Ballbusting en el espacio - Las Bolas de Pablo

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25 jul 2019

Ballbusting en el espacio

BALLBUSTING EN EL ESPACIO.
ESCRITO POR ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M.





Es el dĆ­a 73 en la estaciĆ³n espacial internacional. Una enorme estructura que orbita a unos 400 Km sobre el planeta. Los tripulantes son el astronauta australiano Peter Quatermine y la cosmonauta rusa Nadia Sverova, ambos de 30 aƱos; A diario viven en gravedad cero, realizando diferentes experimentos y actividades.


  



El astronauta japonĆ©s Ito Yamazawa ha abandonado la estaciĆ³n el dĆ­a de ayer, quedando estos dos tripulantes como los Ćŗnicos a bordo; La oficial rusa abre una caja de seguridad, en donde  se exponen documentos acerca de un experimento confidencial a realizar en las siguientes horas… La mujer con total profesionalismo lee el documento, y se inmediato va a exponerle los detalles a su colega.


“Peter, nos encomendaron una nueva tarea… realizar el experimento 33-892”.


“Y de quĆ© trata?”.

“Es sobre una experiencia real de sadomasoquismo en gravedad cero”.

El australiano quedĆ³ atĆ³nito

“Sadomasoquismo?, no esperarĆ”n que entre nosotros…”.

“En efecto, las instrucciones son claras, es mi misiĆ³n golpearte de diferentes formas y luego analizar los resultados”.

“Es una locura!”

“No es asĆ­, estoy segura que te instruyeron en que podrĆ­a darse esta clases de experimentos”.

“Si, pero no pensĆ© que me tocarĆ­a alguno de esos…porquĆ© mejor no mandan al Pelao de Brazzer al espacio, con esa clase de gente es mĆ”s acorde experimentar, no con ingenieros cĆ³mo nosotros”.

“No cualquiera puede viajar al espacio, ademĆ”s quien es ese tal pelao de brazzer?”.

“Un cabeza de rodilla de un canal de adultos, pero mejor olvĆ­dalo… Que no serĆ­a mejor un experimento sobre actos sexuales, a ese si me apunto”.


Peter miro a la rusa, en verdad le tenĆ­a ganas desde que supo que compartirĆ­an viaje al espacio.

“Esos experimentos ya se hicieron, creo que era los de cĆ³digo 32-799, sĆ­, asĆ­ fue… Actos sexuales entre astronautas y la intimidad humana en gravedad cero”.

“Hagamos uno mĆ”s actualizado, que dices?”. Por detrĆ”s el astronauta tocĆ³ el hombro de la rusa, guiƱƔndole el ojo al voltear la cara.

La mujer dio un leve manotazo hacia atrĆ”s, golpeando sin querer la entrepierna del australiano, Ć©ste de inmediato le soltĆ³, dio un brinco leve sin gravedad hacĆ­a atrĆ”s y se mordiĆ³ los labios, fue un golpe suave, pero en una zona muy delicada.

“Claro que no, debe ser sadomasoquismo en gravedad cero, son Ć³rdenes”.

“Y para que servirĆ­a algo asĆ­?”.

“La gente gasta mucho dinero en la industria del porno, juego y similares, en vez de gastar millones en sitios como las Vegas, Montecarlo o Macao, donde ademĆ”s de apostar pueden satisfacer todas sus perversiones, pueden ir al espacio y realizar aquĆ­ sus actos poco pĆŗdicos… el dinero civil potencializarĆ­a mas la industria turĆ­stica espacial”.

“Y que debemos hacer?, tu si tienes experiencia en sado?, porque la verdad yo no”.

“Nunca he hecho algo asĆ­, pero segĆŗn las instrucciones no es difĆ­cil, en un compartimiento hay un lĆ”tigo y unas esposas policiacas…habrĆ” que improvisar un poco, aunque detallan que acciones deben hacer la mujer al hombre”.

“Y porque no el hombre a la mujer”.

