Una madrugada del año 42 a.C. - Las Bolas de Pablo

Lo más nuevo

9 jul 2019

Una madrugada del año 42 a.C.

ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M y CUNTBUSTING M/F.

Secuela del relato UNA MAÑANA DEL AÑO 68 a.C. 

El siguiente relato expone sucesos de la republica romana, en el año 42 a.C. Centrándose en la vida de una pareja no casada.

   Antes una breve biografía de los involucrados:

   Atilia (94 a. C.- 20 a. C.). Era una patricia, hija de Marco Atilio Nigris y de Licinia. 

   Atilia creció en la casa del tribuno Lucio Atilio Druso, un tío paterno, después del escandaloso divorcio de sus padres. Posteriormente se casó con catorce años con Cecilio Metelo Caprico, hijo de un partidario del régimen de Cayo Mario, Lucio Cornelio Cinna y Cneo Papirio Carbón. Un año después, en 79 a. C., Atilia tuvo un hijo, Cecilio Metelo Caprico, pretor en 47 a.C. Tras la muerte de su primer marido (72 a.C.), se casó con Sexto Fabio Máximo, (70 a. C,) el cónsul del año 62 a. C., con quien tuvo una hija, llamada Fabia, casada con el cónsul Publio Servilio Vatia Isáurico.

   Atilia vivió una vida de escándalos por sus múltiples amantes, entre los que destacaron numerosas figuras políticas de la época, como Clodio y su rival Milón, incluso Marco Antonio el triunviro; Despertó la enemistad de Fulvia la adinerada esposa del primero y luego del último.

   En el 42 a.C. Atilia no pudo escapar indemne de las proscripciones del segundo triunvirato, debido a la rivalidad con Fulvia, esposa de Marco Antonio. Tras perder la mitad de su fortuna en las incautaciones, vivió al cuidado de Tito Pomponio Ático, amigo de Cicerón, hasta su muerte, al parecer por causas naturales, sucedida cerca del 20 a. C.

   Tito Pomponio Ático (en latín, Titus Pomponius Atticus; 109-32 a. C.) fue un historiador romano, y un conocido editor. 

   Fue un romano muy rico y cultivado. Editó las obras de sus amigos, entre los que se encontraba Cicerón, y fue el editor romano más antiguo que se conoce. Su biografía fue escrita por Cornelio Nepote. Se le llamó Ático debido a su amor por la cultura de Atenas, donde vivió de 88 a 65 a. C. 

   Tito Pomponio Ático, hijo (n. 58 a. C.) fue un senador romano del siglo I a. C., hijo de Tito Pomponio Ático, el amigo de Cicerón, y de Pilia. Ático y Pilia se casaron en 60 a. C., cuando Ático ya tenía 49 años de edad, y ella murió después de doce años de feliz matrimonio. Pretor en el 18 a.C. Se casó en 27 a.C. con Claudia Pulcra, Fue aliado de Augusto, y amigo fiel. 

***

70 a.C.

   Tras quedar viuda en el 72 a.C., Atilia recibió numerosos pretendientes, desposándose finalmente en el 70 a.C. con Sexto Fabio Máximo. Tito Pomponio visitó Roma en aquella época, y enterado de lo bella que era la viuda, se presentó a su casa proponiéndole matrimonio. Siendo un hombre adinerado era un gran partido, pero Atilia no le encontró atractivo, y el hecho de vivir él en Atenas, ahuyentó por completo el interés de la viuda. 

   Se cuenta que tras el rechazo Pomponio se vio deprimido, Dos años después, y ya casada, se reencontró con ella en una nueva visita a Roma; Viendo los aún presentes sentimientos por ella, Atilia sedujo a Pomponio, tocándole descaradamente los genitales, atónito por la acción no dudo en aceptar la propuesta de la dama de yacer con ella. 

   Aquel encuentro marcó la vida de Pomponio, quien le juró amor eterno; Desde entonces cada año en la fecha de cumpleaños de Atilia, y el día en el que se acostaron, la dama recibía una carta y una flor proveniente de la ciudad de Atenas, El remitente era  un anónimo que sólo Atilia identificaba.

68 a.C.

