ORIGINAL DE: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M Y M/M AsĆ como SEXO HETEROSEXUAL.
Nota1. Al final se puede ver mapa, donde se muestran los destinos visitados en el relato.
Nota2. PANCRACIO: En la Antigua Grecia el Pancracio era una competición deportiva de los Juegos OlĆmpicos Antiguos, una combinación de boxeo griego antiguo, lucha y sumisiones, un antecesor de las artes marciales mixtas modernas.
FĆlica es una mujer griega que vivĆa durante la Ć©poca mitológica, en la región del Peloponeso, habitaba la ciudad de Elis y se dedicaba a la venta de vasijas en el mercado local. A muy joven edad quedo huĆ©rfana de padre y madre, viviendo con sus tĆos y hermanos mayoresā¦
ā¦Desde los 15 aƱos fue independiente, se dedicó al trabajo y dada su personalidad abierta asĆ como destacada belleza, mantuvo una vida sexual abundante.
De su tĆa habĆa aprendido en la adolescencia, muchas cosas sobre los hombres, ella le decĆa que no confiara en nadie con pene, ellos solo la verĆan como un objeto sexual, asĆ que siendo bella aprovechase su belleza para hacerse de un buen marido, mĆ”s para FĆlica el tener un solo hombre en su cama era inaceptable, por ahora no se casarĆa.
Ya antes de los 20 aƱos, la mujer habĆa visitado el lecho de mĆ”s de 50 hombres, el sexo le divertĆa y obtenĆa regalos de caballeros agradecidosā¦no se consideraba una prostituta, pues antes que el dinero estaban la diversión y el placer.
Su mala reputación era inevitable, pero a la bella FĆlica poco le importaba el quĆ© dirĆ”n.
La mujer con tanta prĆ”ctica, se volvió innovadora al desarrollar una tĆ©cnica Ćŗnica que usaba con sus amantesā¦y es que de su tĆa tambiĆ©n aprendió que los testĆculos del hombre eran su punto dĆ©bil, y si se viera en peligro, les apuntase un golpe allĆ, con eso el que querĆa lastimarla se arrepentirĆa.
FĆlica siempre queriendo innovar en el sexo, puso en prĆ”ctica algo de aquel consejoā¦los hombres eran muy sensibles en los testĆculosā¦pero no solo para el dolorā¦tambiĆ©n para el placerā¦y asĆ que se dedicó a palpar, jugar, besar y acariciar tales partes masculinas, logrando un gran dominio en el hombre al verse estimulado allĆā¦
ā¦Con el tiempo desarrollo un masaje testicular, que tras la eyaculación aumentaba la somnolencia en el varónā¦siempre se usaba tras la eyaculada, pues de hacerlo antes solo le generarĆa mucha mĆ”s excitación. (EN EL FUTURO FĆLICA INSTRUIRĆ A LA PRINCESA ETRA DE TRECĆN EN ESTAS ARTESā¦TRAMA DEL RELATO: Historias de la MitologĆa. Descendencia para el rey Egeo, parte 3).
A continuación veremos cómo realizaba el llamado MASAJE DE SUEĆO:
EL ARTE DE MASAJEAR LOS HUEVOS.
FĆlica se encontraba en casa de un vecino, era casado, pero su mujer se hallaba de viaje, el hombre convenció a la amante para visitarle, y ahĆ en el lecho de su esposa estaban haciendo el amorā¦Para FĆlica profanar la casa de la esposa era algo morboso, pero no ponĆa quejas.
Luego de la tercera eyaculación, parecĆa que el vecino no podrĆa mĆ”sā¦para la mujer era hora de usar su masaje de sueƱoā¦una vez le durmiera se marcharĆa.
