BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Pablo se quedó pasmado ante la puerta de su casa cuando se vio cara a cara con su amigo Erick. TenĆan semanas sin verse desde el Ćŗltimo altercado con Jorge. Instintivamente el rubio Chacón se llevó la mano a la entrepierna cubriĆ©ndose.
āHola, Pablo āsaludó ignorando su movimientoā. ĀæCómo estĆ”s? ĀæPodrĆamos hablar? Te he estado llamando y no contestas.
Pablo dobló las cejas.
āĀæQuĆ© haces acĆ”? ĀæReclamarme por lo que me puso a hacer tu amado novio?
āOh, no, Pablo. Nada de eso pero si estoy aquĆ para que hablemos de la situación de Jorge. Estoy en son de paz.
Pablo puso los ojos en blanco.
āNo quiero hablar del pendejo de Jorge.
āYo, sĆ. Y de nuestra amistad, amigo. Ya sacate las manos de tus bolas que no te las voy a maltratar.
Pablo sonrió y Erick también surcó los labios. El rubio Chacón se hizo a un lado permitiéndole el paso a la sala de estar y Erick terminó de ingresar sentÔndose en un mueble. Pablo lo imitó.
āQuiero pedirte disculpas por lo del otro dĆa.
āĀæA quĆ© te refieres? ĀæA tu ataque de celos contra mĆ porque tu Jorge me obligó a hacerle una mamada?
āSĆ, Pablo, pero baja esa mala actitud contra mĆ. No vengo a hacerte ningĆŗn reclamo. Te considero mi amigo, mi amigo de verdad y no estoy aquĆ para reclamar.
Pablo se quedó viendo a los ojos a Erick y sintió su sinceridad. Por último suspiró desechando su actitud hostil.
āYo tambiĆ©n te aprecio mucho, Erick.
āSólo querĆa formar un clima de amistad entre Jorge y tĆŗ pero ya me di cuenta que Jorge es un egoĆsta y malagradecido que sólo piensa en Ć©l. El otro dĆa si que me puse celoso por la mamada que le hiciste pero Ć©l te amenazó y te obligó y lo peor es que yo estuve ahĆ mirando. Es un cobarde, Jorge.
āSĆ, se merece una buena venganza de mi parte.
Erick alzó la ceja ante la revancha que deseaba Pablo, aunque no estaba prevista entre sus planes mÔs próximos.
āVolviendo al tema, Pablo, te quiero y respeto mucho y te considero mi mejor amigo.
āYo tambiĆ©n, asĆ es Erick.
āNo quiero que por culpa del tonto de Erick nuestra amistad se vaya a la basura.
āYo tampoco.
āNo fuiste el culpable de aquel altercado, incluso Jorge lo planeó todo, me dijo que te llamara porque deseaba hacer las pases contigo y despuĆ©s se escondió y tĆŗ empezaste a hablar de Ć©l hasta que salió a tu encuentro. Ā”Brrrrr! Fui tan cretino.
āNo te lamentes, no guardo rencor por eso. Eres mi amigo, no sientas ninguna pena.
āĀæDe veras, Pablo?
āHombre, sĆ.
El buen Erick se quedó pasmado mirÔndolo con cara de preocupación. Pablo lo advirtió todo y se levantó del sofa extendiendo los brazos.
āVen, bro, no tengo ningĆŗn rencor hacia ti. Ven y dame un abrazo, eres y seguirĆ”s siendo mi amigo y no me voy a distanciar por un idiota como Jorge.
Erick se quedó dudoso, Āæacaso era una traición de Pablo y cuando se acercase lo iba a golpear? Pero el rubio seguĆa de pie abierto de brazos con una mirada confiable y sonrisa serena. Tragó saliva y se acercó a Pablo rodeĆ”ndolo.
āEstoy contento de que hayas venido a casa arrepentido.
āDisculpa, Pablo, no querĆa que pensaras mal de mĆ.
Los buenos amigos estaban allĆ en la sala abrazĆ”ndose sin una pizca de maldad o picardĆa en su contacto pero alguien los estaba mirando desde la ventana con vista al jardĆn. Era Jorge quien desde dĆas atrĆ”s sospechaba de algo extraƱo en la actitud de Erick.
Jorge apretó los puƱos recordando como el dĆa atrĆ”s observó unas llamadas que hizo su novio al celular de Pablo.
āĀ”Me las van a pagar, idiotas! āsusurró. Y envuelto en furia se dirigió a la puerta de acceso al hogar y comenzó a tocar con Ćmpetu.
Pablo abrió sin mirar de quien se trataba y al observar a Jorge creyó que habĆa vuelto a caer en una trampa de novios.
āĀæQuĆ© haces aquĆ? āinterrogó mirando a Jorge y despuĆ©s a Erick que parecĆa igual de sorprendido.
Pero Jorge no dio respuesta en su lugar embistió los testĆculos de Pablo con una fuerte patada que lo elevó unos centĆmetros del suelo.
Pablo lanzó un grito asà como sus huevos daban un atronador crujido.
Cuando sus pies tocaron el piso su cara se arrugó de dolor y su boca se abrió con forma de O, un leve gemido salió de sus labios y trastabilló mientras sus rodillas se unĆan y caĆa de costado con las manos en la entrepierna adolorida. Sus dos pelotas absorbieron el fulminante impacto de la patada y ahora lo encogĆan del dolor.
Jorge ingresó furioso para reclamar a Erick.
āY TĆ, TRAIDOR. YA SABĆA YO QUE ME ENGAĆABAS CON ESTE RUBIO CRETINO.
āĀæDe quĆ© hablas, Jorge? ĀæPablo, estĆ”s bien?
āĀæPablo, estĆ”s bien? ālo remedó Jorge encarnĆ”ndoloā. Sucede que los agarrĆ© con las manos en la masa, abrazados, burlĆ”ndose de mi.
āNo nos estĆ”bamos burlando de ti. Pablo y yo sólo somos muy buenos ami...
Fue interrumpido por una patada en la ingle que casi le sube los testĆculos a la garganta y lo ponĆa a escupir semen. Erick lanzó un grito mortal y se llevó las manos a la entrepierna. Sus ojos se pusieron como platos y su boca se abrió cayó al suelo retorciĆ©ndose del dolor de un lado a otro consolando sus maltrechos cojones.
āNunca me esperĆ© esa traición de ti ādecĆa Jorgeā pero ya sentĆa tu trato indiferente, me di cuenta de tus llamadas telefónicas a este rubio inmundo que no sĆ© que rayos le ven y lo corroborĆ© todo siguiĆ©ndote y viĆ©ndolos abrazados, traidores.
A Erick las bolas le palpitaban aunque no se sabĆa cual de los dos amigos estaba mĆ”s dolorido, por su parte Pablo estaba encogido en la puerta de la casa frotĆ”ndose las huevas.
Jorge cogió a Erick de una oreja haciéndolo levantar.
El muchacho de cabellos albototados tuvo su oportunidad de faulear a su novio cuando se agarró de su cadera para ponerse de pie pero el incontenible dolor le bloqueó los Ônimos de venganza.
āOye muy bien āpidió Jorgeā. No quiero saber en mi vida de traidores como tĆŗ nunca mĆ”s, en este momento tĆŗ y yo no tenemos ninguna conexión. Terminamos, yo te termino. No te burlarĆ”s de mi. Ahora quedate lamiĆ©ndole las pelotas a tu estĆŗpido amante.
āJorge, no puedes hacer eso, tienes que...
De nuevo Erick fue interrumpido cuando Jorge clavó la espinilla contra su entrepierna, poniendo ambos huevos contra el duro hueso de la pelvis.
āĀ”AAAAAAAAAAAAH! Ā”MIS POBRES BOLAS!
Se llevó las manos directo a los testĆculos y cayó al suelo envuelto en dolor, chillando y pataleando.
Jorge le dio una mirada de desprecio y se dirigió a la puerta dÔndole a Pablo un puntapié en el culo. Salió hecho un energúmeno del hogar.
En la sala quedaron dos hombres emitiendo gemidos y soportando su trauma testicular.
āAy, ay, ay ārepetĆa uno.
āMis bolas, ay me duelen mis bolas ālloraba el otro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario