ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M.
Marianne Anderson, es una agente de la CIA que se dedica a infiltrarse en organizaciones criminales, poseedora de una gran belleza, usa su fĆsico para volverse amante de todo aquel jefe del crimen. Para aquellos hombres que se vanaglorian del poder y el dinero, una irresistible mujer como Marianne es un trofeo⦠la fĆ©mina usa todo a su alcance con tal de ganarse su confianza⦠su principal arma de seducción⦠sus grandes pechos, no hay hombre que no babee ante ellos.
Pero cuando llega el momento, tambiƩn participa en las operaciones militares necesarias para atrapar a los jefes del crimen.
Hoy participa en una operación de captura del mafioso Tunecino Kamal Hassir, el hombre fuerte del norte africano, lidera el trĆ”fico de heroĆna y personas en el mediterrĆ”neo occidentalā¦
ā¦En una operación de bajo perfil, Anderson junto a los marines Andreas Thompson y Juanito Aguilar deben capturar al sujeto evadiendo a sus guardias lo mĆ”s posible; Hassir estĆ” custodiado por 20 hombres bien armados, y ante cualquier seƱal de autoridades escaparĆa a una segura red de tĆŗneles que le garantizan una evasión exitosa⦠Marianne como la supuesta amante del criminal, ha reunido mucha información, pero desconoce las salidas de aquellos tĆŗneles, por lo que es necesario atraparlo sin que se halla dado la alarma de intrusos⦠el ser sigilosos y efectivos es la clave de la misión.
Thompson conoce a Anderson desde hace 2 años, han realizado no menos de 5 misiones juntas, para Aguilar es su primera misión junto a la voluptuosa agente.
La infiltración en la casa de verano de Hassir, es exitosa, la infiltrada en traje de baƱo, fingiendo tomar el sol en la piscina, es dejada a solas por el lĆder criminal, quien atiende una reunión con unos subalternos en sus habitaciones⦠algo que hace repetidas veces en la semana⦠por ello Marianne sabe que es el momento para capturarle.
Anderson sabotea las cÔmaras de una sección de la piscina y por allà ingresan los hombres⦠Armada por los soldados, la semidesnuda mujer, se les une en el operativo⦠ella sabe la mejor ruta por la propiedad y casa⦠el plan va a las mil maravillas.
El trio de agentes evade a la escolta, la ruta trazada por Anderson es excelenteā¦pero finalmente hallan un problema⦠un guardia armado en un pasillo⦠deben sortearlo, y 10 metros mĆ”s allĆ” estĆ”n las habitaciones, donde se debe encontrar Hassir.
Los tres valoran que hacer⦠un guardia no es gran cosa, pero por su ubicación les verĆa venir, ademĆ”s estĆ” armado de un fusil⦠no deben hacer ruido, y el eliminarlo a distancia con un cuchillo arrojadizo puede hacer que el guardia apriete el gatillo, inundando el pasillo de balas antes de caer muerto⦠eso alertarĆa al blanco y escaparĆaā¦ā¦
ā¦Un gas somnĆfero de rĆ”pida acción serĆa la mejor opción, pero no poseen tal arma.
La agente Anderson decide usar un plan. Si necesitan eliminar el fusil de su mano, ella se encargarÔ!; Thompson y Aguilar no saben que decir cuando su compañera se deprende de cinturón, cuchillo y pistola, la mujer avanza sólo en su bañador negro.
āAhora vuelvoā.
āPero que vas a hacer?ā. Expuso un preocupado Aguilar.
āUsarĆ© una estrategiaā¦.Distracciónā. Marianne comenzó a bajar el cierre delantero de su baƱador, ante la desorbitada mirada de Aguilar. La corredera bajó casi hasta el ombligo de la mujer, mostrando gran parte de sus enormes tetas.
Anderson se movió de dónde se escondĆan, rumbo al guardia.
āPero a donde va!?ā. Aguilar casi va tras ella, pero Thompson le retuvo y le tranquilizó.
āCalma⦠ella sabe lo que hace⦠Jajaja, Distracción, ahora verĆ”s de lo que es capaz Andersonā. Thompson sabĆa de quĆ© hablaba la mujer, la conocĆa bien.