FĆlica inicia palpando en general el escroto, sus dedos casi mĆ”gicos, buscaban las Ć”reas mĆ”s sensible en el varónā¦le era demasiado sencillo encontrarlas, midiendo los gemidos del beneficiado
Pronto sus dedos Ćndice comenzaba a recorrer en cĆrculos el escroto, ayudados de los pulgaresā¦los pasos rĆ”pido por el rafĆ© (lĆnea que divide el escroto por la mitad) dan lugar a cosquillas y extrema relajaciónā¦
ā¦Posteriormente, un leve rascado con uƱas en la parte baja del escroto debilitaron por completo la voluntad del vecino infiel.
AquĆ se daba la comĆŗn suplica de los machosā¦rogando que la mujer se detuviera para no dormirse y seguir fornicando con ella⦠pero FĆlica no pararĆa.
Finalmente el tocar tras los huevos, justo entre las bolas y el perineo, provocaban exhalaciones largas y lentasā¦FĆlica, repasaba si pausa, todos esos lugares previamente analizadosā¦donde el vecino era mĆ”s vulnerable ahĆ recibĆa mĆ”s cariciasā¦todo era con una habilidad maestraā¦tras de 20 a 30 segundo, su vecino y amante caĆa rendido.
FĆlica se dedicó a mirarle dormirā¦la mayorĆa de los varones se veĆan tan tiernos asĆā¦Aunque su vecino era solo uno mĆ”s de sus conquistas.
Desde que dominó la tĆ©cnica, era frecuente que FĆlica jugara con sus amantes, a veces, tras la primera eyaculación, les hacĆa dormir en poco segundos, luego de un dedicado y rĆ”pido masajeā¦los hombres terminaban roncando en la cama y ella casi sonriendo, al verles rendidosā¦claro que cuando deseaba gozar de un macho, se abstenĆa del masaje solo hasta que estos ya quedaban con los huevos secos, como fue con su vecino...
Los machos adoraban a aquella mujer que les daba placer y un rico sueƱoā¦y les daban lo que ella les pedĆa. FĆlica tuvo muchos viajes y aventuras, en esos aƱos de juventud, entre los cuales estĆ”n:
VISITA A OLIMPIA.
Elis estaba cerca de Olimpia, ciudad famosa por ser hogar de los juegos olĆmpicos, en verano la ciudad triplicaba su población pues todos querĆan ver los juegos, FĆlica no fue la excepción y fue tambiĆ©n, con mĆ”s gente, podrĆa sacar mĆ”s dinero, no solo en ventas, sino en hallar hombres con dinero ā¦
ā¦si bien era prohibido para las mujeres observar las justas, FĆlica, siempre curiosa, tenĆa un plan para ser testigo de primera mano.
Decidida a observar las justas, logra tomar el empleo de masajista, los deportistas siempre necesitaran de los masajes dedicados de alguna mujer, para estar en óptimas condiciones antes de participarā¦
Y asĆ FĆlica se halló como la masajista de Androgicus, un luchador de Pancracio, una disciplina de las mĆ”s esperadas, su cliente era el pasado campeón y venĆa a convalidar su tĆtulo.
FĆlica se vio retrasada al momento de la pelea de Androgicus, corrió a un lugar para observarla, Ć©sta ya habĆa iniciado, pero justo cuando estaba por mirar, fue interrumpida:
āQue haces aquĆ?, las mujeres no pueden ver los combatesā.
Era un guardia de no mĆ”s de 17 aƱos, vistiendo un taparrabo oscuro, quien la habĆa pillado oculta bajo las graderias. La mujer le reclamó:
āA ti que te importa mocoso, solo es curiosidadā.
āMe importa, porque mi amo es el administrador de la arena y dio instrucciones precisas de que nadie este espiando sin pagar las entradasā.
āTe pago si quieresā.
āEres mujer, no puedes estar aquĆā.
āQue no te gusta el dinero?, ya te dije que te pagarĆ©ā.
āQue tienes que irte, vamos!ā.
El hombre la tomó del brazo y comenzó a sacarlaā¦FĆlica no podĆa gritar por ayuda, pues ella estaba cometiendo la falta. Entonces recurrió a lo que muchas veces le servĆa.
āCariƱo, dĆ©jame ver las peleas, y te puedo dar una caricia, bebĆ©ā. La mujer tocó con delicadeza el muslo del guardia, quien de inmediato reconoció a que se referĆa.
āEntonces chĆŗpamela de una vez, perra barataā. Rió el joven.
Ćl ser llamada perra molestó a FĆlica, quien cambió de planesā¦
āClaro queridoā¦que tal estoā¦ā.
AhĆ con fuerza la mujer clavo su rodilla en los testĆculos del guardia.
āAAAGGHHHH!!!ā, Exclamó el joven, doblĆ”ndose y arrugando el rostro.
FĆlica expresó iracunda: āVuelve a llamarme perra y te irĆ” peor!ā.
Con saƱa la mujer intentó agarrarle los testĆculos, que eran protegidos por los dedos del hombreā¦asustado el varón cubrĆa mĆ”s su masculinidad herida.
āDĆ©jameeeeā.
āLĆ”rgate de aquĆ entonces, si no quieres que te deje sin hijos, VETE!ā.
La decisión en la mirada de la mujer, caló hondo en la mente del guardia, quien se alejó cojeando y asustado.
Orgullosa de su acción FĆlica regresó a su lugar de observaciónā¦Para su desgracia, la pelea ya habĆa terminado.
Mientras esto ocurrĆa, en la arena Androgicus se enfrentaba a Ajaccio, otro gran guerrero natal de la región de Tebas. Los guerreros desnudos eran imponentes!
Genitales grandes en ambos, demostraban los viriles y muy machos que eranā¦
La pelea inició con Androgicus conectando buenos golpes en los musculosos costados de Ajaccio, quien contraatacó con una patada en la cadera de su oponente.
El juez advertĆa de posibles faltasā¦mientras las masas de mĆŗsculos chocabanā¦sin ventaja para ninguno. De pronto Androgicus conecto un fuerte puƱetazo, Ajaccio pareció caer, pero en la caĆda extendió la pierna y con los dedos logró impactar el bajo escroto del campeón.
Fue un golpe accidental, pero contuvo al campeónā¦por leve que fuera sintió la molestia,
Androgicus mordió sus labios un instante por el leve dolorā¦pero no se percató que estaba con las piernas separadasā¦
ā¦Ajaccio, que ya estaba dĆ”ndole el frente, vio la abertura en la defensa del campeón y se aprovechóā¦la gruesa rodilla de hombre dio de lleno contra los grandes y bamboleantes cojones de Androgicus.
āAAAAH!!!!!ā. Fue el quejido del campeón quien apretó el rostro, y retrocedióā¦
ā¦Era la oportunidad de acabarlo, Ajaccio fue por Ć©l y le logró impactar dos veces en el rostro. Pero aun asĆ, Androgicus no cayóā¦
ā¦el campeón acunaba sus huevos y sacudĆa su cabezaā¦el dolor de bolas era insoportable, pero Ć©l, de alguna manera lo resistĆa.
El campeón demostraba gran resistencia gonadal. Sus amplias respiraciones le permitieron tener algo de reserva de fuerzas, y con un gran juego de pies, se alejó con efectividad de sus oponenteā¦Ajaccio no volvió a darle golpes, Androgicus evadĆa todo y con los segundos retomaba fuerzaā¦la oportunidad del retador habĆa pasado.
El combate continuó con mejores dividendos para el campeónā¦
ā¦Al final Androgicus, retomó la iniciativa y se lanzó contra los tobillos de su rival...Ajaccio cayó de rodillas siendo recibido por un puƱo en su rostroā¦Atontado, fue presa fĆ”cil para un enojado Androgicus que le colocó un apretado candado al cuelloā¦el peso del hombre y la estrangulación sin pausa fueron demasiado para Ajaccio quiĆ©n levantó una mano en seƱal de rendiciónā¦
ā¦El juez intervino y la pelea terminóā¦
Por su parte, por fin FĆlica podĆa presenciar las luchas...se sorprendió y excitó con todos esos combatientes desnudosā¦Aquellos cuerpos dorados por el sol y sudorosos, eran una tentación irresistible.