“No, mujer a hombre aquĆ­ lo dice. AdemĆ”s tengo entendido que los australianos son muy caballerosos”.

“Y quĆ© hay de la igualdad de gĆ©nero… en este caso si no usas eso verdad?... que convenientes”.

“Solo cumplo las instrucciones”.

“Que yo sepa tambiĆ©n hay hombres que gustan de azotar a mujeres atadas, que con eso no se va a experimentar?”.

“Repito, solo haremos lo que dicen las instrucciones”.



Y asĆ­ se comenzĆ³ con el experimento, Peter debiĆ³ desnudarse, La rusa se coloreo al verle los genitales, al australiano era dueƱo de un pene bastante largo, sus pelotas de tamaƱo considerable, colgaban en un escroto bastante elĆ”stico… el par se notaban muy pesadas.



El varĆ³n al observar el color en el rostro de Nadia, no vio tan mal el asunto. La rusa se dedicĆ³ a vaciar el compartimiento con los implementos de sadomasoquismo, habĆ­a correas, bola para la boca, esposas, lĆ”tigo, una vara flexible, incluso ganchos de presiĆ³n.


Peter se preguntaba que si debƭa andar desnudo, asƭ serƭa, despuƩs de todo querƭa algo con Nadia.

“DesnĆŗdate tambiĆ©n”. El no serĆ­a el Ćŗnico sin ropa.

“Claro que no”.

“Oh vamos, entonces por lo menos quiero que estĆ©s en ropa interior…asĆ­ tu movilidad serĆ” mĆ”s fĆ”cil”. La rusa se mostrĆ³ pensativa y el australiano recalcĆ³:

“De seguro en ese compartimento tambiĆ©n hay ropa para la mujer”.

Nadia iba a negar, pero era cierto, habĆ­a una prenda de lĆ”tex para la que aplicarĆ­a el castigo, sin excusas la mujer se la colocĆ³, asĆ­ quedaron, Peter desnudo ante una Nadia en short y top de lĆ”tex

“Listo?”. La rusa se acercĆ³ a Ć©l, sosteniĆ©ndose a la pared para permanecer sobre el suelo, Peter hacĆ­a lo mismo.


“Que serĆ” primero?”.

Con la mayor velocidad posible por la escasa gravedad, Nadia lanzĆ³ una patada que se hundiĆ³ entre los muslos de Peter.

“AAAHHHhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!”, Exclamo el australiano al sentir aplastadas en cĆ”mara lenta sus gĆ³nadas.

El hombre se elevĆ³ por la nave dada la falta de gravedad, Nadia brincĆ³ y fue tras Ć©l, lanzĆ³ un puƱo a las manos protectoras de Peter…a pesar del obstĆ”culo, algo de presiĆ³n lastimĆ³ mĆ”s las bolas…El australiano adoptaba la posiciĆ³n fetal a 3 metros de altura, la cara del hombre estaba arrugada, mientras apretaba la dentadura. Sus manos mantenĆ­an acunando sus bolas, pero de repente algo las hacĆ­a separarse…
…Era Nadia quien por detrĆ”s buscaba y lograba acceso a ese par de esferas.

“De…dejameeee”.  

“Claro que no…”.

“Que haces?”.

“Se llama Ballbusting… no es mĆ”s que golpear los testĆ­culos del varĆ³n, es una de las conducta sadomasoquistas mĆ”s usadas por la mujer contra el hombre”.

Las manos agarraban las pelotas del australiano, Nadia parecĆ­a jugar con ellas.


“Sabes algo Peter, debo confesarte que me has impresionado, tus testĆ­culos son grandes, no es comĆŗn eso en un hombre, por lo menos no con los que he tenido intimidad”.


En medio de su agonĆ­a, Peter sintiĆ³ excitaciĆ³n y su pene comenzĆ³ a erectarse.

De pronto Nadia tiro del escroto del australiano, haciƩndole dar un alarido.

