Distraccion - Las Bolas de Pablo

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23 oct 2019

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Distraccion

ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M.
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   Marianne Anderson, es una agente de la CIA que se dedica a infiltrarse en organizaciones criminales, poseedora de una gran belleza, usa su fĆ­sico para volverse amante de todo aquel jefe del crimen. Para aquellos hombres que se vanaglorian del poder y el dinero, una irresistible mujer como Marianne es un trofeo… la fĆ©mina usa todo a su alcance con tal de ganarse su confianza… su principal arma de seducción… sus grandes pechos,  no hay hombre que no babee ante ellos.

   Pero cuando llega el momento, tambiĆ©n participa en las operaciones militares necesarias para atrapar a los jefes del crimen.  

   Hoy participa en una operación de captura del mafioso Tunecino Kamal Hassir, el hombre fuerte del norte africano, lidera el trĆ”fico de heroĆ­na y personas en el mediterrĆ”neo occidental…
…En una operación de bajo perfil, Anderson junto a los marines Andreas Thompson y Juanito Aguilar deben capturar al sujeto evadiendo a sus guardias lo mĆ”s posible; Hassir estĆ” custodiado por 20 hombres bien armados, y ante cualquier seƱal de autoridades escaparĆ­a a una segura red de tĆŗneles que le garantizan una evasión exitosa… Marianne como la supuesta amante del criminal, ha reunido mucha información, pero desconoce las salidas de aquellos tĆŗneles, por lo que es necesario atraparlo sin que se halla dado la alarma de intrusos… el ser sigilosos y efectivos es la clave de la misión.
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   Thompson  conoce a Anderson desde hace 2 aƱos, han realizado no menos de 5 misiones juntas, para Aguilar es su primera misión junto a la voluptuosa agente.
      
   La infiltración en la casa de verano de Hassir, es exitosa, la infiltrada en traje de baƱo, fingiendo tomar el sol en la piscina, es dejada a solas por el lĆ­der criminal, quien atiende una reunión con unos subalternos en sus habitaciones… algo que hace repetidas veces en la semana… por ello Marianne sabe que es el momento para capturarle.

   Anderson sabotea las cĆ”maras de una sección de la piscina y por allĆ­ ingresan los hombres… Armada por los soldados, la semidesnuda mujer, se les une en el operativo… ella sabe la mejor ruta por la propiedad y casa… el plan va a las mil maravillas.
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   El trio de agentes evade a la escolta, la ruta trazada por Anderson es excelente…pero finalmente hallan un problema… un guardia armado en un pasillo… deben sortearlo, y 10 metros mĆ”s allĆ” estĆ”n las habitaciones, donde se debe encontrar Hassir.

   Los tres valoran que hacer… un guardia no es gran cosa, pero por su ubicación les verĆ­a venir, ademĆ”s estĆ” armado de un fusil… no deben hacer ruido, y el eliminarlo a distancia con un cuchillo arrojadizo puede hacer que el guardia apriete el gatillo, inundando el pasillo de balas antes de caer muerto… eso alertarĆ­a al blanco y escaparĆ­a……
…Un gas somnĆ­fero de rĆ”pida acción serĆ­a la mejor opción, pero no poseen tal arma.

   La agente Anderson decide usar un plan. Si necesitan eliminar el fusil de su mano, ella se encargarĆ”!; Thompson y Aguilar no saben que decir cuando su compaƱera se deprende de cinturón, cuchillo y pistola, la mujer avanza sólo en su baƱador negro.

   ā€œAhora vuelvoā€.

   ā€œPero que vas a hacer?ā€. Expuso un preocupado Aguilar.

   ā€œUsarĆ© una estrategia….Distracciónā€. Marianne comenzó a bajar el cierre delantero de su baƱador, ante la desorbitada mirada de Aguilar. La corredera bajó casi hasta el ombligo de la mujer, mostrando gran parte de sus enormes tetas.

   Anderson se movió de dónde se escondĆ­an, rumbo al guardia.

   ā€œPero a donde va!?ā€. Aguilar casi va tras ella, pero Thompson le retuvo y le tranquilizó.

   ā€œCalma… ella sabe lo que hace… Jajaja, Distracción, ahora verĆ”s de lo que es capaz Andersonā€. Thompson sabĆ­a de quĆ© hablaba la mujer, la conocĆ­a bien.

   La aparición de la mujer en baƱador rumbo a Ć©l, dejó impactado al guardia, por dentro el varón disimulaba una sonrisa… era afortunado al verla de cerca…
…SimultĆ”neamente Marianne sonreĆ­a orgullosa de su belleza y lo que provocaba en los varones.

