Catador de semen (7/7): fin del estudio - Las Bolas de Pablo

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27 feb 2022

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Catador de semen (7/7): fin del estudio

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—Es verdad que tu experimento ha sido exitoso —afirmaba LenĆ­n a BastiĆ”n Chacón en su oficina.

 

Desde semanas pasadas el cientĆ­fico de la familia Chacón le entregó varias muestras de semen de sus familiares acompaƱadas de una pĆ­ldora que lo obligaban a tener sueƱos eróticos con cada responsable de muestras mientras cataba el sabor y consistencia de los jugos pasionales de cada varón. 

 

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Reunidos en la oficina privada de BastiĆ”n, su amigo LenĆ­n le indicó los resultados de cada fluido que le habĆ­a dado y al tipo de sueƱo que le hacĆ­a tener. Enfatizó que siempre al despertar estaba hĆŗmedo y bastante excitado.

 

—¿Si tuvieras que repetir una muestra para probar de quiĆ©n serĆ­a? —intertogó BastiĆ”n tomando nota en sus apuntes.

 

Lenín llevó la mirada al techo mientras saboreaba con la boca, era lógico que tuviera la boca hecha agua.

 

—La de Lucas es bastante dulce, pero la de Marcos tiene un acentuado sabor a aguacate. Sin embargo la de Pablo es fresca, sin duda alguna la de tu sobrino Pablo.

 

—LenĆ­n, Āæsi tienes que elegir la mejor leche que te dĆ­ de quiĆ©n serĆ­a?

 

Lenín lo miró al rostro.

 

—La de Pablo.

 

—Ah, Pablo —BastiĆ”n hizo la anotación en su libreta.

 

—¿PodrĆ­as conseguirme otro lote del semen de Pablo?

 

BastiĆ”n arrugó el ceƱo.

 

—No lo creo, tengo que decirle que necesito hacer otro experimento con ella y es un fastidio.

 

—¿Quiere decir que no lo harĆ”s?

 

—HarĆ© todo lo necesario —respondió el cientĆ­fico sin mucho convencimiento.

 

—Bueno, creo que es todo lo que tenĆ­a que darte. Creo que el experimento terminó. Me irĆ©.

 

—SĆ­, te acompaƱarĆ© afuera —respondió BastiĆ”n levantĆ”ndose del asiento y dejando que su prominente bulto se marcara en su pantalón de oficina—. Muchas gracias por afirmar el sabor del semen de todas las muestras que te pasĆ© y el tipo de sabor que tuviste con su ingesta.

 

Juntos caminaron hacia la puerta de la oficina, pero cuando BastiĆ”n colocó la mano en el pomo, LenĆ­n detuvo la puerta con su palma. BastiĆ”n se le quedó mirando sorprendido.

 

—Hay algo curioso —dijo LenĆ­n—, probĆ© de la leche de Pablo, Israel, Simón, otros Chacón y no tan Chacón. Tuve esos sueƱos teniĆ©ndolos cautivos en un granero......... pero de todas, no probĆ© la tuya. ĀæA quĆ© sabe tu jugo, BastiĆ”n?

 

—Este… ehm —BastiĆ”n se sonó la garganta acomodando el cuello de su camisa—, mi semen no es objeto de estudio, LenĆ­n. Y entonces yo prefiero que…

 

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No pudo terminar su oración cuando el pesado puƱo de LenĆ­n colisionó contra su entrepierna, interrumpiendo sus vagas frases y haciendo que su cuerpo saltara por el impacto de los nudillos chocando con sus grandes y pesadas pelotas. BastiĆ”n enarcó las cejas y formó una silenciosa O con la boca. Retrocedió con la cara llena de shock agarrĆ”ndose las bolas. De todos los hombres de su generación era el que tenĆ­a los testĆ­culos mĆ”s dĆ©biles.

 

—Carajo, LenĆ­n, Āæpor quĆ©? —gimió con voz aguda.

 

—Tengo curiosidad de saber a quĆ© sabe la leche del mas intelectual de la familia.

 

—No, la mĆ­a no —gimió el desventurado BastiĆ”n.

 

LenĆ­n lo agarró y lo empujó contra un sofĆ” de cuero que reposaba cerca de una ventana. BastiĆ”n gimió sujetĆ”ndose los huevos, mientras LenĆ­n se sentaba a horcajadas encima de su pecho, su espalda daba de frente a la cara de BastiĆ”n.

 

—SerĆ” un honor probar tu leche directamente desde la fuente principal ā€”afirmó—, y no en horribles vasos de laboratorio como me entregaste las otras.

 

—No, LenĆ­n —gimió BastiĆ”n agitando las manos atrapadas bajo las piernas de LenĆ­n.