“AAAAAAYYY!!!”.

“Lo siento pero es necesario no cesar en el castigo testicular”.

Saliva saliĆ³ al aire y comenzĆ³ a flotar, la mujer volviĆ³ a tirar de la bolsa viril de su compaƱero haciendo que volviera a gritar…
…solo entonces, aflojĆ³ la presiĆ³n.

“Ya terminamos?”.

“Pero claro que no, el ballbusting es solo una de las muchas formas de sadomasoquismo, hay que practicar las demĆ”s”.

Entonces iniciarĆ­a una serie de formas diversas donde el dolor era el principal protagonista.

Tras unos minutos para recobrar fuerzas y saliva, Peter se debiĆ³ “vestir”, Nadia le colocĆ³ aditamentos acordes al Bondage. El varĆ³n tenĆ­a vendados los ojos, la sensaciĆ³n de oscuridad era un elemento intrigante en el sadomasoquismo, especialmente al no saber que la clase de dolor le vendrĆ­a…por instinto Peter cerraba sus muslos, no querĆ­a se golpeado de nuevo en las pelotas.

TambiĆ©n debiĆ³ usar una correa alrededor del cuello, unida a una cadena que Nadia debĆ­a controlar. AsĆ­ con leve tirĆ³n el macho quedaba a los pies de la rusa, aunque la falta de gravedad, les hizo deambular por toda la nave…a cada movimiento de muƱeca de la mujer, el varĆ³n era estrellado contra alguna pared, sin mencionar la falta de aire por el leve estrangulamiento.


“UUHHHHmmmmm!”. ExclamĆ³ Peter ante un rodillazo en las pelotas que la rusa le enterrĆ³…traĆ­do del cuello por la correa, la entrepierna del macho fue un blanco fĆ”cil… esta vez fue la rodilla femenina la que detuvo el movimiento del australiano.

Un par de minutos despuƩs, Peter padecƭa una nueva forma de dolor.
“AAaayyyyyyyy”. El macho se quejaba de un nuevo castigo… pinzas sobre sus pezones (tetillas).

Nadia observaba como el sujeto tomaba un color tomatino en el rostro, soportando el pinzamiento de sus Ć”reas pectorales erĆ³genas.



Pero faltaba algo mĆ”s. El aparato de presiĆ³n tenĆ­a una tercera pinza mĆ”s abajo, y la rusa buscaba ubicarlo en donde debĆ­a ir colocado.


“Que haces?”. 

“Falta ubicar la tercera pinza, lo siento pero no te gustarĆ””.

“AAAHHHHHHHH!!!!!!!!!!!”, gritĆ³ Peter cuando la pinza se adhiriĆ³ a su escroto…sus testĆ­culos estaban libres, pero la piel circundante toda inflamada y roja, no soportaba el pinzamiento.

“QuĆ­tala, QuĆ­talaaaaa!!!”.

“SopĆ³rtalo querido Peter, es necesario”.

El australiano se tragĆ³ la lengua intentando aguantar el ardor en su delicada piel escrotal. ExhalĆ³ cuando por fin cesĆ³ el castigo.

La siguiente situaciĆ³n fue mucho mĆ”s calmada, Peter y Nadia se acomodaron flotando a 2 metros sobre el suelo, en donde el australiano debĆ­a besar los pies de la rusa… era hasta delicioso lamerle los pies, la dama debiĆ³ admitir que era gratificante que un hombre le besara y lamiera sus deditos.

De pronto una patada de la mujer irrumpiĆ³ en el rostro del australiano.

“AAuuu, Porque hiciste eso?”.

“AsĆ­ debe ser, La Ama patea al esclavo, y tĆŗ lo eres hoy”.

Peter se acomodĆ³ los dientes del inesperado puntapiĆ©, Acto seguido Nadia retomĆ³ las instrucciones y se aprestaba para lo siguiente.

La mujer sacĆ³ una vela, tras encenderla, se ubicĆ³ debajo del flotante y boca abajo Peter, agitĆ³ la vela y una gota de cera ascendiĆ³.

“AAAaaahhhhhhhhhhhhh”. GritĆ³ Peter al sentir cera hirviente entrar en contacto con su glande y bajo vientre.


La cera se secĆ³ y quedĆ³ adherida a la piel, bajo ella un insoportable ardor le recordaba en que se habĆ­a metido. Peter se encorvĆ³, tocando su pene quemado, intentaba soplar y alcanzar aquella enrojecida Ć”rea.


Ahora era el turno para que Nadia usase uno de los instrumentos mĆ”s utilizados en estas prĆ”cticas…la LĆ”tigo!

Y asƭ los golpes de lƔtigo corto empezaron a caer con fuerza sobre el cuerpo desnudo del australiano.

ZAS, ZAS!! Cada golpe a la espalda, muslo, pecho, eran seguidos de quejidos cada vez mĆ”s agĆ³nicos. Pero entonces la rusa se detuvo y ordenĆ³ a su colega agarrarse a una barra de metal, y asĆ­ mantener una posiciĆ³n en gravedad cero. 

Peter se colocĆ³ inclinado exponiendo el trasero, ahora Nadia se dedicĆ³ a fustigar la retaguardia del astronauta.

“AAyyyyyyyyyyy”. Fue el quejido de Peter tras un doceavo azota a sus glĆŗteos.


La retaguardia australiana estaba enrojecida y marcada, de pronto haciendo un salto en gravedad cero, Nadia se elevĆ³, usĆ³ una mano para aferrarse a un tubo y descendiĆ³ sobre la espalda de Peter…y asĆ­ la mujer cabalgaba sin gravedad a un “Equino” adolorido.

Como si se tratase de un potro australiano la rusa se movĆ­a esperando que el macho tratase de sacĆ”rsela de encima…fue divertido cabalgarlo, y ahora era de nuevo turno del lĆ”tigo, asĆ­ la jinete azotĆ³ la cadera y cola del “animal”.

“Arre caballo, Arre, Jajajaja”. La rusa se divertĆ­a en serio.

Peter no soporto mĆ”s el dolor y se soltĆ³ del tubo, comenzando a flotar, lo que provocĆ³ que Nadia se le quitase de encima…y asĆ­ la pareja del espacio volvĆ­a a flotar libremente.

El australiano reposĆ³ unos minutos, la rusa parecĆ­a analizar quĆ© harĆ­a ahora…y llegado el momento, la mujer avanzĆ³ hacia Ć©l, quedĆ³ mirĆ”ndole frente a frente, ahĆ­ en el aire, Peter creyĆ³ que le darĆ­a un beso dada la extrema cercanĆ­a, el hombre bajĆ³ la mirada y observĆ³ el escote y luego el abdomen de la dama…
…Su pene dio un leve brinco, enseguida Peter abriĆ³ los ojos, Nadia le agarrĆ³ firmemente de los testĆ­culos…Los dedos y uƱas se hundĆ­an en la colorada piel de su escroto… parecĆ­an anclas aferradas con firmeza al suelo marino.

“HHUUuumm!!!”. Peter se mordiĆ³ los labios intentando no gritar.

La mano de la rusa comprimĆ­a al mĆ”ximo esas adoloridas bolas de gran tamaƱo. El macho se retorcĆ­a, y la pareja unida por la mano-escroto, flotaban por toda la estaciĆ³n espacial…la tortura no menguaba, Peter suplicaba a Nadia se las soltase, pero la rusa mantenĆ­a su firme agarre.

Al tiempo el pene del australiano comenzĆ³ a erectarse, Nadia se sorprendiĆ³ ante los tamaƱos que observaba….Aquello era demasiado venoso.

“AAAAHHHHHHHHHH!!!!!!”. Peter no podĆ­a soportar mĆ”s. La mujer le tocĆ³ el hombro evitando que se alejara de ella, el macho se recostĆ³ contra el busto femenino, todas esas sensaciones excitaron en sobremanera al astronauta.

El glande enrojecido se comenzĆ³ a hinchar a la vez que no cesaba en gotear pre semen…y llegĆ³ el Ć©xtasis!.

Por reflejo la mujer soltĆ³ los testĆ­culos y se alejĆ³ de golpe del varĆ³n… justo cuando un potente chorro de hirviente y blanquĆ­simo esperma inundaba el lugar.

“Que has hecho?”.


“NO,  no podĆ­a mĆ”s…”. Un exhausto australiano parecĆ­a haber liberado la madre de todas las eyaculaciones, unos 20 centĆ­metros cĆŗbicos se expandĆ­an en todas direcciones.

El hombre ya mĆ”s calmado se ubicĆ³ nuevamente en posiciĆ³n fetal, dedicĆ”ndose a sobar sus gĆ³nadas.

“AyĆŗdame a recoger el esperma!”.

“No puedo ni moverme”. Peter casi no tenĆ­a aliento.

“No entiendes, el esperma daƱara los controles de la estaciĆ³n!”.

“De que hablas?”. Peter observĆ³ su mano con rastros de su eyaculaciĆ³n.


“El semen se filtrarĆ” a los controles y causarĆ” un cortocircuito, debemos recogerlo”.


“Es eso cierto?”.

“Si, leĆ­ el reporte de como sucediĆ³ antes, era una misiĆ³n donde tuvieron sexo sin preservativo... y la eyaculaciĆ³n afecto las partes elĆ©ctricas”.

“Entonces es grave, eyaculĆ© mucho”.

“ParecĆ­as un torrente... por Dios, porque te viniste?”.

“No pude evitarlo, no dejabas de apretarme las bolas”.

“Quien pensarĆ­a que el dolor extremo te harĆ­a eyacular… eres bastante pervertido australiano”. Peter se enrojeciĆ³ y no respondiĆ³. Nadia comenzĆ³ a moverse rumbo a la mancha blanca que se dispersaba.

“QuĆ© esperas?, hay que recogerlo…”.

“Pero con quĆ©?, habrĆ­a que buscar algunas bolsas plĆ”sticas, o quizĆ”s…”.

Peter no hablĆ³ mĆ”s y quedĆ³ boquiabierto, pues la rusa comenzĆ³ a deglutir el semen.

“Vamos ayĆŗdame, Mmmm, AyĆŗdame, Mmm”. La mujer parecĆ­a tener habilidad en la captaciĆ³n oral de semen…
…Ć©l verla hacer eso provocĆ³ excitaciĆ³n en el adolorido macho, una nueva erecciĆ³n le renovĆ³ el dolor.

“No puedo ayudarte, ni siquiera me puedo mover, me apretaste muy duro las bolas”.
En realidad,  a pesar del dolor, Peter si podĆ­a moverse y hubiera ayudado bastante, pero disfrutaba observar la eficiente labor de la mujer, y se veĆ­a que ella podrĆ­a con toda la leche… AdemĆ”s Ć©l como macho se negaba a tomar su propia leche… que primero se cayera la estaciĆ³n espacial antes de deglutir lo que salĆ­a de sus propias bolas. 

A medida que Nadia devoraba el semen, en su interior nacĆ­a una extrema calentura, su coƱo se lubricaba y su respiraciĆ³n se agitaba, Peter aĆŗn en su dolor, prestĆ³ atenciĆ³n a los detalles…En unos minutos la amenaza a la estaciĆ³n estaba superada y la boca de la rusa satisfecha.

Nadia se mostraba con la cara manchada de blanco nĆ©ctar, su lengua lamia su mejilla, no dejarĆ­a escapar ni un rastro de aquello. 

Peter quedĆ³ atĆ³nito viendo la obvia excitaciĆ³n de la cosmonauta, de repente Ć©sta se bajĆ³ el calzĆ³n de lĆ”tex y la ropa interior…quedĆ³ desnuda su entrepierna ante su colega.

