ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M.
Es continuación del relato: CONDUCIENDO UN TAXI DE DĆA.
En el relato anterior, Lorena MartĆnez de 20 aƱos, sale a conducir el taxi de su abuelo MartĆn, quien por enfermedad no puede laborar el dĆa de hoy, en su recorrido enfrenta mĆ”s de una aventura y pleito con diferentes personas, saliendo airosa de las situaciones con golpes bajosā¦
ā¦Pero los lĆos le causan pocas ganancias en su jornada de trabajo, por lo que la joven decide continuar la jornadas hasta la noche⦠a continuación se narrarĆ” sus aventuras nocturnas.
Lorena conducĆa con prisa, debĆa tener mĆ”s ganancias, eran las 9 Pm, y un cliente paró el taxi, el hombre se subió en el asiento de adelante, estaba claramente alcoholizado, su destino estaba lejos asĆ que debió soportar el aliento alcohólico y la verborrea del sujeto.
Lorena evitaba al mĆ”ximo conversar con Ć©l. Le parecĆa repulsivo, su aspecto, su volumen abdominal, y el cómo derramaba el whisky de marca, tratando de servirlo en un pequeƱo vaso.
āUn trago, querida, hipā¦ā.
āNo muchas graciasā.
āSolo uno, por las mujeres que conducenā¦hip⦠hipā.
āPor eso mismo, estoy conduciendo, no puedoā.
āVamos⦠tómate solo uno, hipā. El molesto sujeto le acercó un vasito de whisky, Lorena lo trató de rechazar, pero al conducir le era difĆcil alejar la mirada del camino.
āNo moleste, que no quieroā. Por fin logró alejarle el trago⦠pero el sujeto estaba muy lejos de calmarse.
āY si me das un besito?, hipā¦ā. Sin conocer la vergüenza, el alcoholizado la trató de besar⦠Lorena comenzó a forcejear con una mano, mientras con la otra controlaba el auto.
āPero que hace?, borracho inmundo, alĆ©jese!ā. El sujeto no hacĆa caso y pegaba su mejilla al rostro de la chica, buscando llegar a sus labiosā¦
ā¦Con la mano derecha, mĆ”s fuerte, mantuvo a distancia la cara el borracho, mientras la izquierda se dirigĆa por debajo a la entrepierna del degeneradoā¦palpando, la mujer halló el pene semi erecto⦠y fue por las gónadas. Sus dedos hallaron el blanco y estrujaron con fuerza.
āAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!!!!ā.
Fue el alarido del borracho, que casi se ahoga con su saliva.
Fue el alarido del borracho, que casi se ahoga con su saliva.
āFuera de mi taxi, ebrio maldito!ā. Lorena mantenĆa el agarre y le empujaba hacĆa la puerta, querĆa que se saliera⦠el tipo suplicó.
āAyyy, suelta!, suelta!ā.
āQue te largues!, ah pero eso sĆ, me pagas primero la carrera!ā.
La mujer comenzó a revisarle el bolsillo de la camisa, el hombre tenĆa allĆ unos billetes, Lorena los tomó, el alcoholizado desesperado, abrió la puerta y por fin liberaron sus gónadas. Las manos del ebrio reemplazaron a las de Lorena al tocar su entrepierna.
Un leve empujón al borracho, y cayó sobre el andén.
āVes a besar a la puta que te parió!!ā.
Antes de cerrar la puerta, la enojada chica le arrojó la botella de whisky que se rompió contra el cemento; Y al final, tambiĆ©n arrojaba, pero eso si en su cara, algunos billetes de mas, ella no era una ladrona, y solo se quedaba con lo que merecĆa de pago por llevar al borracho.
El ebrio pasó casi una hora en el andĆ©n, dormitĆ”ndose y sobĆ”ndose las pelotas, por el trago en su cerebro al dĆa siguiente poco fue lo que recordó⦠eso sĆ, al orinar le molestaban los cojones, Lorena le apretujó todo el paquete, bolas, conductos urinarios y hasta un poco de su falo.
Casi a las 11 pm, y luego de hacer unas 2 carreras, Lorena recogió a una pareja, ambos de unos 40 aƱos, el varón venĆa algo tomado, y su esposa se mostraba iracunda, al parecer la mujer le sacó de la fiesta en la que tomaba, para llevarlo a casa.
āCretino maldito!, ebrio miserable, hasta cuando vas a seguir con estas escapadas con tus malditos amigos!ā.
āHip!... No te enojes mi vida⦠hip!ā.
