CONTIENE
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
El siguiente candidato era LenĆn. Un semental bastante alto de estatura, con el cabello negro y barba en el rostro. El tamaƱo de su pene era promedio y grueso, con dos pelotas gordas. No era parte de la familia Chacón sino de los voluntarios al proyecto.
—¿Sabes de quĆ© se trata todo esto? —le preguntó Bastian cuando lo tenĆa desnudo frente a Ć©l.
—SĆ, ballbusting a final de cuenta.
—Bueno, tambiĆ©n tendrĆ” su parte educativa. ¿Lo has hecho alguna vez?
—Por supuesto, he golpeado a muchachos en los cocos y he tenido mi parte justa de golpes bajos.
Bastian le explicó los alcances del proyecto y la dinĆ”mica de la entrevista—. ¿QuĆ© prefieres? ¿DeberĆamos comenzar con un golpe, un apretón o una patada?
—Ahhm, bueno, creo que un apretón de gümaros no estĆ” mal.
Bastian le indicó que se parara.
—¿Me vas a apretar por detrĆ”s?
—SĆ.
LenĆn se preparó y Bastian movió la mano derecha entre sus rodillas y con un movimiento sĆŗbito golpeó sus bolas. LenĆn tosió y se inclinó hacia delante. AllĆ Bastian apretó las huevas contra la palma de su mano tan fuerte como pudo, aplastando sus cojones unos contra otros y tambiĆ©n entre su mano. LenĆn hizo una mueca y tosió. Bastian miró a Farid que le sonrió y asintió.
—¿Quieres parar, muchacho?
—SĆ, por favor, mis cocos me estĆ”n matando... —suplicó.
Bastian soltó sus bolas y le dio un pequeño rebote con la palma.
—Ouch —gritó, medio riendo, medio dolorido por la implacable manipulación a su virilidad—. Eso no lo esperĆ©.
Le tomó reponerse cinco minutos y Bastian continuó:
—¿Quieres recibir el golpe o la patada?
—Golpe.
—Muy bien. ¿Por quĆ© no sostienes tu polla contra tu vientre para que pueda reventar tus bolas.
—¿Reventar?
—RelĆ”jate, no es literal.
LenĆn tragó saliva e hizo lo que le ordenaron.
Bastian empezó a golpear sus cojones pulverizando y alternando sus puños.
LenĆn comenzó a hacer gruƱidos mientra sus bolas se tambaleaban con cada golpe. Derecha, izquierda, derecha, izquierda...
—¡Hombre, esto es divertido! —se rió Bastian. En el momento final puso sus nudillos clavados entre las dos bolas carnosas que trataron de escapar a los lados, en vano.
LenĆn gritó y se hundió en el suelo, moviendo las manos de su polla hacia sus bolas.
—¿EstĆ”s bien?
—Un momento —gimió, consolando sus testĆculos y retorciĆ©ndose en el suelo.
—¡Lo estĆ”s haciendo genial! —comentó Farid.
—¡Se siente increĆble hacerlo! —comentó Bastian ajustado la creciente erección de su pantalón.
—Depende. Si eres el golpeador lo disfrutas un montón —dijo LenĆn. Trató de sonreĆr y se levantó—. Wow, ¡eso fue intenso! —se frotó las hueva—. ¿Sigue la patada?
—Cuando quieras —contestó Bastian, admirando en secreto la disciplina de LenĆn.
LenĆn extendió las piernas.
Bastian apretó los labios antes de lanzar una poderosa patada colosal a los huevos del muchacho. LenĆn chilló y cayó al suelo en medio de lamentos y maldiciones con una maravillosa expresión dolorosa en su rostro.
Bastian y Farid lo dejaron reponerse por varios minutos.
Cuando se supo que el dolor se redujo en su cuerpo, Bastian habló con él.
—Nos gustarĆa verte dĆ”ndome una patada. Sólo para saber que no te contienes a nadie...
—SĆ, entendido —dijo LenĆn y se colocó frente a Bastian Chacón, que separó sus piernas.
LenĆn se preparó y la punta del pie levantó sus dos huevos estrellĆ”ndolos contra su entrepierna.
La reacción de Bastian fue lenta. A pesar de ser un golpe muy preciso. Se quedó mirando a la nada, cayendo de rodillas en cÔmara lenta, sin hacer un solo sonido. Cuando golpeó el suelo, comenzó a toser y gemir.
Farid sonrió mientras el relieve de su entrepierna se engrosaba.
—¿Cómo te sientes, LenĆn? —quiso saber.
—Mis huevos estĆ”n como un acordeón, ja, ja, ja. Ya volverĆ”n al lechazo para la próxima.
—Ja, ja, ja. Al lechazo.
—Ya por hoy con ese apretón y patada BastiĆ”n ha asesinado a mis hijos, ja, ja, ja. Fulminó a todos mis espermatozoides, murieron aplastados como tortitas, jajajaja.
Farid se echó a reĆr, estaba pensando que LenĆn era bueno para golpes fulminantes.
—¿Cómo te sientes, LenĆn? —quiso saber.
—Mis huevos estĆ”n como un acordeón, ja, ja, ja. Ya volverĆ”n al lechazo para la próxima.
—Ja, ja, ja. Al lechazo.
—Ya por hoy con ese apretón y patada BastiĆ”n ha asesinado a mis hijos, ja, ja, ja. Fulminó a todos mis espermatozoides, murieron aplastados como tortitas, jajajaja.
Farid se echó a reĆr, estaba pensando que LenĆn era bueno para golpes fulminantes.
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