LenĆn estaba con la boca hecha agua cuando cogió la manta negra y la descorrió de golpe. Ante Ć©l apareció un atractivo hombre de tez blanca, cabellos canos y mentón afeitado. Su cuerpo ejercitado adornado de fuertes mĆŗsculos, su fuerza le restaba aƱos a su edad. Las piernas musculosas no tenĆa vello alguno y su cintura se volvĆa estrecha dónde la ropa interior guardaba una polla de buen tamaƱo y el par de testĆculos mĆ”s grandes y colgantes de los hombres de su generación en su apetecible familia.
āDon Marcos Chacón āsaludó LenĆn con una amistosa sonrisa bebiĆ©ndose con los ojos el espectacular semental de 61 aƱos sujeto por correas frente a Ć©lā. El respetado padre de Jenny, Pablo, Simón e Israel. Me sorprende que tremendos sementales, grandes, pesados y fuertes, refiriĆ©ndome a los hombres, hayan salido de aquĆ āestiró la mano adueƱƔndose de los testĆculos mĆ”s grandes en todo el rebaƱo.
āĀ”No me toques las bolas! āgritó Marcos con un mal humor.
āĀæQuĆ©? āLenĆn hizo una sonrisa que parecĆa burlonaā. ĀæNo puedo ordenarte? AquĆ mando yo y hoy te necesito a ti ācon la yema de los dedos acarició sin hacer ningĆŗn tipo de daƱo aquĆ©l par gemelo de jugosas esferas. Las bolas de Marcos se sentĆan excesivamente pesadas, grandes, duras, de buena manera ovaladas, parecĆa la pepa interior de algĆŗn delicioso fruto tropicalā. MĆrame, Marcos. Me han invitado a trotar, por eso necesito de ti. Hoy tĆŗ me vas a proporcionar el jugo de la resistencia.
Marcos se quedó contemplando el atuendo de LenĆn, ciertamente estaba vestido con ropa para salir y hacer deportes.
āMarcos Chacón eres el productor del semen de la resistencia ādijo Leninā. A tus 61 aƱos pareces de 40. TodavĆa estĆ”s de buen ver, viejo sĆ”dico. EstĆ”s de un rico que te comerĆa entero. ĀæA quĆ© sabe tu leche? Debe ser deliciosa āLenin se pasó la lengua por los labiosā. Te voy a dejar seco, Marcos Chacón.
āĀ”Me tendrĆ”s que matar para sacarme la leche, pendejo!
LenĆn sonrió bajando la palma de su mano.
āSĆ que te voy a matar. Ā”Pero del placer, Marcos Chacón!
LenĆn retrocedió sobre sus pasos hasta quedar en una corta distancia, los ojos de Marcos rebelaron terror al descubrir la intención de LenĆn.
āĀ”No se te ocurra, miserable loco! Ni por un segundo se ocurraā¦
Fue interrumpido por una patada en su abultada entrepierna, que chocó sus bolas contra la pelvis.
āĀ”MIERDA, hijo de puta!
Marcos Chacón comenzó a retorcerse en sus ataduras, apretando los dientes y con los ojos llenos de lÔgrimas.
āĀ”Ay, ay, ay! āse lamentaba con un dolor fuerte que salĆa de sus gónadas como ondas hacia todo su cuerpo.
āĀæTe duele, patriarca? āse rió LenĆn acercĆ”ndose y metiendo la mano dentro de la ropa interior del seƱor Chacón para acariciarle sus bolasā. Te entiendo, estĆ”s pelotas tan grande deben doler un infierno, aĆŗn asĆ eres un viejo muy fuerte y resistente. Ā”Que pelotas mĆ”s grandes! Apuesto a que todas tus mujeres estaban enamoradas de ellas. Viejo sĆ”dico, ĀæcuĆ”ntos hijos tienes? Con lo mujeriego que eres no te creo que solo seas padre de cuatro. Tienes que tener mĆ”s hijos escondidos. Eres un mujeriego como Israel, tienes el cuerpo de Simón y el fĆsico atractivo de Pablo. Todos estos tipos salieron de esas grandes huevas āaplastó sus dos bolas fuertemente.