De pronto el alcoholizado se comenzó a fijar en la taxista⦠no se habĆa percatado que era una mujer, el hombre se acercó a su nuca y comenzó olerla.
āPero que hace?ā. Reclamó Lorena, quien nuevamente tenĆa problemas con ebrios; su queja llamó la atención de la esposa que asĆ notó que hacĆa su esposo.
āNo te molestes, Hip, sólo te olĆa el peloā.
āDegenerado, no aprendes verdad!ā. La esposa estalló en rabia, comenzando a palmotear al tipo por todos lados⦠mĆ”s de un manotazo le dio en la cabeza a Lorena, la parte posterior del taxi era ahora un campo de batalla.
āYa dejen esoā¦ā. La conductora detuvo el taxi para evitar un accidente, de inmediato el borracho salió por una puerta, siendo perseguido por la esposa que no paraba de golpearle.
Lorena estaba harta de estos retrasos, y ahora dudaba que le pagaran.
āYa mi vida, dĆ©jame en paz, hipā¦ā. El ebrio logró alejarse unos pasos de la mujer, que estaba roja del enfado.
āYa me tienes cansada, ebrio!ā. La esposa apuntó a la entrepierna del marido y le propinó un contundente puntapiĆ©, el empeine golpeó el saco escrotal, aplastando todo lo que contenĆan los calzoncillos orinados del ebrio.
āOOOUUGGGHHHH!!!ā. Expresó el marido, que se derrumbó como un castillo de naipes, el dolor le hizo apretar los dientes con todas sus fuerzas, al tiempo que se pinzaba la lenguaā¦
ā¦Acurrucado en el pavimento, el ebrio eructaba y tosĆa sin cesar, las manos palpaban sin parar sus pequeƱos testĆculos y su pene que lucĆa escurrido.
Ante el golpe bajo, Lorena desvió la mirada, ya habĆa presenciado suficientes golpe a las pelotas de los machos por un dĆa... Siendo ella la que mayormente habĆa dado los golpes. Decidió marcharse, que esos dos se arreglaran como pudieran, de seguro cada quien se irĆa a casa en su propio taxi.
Al dirigirse al auto, fue sorprendida por una mano en su hombro que la obligaba a dar vuelta. Enseguida una bofetada le atinaba.
āY tĆŗ a dónde vas, quita maridos!ā. La esposa tambiĆ©n desquitaba su enojo con la conductora.
āVieja loca, a mĆ no me meta en sus lĆos!ā. Le gritó Lorena al tiempo que la prendĆa del cabelloā¦
Una patada de la esposa al tobillo de Lorena la sacó de quicio y dio todo de sĆ; La taxista liberó su mano derecha para descargar con furia una tremenda y todopoderosa cachetada que le dio la victoriaā¦
El impacto arrojó a la esposa al suelo, y con media cara hirviéndole, no dio para levantarse, en parte por temor a la fuerza de aquella taxista.
āā¦Y no me vuelva a poner la mano encima o le irĆ” peor!ā.
La taxista subió a su vehĆculo y enojada aceleró⦠el lĆo la habĆa dejado enfadada y sin pago por el servicio prestado.
La madrugada llegó y algunos clientes engrosaron la billetera de Lorena, aun asĆ, era poco para sus expectativas iniciales, pero no tenĆa de otra que continuar hasta el amanecer.
Eran las 2 am, cuando paró el taxi un cliente, el hombre iba bien vestido y no parecĆa alcoholizado, se subió a la parte trasera y tras dar la dirección a ir, se mantuvo en silencioā¦
Pasado algunos minutos, Lorena sintió algo afilado y frĆo en el cuello, era un cuchillo con el cual el pasajero la pretendĆa asaltar.
āNo puede ser mi suerteā¦ā.
āMala suerte mi amor, una mujer taxista no es comĆŗn de encontrar, y menos a estas horas de la madrugada⦠creo que no debiste salir tan tarde cariƱoā.
Al recalcar el cuchillo en su cuello, la mujer obedece las órdenes, primero orilla el taxi y lo detiene.
āDame el dinero y me bajoā.
āNo me haga esto, mire que me ha ido muy mal en el dĆa, por favorā. MĆ”s preocupada por su dinero que por su bienestar, Lorena suplicaba que no la asaltase.
āTranquila cariƱo, tranquila, colabora y te iras sin rasguƱos⦠estamos Ok?ā.
Resignada, Lorena sacó el dinero que llevaba y se lo entregó al delincuente.
āTambiĆ©n el telĆ©fono, mi vidaā.
