MUJERES POLICÍAS Parte 3 de 3.
A continuación degustarán 3 historias cortas dónde agentes féminas enfrentan situaciones con temas Ballbusting.
3. UNA MISIÓN PELIGROSA.
CONTIENE BALLBUSTING F/M.
Eran las 11 pm y en un auto dos personas conversan.
—Ahora pidió una puta!...Ese canalla! Está ahí y no podemos tocarlo—Expresaba enfadado el oficial de policía de apellido Parra, quien junto a su compañera, vestían de civil y hacían labor de inteligencia afuera de un edifico de 6 pisos.
Habían interceptado los teléfonos y se enteraba que el sospechoso había pedido la venida de una costosa prostituta a una “agencia de citas”, y no era la primera vez que aquel lugar le prestaba sus servicios.
—Sí se puede capturar! —Respondió su colega la oficial Yolanda Taylor —Sólo es que no lo quieren hacer.
Recordarán a Yolanda, la esposa del caza recompensas Darío. Relato: DARÍO EL CAZARECOMPENSAS https://lasbolasdepablo.blogspot.com/2018/06/dario-el-cazarecompensas.html
—Sí es posible! he analizado el sitio y existe una posibilidad.
La conversación giraba en torno a un jefe de sicarios de la mafia, apodado El Navajas, su apodo se debía a su habilidad con el cuchillo y a marcar a sus víctimas con un corte en la mejilla, quedasen vivas o no.
—Olvídalo Taylor, el jefe ya nos lo dijo, no se puede atrapar al Navajas mientras esté en un sitio público, tiene muchos guardias y siempre se queda en edificios con muchos civiles, incluso niños.
Yolanda observó a su compañero, sus lentes y cara de niño bueno. A pesar de su negativismo sabía que le secundaría en lo que ella planeaba, aunque no sin quejarse, y mucho!
—Sí, sí también le escuché cuando lo dijo:…Si hay un tiroteo los civiles corren peligro, no es una opción. Sólo se puede intentar su captura si se está movilizando…Es una tontería, siempre se nos escapa si le seguimos para atraparlo cuando va en auto, envía autos señuelos para evadirse…Él sabe de nuestras estrategias.
—Entonces no hay más discusión.
—Eso no es así, El Navajas es el jefe de sicario de la mafia y si le capturamos puede entregar a sus jefes, sin mencionar que nos daría información sobre CHO-FER.
—Jajaja —se rio su compañero —CHO-FER es un mito, no existe.
—Claro que existe, es una vergüenza para todos que ni siquiera tengamos su fotografía, pero El Navajas nos puede dar mucho.
—Olvídalo.
—No!, presta atención, se puede hacer! una sola persona podría hacerlo, yo puedo!
—Tú?—Parra se mostró escéptico— Pero si no estás en condiciones…
Yolanda frunció el ceño.
—Ya estoy cansada de que me traten como una invalida…
—Pero tuviste un hijo, no estás en condiciones físicas.
—Eso fue hace 6 meses, idiota!, mi cuerpo desde hace mucho está en forma, tú no entiendes nada sobre el embarazo y sus efectos en el cuerpo de una mujer, entonces sólo cállate! (Relato EPILOGO parte1)
https://lasbolasdepablo.blogspot.com/2020/05/epilogo-14.html
—No te enojes, me preocupo por ti.
—Si, como todos en la estación, pero estoy perfecta…—hizo una pausa…—Y lo haré!
—De que hablas? Deja de bromear.
—Capturaré al Navajas!
—Estás loca!
—No lo estoy, y ya te lo dije, una persona sola puede hacerlo, si vamos en grupo se dará un enfrentamiento con sus escoltas y de seguro ese canalla tiene un plan de escape dónde sea que pernocte…pero si se infiltra alguien le puede aprehender.
—Estás soñando, Taylor.
—No, escucha esto, lo pensé bien…toda la clave está en ese aire acondicionado en su habitación.
La mujer señaló a un antiguo aire acondicionado que emergía de la pared de la habitación dónde sabían que estaba El Navajas...Se trataba del 4to piso.
—Que hay con él?
—Es muy ruidoso y adentro está escuchando esa dolorosa música de rancheras.
—Oye! A muchos nos gustan las rancheras.
—A mí también, pero las clásicas, no esas nuevas melodías que arruinan los oídos…En fin, con todo ese ruido se le podría neutralizar y sus gorilas no lo notarían.
—Sí, pero y como entrarás…y sobre todo, como saldría alguien sin ser visto y con un capturado.
—Ya pensé en eso…dame tu dinero y tu arma de respaldo.
—Y para que los quieres?
—Sólo dámelos!
—Estas hablando en serio?…oye Taylor, cálmate, mejor hablemos con el jefe, que alguien más realice la demente misión que planeaste.
—Para nada, no dejaré que me quiten le privilegio de atrapar a ese asesino…Y dame de una vez tu dinero, todo!
—Es un suicidio... —Expresó Parra al tiempo que vaciaba su billetera en manos de Yolanda.
—Deja de llorar y dame también tu arma de respaldo.
Parra sacó su pistola y se la entregó.
—Esa no!, la tobillera, necesito un arma pequeña para ocultarla.
—Pero te van a registrar, aunque seas mujer.
—Ya pensé en eso, sólo dámela.
Con el pequeño revólver y el dinero de su compañero, la mujer salió del auto.
—Recuerda, el aire acondicionado que da al callejón, esa es la clave! te llamaré cuando le tenga capturado.
Tomó rumbo a la edificación. Parra salió tras ella.
—Espera! — La alcanzó tomándola del brazo, intentando retenerla.—No lo hagas! Y si te descubren el arma?
—Si veo que no podré pasar el arma la dejaré atrás, entraré donde está y le someteré a la fuerza.
—Estas demente?, estas con esas cosas del postparto, no te dejaré ir…El Navajas sabe pelear!
—Idiota, te refieres a la depresión postparto, eso es a las pocas semanas después del parto, y si bien mi hijo nació por cesárea y también me podría pasar, pero no 6 meses después! ya te lo dije, no sabes nada sobre esto, no hables.
NOTA: En realidad Yolanda es la que desconoce el tema. La depresión postparto SI puede darse varios meses después del parto o la cesárea, incluso podría suceder hasta un año después del alumbramiento (Dato de Wikipedia).
—Pero es que no entiendes, él sabe pelear, quien sabe que te haría!
—Eso lo sé, pero tú sabes que soy buena en combate, le someteré.
—No te irás!— Parra la tomó de ambos hombros con mucha fuerza —No quiero ser el responsable de dar la noticia al capitán y a tu marido sobre la muerte de mi compañera.
—Entiendo…Te preocupas por mí, todos en la estación se preocupan por mí…—Yolanda pareció entrar en razón.
—AAauuu!! —Se quejó el oficial Parra cuando Yolanda le dio un rápido y certero puño en los testículos. De inmediato se dobló a la mitad.
El policía retrocedió tomándose las bolas y dando leves brincos.
—Lo siento, pero a veces soy muy terca…espera mi llamada.
Yolanda retomó su camino
—Maldita terca condenada…— Expresó en voz baja Parra doblado y observando a su compañera alejarse…
…Por un instante detalló el amplio culo de su colega dentro del pantalón apretado.
A pesar del dolor tuvo un leve brinco en el pene, Yolanda era hermosa y tenía un culo simplemente glorioso!, pero lamentablemente nunca le haría caso, no solo por ser su compañero de trabajo, sino por tener como esposo a un semental! Conocía a Darío…Alguien que podía darle todo lo que un mujerón como ella necesitaba.
Se mordió los labios al imaginarse penetrando esa gigantesca retaguardia.
Le fue fácil a Yolanda ingresar al edificio, siendo ocupado por civiles la entrada era abierta y el flujo de personas constantes, pero en el 4to piso si había un exceso de hombres armados, todos con pistolas y algunos con mini uzis, lo dicho por su jefe era más que cierto: de darse un enfrentamiento mucha sangre de inocentes correría.
Pero se ciñó a su plan, se ubicó en la entrada y apareció a quién buscaba.
Una mujer bien vestida, de tez blanca, alta y de grandes senos operados bajó de un taxi…Era la prostituta que El Navajas había pedido.
Yolanda la abordó de inmediato, llevándola a una oficina en el primer piso, allí se identificó como policía y la amenazó con arrestarla si no cooperaba, la mujer no creía nada ni parecía cooperar. Pero Yolanda le torció el brazo con violencia dejándola en tal estado de susto que en adelante la mujerzuela aceptó toda orden que se le dio.
La policía obtuvo toda la información necesaria para hacerse pasar como la mujer pedida a la “agencia de citas”. Le entregó todo el dinero que traía para que la puta no tuviera problemas en su agencia, ni ganas de abrir la boca después.
La mujer del orden está lista para su actuación, sube al tercer piso y se retira las prendas, quedando en ropa interior. Por la prostituta se entera que ninguna trabajadora sexual entra a atender al Navajas sin ser requisada, y ya es costumbre que la dama aparezca ante los escoltas del sicario semidesnuda…
Así Yolanda avanza al cuarto piso, llevando solamente su ropa íntima, su bolso de mano y una pañoleta que le quitó a la puta, la cual usa para recoger su cabello.
A mitad de pasillo, rumbo a la habitación que ocupa el Navajas, se halla la escolta personal del sicario, dos gorilas armados.
Los escoltas se muerden los labios ante la supuesta puta en ropa interior, es muy bella!
Los sujetos hacen su trabajo, le retienen el bolso a la mujer, y la “requisan con la mirada”, no tiene donde ocultar nada.
Como esperaba Yolanda, no le requisaron la pañoleta…En su cabello recogido como moño se ocultaba la pequeña arma de su compañero. Aunque sin bolso no tiene teléfono con que llamar a Parra, pero ya se las ingeniará cuando capture al sicario.
La mujer a punto de superar el “peaje de seguridad” piensa:
—Dos masas de músculos, con pólvora en sus fundas, pero con las cabezas vacías. Ja! ni se les ocurrió revisar la pañoleta.
Pero lo que no calculó la mujer fue que los hombres, eran hombres y se comportaban como hombres! Y apenas la vieron de espaldas detallaron sus enormes nalgas. Uno de los gorilas de inmediato le soltó una palmada en el trasero.
—Que culona!, mami—Expresó el engreído sujeto.
La mujer debió reprimir su impulso de voltearse para romperle la boca y las bolas a ese atrevido.
Yolanda giró la cabeza y les regaló una sonrisa pícara, continuó su camino.
—Jajaja, el jefe se va a dar un festín con ese culón, Jajajaja—Reía el otro escolta.
Mientras Yolanda se alejaba, éste le detallaba el culo y se frotaba las manos, dejó pasar la oportunidad de tocar esas nalgas como si lo hizo su colega…esperaría para cuando la prostituta saliera.
Superados los gorilas, avanzó según las instrucciones de éstos, había dos puertas antes de la habitación del Navajas, claramente debían estar vacía y le daba al sicario casi medio 4to piso sólo para él…Era como su espacio personal.
Llegó a la puerta y desde ya se escuchaba el ruidoso aire acondicionado, era perfecto, nadie de afuera se enteraría de lo sucedería en adelante.
Tras tocar, el cliente en calzoncillos le abrió, enseguida la mujer le detalló, era él! tantas veces le había visto en reportes y fotografías de seguimiento, pero por primera vez le veía en persona. Era un hombre fornido, miró su rostro… demostraba dureza y frialdad.
—Hola bebé, ¿alguien quiere que le bese el garrote y las toronjas?
La frase de entrada de la mujerzuela impresionó al Navajas, quien sonrió y la hizo pasar.
—Siéntate querida que vamos a divertirnos en grande esta noche…hoy quiero comerme a una buena mujer!
Enseguida detalló el hermoso y sano cuerpo de la prostituta, sus senos de tamaño mediano, su estrecha cintura, sus caderas anchas y firmes muslos. Además esa ropa interior negra le quedaba extremadamente bien.