   ā€œHola bebĆ©, me ayudas, esta casa es muy grande y no sĆ© por dónde me metĆ­ā€. 

   Marianne usaba su principal arma, sus senos… el guardia habĆ­a caĆ­do como todos, y sus ojos parecĆ­an fijos en su escote… Era lo que querĆ­a y de lo que hablaba…DISTRACCIƓN
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   Se le coloca justo en frente con las manos en las caderas, pronunciando sus dotadas mamas, el efecto es inmediato, ningĆŗn hombre de la escolta ha dejado pasar el dar un mirada a la bella amante de su jefe…le envidian… lo que le harĆ­an en la cama a una mujer asĆ­!

   La mirada de la mujer era obviamente de seducción… el guardia sabĆ­a que el estar perdida no era mĆ”s que una excusa para coquetearle… el varón tragó saliva, con los ojos fijos en ese escote.
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   Marianne tiene la completa atención del hombre, pero existĆ­a un riesgo, pues ante ella estĆ” una de las armas mĆ”s peligrosas del mundo... La AK-47.

   Lo mismo pasaba en la mente del preocupado marine Aguilar, En ese momento ella estaba frente  a una poderosa arma de fuego… calibre 7.62, recarga accionada por gas, cerrojo rotativo, 600 disparos por minuto…
…Y no solo eso, se enfrentarĆ­a a aquel varón de 1,85 cm, y unos 95 kilos de peso, ante tales dimensiones Anderson se veĆ­a tan vulnerable… Ella, una mujer de 58 kilos, totalmente desarmada y semidesnuda, contra un hombre armado y acuerpado, debĆ­a ayudarla!

   Marianne en todo momento mantenĆ­a el profesionalismo y la sangre frĆ­a… habĆ­a recibido un entrenamiento fĆ­sico y marcial de alto nivel en la CIA y su principal motivo de confianza, era que la distracción habĆ­a funcionado a la perfección.

   El guardia seguĆ­a boquiabierto ante tremendas voluptuosidades, la mujer baja un instante la mirada al bulto en sus pantalones, se nota grande lo que ahĆ­ yace, y al parecer ahora estĆ” en crecimiento.

   La susodicha distracción, no le permitió ver la siguiente acción de la mujer a tiempo.

   En un fugaz movimiento, la pierna izquierda de Anderson giró en un patada hacia afuera y le quitó el arma de la mano, la reacción del varón fue lenta, no parecĆ­a creer lo que sucedĆ­a, aquella mujer no era una puta que querĆ­a divertirse con Ć©l, era una enemiga!…
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…Para cuando su cerebro se puso en alerta, el pie derecho de Anderson ascendĆ­a ente los muslos del guardia, una fracción de segundo despuĆ©s se estrellaba con la entrepierna del hombre, en una brutal y veloz patada.

   El choque aplastó las gónadas del guardia contra su pubis; El macho exclamó un quejido exhalatorio… todo el aire de sus pulmones salió en un segundo:

   ā€œUUUUGGGGGGFFFFFFFF!!!!ā€. Fue perfecta la agresión genital… nada de gritos fuertes que alertaran a los demĆ”s.

   Anderson era una mujer con habilidad en pelea, y no en pocas ocasiones habĆ­a pateado a hombres en los testĆ­culos… por ello desarrolló la habilidad de analizar lo que pateaba, pene o testĆ­culos, incluso el tamaƱo de lo que golpeaba… Como ahora estaba descalza, instantĆ”neamente su empeine y dedos le informaron del volumen testicular que golpeó.

   En su mente la mujer se dijo:


   Es bastante huevón.

   Ante lo hallado, hubo dos respuestas simultĆ”neas en su mente.

   Por una parte, su  lado femenino… una bella y caliente mujer, siempre deseosa de un macho viril:


Que lastima, Los huevos grandes son mejor para gozarlos que para golpearlos.

   Por otra parte, su lado profesional, una agente de la CIA, eficiente y algo soberbia:


Los tiene grandes?, pues peor para Ć©!.
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   Luego de patada el guardia se dobló a la mitad, agarrando su masculinidad, no se le ocurrió gritar para alertar a los demĆ”s, en lo Ćŗnico en que pensaba era en agarrarse los testĆ­culos, Y ademĆ”s, la voz tampoco le salĆ­a… era como si los testĆ­culos estuvieran en su garganta, dificultĆ”ndole hablar y respirar… Sólo estaba ahĆ­, inmóvil y a merced de la agresora.
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   Pero Anderson no le darĆ­a descanso del castigo, con agilidad  se aferró a su cabeza, tirando de sus cabellos… y tomando impulsó lanzó un duro rodillazo, dĆ”ndole de lleno en el rostro.

