, pero nacĆ­ en este paĆ­s, y no tengo nada que ver con China gran imbĆ©cil!”.
IvĆ”n celebró: “Entonces tengo todas las de ganar”.
“AsĆ­?, No se Karate pero te va a ir mal!”. 
Se dio un enfrentamiento donde Taro dio un salto felino sobre IvĆ”n, derribĆ”ndole… Estando sobre el moreno, comenzó a propinarle puƱetazos al rostro, pero el atacado no tardó en invertir la situación, con mediana fuerza logró quitarse de encima al oriental lanzĆ”ndole lejos, Taro intentó levantarse pero IvĆ”n fue mĆ”s rĆ”pido y le pateó en un costado…
…El oriental contraatacó con un agudo talonazo en el tobillo de IvĆ”n que le puso a brincar del dolor.
Cada rival sobo sus dolores, pero el moreno se veĆ­a en ventaja, y lo demostró…Como un bĆŗfalo embistió a Taro estrellĆ”ndole contra un sólido muro, el golpazo de Taro fue terrible.
“Eso te dejara claro que a mĆ­ nadie me gana”.
Taro estaba inclinado, pues el dolor en su espalda era intenso, observo un instante la entrepierna de su rival, se irguió y atacó!
“AAAAUUUUUUUUUU!!!!!!”. Un veloz rodillazo en los testĆ­culos de IvĆ”n, lo hizo aullar.

Taro sonrió al darle un merecido a su enemigo de esta noche, el moreno ahora de rodillas agarraba sus oscuras pelotas retorciéndose en agonía.
“No sĆ© karate, pero soy Ć”gil!”.
El moreno estaba ahora en clara desventaja, Taro en su enfado se jactó un poco.
“Espero que con eso aprendas a no dormir con mi hermana”.
Pero repentinamente IvĆ”n contrataca, el dolor en su escroto es intenso, pero su orgullo de macho no le dejara perder sin dar todo…la mano del joven irrumpe en la entrepierna de Taro aferrĆ”ndose a los testĆ­culos del oriental.

“AAaiiiiiiiiiiiiii….suĆ©ltame las bolas!!”.
IvÔn parecía querer hacerle papilla las bolas al oriental, quien sudaba sin fin; Taro no veía opción alguna de escape, la enorme mano del moreno trituraba sus huevos sin cesar con una severa fuerza de apretar.
Taro cayó de rodillas quedando frente a IvÔn que ya estaba en igual posición.
“Ahora sufre maldito!, quien es el jefe ahora eh, japonesito?”.
El último insulto enojó al mÔximo a Taro quien a pesar de la debilidad extrema en todo su cuerpo, reunió las pocas fuerzas que pudo y lanzo su brazo como un agudo lÔtigo, propinando un veloz y duro manotazo en la entrepierna de IvÔn.
“OOOOHHHHHHHHHH” Gritó IvĆ”n con la boca en forma de “O”, ante el concentrado impacto en su gran testĆ­culo izquierdo.
De inmediato liberó a Taro y se acurrucó en el frio piso, era acompañado por Taro quien sin mÔs fuerzas solo sobaba las bolas casi exprimidas al extremo.
“Aiiiii mis pelotas, casi me las machacas”.
“Ugghhh”. Fue lo Ćŗnico que pudo emitir IvĆ”n quien tenĆ­a un nudo en la garganta.
Ambos no podƭan moverse mƔs, simplemente se dedicaron a sobar sus respectivas hombrƭas.

Mientras ellos se peleaban las chicas caminaban rumbo a una estación de taxis cercana, tenĆ­an sentimientos encontrados por lo que habĆ­a sucedido. 

Vanessa iba molesta: “Ese idiota de IvĆ”n!”. 
Por su parte Yuki quiso mostrarse mĆ”s comunicativa: “Tu hermano la tiene bien grande, sĆ© que los negros son bien dotados, pero me impresionó la “cosa” de tu hermano”. Expresó ansiosa Yuki.
“Bueno eso se imagina, pero discĆŗlpame porque desde niƱo no se la veo, por obvias razones”.
“Entiendo, pero te recalco, que es la mĆ”s grande que he visto y sentido, Jajaja”.
“La verdad que la Ćŗltima vez que se la vi era una salchichita”. Vanessa hizo la seƱal con sus dedos, como midiendo algo muy cortito.
“Pues tu hermano ha crecido querida, ahora es un salchichón!!, jajaja”.