“Que linda…pero que pretendes?”.

“Hacer algo que estaba en las instrucciones, pero que habĆ­a decidido omitir, pero lo harĆ©!”.

Nadia usĆ³ las manos y separĆ³ sus labios mayores, exponiendo su vulva, Peter abriĆ³ los ojos, pues ya sabĆ­a que venĆ­a…y asĆ­ un caliente chorro de orina salĆ­a de la mujer. 



AĆŗn con las manos en las bolas, Peter abrĆ­a boca para recibir un parte del cĆ­trico fluido.


Goloso el hombre trataba de deglutir lo mƔs posible, el calor del fluido era tal que se alcanzaba a ver algo de vapor, sin embargo mucha orina salpicaba al chocar con sus labios y dientes, comenzando a flotar en gotas individuales.

“SabĆ­a que no eras una santa”. AlcanzĆ³ a decir cuando por fin tragĆ³ lo Ćŗltimo.

“Ahora es tu turno de evitar un corto circuito”.

“Y serĆ© un hĆ©roe espacial con mucho gusto”.

Peter comenzĆ³ a flotar y deglutir los restos de orina que habĆ­an escapado a su boca… en 5 minutos no habĆ­a restos.

“Tendremos sexo cuando tus bolas se desinflamen, porque no te serĆ” posible por un tiempo el…”.

Peter le interrumpiĆ³ colocando un dedo en su boca, tras verla a los ojos, dijo:

“No importan mis bolas, con gusto lo harĆ© contigo…te deseo desde hace tiempo”.

La pareja se comenzĆ³ a besar, unos labios con algo de semen y otros con algo de orina… la mezcla fue demasiado pervertida, justo antes de decidir metĆ©rsela, Peter aclarĆ³.

“PrepĆ”rate porque vas a tragar mucha mĆ”s leche, por si no lo notaste, el preservativo mĆ”s cercano estĆ” a 400 kilĆ³metros hacia abajo”. 

Y procedieron a fornicar en gravedad cero.



INFORME DE MISION # 33-892-2

Individuo 1: Nadia Sverova.
Individuo 2: Peter Quatermine.
Reporte preliminar: Acciones de conducta sadomasoquistas aplicadas a individuo 2, realizadas en la jornada del dĆ­a 73 de estancia, durante un lapso de 45-60 minutos.
Tipo de conductas dolorosas:
Golpe de lƔtigo al cuerpo= Soportado sin secuela, ni novedad.
Cera hirviente sobre piel= Soportado sin secuela, ni novedad.
CompresiĆ³n mecĆ”nica de pezones y escroto= soportado sin secuela, ni novedad.
Golpe con pie desnudo al rostro= Soportado sin secuelas, ni novedad.
Rodillazo a testĆ­culos= Soportado sin secuelas, ni novedad.
Golpe de puƱo a testƭculos/no del todo certero= Soportado sin secuelas, ni novedad.
PuntapiƩ a testƭculos= Soportado sin secuela, ni novedad.
ApretĆ³n manual testicular= Soportado sin secuelas, Novedad: EyaculaciĆ³n del individuo tras continua presiĆ³n. 



NOTA: La EyaculaciĆ³n masculina posterior a conducta sadomasoquista, atribuible a condiciĆ³n sexual particular del individuo #2. Se evidencia atracciĆ³n por el individuo #1.

ANEXO VIDEO.
Fin de reporte.



Los estudios fueron analizados en la tierra y se dio visto bueno a una confidencial campaƱa turĆ­stica para ir al espacio…


Marketing y logĆ­stica de empresas privadas, comenzaron a promocionar estos secretos paquetes turĆ­sticos…. la economĆ­a aeroespacial de carĆ”cter civil y turĆ­stica creciĆ³ mucho mĆ”s a raĆ­z de estos “experimentos”.


FIN.

Gracias.

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