La salvajĆa en los combates, y los alientos en el pĆŗblico eran un espectĆ”culo fascinanteā¦le alegró ver que Androgicus avanzaba en la competición. Y finalmente llegó a la finalā¦
ā¦La dama le animaba con sinceridad, pero debĆa mantener la voz baja, para no ser descubierta.
Al final del dĆa, Androgicus se alzó con la victoriaā¦Era el campeón una vez mĆ”s.
FĆlica estaba orgullosa, y anhelaba no solo masajearle de nuevo...sino intimar con Ć©l.
SEXO CON ANDROGICUS.
Pasado el evento y llegada la luna el campeón sin duda escogió a FĆlica para pasar la nocheā¦le gustaba aquella talentosa mujer que recorrĆa y aliviaba sus mĆŗsculos de toda la tensiónā¦ahora la disfrutarĆa en la cama.
āMe fascinó verte ganarā.
āPudiste ver las peleas?, cómo?, a las mujeres no les es permitidoā.
āTengo mis trucos, digamos que quien me lo quiso impedir, lo pensarĆ” dos veces antes de volver a intentarloā.
āNo sĆ© quĆ© significa eso, pero me alegro que me vierasā.
HabĆa llegado el momento de la acción; FĆlica dejó caer el vestido, mostrando su desnudez, el atleta tragó saliva, aquella dama era una diosa en persona⦠él varón se desnudó, haciendo que la dama bajase la mirada a sus genitales.
āLa tienes grande, campeónā¦porque no me demuestras lo que puede hacer un hombre como tĆŗā.
Androgicus fue por ella y devoró de inmediato sus pechos, FĆlica disfrutaba tocar los grandes mĆŗsculos del macho.
āCariƱo, sin duda te confunden con Heracles!ā.
Ćl varón la besaba por todos lados, hasta que FĆlica se arrodilló, Androgicus separó un poco las piernas dĆ”ndole todo el espacio que la dama requerĆa, asĆ comenzó la felación a su gran pene, la mujer hacia jadear con cada lengüetazo al atleta.
Los dedos de la griega masajeaban los enrojecidos pero durĆsimos testĆculos del musculoso, el delicado rascado escrotal, provocaba cosquillas a su pareja, cuando no pudo soportar mĆ”s la chupada, el luchador avisó:
āOhhh, Me vengo!!!ā.
FĆlica tragó gustosa la que esperaba fuese la primera descarga de muchas. Ahora era el turno de FĆlica, quien se acostó en el lecho y separó las piernas, el musculado hombre se arrodilló entre Ć©stasā¦la lengua del deportista tambiĆ©n era buena ejercitĆ”ndoseā¦La mujer disfrutaba de los lengüetazos al clĆtoris y vagina...el macho devoró sus jugos hasta hacerle ver el Olimpoā¦la dama no pudo mĆ”s y hundió la cabeza del macho mĆ”s en su entrepiernaā¦Androgicus entendió el āmensajeā y se acomodó para la penetrarla.
El grueso falo dejó complacida a la amante, quien comenzó a jadear ante las fuertes y salvajes embestidas del semental.
Los duros mĆŗsculos glĆŗteos desencadenaban su fuerza para hacer el empuje mĆ”s imponente, FĆlica se vino pronto, pero en su placer no dejaba de pedirle al atleta:
āPĆ”rteme en dos!!!ā.
Se mantendrĆa la intensa ronda sexual, donde el atleta desfogo toda su potencia en bombear el coƱo de la deliciosa mujer, viniĆ©ndose en 2 ocasiones seguidas.