   Atilia se divorcia de Sexto Fabio Máximo, la dama decide no desposarse nuevamente, inicia una vida de divorciada, con muchos amantes.

42 a.C.

   Con el avenimiento de la guerra contra los asesinos de César, los Triunviros buscan nuevas fuentes de ingresos, destacándose el impuesto a las matronas ricas de Roma, se da el reclamo de éstas para con las mujeres cercanas a los triunviros, pero Fulvia la esposa de Marco Antonio rechaza oponerse al impuesto, y lo usa para saldar cuentas con Atilia,

   Las presiones de Fulvia logran que su marido acepte afectar económicamente a Atilia, ensañándose los cuestores con ella, arrebatándole así la mitad de sus bienes.

   A pesar de las pérdidas económicas la fortuna de Atilia le bastaría para vivir cómodamente, pero Fulvia le echa en cara públicamente su reciente venganza contra sus bienes, y posibles nuevas acción contra ella; Esto provoca que Atilia se muestre temerosa de terminar en la ruina, con tales enemigos tiene todas las de perder…Además nunca se mostró hábil para los negocios, sus maridos, e hijo (ahora con su familia propia) se encargaron de sus propiedades, así que ve necesario estar bajo la tutela de un hombre…y uno con una buena fortuna.

   Es entonces cuando recibe como todos los años la muestra de amor de Pomponio, y decide quedar bajo su protección, aunque tenga que ir a Atenas.

   Ático también se vio proscrito por los triunviros, pero gracias a la influencia de un aliado de Marco Antonio, obtuvo el perdón; Con aportes económicos a la guerra, mantuvo su estatus de aliado de los actuales gobernantes de la república. 

   Atilia pide la protección de Ático, quien ya viudo con 67 años, la acoge en su casa y le brinda todas las atenciones, él siempre la ha deseado, y no le da importancia al hecho de que la mujer decide seguir siendo divorciada.

   La dama a pesar de sus 52 años, mantiene su cuerpo atractivo a los hombres, toda la vida ha cuidado de su belleza, le es demasiado fácil seducirle.

***

   Una Madrugada del año 42 a.C. 

    Atilia y Pomponio tenían una vez más relaciones sexuales, habían pasado dos semanas desde la llegada de la mujer, y la actividad en la cama era cada noche.

   El hombre de 67 años penetraba por detrás a la dama, quien se había arrodillado sobre el lecho, de pronto la mujer lanzaba una vez más su mano entre sus propias piernas, golpeando el muy colgante escroto de su amante.

   El manotazo de Atilia aplastaba las pelotas de Pomponio, haciendo al hombre soltar un gruñido de dolor, pero no por ello el varón dejaba de actuar contra el coño de la dama.

   Atilia deja de pegarme en las bolas!—.  Casi suplicaba el romano.

   Jajajaja…Que pasa?, te duelen las huevas Pomponio?, que no eres un romano?, un buen romano aguanta eso y más...

   AAuuhhh—. Casi aulló Pomponio ante un nuevo golpe en los testículos.

   Te gustó eso?

   Por favor!!! 

   Vamos querido, acaso vivir en Atenas te ha vuelto blando?,

   La mujer veía con gracia, como su amante le rogaba misericordia, pero a la vez, cómo disfrutaba el hombre!

   Entonces querido Pomponio, es que te duelen demasiado? , o es que con cada golpe, sientes que ya se te va a salir la leche de las bolas…

   Un último golpe de palma y Pomponio sintió la inminencia de su corrida; Se detuvo, esperando calmarse y no venirse, la mujer ante la falta de actividad meneó la retaguardia de un lado a otro, estimulándole el miembro… esto generó una reacción en el hombre.

   Espera Atilia!, para un momento, me voy a venir!

   No pararé cariño, y te vendrás entonces!

   La mujer apretó su vagina, comprimiendo con fuerza el glande del varón. El  ataque a la parte más sensible de su pene, aceleró la eyaculación que Pomponio intentaba contener.

   Me vengo!!!!

   Por tercera vez Pomponio se corría en el coño de su amante. Chorros de esperma inundaban la vagina de Atilia, mientras la mujer disfrutada recibir ese caliente flujo en su intimidad.

   La corrida de Pomponio duró bastante pues expulsó todo el esperma que aún le quedaba en las bolas, al final hasta las últimas gotas salieron dejando aquellos depósitos de líquido viril sin nada ya.

   Totalmente exhausto, el veterano se desplomó en el lecho, jadeante, ahora sólo quería descansar, Atilia sonreía por los placeres obtenidos de aquel hombre de edad.
Pomponio no podía más, su pene se hizo blando, mientras aun goteaba lo último de esperma… por otro lado, sus pelotas se hallaban completamente secas, y casi no tenía fuerzas, se hallaba más que pletórico.

   De pronto sintió a Atilia lamiendo su ahora flácido pene, la dama buscaba dejarlo limpio de la corrida, y tal vez despertarlo una vez más.

   Oh detente Atilia, no puedo más!!

   Pomponio ocasionalmente dormía con alguna esclava, nunca dejó de tener necesidad de contacto femenino, pero una esclava no se comparaba con la seductora Atilia… que mujerón era!

   Ante el ruego del amante, Atilia se acostó junto a su pecho, y besándole las tetillas expresó.

   Como que no puedes?, un romano siempre puede.

   Eres insaciable!, déjame descansar… ya no tengo nada en las pelotas, me las dejaste secas mujer!!

   Secas?

   Secas y adoloridas... te diste gusto golpeándomelas…

   Oh querido, esos golpecitos no eran nada para ti.

   Atilia sonrió por su labor, una vez más había dejado los testículos de Pomponio literalmente como uvas pasas; Orgullosa, acostó su cabeza sobre el pecho de varón,  y se dedicó a escuchar el acelerado corazón del anciano.

   Ohhhh!!! –Exhaló Pomponio al sentir como con su suave mano, Atilia le acariciaba los testículos.

   Atilia degustaba cómo el hombre bajo ella se relajaba infinitamente ante tan dedicado estímulo a sus gónadas.

   Como te gusta eh?...Pomponio?

   El hombre no respondió, la dama se asustó por un instante, pero un alivio recorrió su cuerpo… simplemente Pomponio había tomado sueño, 

   Ya te dormiste?, bueno es algo normal, se veía realmente agotado el pobre.

   Atilia se movió al ahora flácido pene de Pomponio.

   Vaya, vaya, Pomponio, veo que debo darte un buen tiempo para que recuperes fuerzas. 

   La mujer se incorporó de la cama. 

   Felicidades, aguantas bastante para tu edad!… Pero no importa lo jóvenes o fuertes que sean, en mi cama todos los hombres terminan exhaustos. 

   Ahora sin nada que hacer decidió dar un recorrido por la lujosa casa de Pomponio, en la madrugada todos los esclavos estarían dormidos, y aunque alguno no durmiese, sus aposentos estaban muy retirados de la alcoba del amo.

   Completamente desnuda, la muy atrevida desfilaba por los pasillos iluminándose con una lámpara de mano, contemplaba las habitaciones como si fuera la esposa del dueño, y en parte ya lo era, Pomponio hacía todo lo que la divorciada mujer quisiera.
Atilia idealizaba que cambios realizar, que adornos comprar y cuales debía desechar, pues mucha de la decoración le disgustó por ser lejana a su estilo romano y gusto personal, después de todo a Pomponio le fascinaba la cultura griega y el vivir en Atenas era la prueba de ello.

   En cierto momento su estómago le recordó que tenía apetito y se dirigió a la cocina, encendió la iluminación del lugar y se dedicó a hurgar en la alacena. 

   En toneles hallaba verduras, frutas, higos, panes, todo le parecía poco cosa para su paladar; Finalmente vio un queso de aspecto costoso y fino, considerándolo digno de ella lo devoró sin pausa; Bajó el queso con un vaso de leche de cabra… En ese momento ingresaba Tito Pomponio Ático hijo, a la cocina.

   El chico era el único hijo de Pomponio, tenía 16 años, y era ampliamente el principal obstáculo de Atilia en aquella casa. El joven no podía dormir y decidió ir por un bocadillo nocturno para conseguir retomar sueño. 

   Que haces aquí?,- Expresó sorprendido de que esa mujer se encontrase vagando por la casa a tales horas, y desnuda!.