      
Vanessa de coloreo, pero tambiĆ©n preguntó: “Pues tu hermano no la tendrĆ” como el mĆ­o, pero con la lengua me llevó a mĆ”s de un orgasmo...ninguno me habĆ­a tratado tan bien”. La morena saco su propia lengua haciendo de ejemplo.
Yuki se sonrojo un poco al conocer las habilidades ocultas de su hermano Taro.
Ambas chicas comenzaron a reĆ­rse por las incomodas cosas que escuchaban de su muy cercano familiar.
“Estas de acuerdo en que sigamos con esto?, ese par de seguro no querrĆ” que salgamos con su amigo”. Pregunto Vanessa.
“Vas a hacer lo que te imponga tu hermano?, si no quiere que salgas con Taro, pues dale otra vez en las pelotas para que no se vuelva a meter en tu vida…”.
“Pues tienes razón, como me reclame se lleva otro rodillazo”.
“AsĆ­ se habla, y crĆ©eme que ahora mismo debe estar bien adolorido, porque IvĆ”n tiene unas buenas bolas, y si vieras como le cuelgan a tu hermano”.
“No digas esas cosas…”.
“Por cierto pobre de IvĆ”n, te informo que cumplĆ­ con lo que me encargó Verónica…le di duro en los cojones a tu hermano, y le debieron de quedar aĆŗn mĆ”s grandes”.
Vanessa se avergonzó conociendo mĆ”s cosas de la intimidad de IvĆ”n, y metió conversación para pasar el incómodo momento: “Y a Taro supongo que le tratarĆ”s igual si te reclama algo…un golpecito en sus joyitas familiares, mira que yo tambiĆ©n le pegue ahĆ­ a tu hermanito”.
“Bueno tambiĆ©n pobre de mi hermano, y se ve que tienes mucha fuerza, se los has de haber dejado de corbata, pero sobre pegarle yo misma no lo creo necesario, Taro es listo, y despuĆ©s de lo de hoy no me volverĆ” a querer mandar… En fin, sigamos viĆ©ndolos, es una lección para esos dos, que derecho tienen a decir con quiĆ©n podemos o no salir”.
“Coincido contigo, volverĆ© a verme con Taro, me quedó gustando su lengua y lo gracioso que es”. Vanessa rememoraba la buena noche que tuvo con el oriental.
“Entonces supongo que seguirĆ© gozando de la vergota de tu hermano”.
“Como gustes, pero entonces me das tu permiso de salir otra vez con Taro?”.
“No lo necesitas, pero Adelante, destroza la cama con el!”.
“Jajaja, de acuerdo lo harĆ©…y tu acaba con Ivancito”.
“Voy a dejar a tu querido IvĆ”n en silla de ruedas de la fornicada que tendrĆ© con Ć©l!, Jajajajaja”. Vanessa tambiĆ©n se unió a las risas.

Regresando al estacionamiento, Los dos adoloridos seguĆ­an en el suelo, al parecer la presión arterial de IvĆ”n estaba algo baja, dada la profusa sudoración que emitĆ­a junto a las repetitivas nauseas…Por su parte Taro se quejaba de dolor de la espalda baja, al parecer la molestia de sus huevas se habĆ­a irradiado a la parta baja de su hueso sacro…sentĆ­a como si estuviera sentado en un bloque de hielo, sin mencionar las leves sensaciones de querer defecar….por vergüenza el oriental se sobrepuso prontamente a ese incomodo sentir…Todo lo sentido por ambos, les apagó las ganas de pelear.
Taro observo a su rival y expresó: “Paz, paz, no me meterĆ© con tu hermana si no te metes con la mĆ­a, aayyyy, aayyy”.
IvĆ”n estaba por vomitar, pero hizo un esfuerzo y tragó el escaso vomito que asomó en su garganta…el moreno compartĆ­a la misma idea que su rival.
“Ok paz, Ough…pero no me vuelvas a dar en mis negras pelotas!, Ough!”.
Se podĆ­a decir que era un empate entre los machos…aunque su actitud y aspecto de macho en el momento dejaba mucho que desear…el piso del estacionamiento era ahora la cama para un par de individuos que no podĆ­a ni con sus almas.
Al final pudieron sentarse uno frente a otro, con las piernas abiertas, sin dejar un segundo de sobarse.
“Casi me las destripas IvĆ”n”.
“Y tu casi me haces vomitar, no entiendo cómo puedes pegar tan duro siendo de mano tan pequeƱa”.
Las experiencias dolorosas al parecer lograban que estos dos terminasen reforzando su amistad, y que experiencia mĆ”s dolorosa que recibir golpes en las pelotas…La jornada acabó con ambos amigos abandonando el motel y ayudĆ”ndose a caminar.

Al final las chicas continuarĆ­an viendo al par de amigos, pues la resistencia de IvĆ”n y Taro ante los requerimientos de sus hermanas terminó siendo dĆ©bil, no tenĆ­an ganas de imponer algo a tan agresivas jóvenes, por el bien de sus testĆ­culos no debĆ­an enojarlas…AdemĆ”s, como tĆ­picos hombres su interĆ©s sexual por unas bellas chicas siempre terminarĆ­a imponiĆ©ndose.
Y en cuanto a Verónica, la perversa e intrigante genio no recibió ningĆŗn reclamo o castigo por imponer el acto de golpear a ambos jóvenes en sus huevos, para IvĆ”n y Taro solo hubo gratitud hacĆ­a la cientĆ­fica por haberles presentado a aquellas muchachas tan especiales…Otra cosa fue la reacción de las aparentemente mĆ”s maduras chicas, Pues justo antes de despedirse, un pensamiento vino a la cabeza de Vanessa: 
“Un momento…Verónica se acostó con nuestros hermanos!”. Era cierto, pues Verónica habĆ­a contado previamente a sus amigas algo de lo sucedido en el laboratorio, (incluyendo el gran pene del moreno y la hĆ”bil lengua del oriental), y como por su actual noviazgo con Miguel, no podĆ­a repetir el sexo con estos chicos.
Yuki al oĆ­rlo se percató del asunto: “Es verdad, no lo habĆ­a pensado, esa maldita perra se atrevió a fornicar con Taro!, quĆ© clase de amiga hace eso?!”.
“Y sin permiso, ella sabĆ­a que IvĆ”n era mi hermano… eso no se hace!”.
Ambas amigas repentinamente expresaron: “Me las va a pagar esa zorra!!”.


FIN.

Gracias.

NOTA: “Hola soy yo, Verónica  …Veo que mis amigas al final del relato se mostraron muy enfadadas conmigo, pero para mĆ­ fortuna convencĆ­ a ZATN  de no escribir continuación alguna, y menos si contenĆ­a algĆŗn desquite contra mĆ­… AsĆ­ que me salĆ­ con la mĆ­a!...No fue difĆ­cil convencerle, los hombres se muestran mĆ”s receptivos a las peticiones, si las acompaƱas de una rica y dedicada caricia a sus gónadas…Adiós!”.

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