Seguidamente la pareja reposó un momento, FĆlica acariciaba el anchĆsimo tórax del atleta, observó una cicatriz en un costado del macho y recordó a que se dedicaba su amante.
āOh Androgicus, aun no creo lo brutal que es tu disciplina, escuchĆ© que incluso puede llegar a haber la muerte de un combatienteā.
āEn efecto, pero es algo fortuito, la mayorĆa de las ocasiones alguno se rinde, o el juez detiene el combateā. FĆlica bajó la mirada a la entrepierna del varón.
āMe dijeron que en este deporte se vale de todo, incluso los golpes aquĆ...ā.
La mujer se habĆa incorporado un poco y con su mano acarició los testĆculos del luchador.
āEs cierto, es vĆ”lido golpear en las bolasā.
āOh dioses!, y te han golpeado en los tuyos?ā.
āParece que no viste mi primera peleaā¦hoy me los golpearonā.
āPor Apolo!, es eso cierto?...ese deporte es muy brusco!ā.
āSiempre se expone uno a esos golpes, lo importante es no bajar la guardia⦠y me distraje un momento en la peleaā.
āPero ganaste el combate, aun con un golpe ahĆ?ā.
āLogre vencer, por supuesto estaba muy adoloridoā.
āVaya!, eres muy macho para soportar esoā. FĆlia tenĆa muy fresco lo que era incapacitar a un varón de un golpe en los huevosā¦pero Androgicus le fascinaba, Ć©l fue golpeado ahĆ por otro competidorā¦quien tendrĆa infinitamente mĆ”s fuerza que ellaā¦pobre de sus pelotas.
āEn el combate uno soporta el dolor, y se repone como puedaā.
āMe hubiera gustado estar ahĆ, cariƱoā¦porque yo te hubiera aliviado...asĆ!ā.
FĆlica se acomodó entre las separadas piernas del macho e inclinĆ”ndose, plantó un beso en el centro del escrotoā¦Ć©l macho sonrió.
āAsĆ si se aliviaba uno rĆ”pidoā.
El placer del varón excitó a FĆlica: āTómame una vez mĆ”s!ā.
El macho se incorporó y con nuevas fuerzas acostó boca abajo a la mujer, se ubicó sobre ella y le metió el gordo glande en el coƱoā¦casi dejĆ”ndose caer, Androgicus penetraba sin parar a FĆlica, quien no tardó en tener de nuevo un orgasmoā¦
ā¦El macho acercó su nariz a la oreja de la dama y se la mordisqueóā¦luego lamió su cuello, saboreĆ”ndola. El coƱo de FĆlica no dejaba de empaparse, mientras las bolas del atleta golpeaban su clĆtoris sin pausaā¦No tardó la eyaculaciónā¦ardiente y pegajosa, pero el luchador no se detuvoā¦su pene se mantuvo erguido y continuó penetrĆ”ndolaā¦
Una vez mĆ”s, Androgicus estaba sobre ella, el gordo glande siempre veĆa dificultades para entrar en su cavidad.
Tras los repetidos actos sexuales, el coƱo de FĆlica parecĆa lleno de espuma con todo ese movimiento batiendo los fluidos de ambos.
Media hora despuĆ©s, los amantes estaban exhaustos, el luchador yacĆa en la cama agitado y buscando reposar, mientras FĆlica, con la vagina rellena de esperma se recostó junto a Ć©l.
Ćl verlo dormitarse, hizo sonreĆr a la mujer, aquel enorme y musculoso hombre estaba por caer rendidoā¦ella le ayudó... FĆlica aplicó su masaje de sueƱo, dejado al varón boquiabiertoā¦unos segundos despuĆ©s el musculoso y complacido macho quedaba dormido.
āDuerme bebĆ©, duermeā. La mujer tambiĆ©n consideró descansar.
