BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Marcos se retirĆ³ de la finca de los hermanos ChacĆ³n argumentando que no iba a participar en el proyecto de Bastian aunque lo iba a financiar econĆ³micamente en lo que necesitase. Pero Bastian lo menos que querĆa era dinero ya recaudĆ³ los suficientes millones para no escatimar en gastos.
Su proyecto consistĆa en un estudio de los testĆculos de los hombres de su familia contra los huevos de hombres particulares. QuerĆa que los participantes durante el proceso se divirtieran fauleĆ”leandose y por aquellos dĆas habĆan muchos en la finca ChacĆ³n por lo que Bastian harĆa varias pruebas y consultas para seleccionar a los mejores.
Un amigo se incorporĆ³ para ayudarlo se trataba de Farid, un barbudo semental ya conocido en Ballbusting entre maduros 2 que resultĆ³ amigo de Bastian y quedĆ³ encantado en la bĆŗsqueda de los hombres mĆ”s indicados para el proyecto.
El primero para la entrevista iba a ser Pablo. Bastian y Farid estaban ocupando asiento tras una mesa de madera. En una habitaciĆ³n libre y bonita de la hacienda, tenĆa una perfecta iluminaciĆ³n y una amplia ventana tras los caballeros que iban a entrevistar que daba vista a un jardĆn muy verde y decorado con hermosas plantas autĆ³ctonas. Pablo entrĆ³ en la habitaciĆ³n, Bastian y Farid se pusieron de pie y se dieron la mano como todos unos profesionales.
Farid detallĆ³ a Pablo de pies a cabeza, rubio, guapo con maravillosos ojos verdes o azules. Con cuerpo muy bonito y bastante trabajado en el gimnasio como casi todos los hombres que estaban ahĆ a excepciĆ³n de uno que llegĆ³ la tarde anterior. Bastian decĆa que la musculatura era genĆ©tica natural de su familia.
Pablo riĆ³ y ocupĆ³ un asiento.
—Me gusta mucho deshuevar y tambiĆ©n ser deshuevado —dijo cuando se percatĆ³ de como Farid miraba su cuerpo y formulĆ³—. ¿Quieres que me quite la ropa?
—Eso serĆa genial —respondiĆ³ Farid—. Haremos las entrevistas en ropa interior o desnudos. AsĆ que serĆa bueno si nos mostraras tus pelotas.
—No hay problema —Pablo se quitĆ³ los zapatos, los calcetines, el jeans y la camiseta. Se sentĆ³ de nuevo con su apretado speedo azul. Ajustando su entrepierna, preguntĆ³—: Entonces, esto se trata de golpes a la entrepierna, ¿verdad?
—SĆ, es un estudio cientĆfico social de tipos que se pegan mutuamente. Quiero constatar la fuerza y resistencia de los huevos ChacĆ³n contra los huevos de LĆ³pez, PĆ©rez, cualquier ser normal que no tenga nuestra bendecida genĆ©tica.
—Genial.
—¿Alguna vez te han golpeado en las bolas, Pablo? —quiso saber Farid sin apartar la lujuriosa vista de la abultada entrepierna del joven.
—¡Claro! Para eso las tengo. No es gran cosa. Me han golpeado infinidades de veces y yo tambiĆ©n lo he hecho a la perfecciĆ³n. PertenecĆ a una liga de combates.
—Entonces, ¿No es problema para ti, verdad?
—Absolutamente que no. Tengo dos huevas muy grandes, duras y resistentes. SerĆ” muy divertido para mĆ colaborar y romper las pelotas de otros hombres —siguiĆ³ detallando como Farid no le quitaba la mirada de encima—. Entonces, ¿quieres ver mis cojones? —sin esperar respuesta, bajĆ³ su ropa interior y mostrĆ³ sus genitales. Dotado de una gran polla y dos bolas jugosas. SonriĆ³ con orgullo.
—Pablo... —dijo Bastian escribiendo sobre una hoja—. Necesitamos evaluar tu resistencia y para eso tenemos que entregarte algunos golpes.
Pablo afirmĆ³ lentamente.
—Te vamos a dar algunas patadas frontales. PĆ”rate aquĆ, y coloca las manos en la cadera. Abre las piernas.
Bastian se levantĆ³ acercĆ”ndose a su sobrino. Dio un paso atrĆ”s y pateĆ³ a Pablo justo en las bolas. Con el ataque los Ć³rganos quedaron bien atrapados entre la punta del zapato y su pelvis. Pablo gimiĆ³ en voz baja.
—¿Todo bien?
—Duelen y mucho. Sin embargo, no los rompiste —reconociĆ³ Pablo con una sonrisa pero con la frente arrugada de puro dolor mientras se inclinaba y masajeaba sus huevos.
—Este serĆ” letal —reconociĆ³ Bastian—. Probemos una buena patada desde atrĆ”s.
Bastian se posicionĆ³ y usĆ³ toda su fuerza al enviar el pie contra sus muslos, atrapando sus dos pelotas y enviĆ”ndolas volando hacia la pelvis.
Pablo hizo una mueca graciosa y cruzĆ³ los ojos, gimiendo de nuevo y agarrando sus huevos revueltos. CayĆ³ de rodillas. TenĆa un dolor intenso, su cara estaba roja y sus manos aferradas a sus preciosas joyas.
—¿EstĆ”s bien?
Pablo sonriĆ³ a travĆ©s del dolor y dijo con voz chillona:
—Estoy perfecto. Mis huevos son 100% ChacĆ³n, ¿que mĆ”s puedes pedir? Calidad y resistencia. Y el mĆ”s indicado para liderar el proyecto, no encontrarĆ”s a otro como yo. Los demĆ”s no me llegarĆ”n a los talones.
Bastian y Farid se miraron deseando decirse muestras de aprobaciĆ³n pero se mantuvieron en silencio.
Pablo se sentĆ³, masajeĆ”ndose las pelotas y dejando que el dolor desapareciera. Mirando a su tĆo dijo:
—Realmente me diste un buen golpetazo en las huevas.
—Bueno, de eso se trata —afirmĆ³ Bastian con una sonrisa.
—¡Debes saber que aĆŗn no te he mostrado mis habilidades para golpear! ¡Has golpeado mis bolas, ahora voy a hacerlo con las tuyas!
—¡Pero solo un golpe! —advirtiĆ³ Bastian.
—Te voy a patear desde la espalda, igual como me hiciste.
Bastian se levantĆ³ e hizo pose con las piernas abiertas y las manos en la cadera.
—Me encanta dar patadas —asegurĆ³ Pablo comenzĆ³ a correr y dio una patada que levantĆ³ a Bastian varios centĆmetros del suelo, los testĆculos recibieron toda la fuerza de la patada. Bastian se sintiĆ³ mareado, el dolor era insoportable y, se hundiĆ³ en el suelo.
Pablo le dio una palmada en la espalda y dijo:
—¿Ves? ¡Soy un excelente ballbuster!
Farid se riĆ³ emocionado.
—¡Colosal patada quiebra huevos! Ahora mismo los tiene en la garganta.
—Absolutamente —Bastian tosiĆ³.
Farid se volviĆ³ a reĆr, sabĆa que Pablo ChacĆ³n tenĆa talento.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario