NOTA: redacté este capitulo, tras una larga charla con FerchoMX, él es también redactor del blog y muchas veces me aconseja en las historias. Sin embargo he decidido titular esta publicación como extra y dejar a consideración del lector si este es el auténtico final. Puedes leerlo y dejar tu comentario al respecto al final del relato.
Alexis Pereira anunció a su madre que irĆa al departamento de uno de sus compaƱeros de estudios para conocer las actividades de clases anunciadas por los profesores. DespuĆ©s de una pelea escolar el muchacho fue suspendido de las clases hasta que terminara el ciclo de estudios. Que para su suerte era el Ćŗltimo aƱo del bachillerato. El joven rubio se anunció en el departamento de su compaƱero de clases pues el vigilante lo dejó ingresar a la edificación.
Desde adentro le respondieron que le abrirĆan la puerta, oyó los pasos que se aproximaban y la llave de la cerradura.
Ante él apareció Lisandro. El que popularmente era su abusador en la escuela.
Sin embargo un hecho sorprendente ocurrió.
El saludo que Lisandro recibió fue un fuerte agarrón en su entrepierna de parte de Alexis. Sus dedos se aferraron al bulto del joven, directamente en sus dos joyas colgantes guardadas en el pantalón corto que, a primer momento de ver a Alexis se empezó a inflar.
Alexis no tuvo que adivinar por mucho tiempo la posición de las bolas, gracias a la larga vara de erección se perfilaba hacia la derecha superior.
Las mejillas de Lisandro se hincharon y dejó escapar un gemido jadeante, congelÔndose de dolor.
āLleguĆ© y para no irme en mucho tiempo āsaludó Alexis. Con eso hizo entrar a Lisandro haciĆ©ndolo retroceder sobre sus pasos.
TodavĆa sosteniĆ©ndolo sobre sus bolas Alexis penetró al departamento y cerró la puerta con el talón del pie.
En sus dos meses de suspensión estudiantil (compartida con Lisandro), esta era la tercera vez que visitaba su departamento.
¿Qué pudo ocurrir entre dos enemigos que se odiaban? ¿Entre un gato que azotaba al ratón?
Ciertamente después de la suspensión de ambos la popularidad de Alexis se incrementó en grado sumo. En la red circuló su video dando una paliza a Lisandro. Todos comentaban sobre él. El cascanueces.
Cierta tarde recibió un mensaje privado de Alexis por Facebook, lo estaba citando en su departamento.
«¿Me quieres golpear?» escribió Alexis «Porque si es asà estoy preparado para volverte a partir la madre».
«Nada de eso, quiero ofrecerte una disculpa».
«Pudrete».
«Ven, por favor, quiero que hablemos».
«Te voy a reventar toda tu madre si quieres una paliza».
Alexis no fue tonto, informó a un amigo a dónde irĆa (en caso de que le ocurriera algo), y se dirigió al departamento de Lisandro.
Aquella vez todo fue verdadero. El abusador le pidió disculpas por su conducta hostil siempre con él y le tendió la mano.
āDespuĆ©s de todo lo que pasó quiero que seamos amigos. Disculpa si alguna vez te hice sentir mal.
āPĆŗdrete ārespondió Alexis dando una palmada al revĆ©s a la mano de Lisandro.
āAdemĆ”s, todo esto lo hacĆa para estar mĆ”s cerca de ti.
āĀæQuĆ© dices? āAlexis dobló el ceƱo.
āQuerĆa estar cerca de ti y poder tocarte.
āNo me jodas, mariquito āAlexis se acomodó en el sofa.
āAguarda āquiso detenerlo Lisandroā. Cuando te fastidiaba en el colegio, solo era una excusa para estar cerca de ti. Para tocarte y sentirte. Lo he pensado mucho con este encierro. Mis padres siempre estĆ”n trabajando y yo me quedo aquĆ meditando.
āNo me jodas, Lisandro. ĀæMe estĆ”s grabando?
āNo, acĆ” estĆ” mi celular libre ārespondió Lisandro cogiĆ©ndolo de la mesa y mostrando su pantalla libreā. ĀæHas visto los videos de nuestra pelea? ābuscó uno y comenzó a reproducirloā. ĀæViste esta forma en la que me aprietas las bolas cuando te ahorco?
āSĆ āAlexis sintió que de verlo y recordarlo la polla se le crispaba, y asĆ era, en menos de lo que pensó tenĆa una erección en el mueble de Lisandro.
āA mĆ me gustó āconfesó su ahora nuevo amigoā. Me gustó que me dominaras. Es como tĆŗ tan debilucho consiguieras vencerme, siendo yo mĆ”s fuerte que tĆŗ. ĀæQuieres que lo intentemos en mi departamento? āseparó sus piernas dejando a merced su gran bultoā. ĀæMe apretarĆas las bolas? Me excita la idea de que otro hombre me domine, especialmente alguien como tĆŗ.
Desde entonces ambos se reĆŗnen. Alexis agarra las huevas del pobre Lisandro, tal y como sucedĆa esa tarde.
En la última ocasión se masturbaron juntos después de una excitante sesión ballbusting, el pecho de Lisandro quedó todo empegostado de su semen, mientras que el de Alexis consiguió volar por los aires y llegó al suelo.
En la actualidad, apretado de las bolas, Lisandro estaba sin aliento. Alexis lo soltó de los testĆculos, permitiĆ©ndole doblarse y agarrarse la entrepierna, gimiendo de dolor.
āAparta las manos de tus pequeƱas bolas āordenó Alexis con una mueca burlona en el rostro.
Lisandro lo miró y obedeció. Claramente tenĆa un erección por la calidad tan abultada en su pantalón corto. Alexis levantó la rodilla y apuntó la planta del pie contra la hombrĆa de Lisandro. Sus ojos se abrieron y al instante se cruzaron cuando el dolor se extendió por su cuerpo.
Cuando Alexis apartó la pierna, Lisandro se hizo un ovillo, gimiendo de dolor agarrÔndose los huevos revueltos.
Alexis se inclinó sobre él poniendo una mano sobre el pecho de Lisandro y empujÔndolo contra el respaldo del sofÔ.
āĀæTenĆas mucho tiempo esperĆ”ndome?
āS⦠sĆ.
āĀæSĆ? ĀæQuiere decir que esperas una disculpa de mi parte?
Lisandro lo miró sin saber que decir. Dentro de su calzoncillo su polla se baƱaba en presemen. Le gustaba tanto que un chico con cara de idiota como Alexis lo dominara. TodavĆa no sabĆa si era gay, estuvo con muchas y buenas chicas con las que disfrutó, pero era un placer enfermo que alguien como Alexis le dominara por su hombrĆa.
āĀæQuieres que me disculpe por mi retraso?
MirƔndolo a los ojos, Alexis fue apuntando su rodilla a la bolsa de huevos de Lisandro, dejando caer sobre ellos todo el peso de su cuerpo.
Lisandro aulló de dolor, intentando apartar, con desespero, el muslo sobre sus joyas viriles.
Sin dejar de reĆr, Alexis apartó su rótula, viendo como Lisandro con la respiración agitada se acostaba de lleno en el sofa cubriendo con sus manos sus debilitadas pelotas.
El dolor de sus testĆculos lo estaba matando. GemĆa lleno de dolor.
Alexis se llevó la mano a su entrepierna. TambiĆ©n tenĆa el pene glorioso en una erección. Se sentĆa feliz de dominar a su bravucón de la escuela. Era un alivio para Ć©l quĆ© despuĆ©s de tantos malos ratos que le hizo pasar, ahora Ć©l tenĆa el control, y mĆ”s allĆ” de los lĆmites. Alexis dejó caer su pantalón sobre sus tobillos. Su polla estaba erecta, no era de gran tamaƱo, pero tenĆa los centĆmetros suficientes para complacer cualquier orificio.
Alexis comenzó a jadear al masturbarse sobre Lisandro.
El ex bravucón lo miró y cerró los ojos esperando que la lluvia blanca y caliente cayera sobre él, no le importaba. Era el resultado de la dominancia del mÔs tonto sobre el fuerte.
Alexis sonrió al sentir un clÔsico cosquilleo en la punta de su pene.
En cuestión de segundos, la polla palpitante de Alexis estaba llena de venas. Y parecĆa que al mĆ”s mĆnimo contacto iba a explotar en fugas de lava blanca.
Sintiendo el climax, Alexis manipuló su polla rÔpidamente.
Fue asĆ como un generoso lote de semen fue a parar contra el cabello, rostro y ropa de Lisandro. Su pasta masculina era completamente sólida y blanca, ademĆ”s de caliente. Fueron como siete escupitajos de leche que cayeron sobre el acongojado Lisandro que los recibió en su cuerpo sin hacer nada, solo cubrĆa con sus manos las nueces entre sus piernas.
Alexis exhausto se dejó caer de rodillas ante el sofĆ”, respiraba agitadamente y sonreĆa. Observó a Lisandro que estaba con cara de dolor amansando sus testĆculos y se rió de observar como un charco de su leche reposaba sobre su mejilla.
āĀæEstĆ”s bien? āpreguntó.
āSĆ ārespondió Lisandroā, pero⦠me duelen las bolas.
A Alexis le brillaron los ojos y automĆ”ticamente se echó a reĆr.
Otra temporadaaaa
ResponderBorrarMuchas gracias, no lo tenĆa contemplado.Pero gracias a ti, puede suceder en el futuro
BorrarGracias, serĆa buena historia ��
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