La luz del sol penetró horas mĆ”s tarde, por un espacio entre la ventana y la cortina, FĆlica despertó, el semental del pancracio continuaba dormido, y asĆ permanecerĆa una horas mĆ”sā¦Era momento de la despedida, FĆlica debĆa regresar a Elis.
VISITA A HONORIUS.
Honorius uno de los mĆ”s adinerados comerciantes del Elis, le puso el ojo a FĆlica; Desde un dĆa que a caballo la vio sentada en su modesto puesto de vasijas en el mercado, se decidió a yacer con ellaā¦
...El hombre, poco agraciado, estaba acostumbrado a poseer la mujer que quisieraā¦para eso tenĆa dinero.
Envió a un esclavo de confianza a hablar con FĆlica. El subordinado fue tan directo como le exigió su amo.
āLamento decir las cosas asĆ, pero el seƱor Honorius quiere obtener sus atencionesā.
āDĆgale a su seƱor, que se ha equivocado de mujer, no soy yo una cualquiera que corre ante quien arroja unas monedasā. FĆlica estaba indignada, le molestaba ser tratada como una prostituta.
Honorius no se enojó, simplemente paso a la fase dos de su planā¦obtendrĆa las caricias de FĆlica le gustase Ć©l fĆsicamente o no.
Al otro dĆa FĆlica se enteró que habĆa sido desalojada del mercado, su puesto, por el que pagaba una baja renta le habĆa sido retiradoā¦el administrador del mercado fue directo.
āLo siento, pero no tenĆa opción, eso sucede si hacen enojar a don Honoriusā¦suerte en adelante jovencitaā. La dama dio media vuelta y se marchó a su casa.
FĆlica estaba enfurecidaā¦la trampa de Honorius la afectaba en su trabajoā¦tenĆa ganas de verle para patearle los testĆculosā¦Si!, eso es lo mĆnimo que se merecĆa ese viejoā¦querĆa gozarla?, pues verĆamos si dejĆ”ndole sin huevos podĆa volver a buscarlaā¦a ella o a otra mujerā¦querĆa daƱarle sus herramientas de hombre.
El paso de los minutos hizo que su pensamiento cambiaraā¦Tampoco era para tanto, tal vez solo una patada para dejarlo sin sentido...el no serĆa como Androgicus, un luchador que aguantaba bastante dolor en las bolas, seguro una palmadita y llorarĆa como infante.
Una hora mĆ”s tarde, el plan cambia de nuevoā¦no le patearĆa las pelotas, ese barrigón tendrĆa la panza tan deforme y caĆda, que le cubrirĆa las bolasā¦si le pateaba de frente le darĆa en la panzaā¦el imaginar la caĆda de aquella barriga le producĆa nauseas.
Finalmente decido algo mejor. Le robarĆaā¦sĆ, eso harĆa!...SerĆa lo mejor, ella sacarĆa una buena ganancia de ello y tendrĆa su desquite.
A la maƱana siguiente se presentaba en casa de Honorius, era una de las viviendas mĆ”s lujosas de Elis, fue anunciada por Nicadio, el sirviente personal de Honorius, quien fue a su habitación y le contó que la mujer habĆa venido, pronto llegó la respuesta del amo, invitĆ”ndola a pasar, Nicadio cerró la puerta dejando a los próximos amantes a solas.
āSabĆa que vendrĆas mi vida, te conviene hacerme casoā.
āNo tenĆa alternativa, puedes ser muy persuasivoā. FĆlica lanzó su indirecta.
āOh no te sientas mal, cĆŗmpleme y te compensarĆ©, no solo volverĆ”s al mercado, sino que te puedo dar regalitosā¦ā.
āEntonces te agradezco seƱor Honoriusā. La sonrisa falsa de FĆlica alegró al sujeto.
