Bastian y Farid estaban en su acostumbrada mesa de trabajo despuĆ©s de una larga semana de entrevistas y una treintena de hombres que se postularon al proyecto en la hacienda de los ChacĆ³n. Sobre la mesa reposaban carpetas y hojas con un resumen de vida de los candidatos.
Los dos amigos discutĆan para seleccionar a los mejores que formarĆan parte del estudio de Bastian.
—Solo queda cupo para siete —decĆa.
—Y supongo que deseas que sea: cuatro de la familia ChacĆ³n y cuatro desconocidos.
Bastian torciĆ³ la boca.
—¿Quieres saber la verdad mi amigo? Vinieron tantos muchachos con capacidades tan buenas que ya me da igual si hay nĆŗmero par de ChacĆ³n o no. Incluso podrĆa ampliar mi objeto de estudio y delimitarlo a trauma testicular dejando en el olvido el gen ChacĆ³n.
—RomĆ”n ChacĆ³n... Tu sobrino ranchero —emitiĆ³ una risa—, lo admito tiene un cuerpo sensual y un rostro esculpido por los dioses, buenas bolas y pija. AdemĆ”s que dispara leche a horrores, mucho, derramĆ³ y manchĆ³ todo por aquĆ.
—SĆ —afirmĆ³ Bastian con una sonrisa—. ParecĆa tĆmido al momento de la entrevista y despuĆ©s se soltĆ³.
—Hmmmm —detallĆ³ Farid leyendo la hoja—. Es atractivo y puede conseguir muchos fanĆ”ticos si tu objetivo es dar a conocer al pĆŗblico tu proyecto.
—AtraerĆa a muchas mujeres.
—No te dejes llevar sĆ³lo porque es heterosexual, a cualquier hombre le gustarĆa ver como le pegan en las bolas al vaquero.
—Y que me dices de este otro —cogiĆ³ otro documento—, un desconocido, Ignacio Florido.
Ignacio |
Farid doblĆ³ el rostro mirando la fotografĆa de un muchacho rubio y lampiƱo.
—¿El que te puso a llorar con la patada? —preguntĆ³.
—SĆ, Ć©l.
—No lo sĆ©. No creo que tenga mucha resistencia.
—Pero serĆa genial tenerlo en el equipo.
Farid recordĆ³ como aquel rubio fue deshuevado y la manera en que se quejaba soportando el dolor. Se riĆ³ y negĆ³ con la cabeza.
—Es un modelo cara de niƱo.
—ResultarĆa interesante estudiar su anatomĆa. Veamos Ć©ste otro... Mmmm... Fabricio, directamente desde Italia.
—Ćl me agradĆ³ —dijo Farid— pero tiene las bolas pequeƱas siendo vergudo.
La fotografĆa mostraba a un muchacho de cuerpo poderoso y cabellos cortos, sus pĆ³mulos eran pronunciados y un paquete que delimitaba muy bien una carnosa polla.
—DirĆ”s que tiene las bolas pequeƱas pero resistiĆ³ muy bien todos los golpes que entre tĆŗ y yo le dimos.
Farid y Bastian se rieron considerando que en la entrevista abusaron de la resistencia de Fabricio, quien tuvo mucha fuerza al soportar los golpes a los huevos. MƔs de un puƱetazo, patadas y apretones.
—Pudo ser fuerte —reconociĆ³ Bastian.
—Y su acento italiano es romĆ”ntico. Imagina al tipo haciendo una invitaciĆ³n al pĆŗblico para que sintonice tu proyecto. Pero tiene los huevos de bebĆ©, ja, ja, ja. Una noche se los comiĆ³ de cena.
Ambos rieron y dejaron la carpeta cerca de sus manos.
Braulio Chacon |
—Braulio ChacĆ³n —dijo Farid pensativo mirando el cuerpo desnudo del hombre—, tiene unas bolas y una pija kilomĆ©tricas.
—SĆ, Ć©l serĆa genial para nuestro proyecto.
—Se queja rico —reconociĆ³ Farid— y grita ante cualquier ataque.
—SoportĆ³ mĆ”s las patadas y los golpes que tu apretĆ³n.
—Es que le querĆa sacar el jugo a esos limones.
—Ja, ja, ja. Y le sacaste la leche.
—Hey, sĆ. Tu sobrino parecĆa un caracol dejando el rastro de baba por el piso.
—Guardaba mucho semen.
—Para desparramarlo aquĆ. No es sexy viĆ©ndolo bien.
—Tiene buen cuerpo. A mi no me importa que sea hermoso de cara, yo sĆ³lo lo quiero ver pateando bolas y luchando por las suyas.
—¿QuĆ© hay de su amigo?
