Guerreros orinoco (4/7): El invento - Las Bolas de Pablo

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19 jun 2019

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Guerreros orinoco (4/7): El invento

CONTIENE:
BALLBUSTING MAQUINA/HOMBRE   

   Arial estuvo preparado para la visita del enemigo en su territorio, horas antes establecido contacto con Brake, un guerrero orinoco aliado cuya imagen por holograma lo comunicó de los perversos acontecimientos.

   ā€”Me han robado la piedra esmeralda —decĆ­a—, los atlantes han vuelto con perversidad y estĆ”n dispuestos a todo. Se ha convocado a un concilio para recuperar el resto de las joyas y hacer estrategias y recuperar las demĆ”s. Ten mucho cuidado.

   Fue por ello que Arial tendió una trampa al enemigo y Ć©ste cayó en ella con tranquilidad.

   El atlante designado para robar la piedra Turmalina se trataba de un guapo y musculoso rubio con un magnĆ­fico cuerpo de testĆ­culos pesados y una polla enorme, gruesa, carnosa y perfecta.
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   El capturado semental estaba sentado en la trampa destruye Atlantes que Arial habĆ­a fabricado. Estaba con sus piernas separadas y su polla dura como piedra apuntaba al techo, sus bolas gordas y rellenas de crema blanca descansaban sobre un sólido yunque de metal. Sobrevolando un par de centĆ­metros por encima de sus pelotas habĆ­a un pesado aplanador. Sus muƱecas y tobillos estaban esposados ​​al armazón del asiento.

   ā€”AsĆ­ que estabas confiado en venir y robar la Turmalina —dijo Arial sosteniendo un control remoto, su mirada se conectó con la de Loice, su enemigo. El cuerpo del orinico lucĆ­a perfecto y atractivo como todo un hombre de guerra. Ɖste accionó el control remoto y el aplanador bajó, rĆ”pido y duro, aplastando las bolas gordas de Loyce a la mitad haciendo que la carnosa hombrĆ­a del guerrero ancestral se dilatara entre el sello y el yunque, antes de retirarse con la misma rapidez, lo que permitió que las jugosas pelotas regresaran a su estado natural con forma ovalada de nuevo.
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   Loice gruñó con los dientes apretados, sus ojos estaban cerrados llenos de terror y agonĆ­a, mientras Arial se echaba a reĆ­r.

   ā€”ĀæQuĆ© pasa? —se mofaba—. ĀæTu misión era buscar la piedra no? ĀæDónde estĆ”n tus tĆ©cnicas, guerrero? —presionó el botón de nuevo.

   El sello cayó una vez mĆ”s, haciendo que las grandes y hermosas bolas de Loice se aplastaran, provocando un chillido agudo del musculoso semental y provocando que un pequeƱo chorro de lĆ­quido preminal saliera de su duro pene.

   Arial volvió a emitir una sonrisa pesada.

   ā€”Oh, te duele. ĀæTe van a explotar tus cositas?

   Presionó el botón, riendo a carcajadas cuando las gónadas de Loice se aplastaron una vez mĆ”s.

   ā€”Ā”AAAAAAAAYYYYYYYYYY!

   Loice gritó, sus mĆŗsculos estaban tensos y sus labios temblaban.

   Otro chorro de presemen brotó de su pene y Arial se burló con mĆ”s gracia de la  expresión cómica en la cara del pobre Loice.

   Arial presionó el botón, uno nuevo, y de color rojo a diferencia del otro que era verde.
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   El aplanador bajó. Pero en lugar de detenerse cuando las bolas de Loice se comprimieron hasta la mitad de su diĆ”metro, bajó mĆ”s, aplastĆ”ndolas y haciendo que soltara un chillido femenino que alteró por completa su potente voz masculina.

   En ese momento, un gran chorro de leche salió de la polla de Loice, cayendo justo en su ojo izquierdo.

   Arial se rió con entusiasmo.

   Loice se quedó gruƱendo y gimiendo, su ojo izquierdo parpadeaba nerviosamente. Su rostro se deformaba al sentir el dolor y su cuerpo brillaba de sudor.

   Arial presionó nuevamente el botón del control remoto, las gónadas de Loice fueron aplastadas una vez mĆ”s.

   Otro chorro de esperma cremoso salpicó de la verga de Loice, sellando su ojo derecho dejando su visión borrosa, se quedó jadeando para poder respirar, gimiendo de agonĆ­a.

   Arial en medio de divertidas risas presionó el botón, haciendo que la implacable estampilla crujiera sin piedad las gónadas de Loice y enviara un enorme chorro de semen que voló directamente hacia la boca abierta del atlante, haciĆ©ndolo ahogarse en su propio jugo salado cubriendo su garganta.

   Arial dejó escapar una risa aguda y clara, viendo a Loice ahogarse en su esperma. Enfocó la vista en un botón de color amarillo, sonrió con malicia y lo pulsó.

   Un fuerte zumbido emitió la caja debajo del asiento de Loice.

   Un enorme consolador negro salió de ella, moviĆ©ndose lentamente pero de manera constante hacia un agujero colocado en el asiento de Loice. Hasta que se acercó y entró en el culo del atlante.

   Los ojos rojos y cubiertos de semen de Loice se agrandaron cuando sintió que el consolador entraba por su trasero. Tan pronto como estuvo dentro de Ć©l, comenzó a moverse hacia arriba y abajo a un ritmo en crecimiento.

   Al mismo tiempo, el aplanador se disparó, cayendo sobre sus testĆ­culos una y otra vez, aplastando sus pobres órganos sexuales y haciĆ©ndolo gritar a todo pulmón.

   Loice solo tardó un minuto en vaciar sus bolas. Chorro tras chorro de semen salió de su pene empapando el piso en un charco blanco, empegostando el yunque y vaciando por completo la leche de sus huevos.

   Unos segundos despuĆ©s la frenĆ©tica calentura del atlante cesó. Estaba cubierto de su propio esperma, sus bolas quedaron magulladas e hinchadas y el consolador penetraba sin piedad su culo.

   A juzgar por la expresión de dolor y placer en el hermoso rostro de Loice, no estaba contento con la forma en que le trataron las bolas y su trasero. Estaba jadeando y gimiendo, su cuerpo musculoso brillaba con sudor. Soltó un gemido de angustia.

   En aquel momento un sonido de alerta fue acompaƱado de una suave voz robótica.

   ā€”Ā”Enemigos en el emporio, repito, enemigos en el emporio!
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   Arial confirmó con la cabeza y extrajo la piedra que se guardaba en su calzoncillo.

   ā€”Por este momento la Turmalina no caerĆ” en manos enemigas, sigue siendo mĆ­a, idiota.

   Volvió a guardarla sostuvo su control remoto y presionando un botón de tono gris hizo que un sofocante humo saliera de las paredes.

   Cuando la polvorosa cortina bajó el efecto y Loise pudo buscar con sus ojos rojos al orinoco Ć©ste se habĆ­a esfumado llevĆ”ndose la piedra.

   Loise gruñó rabioso era el primero en fallar su misión.

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