Peloteros 2 (1/4): Patea balones - Las Bolas de Pablo

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21 jul 2019

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Peloteros 2 (1/4): Patea balones

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CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
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   Lucas Chacón se desempeƱaba como capitĆ”n de la selección nacional y tambiĆ©n de un club de fĆŗtbol, desde niƱo su gloria por el deporte resaltaba llenando su historial de vida con diferentes tĆ­tulos en el mundo del deporte rey. Todo hombre Chacón tenĆ­a marcado en su ADN un talento deportivo.

   Junto a su mejor amigo Eladio, otro adorado jugador de la selección habĆ­an hecho una apuesta para conocer quien de los dos era el mejor anotador de goles. Desde siempre habĆ­an tenido una rivalidad sana compartiendo el amor de su hinchada. Quien perdiera la apuesta posteriormente iba a ser castigado. AsĆ­ que consiguieron a varios jugadores del equipo que les quisiera ayudar en tal competencia a la que denominaron "Patea balones".
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   Eladio es muy atractivo, de piel bronceada por tratamientos en el spa, cara rasurada con depilación lĆ”ser y dientes blancos. Ya varios medios de comunicación lo reseƱaban como un icono metrosexual del fĆŗtbol. Sus piernas todas fuertes como buen jugador y con un pantalón que marcaba su anaconda de manera prometedora.

   Los amigos ya estaban en el enorme estadio de fĆŗtbol, pisando la ​​grama artificial del suelo y los asientos de las gradas estaban vacĆ­os por lo que todo estaba a su disposición.

   Seis muchachos, todos calzando ropa deportiva. Estaban parados en fila como si esperaran el comienzo del partido. Algunos parecĆ­an sentirse incómodos y nerviosos, mientras que otros sonreĆ­an y bromeaban agarrando su entrepierna y riendo.

   Lucas se dirigió a los compaƱeros de equipo:
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   ā€”Muy bien, chicos. He hecho mi parte del trato. Es una competencia y necesito practicar mi punterĆ­a con los balones. AsĆ­ que abran sus piernas y dejenme intentarlo —todos los jugadores estaban en silencio—. ĀæQuiĆ©n quiere ir primero?

   Nadie se ofreció como voluntario.

   ā€”Vamos, el primero en ofrecerse es el que se irĆ” pronto a casa.

   ā€”Yo —dijo un guapo hombre de cabellos rubios—. Siempre soy el primero —sonrió a sus compaƱeros de equipo y dio un paso adelante, extendiendo sus piernas y colocando sus manos en la cadera.

   Lucas se acercó a Ć©l mirando su objetivo.


   ā€”Bueno.

   Llevó su pierna derecha hacia atrĆ”s y pateó con fuerza las pelotas del joven rubio.

   ā€”Ā”AAAAAAAYYYYYYYY! —gritó y cayó al suelo—. Ā”MIS BOLAS!

   Sus amigos lo miraron con expresión nerviosa.

   Lucas se arrodilló junto al huevitos reventados. Y preguntó:

   ā€”ĀæComo estuvo?

   El tipo tosió un par de veces y aƱadió con una sonrisa maliciosa mirando a sus amigos:

   ā€”PodrĆ­as haberlo hecho un poco mĆ”s fuerte.

   Las miradas nerviosas de sus compaƱeros de equipo se intensificaron, mientras el rubio frotaba sus bolas y gemĆ­a. Miró a los muchachos y se dirigió a uno alto y de cabello negro con expresión arrogante.

   ā€”Vamos, Luis, tu turno.

   Luis dio un paso adelante y abrió las piernas. Su short se agrandó con la gran erección que tenĆ­a.

   Lucas se puso de pie y apuntó. Extendió la pierna y la hizo chocar entre los muslos del guapo futbolista, aplastando sus pelotas y logrando que despegara los pies de la grama con un perturbador sonido crujiente.
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   Luis chilló y agarró su virilidad, doblĆ”ndose de rodillas y hundiĆ©ndose en el suelo.

   Eladio se echó a reĆ­r y aplaudió:

   ā€”Eso fue perfecto. Ā”Justo en el blanco!

   Algunos de los muchachos que estaban de pie tambiĆ©n sonrieron.

   ā€”Una patada bastante fuerte, Āæhmm? —dijo Lucas.

   Luis gimió y asintió, agarrando sus bolas maltratadas.

   ā€”Bien —dijo Lucas con una sonrisa de triunfo—. Ā”El próximo!

   Con una mirada mortificada en su rostro, un muchacho de piel oscura se adelantó y abrió las piernas.

   Lucas lanzó una fuerte patada al escroto de Danny. Los otros jugadores lo miraron con pesar. Pero Danny solo frotó su paquete, se encogió de hombros y se acercó a los otros dos que estaban sentados en la hierba. Luis seguĆ­a haciendo muecas de dolor con ambas manos agarrando su ingle.

   Lucas estaba aturdido. Miró a Danny:

   ā€”Erm, ĀæquĆ© pasa, Danny? ĀæNo te dolió?

   ā€”No —fue la simple respuesta del guardameta.
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   Eso hizo mortificar a Lucas, si perdĆ­a aquella apuesta contra Eladio iba  ser Ć©l quien recibiera patadas en las bolas para la próxima.

   ā€”El siguiente —pidió cuya voz no sonó segura.

   El siguiente tipo que abrió las piernas fue un chico bastante alto cuya apariencia era muy tosca y brutal. Asumió la posición (con los pies separados a la altura del hombro y las manos en la cadera) mirando a Lucas expectante.

   El chico enmarcó sus grandes bolas levantando su corto short y las tendió para que Lucas las pateara. Lucas no dudó ni un segundo. Dio una patada al paquete, hundió su empeine en la zona vulnerable y molió los cojones, despuĆ©s de la patada, empujó al hombre que estaba inmovilizado para que cayera sobre su culo y agarrara sus palpitantes huevos.
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   HabĆ­an caĆ­do cuatro tipos: el miembro mĆ”s nuevo del club, gemĆ­a de dolor respirando con fuerza.

   Dos chicos seguĆ­an esperando.

   Lucas los miró y seƱaló la posición sobre el pasto que el Ćŗltimo futbolista habĆ­a dejado vacante.

   Los dos restantes parecĆ­an inquietos. Ninguno querĆ­a ser voluntario entre mucho dudar y discutir.

   El capitĆ”n del equipo levantó las cejas.

   ā€”MarchĆ”n, presenta tu paquete.

   El voluntario comenzó a protestar pero hizo lo que le ordenaron exponiendo dos pequeƱas canicas entre sus piernas.

   Lucas retrocedió dos pasos para comenzar a correr e introdujo con fuerza la punta de su zapato en los genitales apretados de MarchĆ”n. El sonido del impacto provocó un horrible grito de tortura en el jugador.
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   Cayó de rodillas y dejó escapar un lamentable quejido.

   ā€”EstĆ” bien, ahora es tu turno, Bayron —dijo a otro jugador.

   Bayron tragó saliva y trató de disuadirse de la situación:

   ā€”Lo siento, fue una broma, no voy a dejar que me pegues en las...

   ā€”Ā”Bayron, ven aquĆ­!

   El jugador parecĆ­a a punto de llorar.

   ā€”Ā”Oh, vamos, tómalo como un hombre! —gritó Eladio—. Ā”No seas gallina!

   Bayron tocó sus pelotas y buscó con sus ojos la salida del campo.

   ā€”Ā”Ni siquiera lo pienses! —reclamó Lucas.

   En colaboración todos los muchachos se levantaron y sostuvieron a Bayron colocando sus brazos detrĆ”s de su espalda mientras Luis y Danny separaban sus piernas. Bayron gritó con la cara llena de angustia y miedo.

   Lucas sonrió y se preparó para un buen comienzo.

   ā€”Ā”Nooo! —gritó Bayron cuando Lucas estampó su zapato de fĆŗtbol en sus gónadas pateando con fuerza y ​​casi sacĆ”ndolas de su bolsa escrotal.
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   Todos los muchachos lo soltaron y Bayron cayó al suelo llorando.

   ā€”Ā”Hombre, ese fue el mejor de todos! —definió Eladio dando unas palmaditas en la espalda de Lucas y le estrechando su mano.

   Miraron a Bayron que estaba llorando.

   ā€”Gracias —dijo Lucas y sonrió a Eladio—, gracias a todos por ayudarme. Me siento bastante optimista en esta competencia...
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