Domenico |
—¿DomĆ©nico? Es bueno, sin embargo creo serĆa mĆ”s Ćŗtil de nuestro lado en las ideas que como colaborador. A Ć©l le gusta golpear bolas y no que lo golpeen.
—SĆ, nos contĆ³ de sus aventuras en el gimnasio y de como faulea a Braulio. TambiĆ©n serĆa divertido darle una cucharada de su propia medicina, consideralo.
Farid tomĆ³ otra fotografĆa.
—AquĆ llega Jaime Lizarraga ChacĆ³n.
Bastian riĆ³.
—Mi pequeƱo y gracioso sobrino.
—El que tiene el huevo izquierdo mĆ”s grande que el derecho. ResultarĆa fastidioso querer golpearlo y que sĆ³lo se interponga en nuestro camino el cojĆ³n que mĆ”s le cuelga.
Jaime Lizarraga Ch |
—Pero con mucho empeƱo pudimos golpearle los dos gĆ¼maros.
—Pero en el proceso se interpuso siempre su bola izquierda, ¡que fastidio!
—Y agonizĆ³ para siempre durante las repeticiones. Tiene buena resistencia.
—¡Su cojĆ³n izquierdo es un fastidio!
—Pero resulta un punto interesante para el estudio. No conocĆa otro ChacĆ³n con una bola asĆ como la de Ć©l.
—AquĆ tenemos a los hermanos Walter y Moises.
Bastian y Farid se rieron al unĆsono.
—Me encantarĆa tenerlos en mi proyecto.
—A mi me parece un tanto perjudicial —comentĆ³ Farid—. Fue divertido tenerlos pero esos dos compiten el uno contra el otro por sus bolas.
Hermanos Walter y Moises |
—Eso lo hace mĆ”s interesante. Los quiero en mi proyecto a ambos.
—Son guapos y con hermoso cuerpos y pollas. Ya me gustarĆa verlos eyacular.
Hermano Walter y Moises |
—Yo sĆ³lo quiero verlos competir para eliminarse los huevos. De hecho, si los vamos a tener aquĆ, para nuestro primer juego los tendremos que dividir en bandos contrarios para que se maten sus huevos.
—No cantes victoria antes de tiempo. AquĆ tenemos a Horacio ChacĆ³n.
—Ay, mi pobre sobrino Horacio, necesita dinero.
Farid suspirĆ³.
—Dijo que estaba dispuesto a todo.
Horacio Chacon |
—Y tiene dos grandes huevas, Ć©l. Creo que me enamorĆ© de ellas, ja, ja, ja. Grandes, blancas y ovaladas. Su esposa debe ser feliz con ellas en la boca —volvieron a reĆr—. Dijo que junto a la muchacha abriĆ³ una escuela de defensa personal y Ć©l ofreciĆ³ sus huevas para las clases.
—No sĆ³lo defensa personal, sino todo de educaciĆ³n sobre el sexo masculino. AsĆ que si hay alguien que sepa de dolor de huevos aquĆ tenemos a Horacio. Incluso nos ayudarĆan ella y Ć©l en lo que estĆ” por venir.
—No hay que descartarlo. ¿QuĆ© me dices de Lautaro?
Lautaro |
—Este es contrario a mi sobrino Jaime, la bola derecha le cuelga mĆ”s.
—SĆ³lo que su huevo derecho no es fastidioso.
—Bueno.
—Tiene un bulto muy grande en su pantalĆ³n, incluso yo creĆ que era ChacĆ³n. ¡Ja, ja, ja!
—Punto a su favor es que le gusta ser pegado en las huevas.
—SĆ. Pero te pegĆ³ fuerte, no lo olvides.
—Idiota ese —dijo Bastian sobĆ”ndose el bulto—. Punto menos.
Farid doblĆ³ los ojos y agarĆ³ una carpeta y se burlĆ³.
—¿QuĆ© ocurre, hombre?
Farid tendiĆ³ la foto de un joven muchacho de tez blanca y cabellos negros.
—Tu hijo, GermĆ”n.
Bastian gimiĆ³.
German Chacon |
—No me gustarĆa ver sufrir mucho a mi muchacho.
—No seas tonto y sentimental. GermĆ”n se portĆ³ a la altura aunque dijo sentirse mareado con mi patada. Tiene bonito cuerpo, yo lo faulearĆa dĆa y noche.
—¡Y yo te arrancarĆa las pelotas con una tijera de jardĆn!
—No descarto a GermĆ”n y sus bolas grandes marca ChacĆ³n. Digno de ti.
Bastian se racĆ³ la barbilla.
—No sĆ© si quisiera a mi hijo aquĆ.