   La relación de Pomponio con Atilia, era mal vista por el hijo, y por todos los que se consideraran familia o amigos de Pomponio, para ellos, su padre estaba siendo embrujado por esa mujer de mala reputación.

   Desde el primer día, el muchacho no dejaba de rechazarla, una divorciada viviendo como casada en casa de su padre viudo, era una falta contra la moral… Además le recordaba su fama de libertina que tenía Atilia, y se lo decía aun frente al padre…Atilia se enojaba y casi le ordenaba al progenitor reprender al hijo, pero Pomponio era muy sobreprotector con el chico, y sus regaños eran poca cosa.

   Ahora la mujer respondía al indignado joven:

   Hago lo que quiero, esta ya es mi casa...

   Estaba completamente desnuda como si nada, jactándose de ser ella quien mandaba en esa casa.  A propósito puso las manos en la cadera y sacó pecho, mostrando más el busto.

   Pomponio hijo, se sentía incómodo ante la imponente mujer, Atilia tenía un busto firme y de un tamaño mediano… A  pesar de la edad era lindo para ver.

   Leche? - Se burló Atilia, ofreciéndole el vaso de leche, había notado que el joven se sentía intimidado ante su desnudez.

   Como te atreves a salir sin ropa!

   Ando cómo me dé la gana…

   Desvergonzadamente recorrió con las manos todo su cuerpo. El joven le reclamó:

   Eres una mujer divorciada, y una mujerzuela, como te has atrevido a seducir a mi padre.

   Pues él no se queja.

   Mi padre reaccionará tarde o temprano, y te echará de esta casa!

   Vamos, a tu padre lo tengo agarrado de las bolas, el tonto ha estado enamorado de mi desde hace años.

   Pero tú no!, solo estas aquí para ponerte a salvo de tus enemigos, ya te quitaron gran parte de tu fortuna.

   No niego eso, pero hago feliz a tu padre, o no?

   Desvergonzada!, no tardaras en buscar nuevos amantes, poco te importa  mi padre.

   Cada quién tiene lo suyo, y hablando de amantes… 

   Atilia dio un paso y con rapidez agarró los genitales del chico… Pomponio casi dio un brinco de sorpresa y se vio agarrado de los huevos.

   Maldita zorra… Suéltame!

   Al papá lo tengo bien cogido, como al hijo, Jajajaa.

   Que me suelte!

   No seas tímido, no soy mujer de un solo hombre y veo bien que tú ya estas crecidito, no querrás mis caricias?, muchos hombres se pelean por mis atenciones…


   Atilia con una mano mantenía el agarre testicular, quería acariciar la zona, pero la mano del chico buscando liberarse, se la mantenía inmóvil.

   Eres una cualquiera!

   Insúltame lo que quieras, pero si me quieres de enemiga te puede ir mal. Podría convencer a Pomponio de que te mande a servir en las legiones, así no estorbarás aquí. 

   El no hará tal cosa!

   El muy tonto hará todo lo que yo le diga.

   No se dejara mandar de ti!

   A Pomponio le podrán colgar entre las piernas, pero seré yo quien muestre las pelotas en esta casa.

   Suéltame puta!- Pomponio hijo retiró bruscamente la mano de la mujer, pero Atilia apenas abrió la mano, así que al ser retirada, alcanzó sin querer a halar y apretar las bolas del adolescente.

   El joven se inclinó un poco al sentir dolor en sus bolas, la dama sonrió un poco al ver que él mismo se hizo daño con la brusquedad, y dijo.

   Ya ves lo que te pasa si rechazas mis caricias, Jajajaja.

   El adolescente la miro con odio, ante lo cual Atilia le sonreía.

   Tu Papá será  mi títere, y no dejare de jugar con él, hasta que me canse.

   Desgraciada!

   Pomponio hijo se fue contra Atilia, la mujer alzó los brazos intentando defenderse, el joven le garró de las muñecas con fuerza, empujando a la dama contra un muro, el golpe al estrellarse de espalda realmente dolió a la mujer.

   Que haces. Déjame!!

   No descansaré hasta que mi padre vea las luz y te eche de aquí, te lo juro por los dioses!!

La mirada del joven lanzaba chispas, la mujer se vio inicialmente atemorizada, pero tras unos segundos se calmó… Atilia no era fácil de intimidar.

   Vaya, parece que a diferencia de tu padre, tu si tienes pelotas.

   Basta maldita, deja a mi padre, o…

   En ese momento el joven sintió un fuerte golpe entre las piernas.

   AAAAHHHHHHH!!!!!!!!!- Gritó Pomponio hijo cuando Atilia le propinó un rodillazo en los testículos.

   El adolescente no había tenido ninguna prevención con la mujer, y esta aprovecho… un hombre con las piernas abierta y al alcance de sus rodillas… no tenía por qué estar asustada, tenía todo para defenderse.

   El chico cerró los muslos por instinto, pero no antes de que un segundo rodillazo le alcanzara a dar en el huevo derecho (Que aún no lograba ponerlo a salvo tras el muslo). 

   AAARGGG. - Exclamó Pomponio hijo, al sentir aún más dolor en sus pelotas.

   De inmediato soltó a la mujer y alejó, Atilia se jactó a verlo doblado a la mitad y en su cara  una expresión de dolor y temor… parecía un canino con el rabo entre las patas.

   Sigues teniendo pelotas?, Jajaja, aún valentón?… o ese rodillazo te volvió un conejo asustadizo, Jajajaja.

   El dolor era intenso, jadeaba y la saliva caía sin control al suelo… necesitaba aire… el joven sentía las bolas arder en vida, y es que Atilia le había golpeado con fuerza, quería dejarle claro que ella mandaría en esa casa y no aceptaría ninguna resistencia… de nadie!  

   La mujer avanzó hacía el para rematarle, ante lo que el joven retrocedió torpemente, el dolor de bolas le había intimidado… tenía el miedo instintivo a más dolor en sus huevos; Atilia le agarró de los hombros y le empujó hacia una enorme mesa de piedra, ahora era su turno de sacudirle y ultrajarle a gusto. Debilitado al máximo Tito Pomponio hijo, no podía responder al empuje.

   Que pasa?, se te fueron las fuerzas?- La mujer sabía que la ventaja era toda suya.

   Sobre la mesa de piedra, la dama apoyo su torso contra el tórax del joven, casi acostándose sobre éste.

   No puede con una mujer?, Jajajaja- Se jacto aún más Atilia, colocando todo su peso contra el chico, quien se veía superado en fuerza por la amante de su padre. 
Y métete esto en la cabeza, hare lo que quiera con tu padre. 

   Eso es lo que crees!

   A pesar del dolor, Pomponio levanto la rodilla derecha golpeando en el bajo vientre a la mujer de 52 años.

   AAaaaahhggg!!!!- Exclamó Atilia al recibir el rodillazo que se hundió en su enorme y muy peludo coño.

   La mujer sintió el dolor, y se alejó de su agresor, ahora era ella la que por instinto  huía; De inmediato cubrió su área dolida y comenzó a sobarse.

   Mal…Maldito!!- Expreso Atilia enfurecida por el golpe en su área intima.

   Pomponio seguía sobándose las bolas, pero se pudo ver una sonrisa leve… le dio un poco de su propio caldo. 

   Maldito mocoso!, pero esto no se quedará así... Esta me la has de pagar, hijo de puta!!!

   El joven abandonó la cocina, cojeando pero sonriente, por lo menos le daño el rato a esa mala mujer.

   La enfadada Atilia se repuso en pocos minutos, aunque no paró de insultar al hijo de su amante, pronto se sentó e intentó comer otro queso, pero simplemente lo arrojó al piso fastidiada, con el incidente, el apetito se había ido.

   Se juró que desde mañana se dedicaría a azuzar a Pomponio contra su hijo. Quería verlo fuera de esa casa. Una hora después y antes de amanecer, Atilia regresaba a la habitación, encontrando a un viejo Pomponio aún dormido.

   La mujer convencería al veterano romano de enviar a su hijo al ejército, por supuesto como oficial, al ser de origen noble… El viejo inicialmente extraño a su único hijo, pero luego aceptó su partida, era mejor vivir solo con su amada.

   Pero la nueva vida de militar, molestó también a la dama, porque contrario a lo que esperaba, al joven le iría muy bien en la Legión, algo que le ayudó bastante en su futura carrera política.


FIN.

Gracias.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages