Candidatos (2/7): Lenin - Las Bolas de Pablo

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1 jul 2019

Candidatos (2/7): Lenin

CONTIENE
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   El siguiente candidato era LenĆ­n. Un semental bastante alto de estatura, con el cabello negro y barba en el rostro. El tamaƱo de su pene era promedio y grueso, con dos pelotas gordas. No era parte de la familia ChacĆ³n sino de los voluntarios al proyecto.

   —¿Sabes de quĆ© se trata todo esto? —le preguntĆ³ Bastian cuando lo tenĆ­a desnudo frente a Ć©l. 

   —SĆ­, ballbusting a final de cuenta.

   —Bueno, tambiĆ©n tendrĆ” su parte educativa. ¿Lo has hecho alguna vez?

   —Por supuesto, he golpeado a muchachos en los cocos y he tenido mi parte justa de golpes bajos.

   Bastian le explicĆ³ los alcances del proyecto y la dinĆ”mica de la entrevista—. ¿QuĆ© prefieres? ¿DeberĆ­amos comenzar con un golpe, un apretĆ³n o una patada?

   —Ahhm, bueno, creo que un apretĆ³n de gĆ¼maros no estĆ” mal.

   Bastian le indicĆ³ que se parara.

   —¿Me vas a apretar por detrĆ”s?

   —SĆ­.

   LenĆ­n se preparĆ³ y Bastian moviĆ³ la mano derecha entre sus rodillas y con un movimiento sĆŗbito golpeĆ³ sus bolas. LenĆ­n tosiĆ³ y se inclinĆ³ hacia delante. AllĆ­ Bastian apretĆ³ las huevas contra la palma de su mano tan fuerte como pudo, aplastando sus cojones unos contra otros y tambiĆ©n entre su mano. LenĆ­n hizo una mueca y tosiĆ³. Bastian mirĆ³ a Farid que le sonriĆ³ y asintiĆ³.

   —¿Quieres parar, muchacho?

   —SĆ­, por favor, mis cocos me estĆ”n matando... —suplicĆ³.

   Bastian soltĆ³ sus bolas y le dio un pequeƱo rebote con la palma.

   —Ouch —gritĆ³, medio riendo, medio dolorido por la implacable manipulaciĆ³n a su virilidad—. Eso no lo esperĆ©.

   Le tomĆ³ reponerse cinco minutos y Bastian continuĆ³:

   —¿Quieres recibir el golpe o la patada?

   —Golpe.

   —Muy bien. ¿Por quĆ© no sostienes tu polla contra tu vientre para que pueda reventar tus bolas.

   —¿Reventar?

   —RelĆ”jate, no es literal.

   LenĆ­n tragĆ³ saliva e hizo lo que le ordenaron.

   Bastian empezĆ³ a golpear sus cojones pulverizando y alternando sus puƱos.

   LenĆ­n comenzĆ³ a hacer gruƱidos mientra sus bolas se tambaleaban con cada golpe. Derecha, izquierda, derecha, izquierda...

   —¡Hombre, esto es divertido! —se riĆ³ Bastian. En el momento final puso sus nudillos clavados entre las dos bolas carnosas que trataron de escapar a los lados, en vano.

   LenĆ­n gritĆ³ y se hundiĆ³ en el suelo, moviendo las manos de su polla hacia sus bolas.

   —¿EstĆ”s bien?

   —Un momento —gimiĆ³, consolando sus testĆ­culos y retorciĆ©ndose en el suelo.

   —¡Lo estĆ”s haciendo genial! —comentĆ³ Farid.

   —¡Se siente increĆ­ble hacerlo! —comentĆ³ Bastian ajustado la creciente erecciĆ³n de su pantalĆ³n.

   —Depende. Si eres el golpeador lo disfrutas un montĆ³n —dijo LenĆ­n. TratĆ³ de sonreĆ­r y se levantĆ³—. Wow, ¡eso fue intenso! —se frotĆ³ las hueva—. ¿Sigue la patada?

   —Cuando quieras —contestĆ³ Bastian, admirando en secreto la disciplina de LenĆ­n.

   LenĆ­n extendiĆ³ las piernas.

   Bastian apretĆ³ los labios antes de lanzar una poderosa patada colosal a los huevos del muchacho. LenĆ­n chillĆ³ y cayĆ³ al suelo en medio de lamentos y maldiciones con una maravillosa expresiĆ³n dolorosa en su rostro.

   Bastian y Farid lo dejaron reponerse por varios minutos.

   Cuando se supo que el dolor se redujo en su cuerpo, Bastian hablĆ³ con Ć©l.

   —Nos gustarĆ­a verte dĆ”ndome una patada. SĆ³lo para saber que no te contienes a nadie...

   —SĆ­, entendido —dijo LenĆ­n y se colocĆ³ frente a Bastian ChacĆ³n, que separĆ³ sus piernas.

   LenĆ­n se preparĆ³ y la punta del pie levantĆ³ sus dos huevos estrellĆ”ndolos contra su entrepierna.

   La reacciĆ³n de Bastian fue lenta. A pesar de ser un golpe muy preciso. Se quedĆ³ mirando a la nada, cayendo de rodillas en cĆ”mara lenta, sin hacer un solo sonido. Cuando golpeĆ³ el suelo, comenzĆ³ a toser y gemir.

   Farid sonriĆ³ mientras el relieve de su entrepierna se engrosaba. 

   ¿CĆ³mo te sientes, LenĆ­n? —quiso saber.

   —Mis huevos estĆ”n como un acordeĆ³n, ja, ja, ja. Ya volverĆ”n al lechazo para la prĆ³xima. 

   —Ja, ja, ja. Al lechazo.

   —Ya por hoy con ese apretĆ³n y patada BastiĆ”n ha asesinado a mis hijos, ja, ja, ja. FulminĆ³ a todos mis espermatozoides, murieron aplastados como tortitas, jajajaja.

   Farid se echĆ³ a reĆ­r, estaba pensando que LenĆ­n era bueno para golpes fulminantes.

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