Cinturón de Honor (12/13): Cambios - Las Bolas de Pablo

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11 nov 2020

Cinturón de Honor (12/13): Cambios

CONTIENE

BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE


—¿Qué dices? —Assad no daba crédito a lo que sus oídos escucharon. Era un luchador del club Rubí. Vestía un jeans desgastado que se abultaba en su entrepierna por su enorme paquete. Hasta ese día era el capitán del club de lucha. 


Adalberto, el director del club repitió sus palabras. 


—Después de la ultima competencia y el pésimo desempeño del club hemos decidido prescindir de tu puesto como capitán. 


Assad se rio entre dientes. 


—Tú no puedes decidir eso. Llevo años en este club. 


—¿Y qué? Las peores derrotas fueron por tu culpa. En la última pelea donde se decidiría nuestra suerte mi gallo de pelea era Sergio y tú me contrariaste. Decidiendo ir tú al encuentro, ¿cuál fue el resultado? Tu estúpida derrota. Sergio ha demostrado mucha inteligencia para el club. 


—¡¿ESTÁS LOCO, HOMBRE?! —Assad se alteró—. ¡NO PUEDES RETIRARME COMO CAPITÁN DEL CLUB RUBÍ! ¡YO SOY EL MEJOR! 


De momento a otro, Adalberto alteró su estado de ánimo, no soportaba que alguien le gritase. Furioso por la actitud de Assad lo cogió de los testículos apretando fuertemente. 


—¡No me levantes la voz! 


Los ojos de Assad se abrieron de par en par y dejó escapar un graznido ronco que sonó como si todo el oxígeno de sus pulmones fuera repentinamente retenido.


—¿Eres idiota o qué? —reclamó Camilo—. ¿Piensas que después de tu pésima actuación mereces estar aquí? ¡No! 


Camilo cerró herméticamente su mano en las huevas de Assad lo que le provocó sacar un gruñido ahogado y sin aliento.


—Y no solo dejas de ser el capitán del club rubí sino que a partir de este instante ya no eres un luchador del club. ¡Estás despedido! ¡Ahora, largo de aquí! 

Assad

Assad cayó de rodillas, debilitado de dolor, agarrando su entrepierna. Desde ese día estaba despedido de Cinturón de Honor.


En el club Zafiro las cosas eran un poco distintas. A pesar del equipo haber sido eliminado la nómina de luchadores se mantenía intacta. Paúl se apoyaba contra la pared sentado en el suelo usando su celular que estaba conectado a la corriente eléctrica. Cuando alguien se aproximó a él sin verlo venir y puso su pie sobre su hombría, aplastando lentamente sus huevos.

Paúl

Los ojos de Paúl se agrandaron, gruñó y gimió de agonía.


Salvador se inclinó con una sonrisa. Desde el inicio de esa temporada tenía un insano juego ballbusting con Paul que los había empujado a perder varias de las peleas profesionales. 


—Pídeme por favor que me aparte —ordenó con sonrisa maliciosa mientras aplastaba las bolas de Paul bajo su pie.


La tortura a las partes más sensibles del cuerpo de Paúl hizo que el joven luchador gritara y gimiera.


—Dilo: amigo, por favor aparta tu pie de mis canicas


Paúl soltó un chillido. —¡Por favor, amigo! ¡Por favor, quítate de mis bolas —rogó—. ¡Por favor! ¡Por favor, amigo, mis bolas!


Salvador torció el pie, aplastando las huevas de Paul logrando que su voz se quebrara mientras seguía suplicando su libertad.


¡Por ​​favor suéltame, amigo! ¡Quítate! ¡Por favor, amigo!


Finalmente, Salvador accedió. Se apartó de su amigo riéndose con soltura. 


Paul se quedó acongojado acariciándose los testículos. Lamentablemente Salvador estaba de pie a su lado burlándose de él, entonces Paul apretó el puño y lo empujó entre sus piernas, directo a las bolas. 


Salvador se hundió en el suelo, con el rostro doblado de dolor y la boca torcida.


—¡Idiota! —reclamó Paul pero Salvador estaba muy impactado de dolor para escucharlo, se retorcía en el suelo agarrándose ambas pelotas. 

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