—Estas muy hermosa, mami. Porque no te das una vueltica y te muestras por detrás, parece que escondes algo grande—El varón ya le había notado algo protuberante por la espalda baja.
Yolanda sonrió y se dio la vuelta, el Navajas disfrutó de su amplio culo.
PAAFfff!!, El Navajas enseguida le da una sonora nalgada. La nalga afectada se mueve con violencia ante el fuerte golpe. Yolanda una vez más debe reprimir su enojo. De nuevo la nalguearon!
—Será mejor que aguantes bastante verga por detrás, mujer. Porque te voy a dar duro por ese culón.
La policía voltea con una falsa sonrisa, y se sorprende de encontrar ahora al Navajas sin ropa interior, el varón muestra sus genitales, ya quiere iniciar con la acción.
Yolanda analiza las áreas viriles del sujeto, debe admitir que el sicario está bien dotado! Aun su pene está flácido, pero es casi tan largo como el de su marido, seguro espera que ella se la pare a punta de chupadas. Más abajo se dejan ver los huevos, son de tamaño considerables y cuelgan bastante. A Darío no le cuelgan tanto, pero si los tiene más grandes, un punto a favor de su esposo si los machos fueran comparados.
—Hora de tocarnos, perrita. —El Navajas se le acerca y le toca un pecho sobre el sostén, Yolanda reacciona improvisando.
—Calma bebé, porque no me das primero algo de ron, mira que tengo la garganta seca.
El varón se alejó rumbo a una pequeña nevera, decía:
—Querida, pronto vas a tener en la garganta otro fluido, aunque más espeso que el ron, jajaja.
Cuando abrió la nevera, volteó hacia la mujer y fue cuando quedó sorprendido. Cerró el electrodoméstico y se mostró de frente ante un arma que le apuntaba.
Y es que mientras le daba la espalda, Yolanda con rapidez se sacó la pañoleta y obtuvo su pequeña arma.
—Qué?...que es esto?!
—Dónde está tu arma? —Exigió Yolanda sin responderle.
El Navajas giró la vista hacia su ropa colgada detrás de la ubicación de la mujer. Ella volteó levemente observando las prendas sobre un perchero.
—Lástima que no podrás llegar a tu arma. —Sonrió Yolanda.
Pero el sujeto mostró una leve sonrisa, expuso:
—De hecho querida, mi arma la guardo en la gaveta de la mesa de noche.
La mesita se hallaba a centímetros del hombre.
—Aléjate! —Exigió la mujer.
—Calma puta, está cerrada con llave— moviendo las manos lentamente y pidiendo permiso a la armada y atenta mujer, acercó una mano a la gaveta, e hizo fuerza demostrando que no se podía abrir—La llave está allá detrás de ti, en mis ropas.
Yolanda se tranquilizó.
—Escuché que en todo momento llevas un arma encima, aunque sea tu navaja, pero en una situación como ésta no tienes donde cargarla, verdad?
—Ah ya entiendo, planeaste cogerme desnudo y así te asegurabas de tenerme desarmado.
—Así es, y caíste! es una lástima que tu arma esté bajo llave…la mía no.
A pesar de la tensa situación, el sicario se mostraba calmado, sin duda su peligroso trabajo le volvió frio y rudo.
—Verás querida, no puedo dejar un arma al alcance de cualquiera, no confío en las putas…hoy me podrás entender ese capricho, o no?...Y de que se trata todo esto, zorra!?
—No soy una puta, imbécil! soy policía y estás arrestado!
—Vaya, así que eres una sucia puerca (policía). Éstos puercos de azul o verde siempre te sorprenden….Te confieso que nunca vi a una puerca tan linda y culona como tú.
Yolanda se molestó por los comentarios y decidió retarle:
—Llama a tus gorilas, dudo que te escuchen al estar a mitad de pasillo y con ese ruido del aire acondicionado.
—Vaya, vaya, veo que has estudiado mi sitio de vivienda.
—Vamos, llámalos y te silenciaré con una bala, no alcanzarás a terminar la palabra “ayuda”.