Ya con todo el botĆn, el canalla retiró el peligro de aquel lindo cuello y salió a toda prisa del taxi.
Lorena dio dos cabezazos sobre el volante, maldecĆa su mala suerte, en ella todo era ira, y no analizaba que tuvo un cuchillo a punto de degollarla. Fue entonces que vino a su mente una imprudente idea, debajo del asiento estaba una vieja llave de tuercas que su abuelo usaba en caso de problemas con otros taxistas, el viejo era hĆ”bil en el uso de la herramienta como objeto contundenteā¦
Lorena la tomó y salió del vehĆculo tras el pillo.
Lo vio a distancia y con la llave en mano le iba a golpear por detrÔs, pero el delincuente siempre prevenido volteó y la esperó, sacó el cuchillo, ante lo cual, la taxista se detuvo a unos 5 pasos.
āMe la vas a pagar maldito ratero!ā. Lorena como con el conductor del Uber, se mostraba imprudente, no medĆa las consecuencias.
Y asĆ quedaron los contrincante, una con una llave y otro con un cuchillo.
Pero Lorena no estaba tan fuera de sĆ, sabĆa que estaba en desventaja pero tenĆa un plan; Se abalanzó contra el sujeto, y antes de chocar, arrojó la llave de tuercas⦠con precisión el objeto golpeó la muƱeca del delincuente haciĆ©ndole soltar el cuchillo, el varón de inmediato se distrajo e intentó inclinarse para tomar el arma, pero era lo que Lorena querĆaā¦
ā¦Sin darle oportunidad la taxista lanzó una patada con fuerza a sus genitales, el pie dio de lleno en los testĆculos del ladrón, elevĆ”ndolo un par de centĆmetros.
āAAAAAUUUUUUUUU!!!!!!!!!ā. Se quejó el sujeto y de inmediato se agarró la entrepierna.
Lorena le dio un puño en la cara, acompañado de un empujón y el ladrón estaba en el suelo. La taxista comenzó a darle de puntapiés en la espalda⦠una patada le hizo daño en la cara y el sujeto quedó atontado.
āMe las pagarĆ”s todas!ā.
Una nueva patada al rostro y un escupitajo de sangre dio un brinco, seguido Ć©l criminal perdió el sentidoā¦
ā¦Lorena comenzó a esculcarle, en el bolsillo del pantalón notó un bulto, sacó su dinero y telĆ©fono; De reojo miró el otro bulto⦠Aquel en su entrepierna, una sonrisa apareció en sus labios y con la mano derecha le retorció las pelotas.
āVaya, eres huevónā¦ā.
Inconsciente no se podĆa quejar, pero las apretó unos segundos mĆ”s, luego se hartó y marchó en dirección a su vehĆculo.
āY mĆ”s te vale no volver a toparte conmigo, Rata!ā.
Eran las 6 am, cuando el taxi llegaba a casa de sus abuelos, el viejo MartĆn, que siempre se levantaba temprano se aprestó a recibirla. Lorena traĆa profundas ojeras y el cabello desarreglado, se veĆa realmente mal.
āPero que te pasó hija mĆa?ā.
āAy abuelo MartĆn, no sĆ© cómo haces para salir dĆa y noche en el taxi y regresar a salvo⦠es demasiado complicado manejar un taxi en esta ciudadā.
āNiƱa, con los aƱos uno se acostumbra⦠imagino por esa cara, que te fue mal con las ganancias, pero no importa agradezco me hayas ayudadoā.
āTe equivocas abuelo, si tuve gananciasā.
Lorena saco un fajo de billetes, con una cantidad similar a las ganancias de su abuelo un buen dĆa de trabajo.
āMuchacha!, pero que sorpresa, cómo le hiciste?ā.
āSecretos del oficio, abuelitoā.
Lo que no confesó Lorena, fue que tras noquear al asaltante, sintió la curiosidad de registrarle a profundidad⦠y en su camisa consiguió el dinero que el tipo habĆa hurtado en robos previos. Lorena no lo dudó dos veces y se quedó con el efectivo, no fue lo mismo que con el primer borracho y su dinero⦠este era un ratero y como dice el refrĆ”n: Ladrón que roba a ladrón, tiene cien aƱos de perdón.
Ante la petición de su abuelo de volver a salir con el taxi, Lorena le dio un NO rotundo.
Apenas entró a su cuarto se desvaneció en la cama⦠no volverĆa a conducir el taxi de su abuelo, la profesión de taxista era demasiado complicada para ella.
FIN.
Gracias.
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