ESCRITO POR ZATN
CONTIENE BALLBUSTING VERBAL F/M.
Me llamo Esther, tengo 38 aƱos, y hoy estoy de compras, como todos los sƔbados.
En este almacĆ©n de ropa me detengo a probarme un sinfĆn de prendas, pero algo me ha dejado pensativa⦠es ese maniquĆā¦puedo verle el bulto Ćntimo que le pusieron y de inmediato recuerdo a mi marido RubĆ©nā¦
NO, no crean que ha muerto, mi esposo de 39 aƱos, esta vivito y coleando⦠Aunque anoche se podrĆa decir que casi muere⦠bueno es una exageración, pero la noche anterior le di un mal golpe⦠ya saben en donde⦠ahĆ donde el maniquĆ es protuberante⦠y para los varones el ser golpeado ahĆ, es como morir en vida.
Ahora que lo pienso, voy a comprarle ropa interior a mi marido, RubĆ©n es talla 36 de pantaloncillo, pero siempre debo comprarle un nĆŗmero mĆ”s grande, que tenga mĆ”s espacio para recoger sus genitales⦠Porque teniendo RubĆ©n un pene de 15 cm en estado flĆ”cido y testĆculos parecidos a pequeƱas naranjas, la parte frontal de la prenda se verĆa realmente estirada ante aquellos bultosā¦
ā¦Y claramente no quiero que mi marido sienta incomodidad en tan delicadas e Ćntimas partes⦠pero para ser sincera, siempre me parece que todo le queda apretado⦠esos grandes huevos, le llenan por completo la ropa interior.
Soy una esposa afortunada, RubĆ©n es realmente sensible en tales zonas, su pene con solo lamĆ©rselo un poco ya le provoco gemidos, y sin mencionar los testĆculos, tan delicados en mi marido que apenas los besos ya lo hacen gozarā¦
ā¦Por fin escogĆ una prenda de tela fina, cómoda y bastante costosa⦠asĆ lo quiero, un calzoncillo digno de ese hombrazo que es mi marido.
Espero que hoy le guste el regalo, siempre le ha gustado que le regale calzoncillos, y sobre todo que se los ponga yo misma, y mejor aĆŗnā¦que se los baje...
A RubƩn siempre le encanta cuando juego con su calzoncillo, acariciando la tela por detrƔs, sobre sus duras nalgas, y por delante mis dedos pasan rƔpidamente sobre sus protuberancias viriles.
Mientras nos besamos, le acaricio la punta del pene, levantÔndoselo de inmediato, luego masajeo su enorme masa de huevos, sobre la tela⦠y para ese entonces tiene la verga tan parada que parece que va a reventar el calzoncillo, me le arrodillo, como alguien subyugada a un amo todo poderoso, eso siempre le vuelve loco.
Desde esa posición le bajo un poco el interior, absolutamente manchado de su presemen, y observo su venoso garrote, le beso la cabeza parÔndosela aún mÔs, luego le bajo el resto del calzoncillo, dejando sus grandes bolas expuestas y colgantes⦠A modo de juego le acaricio con las uñas la cara interna de sus muslos, y asciendo hasta sus cojones, me gusta verlos brincar de las cosquillas. Luego se las beso, y eso lo pone desesperado, no puede aguantar mÔs y me lleva a la cama.
Rememorar todo eso me pone hĆŗmeda, sin importar que estĆ© en el almacĆ©n. Trato de sacar de mi cabeza las proporciones genitales de mi esposoā¦
ā¦Ahora me viene a la mente lo de anoche, sin culpa le terminĆ© golpeando las huevas;
Lamentablemente las bolas de RubƩn son igual de delicados a las caricias que ante el dolor, y es que anoche, casi vi llorar a mi atlƩtico esposo.
En la cama, se hallaba encima de mĆ, intentando penetrarme⦠AhĆ cometió el error de tocarme inesperadamente las costillas, no esperĆ© eso y siendo muy susceptible a las cosquillas, reaccionĆ© sin pensarlo, mi cuerpo se movió casi por reflejo, y desafortunadamente para Ć©l, levante una de mis rodillas⦠y lo hice con fuerza!
Mi rodilla ascendió entre sus piernas y entró justo ahĆ, en donde cuelgan sus naranjas.
La verdad se las aplastĆ© por completo⦠Pero el habĆa tenido la culpa, RubĆ©n sabe que yo soy muy cosquillosa⦠no debió sorprenderme.
Bueno, ya fauleada la huevera de mi esposo, vino un verdadero alarido de RubĆ©n⦠eso me reconfirmó que le habĆa hecho mucho daƱo.
āAAAAHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!ā.
Nunca habĆa escuchado a un hombre gritar tan fuerte, y la verdad no pensĆ© que un varón con una voz tan gruesa, pudieran cambiar a un grito de tonalidad exclusivo de nosotras las mujeres⦠bueno los huevos son lo que hacen varones a los hombres, y sin ellos se vuelven femeninos⦠es como cuando capan a un hombre, lo vuelven afeminado⦠no habĆa capado a RubĆ©n, pero un golpe en las pelotas, es como si los caparan por unos minutos.
Mi amado no estaba bien para nada⦠su cara se descompuso, se notaba como intentaba contener el agudo dolor, apretaba ojos y dientes, y en voz bajĆsima y casi de llanto dijo:
āAy⦠ay mis huevasā¦ā. Casi no le escuchĆ©.
Mientras tanto, estaba paralizada, no sabĆa quĆ© hacer, lo lógico era auxiliarle de alguna manera, pero no daba para moverme⦠AdemĆ”s Ć©l seguĆa sobre mĆ e inmerso en su agonĆaā¦
ā¦Fue inevitable que RubĆ©n se me quitara de encima, y de pronto no le vi mĆ”s⦠se fue de espaldas al piso. Al incorporarme le vi tirado, boca arriba con las manos igual que garras, cubriendo su dotada y adolorida hombrĆa.
Me pareció muy raro ver, cómo siendo yo una mujer tan dĆ©bil, le hubiera causado tanto sufrir a mi marido, que sin duda es dos o tres veces mĆ”s fuerte que yo... Anoche quede convencida que sin importar todos los mĆŗsculos de RubĆ©n, podrĆa llegar a vencerle con sólo un golpe ahĆ.
ā¦Le atendĆ lo mejor que pude, abundante hielo en una bolsa de plĆ”stico, y rodeada de su calzoncillo a modo de compresa frĆaā¦RubĆ©n se recostó en la cama, colocando todo ese frio sobre su escroto.
Mis excusas sirvieron de poco, RubĆ©n estaba molesto, y con el tiempo pudo mostrarse mĆ”s expresivo. Al principio casi no le salĆa la voz⦠y es que con aquel grito de seguro fisiológicamente le era imposible hablar correctamente.
Luego me hizo un leve reclamo:
āQue acaso me quieres dejar sin carnet de padre, Esther?ā. Aunque tenemos 3 hijos.
Le respondĆ cabizbaja:
āEso jamĆ”s mi amorā.
āOtro golpe de esos y me dejas estĆ©ril, mujer!ā.
A continuación le pedà mil disculpas. Hasta que decidimos irnos a dormir.
Obviamente anoche no me hizo el amor; Hasta muy tarde permaneció despierto, yo estaba acostada, pero dejaba claro que no habĆa cogido sueƱo⦠esperando en silencio a ver si sus amiguitos mejoraban y retomaba las intenciones de hacerme el amor⦠pero era demasiado pedir⦠Realmente estaba muy lastimado, hasta durmió con la bolsa de hielo y calzoncillos sobre las bolas.
Como a las 2 de la madrugada despertƩ, RubƩn venia del baƱo, al menos el mal golpe no le afecto el poder orinar; Preocupada preguntƩ:
āEstas bien?ā.
āSĆ, solo tenĆa muchas ganas de mearā. De seguro fue el efecto secundario de todo ese hielo sobre sus huevas.
āTodavĆa te duelen?ā.
āNo quiero hablar de eso, duĆ©rmeteā.
Hoy amaneció bien segĆŗn Ć©l. Pero lo dudo, tales golpes no se curan tan rĆ”pido, estoy segura que le alcance a ver sobarse todavĆa; Por otro lado, si bien me juraba que no estaba enojado conmigo, apuesto a que sĆ lo estaba⦠o por lo menos un poquito.
La encargada del almacĆ©n por fin me entrega lo comprado y cancelo con tarjeta de crĆ©dito⦠es hora de volver a casaā¦
ā¦Oh RubĆ©n!, espero que no sigas molesto cuando nos veamos mĆ”s tarde⦠Espero el regalo te alegre, Y ruego al cielo para que me hagas el amor esta noche.
FIN.
Gracias.
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