Catador de semen (2/4): Por un polvo se dominó a Israel - Las Bolas de Pablo

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19 nov 2020

Catador de semen (2/4): Por un polvo se dominó a Israel

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SEXO HOMOSEXUAL

BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE


Era de noche e Israel y Raquel ocupaban una tumbona al borde de la piscina en la hacienda de los Chacón. Frente a ellos Lenin de vez en cuando fingía utilizar su celular pero en realidad estaba al pendiente de los movimientos de la pareja.


El guapo Israel estaba con el pecho desnudo y vestía un pantalón corto, segundos antes se zambulló en la piscina en compañía de su mujer que vestía una larga bata blanca que resaltaba su embarazo. La pareja intercambiaba caricias abrazados en la tumbona mientras Israel consumía una botella de cerveza.


Lenin dejó el celular a un lado y se reclinó en el asiento después de dar un último sorbo a su bebida. Entrecerró los ojos pero todavía podía ver a la pareja. Lanzó una mirada a Raquel y miles de pensamientos misoginos se formaron dentro de su cabeza.


Catalogaba a la mujer de simple y aburrida, también de fea y sin ningún chiste. Pensaba que no entendía como Israel se volvió a fijar en ella. Aunque uno de sus amigos del proyecto Bastian la defendía y consideraba hermosa y divertida.

«Seguro se embarazó de él para domarlo a su lado» era su monólogo interno cuándo veía que ella acariciaba los cabellos de su hombre. «Tonta y afortunada, divorciarse de Israel y después de más de 5 años volver con él y embarazarse, ¡grandísima astuta!».


En ese momento Raquel bostezaba, oportunidad que Lenin aprovechó para criticarla mentalmente.


«Además aburrida como una pereza».


—Me voy a dormir, amor —dijo Raquel—. Tengo mucho sueño, subiré.


—Volveré a meterme a la piscina y subo para acompañarte —respondió Israel después de darle un beso delicioso de sus carnosos labios.


Raquel sonrió.


—No demores mucho, cúbrete también, el aire está frío y no querrás enfermarte, tampoco nos contagies a ambos —acarició su barriga de 6 meses de embarazo.


—No te preocupes, siempre he sido un hombre sano —afirmó el varón flexionando uno de sus brazos y mostrando un pelota de músculos.


Raquel sonrió y le entregó un beso en los labios. Después, el apuesto padre besó la panza de su mujer.


—Recuerda darte una ducha también —continuó Raquel—, y no hacer tanto ruido, estoy segura que cuando vayas a la alcoba estaré en la tercera fase del sueño —acarició el cuadrado rostro del padre de sus hijos—. ¿Quieres más cerveza?


—Sí, por favor.


Raquel sonrió y se dio media vuelta antes de volverse a la casa preguntó a Lenin si deseaba más cerveza y el caballero velludo le afirmó con una sonrisa. La mujer demoró poco tiempo en entregar una lata a ambos, finalmente desapareció de escena entrando a la inmensa casa pintada de blanco.


Lenin levantó la lata y brindó por la salud e Israel le correspondió.


—Parece que te han echado la soga al cuello —dijo Lenin ahora ocupando una tumbona cerca del hijo mayor de Marcos Chacón—, estás feliz con tu ex mujer, ella embarazada, con tus hijos, te has convertido en el padre del año, ¡ah! Y con un bebé en camino. ¿En dónde quedó el Israel mujeriego?


El rubio se rió.


—Quedó en el pasado —confesó tomándose la cerveza—. Mi ex mujer, que feo se oyó eso. Me acabas de dar la idea de volverme a casar con Raquel.


Lenin le dirigió una mirada de fastidio.


—Extraño al Israel divertido y mujeriego. Perdiste la gracia como padre de familia.


—No digas eso, sigo siendo el mismo. Es solo que volví con Raquel y el amor fluyó.


Otra vez le dirigió una mirada de aburrimiento total, finalmente los hombres se terminaron la bebida mientras hablaban de otros temas.


—¿Quieres más cerveza? —ofreció Lenin.


Israel dudó unos segundos.


—Bueno, la última y subiré a la habitación.


—Oh, sí. Antes de que Raquel se enfurezca y te deje dormir en el sillón.


—Eso nunca sucederá —respondió Israel riendo.


Lenin se dirigió a la casa y escuchó al hermoso rubio zambulléndose con fuerza en la piscina, en el pasado había sido nadador. Lo que le excitó de solo pensar en la fuerza de sus pulmones o en la potencia de su virilidad que siempre hizo que Raquel no lo pudiera olvidar


Pero el hombre más velludo del proyecto Bastian no se dirigió a la cocina, sino que subió a su habitación y extrajo del cajón de la mesa de noche una bolsa con polvo.


«Es una droga muy eficaz» le había dicho Unai, un amigo científico de Bastian. «Una sola dosis y la persona hará todo lo que tú quieras».


Lenin echó un vistazo a la ventana y vio a Israel salir de la piscina, el agua hacía brillar su hermoso cuerpo, y la tela mojada del pantalón se ceñía a su salchicha de carne, allí se veía ladeada su polla. Se echó otra vez en la tumbona. A Lenin se le hizo agua la boca con tan solo mirarlo de pies a cabeza. Se apartó de la ventana y bajó a toda prisa las escaleras hacia la cocina, donde destapó una cerveza y arrojó el polvo para controlar a Israel. Agitó por unos segundos y volvió al patio. 


Israel recibió su botella y comenzó a beber mientras Lenin lo miraba con ojos brillantes. 


Tiene un sabor un poco amargo —comentó Israel pero siguió disfrutando de la bebida. 


—¿Y qué sexo es el bebé? —cambió de tema Lenin. 


—Es un varón. Sus pelotitas relucieron en el ecosonograma. 


—¡El orgullo Chacón! —se burló Lenin aprovechando de dar un vistazo a la entrepierna del dentista. 


Pasaron varios minutos para que ambos terminaran sus bebidas y dejaran las botellas en el suelo. Israel se quedó mirando a la nada y Lenin sintió excitación por el éxito de su cometido. Su propia polla se puso rígida. 


—¿Estás bien, Israel? —le preguntó acercándose a él. 


—S-Sí. 


El velludo pasó su mano por el abdomen de Israel, estaba duro. Casi le da un infarto de palpar el cuerpo del rubio. Su boca estaba hecha agua y su respiración se entrecortaba. Quería comerle la leche a Israel, debía ser deliciosa y todo un manjar como él. Abrió su pantalón corto y se lo bajó, sacándolo. Israel no dijo nada. Lenin comenzó a frotar su mano sobre los genitales de Chacón y pronto la verga se puso dura como roca. 


Era un pene completamente hermoso, grande, con una cabeza rosada, con un grosor bien proporcionado, varias venas lo decoraban. Eran el pene más bonito que había visto en su vida. Las inmensas bolas le daban su sello como miembro de la familia Chacón. Lenin se inclinó y besó la cabeza de la polla, sacándole un gemido a Israel.


Lenin levantó la mirada, estaba muy feliz. Aunque su vista cambió cuando vio una luz encendida por la ventana. Era la habitación de Marcos Chacón y daba a la piscina. 


Mejor no arriesgarse —susurró, se puso de pie y metió la mano dentro de su jeans para ajustar su grueso pene, tenía una erección muy potente. 


—Vamos, Israel —dijo—, acomódate la verga y ven conmigo. 


Israel se puso de pie obedeciendo. Subió el pantalón corto que quedó como una carpa de circo. 


Los dos entraron a la casa, Lenin ayudó a subir las escaleras a Israel que parecía un zombie, para su suerte nadie los vio. Lenin pensó en la excusa de decir que Israel estaba borracho. 


En la privacidad de su habitación Lenin besó el cuello de Israel y después de un empujón el hijo mayor de Marcos rebotó contra la cama donde se quedó quieto. 


—Un momento —dijo Lenin. 


Salió de la habitación ajustándose una vez más la verga. A paso lento se acercó a la recámara donde dormía Raquel, no se oía completamente nada. 


«Seguramente ya está dormida, la muy tonta» pensó «de yo ser ella no abandono a mi macho ni a sol ni a sombra». 


Riendo por su ocurrencia regresó a su habitación. 


—¿Israel? —susurró cuando sus ojos no vieron al hombre en la cama, sin embargo se escuchaba el ruido de la ducha—. ¡Uf, que delicia, se baña para mí! —riéndose y en definitiva quitándose toda su ropa puso dirección al baño. Su grueso miembro se puso más tieso cuando vio que el pantalón corto de Israel estaba en el piso—, te tengo todo para mi —dijo, y después susurrando lo llamó—, ¿Israel


Israel se duchaba tranquilamente, el agua recorría su delicioso cuerpo, el rubio se dio media vuelta y se quedó mirando a Lenin. 

El más velludo del proyecto Bastian se quedó tenso. ¿A caso se le pasó el efecto? 


—Raquel, mi vida, me me estoy duchando para ti —confesó Israel con voz apagada. 


—¿Ah? —Lenin dobló la boca confundido. 


—Ven, preciosa —Israel se dirigió a Lenin y le rodeó la cadera con sus brazos lo empujó hacia él y ambos se dejaron bañar por el agua—, te amo mi vida. 


Israel comenzó a besar a Lenin creyendo en lo más profundo de su drogado cerebro que estaba compartiendo ducha con la mujer a la que más amaba. 


Igualmente Lenin se quedó en silencio gozando su suerte. 


La polla tiesa de los dos se tocaban como fuertes espadas, aún así Israel creía que besaba a su hermosa Raquel. 


Por su parte Lenin se sentía feliz y lleno de éxito. Se abrazaba a Israel y sentía sus besos por el cuello y pecho, lo abrazaba con fuerza palpando su larga espalda y firmes nalgas. 


Déjame darte placer, mi amor —susurró Lenin con voz suave y poco varonil intentando parecer lo más femenino posible para Israel. 

El rubio se recostó a la pared sintiendo el agua caer contra su cuerpo mientras Lenin se arrodillaba ante él. Se pasó la lengua por los labios con la mirada brillante ante la hermosa verga y aquel par de huevos inmensos. Abrió la boca y se metió el pene a lo más profundo de su garganta, después movió su cabeza. 


Israel gimió mientras se le aplicaba el exquisito sexo oral, era extraño no se parecía a Raquel como otras veces, sin embargo estaba rico y a su mente no le importó lo que ocurría con Raquel y los vellos alrededor de su boca.


—¡Oh! ¡Oh! —se quejó Israel cuando sintió dos palmadas no muy fuertes pero intensas contra sus testículos. 


Lenin sonrió, y continuó lamiendo el pene de Israel, su lengua envolvía aquel pedazo de carne, de justas proporciones, era larga como la polla de Marcos Chacón pero tenía más grosor y venas. ¡Era hermosa! La punta de la lengua de Lenin hacía movimientos circulares en la rosada cabeza arrancándole suaves gemidos a Israel.


—Relájate, Isri —le pidió Lenin llamándole con el diminutivo que Raquel en ocasiones empleaba. Besó las bolas del dentista y le frotó la verga con su mano izquierda. 


Israel echaba la cabeza hacia atrás lleno de auténtico placer, pensando en lo excitante que lo estaba tratando su amada Raquel. Sus ojos estaban cerrados y sus gruesos labios se separaban para jadear o gemir. 

Lenin continuó haciendo gemir al rubio mientras introducía en lo profundo de su garganta el pedazo de pene. El miembro de Israel comenzaba a escapar los primeros hilos de líquido pre seminal. 


Israel hizo otro gemido de placer cuando su polla se enterraba en la garganta de Lenin cortándole la respiración.


Después de algunos segundos Lenin se distanció para tomar aire. Pero Israel ya se sentía a punto del clímax, lo agarró por la nuca y empujó su polla por los labios. 


—Ya no aguanto más, Raquel —confesó bombeando la cadera adelante y atrás, arriba y abajo. 

Tras un breve momento, el puño cerrado de Lenin subió con fuerza hacia arriba estrellándose contra las bolas de Israel. El rubio gritó sorprendido alejándose de la boca de Raquel y cayendo al suelo por el repentino ataque, gimiendo y maldiciendo.


Lenin se echó a reír.


Lenin se arrodilló junto a Israel y comenzó a pasar su lengua por el cuello y una oreja, lo hizo sentar en el suelo mientras la tibia agua caía contra su cuerpo, Israel todavía tocaba sus bolas pero Lenin se las arregló para ponerlo de espalda a una pared y hacerlo recostar. Después se llevó el pene a la boca y se movió rápidamente. 


Israel gimió de placer ante la sensación, a pesar del dolor su hombría recibía un trato especial.


Lenin continuó lamiendo y chupando la polla y las bolas de Israel como un profesional.


Israel echó la cabeza hacia atrás mientras el velludo lamía su pene, metido en su boca, le chupaba la cabeza y después estimulaba su tronco empujando al fondo de su garganta. 


Ambos gimieron de placer cuando Lenin probó el líquido preseminal de Israel. 


Lenin chupó y chupó, metiendo la polla en su garganta como una sabrosa paleta.


Israel gimió en voz alta e hizo subir y bajar la cabeza de su drogada Raquel en lo que sintió sus grandes testículos apretarse en su escroto, mientras Lenin le hacía garganta profunda a su pene. Dejó escapar un grito agudo de puro placer cuando su semen salió disparado de su polla, guiado por la increíble succión del traga leche.

Lenin envolvió su mano alrededor de las bolas y el pene de Israel y apretó, agregando cada vez más presión, asegurándose de vaciar las bolas por completo y tragar su leche.


Lenin continuó chupando la polla, apretando los huevos, recibiendo el néctar caliente en su paladar. La garganta inundada de semen e Israel gimiendo.


Lenin retorció las gónadas de Israel con fuerza, haciendo que gritara mientras su orgasmo disminuía.


Lenin se puso de pie mientras lamía sus manos cubiertas de semen. También quitó el resto sobre su poblada barba y se lo comió. Israel descansaba en el suelo de la ducha. Notó un pequeño espacio entre sus piernas y pisoteó sus testículos con todas sus fuerzas.


—¡AAAAAAAAAH! —gritó Israel agitándose en el suelo.


Lenin se lamió los labios y entregó su declaración:


Espeso y de buena calidad. Caliente, fuerte al paladar, con intenso olor y de poderoso sabor metálico. Lo convierte en 90% recomendable.


Israel no supo a que hora regresó a su habitación, todavía estaba drogado y la verdadera Raquel estaba tan dormida que tampoco lo sintió llegar. Lenin había envuelto al rubio en una toalla y se burló de ver como sus bolas se empezaban a hinchar, así fue como lo ayudó a caminar a su habitación.


A la mañana siguiente Israel se quedó sorprendido de ver como las grandes huevas le dolían y estaban fuertemente hinchadas y lo que era peor, no recordaba nada de lo que pudo ocurrirle.


Confundido miraba sus genitales apartando un poco la toalla y mirando preocupado su huevera lastimada. 

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