—Conoces mi ruta de escape? no lo creo.
—Ruta de escape?, ya veo, así evades cualquier redada, es cierto, no la conozco, pero no la usarás querido, de aquí vas directo a la cárcel.
—Y como exactamente me vas a sacar?, mis escoltas nos verán salir.
—Voltéate y manos en la nuca!—Exigió la mujer, el sicario lo hace.
Yolanda se acerca tras él, pero en un velocísimo movimiento, El Navajas se voltea y de un golpe de mano le quita el arma…el revólver corre por el piso hasta perderse debajo de la cama.
La policía se ve sorprendida pero le conecta un puño a la nariz y así puede alejarse del sujeto, necesita distancia para ponerse en guardia y planear que hacer en adelante.
Él sonríe y se toca la nariz, al verla en guardia de combate sabe que es una peleadora nata.
Yolanda se ve en desventaja, sabe que El Navajas es bueno peleando, y está la posibilidad de poder ahora sí llamar a sus gorilas. Decide retarle de nuevo para que eso no suceda:
—Vamos! llamas a tus gorilas, si es que te escuchan, deberás gritar alto y constante, parecerás una adolescente indefensa, sería muy penoso que tus hombres te oyeran pidiendo ayuda como una desamparada.
—No los necesito— El Navajas dedujo la táctica de la mujer para provocar su ego de macho y que no pidiese ayuda, pero no llamaría a sus escoltas, simplemente porque podía vencerla.
El macho se queda viéndola, es una bella mujer pero es policía, siempre es una lástima asesinar a mujeres bellas, no se decidía si sólo la mataría o la violaría antes, porque ese trasero invitaba a hacerle muchas cosas.
El pleito físico da inicio, Yolanda lanza puños al rostro del Navajas, quien los evade con cierta facilidad…Una patada de la mujer a la rodilla es esquivada por poco, los ataques a la cara solo fueron distracción.
El inicial intercambio de golpes le indica al sicario que ella es buena en combate, pero él es mejor.
Los confrontados se conectan golpes, el rostro y costado de Yolanda reciben impactos, mientras el macho siente los puños femeninos en la zona lumbar y la cadera.
Poco a poco la mujer recibe más y más impactos en su cuerpo, no quiere admitirlo pero El Navajas es mejor que ella. Debe cambiar su estrategia, buscará darle en los testículos, creía poder vencerlo sin golpes en los genitales, pero tiene que aturdirlo, es la única posibilidad de poner el pleito a su favor.
Mientras El Navajas evita un golpe alto, la mujer lanza una patada a su entrepierna, aquellas pelotas desnudas cuelgan desprotegidas; Pero es un engaño!, el varón nunca ha dejado su masculinidad sin guardia, apenas vio el movimiento bajo de aquella torneada pierna, se ladeó... Así el pie de la mujer pasó sin encontrar sus colgantes objetivos.
El sicario estaba a salvo y le pateó la rodilla a la policía.
—AAaayyy!!! —Se quejó Yolanda, quién ahora recibía un golpe de puño al rostro, y un segundo impacto.
Yolanda está algo aturdida.
—Te equivocaste desde el principio, puerca! si llevo conmigo un arma encima…ésta! —El macho balanceó la pelvis sacudiendo su larga polla—Por qué en vez de pelear mejor no me la chupas?
Yolanda se tomaba la boca, algo de sangre apareció en su labio y respondió:
—Claro!—Ahora mostró una sonrisa—Me gustaría que conocieras mis dientes!
—Auch!, eso sí me enojaría en verdad.
El macho reanuda su ataque, Yolanda recibe 3 impactos de considerable fuerza, retrocede apoyándose contra una pared, le da la espalda al sicario, parece ser su fin!
Pero cuando El Navajas se acerca, la mujer le da el frente por sorpresa y le impacta con un puño en la base de la nariz, casi entre los ojos, el impacto busca cegar por un instante al criminal.
El sujeto retrocede pero no lo suficiente, pues la mujer le conecta una patada en los testículos. Es la punta del zapato de la fémina la que alcanza a golpear su escroto.
—AAARRGG!!—El Navajas retrocede con la cara arrugada.
Ante la menor habilidad en combate, a la mujer le ha tocado pelear lo más sucio posible…Eso incluía fingir estar vencida para que su rival se confiase, así como atacar sus áreas genitales.
Yolanda por fin tiene su buscada ventaja y va por él!
La mujer se quita los zapatos y los coloca en sus manos…serán como unos guantes de boxeo, los tacones son peligrosas armas.
Y comienza el ataque de la policía!
Pero el adolorido Navajas es bueno evadiéndola, disminuido temporalmente en fuerza y ante aquellos agudos tacones, era conveniente retroceder y retroceder.
Enojado y concentrado en salir de aquel dolor y desventaja, el sicario retoma fuerza y contraataca…Logra bloquear el siguiente “taconazo manual” de Yolanda y le da un codazo en las costillas, dos y tres impactos en las zonas costales y la mujer grita de dolor. Los zapatos ya no están en sus manos, El Navajas los toma y arroja lejos.
Por segunda vez deja a la mujer sin sus armas.
El Navajas vuelve a sobar sus bolas, el recuerdo del golpe bajo le saca una expresión de enfado.—AAAuuu!! —Grita Yolanda cuando en vengativo sicario le da un violento golpe de mano abierta en el pecho.
El Navajas se coloca detrás de Yolanda y le da un puño en la espalda, sacándole un nuevo quejido, la fuerza de la mujer está mermada.
Es cuando el sicario le cruza un brazo sobre su cuello, aplicándole una llave de estrangulamiento. Las manos de Yolanda luchan para retirar aquel brazo y tener aire.
Imagen ilustrativa del estrangulamiento.
La lleva de espaldas cerca de la cama. Con una mano mantiene la presión contra el cuello de la mujer, mientras con la otra busca algo bajo el colchón. Extrae un arma blanca! Un sitio que solo él conocía para ocultar un arma, después de todo sí tenía cerca su preciada navaja.
Yolanda trata de liberarse pero el varón aplica toda su fuerza, es cuando su otra mano asoma portando aquel artefacto filoso. La mujer se ve en graves problemas, su fin parece inevitable.
—Querida, ya se terminó la fiesta, lo siento pero voy a tener que dañar esa bonita cara. —El cuchillo se acercaba lentamente a la mejilla de Yolanda, quién ahora lucha con una mano para liberarse del brazo estrangulador y con la otra intentaba alejar la navaja de su rostro.
Pero las fuerzas del macho la superaban, la punta filosa avanza cada vez más a su rostro.
Desesperada por evitar el final de su vida, Yolanda logra el milagro!
El redondo talón de la mujer ascendió hacia atrás, impactando los muy vulnerables huevos del criminal con certeza y potencia. Una perfecta patada de mula!
—AAAAHHH!! —Se queja el Navajas y la filosa arma sale volando de su mano; Enseguida el varón libera a la mujer y retrocede torpemente.
Fue un golpe bien dado en las pelotas, y sobre todo tan pronto desde la anterior patada, sus gónadas no habían tenido el tiempo para reponerse del todo.
El Navajas está aturdido, pero espera que la mujer tarde algo en retomar su ataque…Pero sus cálculos están errados, Yolanda no está tan mal como él piensa, y es que cometió un error! Cuando ocupó su mano para buscar y manipular la navaja, la presión sobre la garganta de la mujer bajó, lo que le permitió tener más aire en los pulmones.
Yolanda ahora estaba libre y no tarda en estar lista para contraatacar!
La mujer tiene su oportunidad para ganar!
El Navajas está doblado a la mitad, acunando sus lastimadas pelotas, recibe de la policía 2 patadas en la cara: Una frontal a la mandíbula y otra lateral a la oreja.
El macho queda aturdido, apenas puede mantenerse en pie. Sus bolas una vez más están expuestas y Yolanda se aprovecha!
Con toda su fuerza, el pie desnudo de la policía de hunde en la entrepierna del sicario, aplastando sus cojones contra el hueso púbico. A pesar del ruido de ambiente se escuchan crujir las gónadas.
—AAAAAUUUUUU!!!!! —Aúlla el macho, quien enseguida pierde toda fuerza en sus piernas y termina de rodillas en el suelo, agarrándose las bolas.
Tiene los ojos cerrados y el rostro arrugado, de entre sus dientes apretados alcanza a decir:
—Maldita putaaaa!, te voy a matar!!
Está enrojecido del dolor y la furia, pero cuando abre los ojos lo que ve es la rodilla de la mujer que se estrella con total violencia contra su frente. El Navajas cae boca arriba al piso viendo estrellas.
Yolanda observa su condición y le remata con una última patada a la cara…Le deja sin conocimiento.
La policía era la ganadora del combate.
Pronto la mujer amarra de pies y manos al sicario con los cordones de sus propios zapatos deportivos.
—Estás acabado, Navajas! disfruta la cárcel, querido…—La mujer le observó los testículos, estaban rojos como tomates! sonrió y opinó—…Aunque con las patadas que te di, quizás tus visitas conyugales en prisión resulten cortas y aburridas.
Las bolas del criminal comenzaban a inflamarse, pero para su fortuna no tenían un daño permanente.
Un par de minutos después…
Parra estaba en el auto, se sobaba los testículos, pero recordaba el culo de su compañera. Fue cuando recibió una llamada desconocida.
—Lo tengo! —Se trataba de Yolanda quien usaba el teléfono del noqueado criminal para llamar.
—Cómo pudiste pegarme en las bolas! —Fue el reclamo del varón.
—Todavía te duelen?, pero si fue hace rato.
—Pero eso duele, pendeja!
—Lo sé tonto, porque crees que te pegué….Pero ya sanaran, ahora mueve el auto al callejón, tengo al Navajas! te lo mandaré.
—Lo atrapaste?
—Deja de hablar y mueve el auto! —La mujer colgó.
Parra ubicó el vehículo en el callejón, justo debajo de aquel ruidoso aire acondicionado…el cual ya no estaba. Desde el suelo el oficial observó un agujero en donde debía ir el aparato...entendió el plan inicial de Yolanda con ese viejo electrodoméstico. Su plan era retirarlo y usar el agujero en la pared como sitio de escape, así no sería vista por la escolta del Navajas.
Un cuerpo masculino se asomaba por aquel agujero en el 4to piso…Era el Navajas, ahora estaba en calzoncillos y parecía estar suspendido, se detuvo en todo el borde. El teléfono sonó de nuevo.
—Te lo voy a enviar, recíbelo!
—Lo enviarás?, por fax?, jaja, pero que locura!
Y así lentamente el cuerpo del desmayado varón comenzó a descender, Yolanda usó las sábanas de la habitación, éstas estaban atadas una a otra y eran usadas como un arnés alrededor del pecho y axilas del criminal.
Ilustración de cómo estaba colocada las sábanas en el cuerpo del Navajas.
La mujer con el teléfono entre el cuello y el hombro, sostenía las sábanas mientras el varón descendía. Se escuchaba agitada.
—Atrápalo, que este huevón pesa una tonelada, se me va a caer…
—No lo sueltes o te acusarán de homicidio!
—Idiota! deja de decir tonterías y apréstate a cacharlo!
Por fin el criminal estaba en el suelo del callejón, Parra lo recibió y aseguró, mientras la mujer con pañoleta y en ropa interior descendía del 4to piso, usando las tuberías y algún saliente para aferrarse.
Apenas estuvo en tierra, Parra se quedó viéndola, su compañera era demasiado atractiva y en ropa interior parecía más que deseable.
—Deja de babear, idiota! —La mujer ignoró la clara mirada de deseo de su colega.
—Pero qué rayos pasó? —Por fin reaccionó Parra —Y porque estas así?
—Era la única forma de entrar sin sospecha…
Parra entendió, mientras la mujer trataba de llevar al Navajas al auto.
—Te hiciste pasar como una mujerzuela…
—Claro, no creo que tú pudieras hacerte pasar como puta, o sí?, además el Navajas es heterosexual, así que como puto tampoco habría funcionado, Jajaja.
El Navajas pesaba y la mujer reclamó:
—Me vas a ayudar a meterlo al auto?
Parra le tomó de las piernas, al tiempo que Yolanda lo sostenía de los brazos. Mientras le cargaban, el hombre seguía preguntando.
—Dime que ocurrió en esa habitación, se resistió?
—Me dio pelea, pero le vencí.
—Te peleaste a golpes con él?, entonces no pudiste pasar el arma?
—Algo así, pero terminó siendo un duelo a golpes.
En realidad el arma estaba una vez más dentro de su pañoleta, descargada eso sí, no se arriesgaría a descender desde un cuarto piso, con un arma cargada en la cabeza.
—Le venciste?, pero él sabe pelear y es más fuerte que tú!
—Sí, es bueno peleando, pero le cuelgan testículos.
—Diablos! Entonces le pegaste en los…—Rememoró el puño que le dio antes, sacudió su cabeza y pensó que al menos ese canalla del Navajas sufrió bastante.
Para entonces Yolanda terminaba de acomodar al criminal en la cajuela del auto. Parra se quedó viendo a la mujer inclinada, detallando sus enormes nalgas. En su mente deseaba desesperadamente el estirar la mano y tocárselas.
Fue cuando la mujer se volteó y se encontró frente a frente a su “curioso” colega, sabía que había disfrutado de la vista a su retaguardia.
—Te gustó verme?, Qué opinas de mi cola?
Al boquiabierto Parra se le salió:
—Eres, eres muy hermosa...
—Gracias—Sonrió la policía.
—OOoouugg!! —Emergió de la boca de Parra cuando Yolanda le enterró un rodillazo en la entrepierna.
No le dio con todas sus fuerzas, pero sabía que eso le enseñaría.
—Oootra vezzzz!... —Alcanzó a expresar el doblado varón, antes de que su garganta se cerrara por completo.
—Eso te ganaste por mirón y sinvergüenza! Entérate que sólo mi esposo puede verme en ropa interior.
—Per…perdón—Por fin pudo decir el compañero.
—Sólo olvídalo—La mujer sabía que Parra se mereció el rodillazo. Pero en parte le entendía, el tonto era un hombre con poca fortuna en el amor, así que era esperable que quedase boquiabierto ante una mujer hermosa.
Yolanda encendió el vehículo y tras observar un instante al adolorido macho, le dijo:
—Sube ya o te quedas aquí.
—Ay mis bolas…—Expresa el varón y cojeando ingresa al automóvil.
Una columna de humo es lo último que se ve de ellos.
Entregaron al jefe de sicarios de la mafia en la estación de policía y Yolanda obtuvo una felicitación y medalla por su gran trabajo.
La mujer estaba feliz, con este arresto se reintegraba con creces después de su maternidad…volvía a las grandes ligas! la agente quería ascender de rango y ayudar a limpiar la ciudad.
FIN.
***
INFORMACIÓN EXTRA:
Pero éste enorme éxito profesional también le trajo problemas: Recibió amenazas por parte de la mafia, que si bien sólo duraron un mes, hizo que sus superiores la enviaran al continente europeo.
Según ellos era un viaje de capacitación en la interpol, pero Yolanda sabía que era para sacarla del peligro. Inicialmente se resistió a escapar de los mafiosos, pero tener un bebé y un esposo preocupado por su amada, la convencieron de aceptar el viaje.
Yolanda pasaría más de dos meses fuera del país.
Durante ese tiempo sucederán acontecimientos delictivos que marcarán el orden público en la ciudad (Trama de los siguientes relatos que verán la luz en Julio, Agosto y más allá) y Yolanda regresaría para ser reclutada por la capitana Gertrudis Ferrer.
Así las protagonistas de los 3 relatos de MUJERES POLICÍAS (Gertrudis Ferrer/Angélica Soler/Yolanda Taylor) se unirán en una unidad contra el crimen.
***
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