Marcos chilló, cerrando los ojos, gritando y retorciéndose.
LenĆn aflojó los grandes testĆculos y se lamió los labios. Se quedó mirando los grandes pectorales de Marcos Chacón tan duros y fuertes como los de Superman.
āĀæTe han dicho que tienes un par de hermosas tetas, viejo sĆ”dico?
LenĆn colocó ambas manos en la cadera de Marcos e inclinó su cabeza a los pectorales del hombre, comenzando a saborealos.
Chacón gimió y susurró.
āPuto.
El contacto de la lengua de LenĆn con su areola, chupando y mordisqueando hizo que el miembro viril de Marcos empezara a reaccionar.
Aunque el seƱor de mĆ”s de 60 aƱos no lo querĆa, su erección se hizo notoria en su ajustado calzoncillo. LenĆn se percató y fue dejando un rastro de saliva desde el pecho de Marcos hasta su ombligo.
Lentamente retiró la ropa interior del arquitecto. Fue asĆ como emergió su tiesa polla, erecta fĆ”cilmente rebotó contra su abdomen, era gruesa, pero no tanto como la de su hijo Simón. Las jugosas bolas del seƱor le colgaban de forma extranatural como toda su vida. LenĆn se quedó aƱorando el miembro mordiĆ©ndose el labio y acariciĆ”ndolo con una mano.
āA simple vista veo que estos huevos estĆ”n a rebosar de leche, seƱor Marcos. La leche de la resistencia, seƱor Marcos. ĀæA cuĆ”ntas mujeres has hecho feliz con esta cosa tan hermosa?
Conteniendo la respiración, Marcos vio que LenĆn se agachaba para besar su pene. Con la punta de la lengua lamió el fierro bien parado.
Marcos gimió de sentir la cÔlida boca lamer la punta de su pene, luego se tragó por completo el falo aplicÔndole una extraordinaria garganta profunda que arrancó suaves gemidos de Marcos.
LenĆn se sacó el miembro de la boca y lo miró con lujuria al apretarlo del tronco.
āHuele a macho ācatalogó LenĆn. Miraba aquella tiesa verga con los ojos fijos. Abrió la boca y fue engullendo.
āĀ”Aaaaaaah! āsusurró Marcos cuando su pene entraba y salĆa de la boca. LenĆn jugó con su lengua en la cabeza y en ocasiones acarició y apretó con sus manos los grandes testĆculos.
Marcos Chacón sintiendo lo estrecho y húmedo de la garganta, se excitó por montones. No pasó mucho tiempo cuando sintió que explotaba.
LenĆn se movió con mĆ”s fuerza sin sacar la verga de su boca y con la punta de la lengua, acarició la parte inferior de la rosada cabeza.
Segundos mĆ”s tarde, Marcos Chacón expulsó su jugo de la resistencia. El primer chorro lo tragó gustoso, el segundo le innundó la boca, el tercero salió por sus labios y se empegostó en su barba. LenĆn se embarró las manos de leche cuando agarró el pene y empezó a masturbar a Marcos, exprimiendo todo lo que tenĆa de semen, la espesa crema le caĆa en la otra mano donde recolectaba para comer.
Al ver que no salĆa mĆ”s leche, olió su mano un rato y luego probo el semen, recogiendo con toda su boca hasta no dejar nada en su palma.
āMe encanta el sabor de tu semen, viejo āsonrió LenĆn. Tomó silencio y paladeó con su lenguaā. Tiene un fuerte sabor a aguacate, es una leche fascinante: espesa y abundante. La comerĆa todos los dĆas y no me sentirĆa aburrido. Es 100% recomendable y lo mejor es que me aporta la resistencia que necesito para salir a practicar deportes.
Abrió su mano y entregó una fuerte palmada a la desnuda entrepierna de Marcos Chacón.
āĀ”AAAAAAaaaaah!
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