La aparición de la mujer en baƱador rumbo a Ć©l, dejó impactado al guardia, por dentro el varón disimulaba una sonrisa⦠era afortunado al verla de cercaā¦
ā¦SimultĆ”neamente Marianne sonreĆa orgullosa de su belleza y lo que provocaba en los varones.
āHola bebĆ©, me ayudas, esta casa es muy grande y no sĆ© por dónde me metĆā.
Marianne usaba su principal arma, sus senos⦠el guardia habĆa caĆdo como todos, y sus ojos parecĆan fijos en su escote⦠Era lo que querĆa y de lo que hablabaā¦DISTRACCIĆN
Se le coloca justo en frente con las manos en las caderas, pronunciando sus dotadas mamas, el efecto es inmediato, ningĆŗn hombre de la escolta ha dejado pasar el dar un mirada a la bella amante de su jefeā¦le envidian⦠lo que le harĆan en la cama a una mujer asĆ!
La mirada de la mujer era obviamente de seducción⦠el guardia sabĆa que el estar perdida no era mĆ”s que una excusa para coquetearle⦠el varón tragó saliva, con los ojos fijos en ese escote.
Marianne tiene la completa atención del hombre, pero existĆa un riesgo, pues ante ella estĆ” una de las armas mĆ”s peligrosas del mundo... La AK-47.
Lo mismo pasaba en la mente del preocupado marine Aguilar, En ese momento ella estaba frente a una poderosa arma de fuego⦠calibre 7.62, recarga accionada por gas, cerrojo rotativo, 600 disparos por minutoā¦
ā¦Y no solo eso, se enfrentarĆa a aquel varón de 1,85 cm, y unos 95 kilos de peso, ante tales dimensiones Anderson se veĆa tan vulnerable⦠Ella, una mujer de 58 kilos, totalmente desarmada y semidesnuda, contra un hombre armado y acuerpado, debĆa ayudarla!
Marianne en todo momento mantenĆa el profesionalismo y la sangre frĆa⦠habĆa recibido un entrenamiento fĆsico y marcial de alto nivel en la CIA y su principal motivo de confianza, era que la distracción habĆa funcionado a la perfección.
El guardia seguĆa boquiabierto ante tremendas voluptuosidades, la mujer baja un instante la mirada al bulto en sus pantalones, se nota grande lo que ahĆ yace, y al parecer ahora estĆ” en crecimiento.
La susodicha distracción, no le permitió ver la siguiente acción de la mujer a tiempo.
En un fugaz movimiento, la pierna izquierda de Anderson giró en un patada hacia afuera y le quitó el arma de la mano, la reacción del varón fue lenta, no parecĆa creer lo que sucedĆa, aquella mujer no era una puta que querĆa divertirse con Ć©l, era una enemiga!ā¦
ā¦Para cuando su cerebro se puso en alerta, el pie derecho de Anderson ascendĆa ente los muslos del guardia, una fracción de segundo despuĆ©s se estrellaba con la entrepierna del hombre, en una brutal y veloz patada.
El choque aplastó las gónadas del guardia contra su pubis; El macho exclamó un quejido exhalatorio⦠todo el aire de sus pulmones salió en un segundo:
āUUUUGGGGGGFFFFFFFF!!!!ā. Fue perfecta la agresión genital⦠nada de gritos fuertes que alertaran a los demĆ”s.
Anderson era una mujer con habilidad en pelea, y no en pocas ocasiones habĆa pateado a hombres en los testĆculos⦠por ello desarrolló la habilidad de analizar lo que pateaba, pene o testĆculos, incluso el tamaƱo de lo que golpeaba⦠Como ahora estaba descalza, instantĆ”neamente su empeine y dedos le informaron del volumen testicular que golpeó.
En su mente la mujer se dijo:
Es bastante huevón.
Ante lo hallado, hubo dos respuestas simultƔneas en su mente.
Por una parte, su lado femenino⦠una bella y caliente mujer, siempre deseosa de un macho viril:
Que lastima, Los huevos grandes son mejor para gozarlos que para golpearlos.
Por otra parte, su lado profesional, una agente de la CIA, eficiente y algo soberbia:
Luego de patada el guardia se dobló a la mitad, agarrando su masculinidad, no se le ocurrió gritar para alertar a los demĆ”s, en lo Ćŗnico en que pensaba era en agarrarse los testĆculos, Y ademĆ”s, la voz tampoco le salĆa⦠era como si los testĆculos estuvieran en su garganta, dificultĆ”ndole hablar y respirar⦠Sólo estaba ahĆ, inmóvil y a merced de la agresora.