—Ćl estĆ” deseoso de participar y sin embargo es muy bueno contar con los testĆculos de alguien joven.
—Es necesario un tipo joven en el equipo pero no fue el Ćŗnico muchacho en venir hasta nosotros.
—SĆ, hubo otros dos. ¿DĆ³nde estĆ”n?
Bastian fue quien consiguiĆ³ la fotografĆa de otros dos muchachos.
—Camilo —un chico de tez blanca y cabellos negros, en la fotografĆa estaba sin camiseta y un traje de baƱo ajustado color gris con poderosos muslos—. Y Pedro —otro juvenil chico de cabellos negros y boca carnosa, vestĆa un corto short y su abdomen estaba decorado con hermosos musculos. Su pija y testĆculos eran de tamaƱo promedio.
—La entrevista de ambos estuvo interesante.
—Pero Camilo es mĆ”s resistente.
—Es atleta y de rĆ”pidos movimientos lo que serĆa un punto a su favor en los prĆ³ximos juegos. De ser seleccionado.
Pedro |
—Pedro sufre mucho con el dolor de bolas. Se veĆa angelical acariciando sus testes despuĆ©s de mi apretĆ³n.
—La historia de vida de Camilo es interesante.
—No me conmueve para nada —negĆ³ Bastian—, crei que lo hizo para atraparnos.
—Podemos seleccionarlo en nuestro proyecto y descubrir si es verdad sus problemas familiares.
Bastian chasqueĆ³ la lengua y colocĆ³ las carpetas a un lado, Camilo habĆa dicho que tenĆa asuntos familiares en casa con su padrastro y un terrible hermanastro que lo torturaban golpeandolo en las pelotas cuando su madre no estaba.
Jean Chacon |
—Jean ChacĆ³n —leyĆ³ Farid—, tu loco sobrino, no tiene problema en desnudarse y hacer el amor donde quiera como dijo.
La imagen era la de un rubio que llenaba obcenamente una ropa interior en su fotografĆa. TenĆa mirada pĆcara y actitud candente.
—Dijo que le gustaba el sexo —recordĆ³ Bastian—, y que le da igual tenerlo con un hombre que con una mujer.
—No creo que a su novia eso le guste mucho.
—Por lo que dijo, parece una de esas locas feministas.
—¿Feministas? Entonces le debe poner esas bolas moradas todo el tiempo. ¿Recuerdas a LenĆn?
—Oh, sĆ, no estĆ” nada mal.
—Debemos incluirlo en el proyecto.
—Pero creo que no resulta muy resistente para lo que busco.
—¡Papanatas! LenĆn lo tiene todo, actitud, fĆsico y huevos. AĆŗn recuerdo como me fauleĆ³. Ćl no es bueno para ser golpeado sino para reventar bolas. AsĆ que considera eso.
—EstĆ” bien.
—Mira a este loco de sanatorio —Farid sostenĆa la foto de un hombre con un cuerpo de dioses y entrepierna abultada, su rostro era un misterio pues lo cubrĆa con una mĆ”scara—, nuestro misterioso RenĆ©.
Bastian se riĆ³ y Farid continuĆ³:
Rene |
—Hombre de pocas palabras y su aura de misterio a mi me gustĆ³.
—SĆ, tiene su encanto. Pero no creo que a la gene le guste eso. Le aburre.
—RenĆ© es resistente a los golpes y le encanta pegar, prefiere dar rodillazos y apretones.
—Pero se avergĆ¼enza del ballbusting y nos visitĆ³ con esa mĆ”scara para que no lo reconozcan. ¿QuĆ© se cree? ¿AlgĆŗn famoso?
—No lo sabemos. Pero eso lo vuelve interesante. Yo le darĆa mi voto.
—Mira este otro.
Bastian mostrĆ³ la foto de JuliĆ”n un muchacho flaco, de tez blanca y cabellos negros, se definiĆ³ como actor porno y al momento de la entrevista interpretĆ³ el papel de un convicto que recibĆa su castigo de dosis en los huevos.
—Fue divertida su entrevista.
—Me gustĆ³ como gruĆ±Ć³ cuando lo golpeaste de los huevos.
—JuliĆ”n serĆa excelente para el grupo y atraerĆa mucha gente por su historial en el mundo porno.
—Pero, si escogemos a JuliĆ”n el amigo RenĆ© tendrĆa miedo de la fama.
—Que se pudra RenĆ©.
—¡O que consiga mĆ”s mĆ”scaras!
Mientras los amigos seguĆan deliberando para seleccionar a los mejores sobre el suelo yacĆa la carpeta de uno que escogieron automĆ”ticamente como el lĆder de los 8: Pablo ChacĆ³n.
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