   El hombre recuperarĆ­a a las malas la verticalidad, aunque mantenĆ­a cubiertas sus dolidas partes. Estaba mareado, no entendĆ­a como estaba siendo apabullado por una mujer… esa deliciosa amante de su jefe. A pesar de su aturdimiento notó que un gancho de izquierda se dirigĆ­a a su mandĆ­bula.

   Durante el ataque, los marines observaban y opinaban, los veloces movimientos de Anderson impresionaron a Aguilar que expresó en voz baja.

   ā€œDemonios!ā€.

   Thompson carcajeó y respondió. ā€œAun crees que estaba en peligro?, Jaja, te lo dije, ella sabe lo que haceā€.

   ā€œEs una mujer muy peligrosaā€¦ā€.

   ā€œAsĆ­ es compadre… Pero solo preocĆŗpate si eres su enemigoā€.

   El golpe de puƱo a la mandĆ­bula del guardia lo lanzó al suelo, dejĆ”ndole aturdido, El hombre se retorcĆ­a de dolor, adoptando la posición lateral, una mano seguĆ­a en sus pelotas… Pero Marianne  le querĆ­a en una posición especifica… con rapidez le propinó una certera patada en el pecho.

   ā€œOOOUGG!ā€. Se quejó el guardia, ante en golpe que la sacaba mĆ”s aire, quedando completamente boca arriba, y ahora con la entrepierna expuesta.

   Anderson se ubicó en el lugar preciso… Entre aquellas separadas piernas, tomó impulso y con violencia pateó el escroto del guardia, quien de inmediato se acurrucó como un caracol, y una vez mĆ”s se agarraba las gónadas

   ā€œIIiiiiiiiiiii!!!ā€. Fue lo que pudo expresar al sentir sus huevos casi aplastados.

   Dos segundos despuĆ©s,  una patada a la cara, dejaba al aturdido varón sin sentido.

   La segunda patada a los testĆ­culos, dejó una expresión de impacto en Aguilar y Thomson, muy dentro de sus cabezas sentĆ­an algo de pena por el guardia… ellos tambiĆ©n era hombres, y sabĆ­an lo terrible que serĆ­a recibir golpes en tales zonas, para ambos hubo una Ćŗnica conclusión: No querĆ­an tener de enemiga a Marianne Anderson.

   La mujer les llamó en voz baja: ā€œNeutralizado!ā€.

   Los hombres se acercaron impresionados por la efectividad de la colega, Aguilar particularmente estaba atónito… que golpes tan certeros y dolorosos propinaba aquella agente… pero no pudo contener su lengua y preguntó:

   ā€œEra necesario esa Ćŗltima patada a la entrepierna?, no es que me preocupe por Ć©l, pero el tipo ya estaba acabadoā€.

   Thompson sonrió, ya sabĆ­a la respuesta de su colega femenina.

   Anderson respondió con una sonrisa.

   ā€œEra necesaria para vencerlo?, No!… Pero no querrĆ”s que el enemigo despierte en unos minutos y nosotros aun estemos por aquĆ­, verdad?... darle duro en las bolas, nos asegurarĆ” que tarde mĆ”s en despertar… y cuando lo haga estarĆ” incapacitado, no solo del dolor de pelotas, sino tambiĆ©n de las piernas,  las tendrĆ” como gelatina… no serĆ” una amenaza en mucho tiempoā€.

   Aguilar finalmente le dio la razón; Thompson intervino: ā€œA continuar con la misión!ā€.

   Los 3 se reorganizaron y avanzaron por su objetivo… el silencio fue efectivo y pronto Hassir caerĆ­a en sus manos, le hallaron en su cuarto, donde se aprestaba a regresar a la piscina para disfrutar del sol junto con la mujer que creĆ­a su amante.

   Usaron la misma ruta para escapar, con el jefe criminal amordazado y atado… el resto de su escolta no supo del secuestro de su jefe, hasta mucho despuĆ©s.

   Con el criminal capturado, Anderson, Thompson y Aguilar, recibieron felicitaciones, medallas  y unas merecidas vacaciones en su nación.

   A las pocas semanas, Marianne Anderson, estaba lista para una nueva misión de infiltración.

FIN.
Gracias.

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