 

—La vas a pasar muy bien —declaró LenĆ­n. En menos de lo que se esperaba abriendo su pantalón para desnudarlo; le juró aniquilar sus grandes testĆ­culos si no dejaba que le hiciera sexo oral.

 

RĆ”pidamente la ropa interior del cientĆ­fico salió de su lugar. LenĆ­n besó la parte interna de los muslos de BastiĆ”n, al tiempo que el miembro del cientĆ­fico se erguĆ­a como mĆ”stil bajo los gratos estĆ­mulos. BastiĆ”n dió un gemido de placer al sentir la hĆŗmeda lengua hurgando sus doloridos testĆ­culos. DespuĆ©s de ensalivarlos a placer le tomó el pene por la base y empezó a lamer con la punta de la lengua.

 

Poco a poco se fue tragando por completo la polla de BastiĆ”n en medio de gemidos y estremecimientos. Elevó su espalda y giró la cabeza para mirar al cientĆ­fico, detallando sus muecas de gusto mientras acariciaba su peronĆ©, BastiĆ”n abrió la boca sin articular palabra.

 

BastiĆ”n regresó a su labor de ensalivar la verga con sus labios, lamiendo con suavidad y pajeĆ”ndolo con maestrĆ­a. Su lengua empezó a serpentear en cĆ­rculos hasta introducir la punta en el orificio de la uretra. Chupó la cabeza de la polla de BastiĆ”n como si se tratase de una chupeta, el catador de semen cerró los ojos disfrutando del salado manjar. BastiĆ”n sintió que su pene crecĆ­a envuelto en esa cĆ”lida y receptiva cavidad. DespuĆ©s de unos escalofriantes e inactivos segundos, empezó a mover su cabeza ascendiendo y descendiendo al compĆ”s de los movimientos de cadera del cientĆ­fico.

 

La lengua de LenĆ­n nunca perdió contacto con toda la longitud, saboreando por completo la hombrĆ­a. De repente se apartó y LenĆ­n sonrió de ver el hilo de saliva que lo conectaba al falo.

 

Lenín volvió a dedicarse a lamer el pito del científico y BastiÔn gimió cerrando los ojos, abrió la boca en presencia del placer, movió mÔs rÔpido la cadera, sin importale atravesar la garganta de Lenin con su estaca de carne.

 

Lenín soportó sin inmutarse. En violenta succión, aspiró la verga a toda la profundidad que era posible.

 

—Aaaaaaah ā€”emitió BastiĆ”n sintiendo que la vida se le escapaba con sus trallazos de esperma dentro de aquella lujuriosa boca.

 

LenĆ­n no supo cuĆ”ntas veces el pene latió entre sus labios, pero sĆ­ tuvo entendido que su lengua y garganta se inundaba con la caliente leche. LenĆ­n se bajó del cuerpo de BastiĆ”n, y el cientĆ­fico demoró unos instantes en recuperarse, mientras su compaƱero estaba sin separar sus labios. DespuĆ©s abrió la boca para mostrarle toda la descarga blanca y espesa. Su lengua parecĆ­a perdida en medio de toda aquella crema blanca. Y sin llegar a dudar, tragó.

 

Cuando pudo hablar luego de catar la majestuosa salsa viril de BastiÔn, el experimentado Lenín habló hincado en medio de las piernas de BastiÔn:

 

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—No hay como probar la leche directamente desde su fuente principal. Tiene un poderoso sabor a cloro, que la vuelve incómoda al paladar, quizĆ”s asĆ­ sabe el conocimiento. Es caliente y espesa, tiene buena consistencia y se siente grumosa. La calificarĆ­a como 86% recomendable. Si quieres sentirte inteligente, acude a la leche de BastiĆ”n.

 

—¿QuĆ©? —se quejó BastiĆ”n respirando entrecortado—. ĀæPor quĆ© tan bajo? Ā”EstĆ”s loco!

 

—Es tu sabor. No la comerĆ­a todos los dĆ­as.

 

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—¿Y por eso me tienes que calificar tan bajo? Soy un Chacón Ā”Eres un puto!

 

LenĆ­n lo miró de arriba a abajo visiblemente molesto. Simplemente apretó el puƱo y lo estrelló en la hombrĆ­a de BastiĆ”n a toda fuerza.

 

—”AAAAAAAAAAAY!

 

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BastiÔn se encogió agarrÔndose las bolas y acurrucÔndose en el sofa, con las bolas vacías, su poca resistencia el dolor era letal. Lenín sonrió irguiendose y con una potente erección en su pantalón. Dio media vuelta y salió de la oficina del científico.


 

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