Pero Anderson no le darĆa descanso del castigo, con agilidad se aferró a su cabeza, tirando de sus cabellos⦠y tomando impulsó lanzó un duro rodillazo, dĆ”ndole de lleno en el rostro.
El hombre recuperarĆa a las malas la verticalidad, aunque mantenĆa cubiertas sus dolidas partes. Estaba mareado, no entendĆa como estaba siendo apabullado por una mujer⦠esa deliciosa amante de su jefe. A pesar de su aturdimiento notó que un gancho de izquierda se dirigĆa a su mandĆbula.
Durante el ataque, los marines observaban y opinaban, los veloces movimientos de Anderson impresionaron a Aguilar que expresó en voz baja.
āDemonios!ā.
Thompson carcajeó y respondió. āAun crees que estaba en peligro?, Jaja, te lo dije, ella sabe lo que haceā.
āEs una mujer muy peligrosaā¦ā.
āAsĆ es compadre⦠Pero solo preocĆŗpate si eres su enemigoā.
El golpe de puƱo a la mandĆbula del guardia lo lanzó al suelo, dejĆ”ndole aturdido, El hombre se retorcĆa de dolor, adoptando la posición lateral, una mano seguĆa en sus pelotas⦠Pero Marianne le querĆa en una posición especifica⦠con rapidez le propinó una certera patada en el pecho.
āOOOUGG!ā. Se quejó el guardia, ante en golpe que la sacaba mĆ”s aire, quedando completamente boca arriba, y ahora con la entrepierna expuesta.
Anderson se ubicó en el lugar preciso⦠Entre aquellas separadas piernas, tomó impulso y con violencia pateó el escroto del guardia, quien de inmediato se acurrucó como un caracol, y una vez mÔs se agarraba las gónadas
āIIiiiiiiiiiii!!!ā. Fue lo que pudo expresar al sentir sus huevos casi aplastados.
Dos segundos después, una patada a la cara, dejaba al aturdido varón sin sentido.
La segunda patada a los testĆculos, dejó una expresión de impacto en Aguilar y Thomson, muy dentro de sus cabezas sentĆan algo de pena por el guardia⦠ellos tambiĆ©n era hombres, y sabĆan lo terrible que serĆa recibir golpes en tales zonas, para ambos hubo una Ćŗnica conclusión: No querĆan tener de enemiga a Marianne Anderson.
La mujer les llamó en voz baja: āNeutralizado!ā.
Los hombres se acercaron impresionados por la efectividad de la colega, Aguilar particularmente estaba atónito⦠que golpes tan certeros y dolorosos propinaba aquella agente⦠pero no pudo contener su lengua y preguntó:
āEra necesario esa Ćŗltima patada a la entrepierna?, no es que me preocupe por Ć©l, pero el tipo ya estaba acabadoā.
Thompson sonrió, ya sabĆa la respuesta de su colega femenina.
Anderson respondió con una sonrisa.
āEra necesaria para vencerlo?, No!⦠Pero no querrĆ”s que el enemigo despierte en unos minutos y nosotros aun estemos por aquĆ, verdad?... darle duro en las bolas, nos asegurarĆ” que tarde mĆ”s en despertar⦠y cuando lo haga estarĆ” incapacitado, no solo del dolor de pelotas, sino tambiĆ©n de las piernas, las tendrĆ” como gelatina⦠no serĆ” una amenaza en mucho tiempoā.
Aguilar finalmente le dio la razón; Thompson intervino: āA continuar con la misión!ā.
Los 3 se reorganizaron y avanzaron por su objetivo⦠el silencio fue efectivo y pronto Hassir caerĆa en sus manos, le hallaron en su cuarto, donde se aprestaba a regresar a la piscina para disfrutar del sol junto con la mujer que creĆa su amante.
Usaron la misma ruta para escapar, con el jefe criminal amordazado y atado⦠el resto de su escolta no supo del secuestro de su jefe, hasta mucho después.
Con el criminal capturado, Anderson, Thompson y Aguilar, recibieron felicitaciones, medallas y unas merecidas vacaciones en su nación.
A las pocas semanas, Marianne Anderson, estaba lista para una nueva misión de infiltración.
FIN.
Gracias.
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