āBien, a lo que viniste preciosa...ā. Honorius se quieto el traje, dejando ver su desnudezā¦
ā¦FĆlica hizo un esfuerzo para no trasbocarā¦la panza celulĆtica y caĆda que esperaba, era peor aĆŗnā¦y colgaba burdamente mĆ”s debajo de sus genitales, los cuales estaban totalmente tapadosā¦tenĆa razón en lo pensado anocheā¦una patada de frente a su pelotas -si las tenĆa, pues no las veĆa- serĆa inĆŗtil.
Pero debĆa actuar conforme, si querĆa obtener su venganza.
āQuĆ© lindo eres mi seƱor Honoriusā. La mujer se acercó y el besó los labios, seguidamente se desnudó, haciendo que el macho babeara al verlaā¦intento abalanzĆ”rsele, pero ella le detuvo, se le arrodilló, logrando que se mostrara pasivoā¦ansioso por lo que le harĆan.
Una gran sonrisa en FĆlica disfrazo su decepciónā¦Honorius tenĆa debajo de ese pliegue colgante de piel y grasa, un diminuto pene, pero mĆ”s abajo, dos pelotas bastante gordas.
La mujer comenzó a chuparle el pene que creció apenas un par de centĆmetros, Honorius jadeaba sin cesar, se recogĆa la saliva que le escurrĆa por la comisura labialā¦
ā¦La experta y rĆ”pida chupada, le hizo venir prontoā¦Para no desentonar, FĆlica trago aquel escaso semen del obeso.
Con Honorius complacidoā¦era hora de poner en marcha el plan de FĆlicaā¦AquĆ es donde el tener las bolas gordas serian su perdiciónā¦la mujer las sopesó y comenzó su masaje de sueƱo!
Honorius disfrutaba, esos dedos pequeƱos y hĆ”biles masajeando sus grandes bolasā¦los parpados no tardaron en sentirse pesadosā¦a mas masa gonadal, mĆ”s fĆ”cil le era a FĆlica el estimularlos y darles placer.
āEspeeeeeraaaaā. Fue lo Ćŗnico que pudo decir Honorius antes de irse de espaldas y caer sobre el lecho dormidoā¦FĆlica acompañó su caĆda, manteniendo el masaje a los testĆculosā¦se aseguró de dejarlo profundamente dormido.
āQue creĆas?, que me la iba a dejar meter por alguien tan espantoso como tĆŗ?...olvĆdalo amorā¦dormirĆ”s hasta maƱana mientras tomo lo que mĆ”s apreciasā¦tu dinero!ā.
Su plan era eseā¦una vez relajado con la felación, le dormirĆa y robarĆaā¦el incauto no se la podrĆ” meterā¦.cuando despierte se verĆ” robado y sin poder ācogerā a la mujer deseada.
FĆlica ya vestida, comenzó a registrar la habitación, no tardó en hallar un cofre de mediano tamaƱo, al abrirlo halló el botĆnā¦Monedas de oro que rĆ”pidamente cargó en una bolsa de cuero fino, usada para contener el vino.
25 monedas entraron en la bolsaā¦sin duda aquel cofre solo era una caja menor del comerciante. La mujer se le acercó y enviĆ”ndole un beso al aire dijo:
āHasta nunca panzón, Jajajaā.
FĆlica salĆa del cuarto con una gran sonrisa, pero apenas voltear el pasillo, alguien la toma de la manoā¦era el sirviente personal de Honorius, Nicadio, quien se muestra enojadoā¦
ā¦Apenas ella salió, el sirviente sospechó el poco tiempo de amorĆo, y de inmediato entra al cuartoā¦una mirada evidencia a su amo dormido, y el cofrecito abierto.
Sabiendo que la mujer ha robado se presta a darle un escarmiento y recuperar lo hurtado.
āMaldita ladrona, aprenderĆ”s a no robar a quien te da entrada a su casaā.
El hombre levanta la mano lista a golpear a la mujerā¦
ā¦pero FĆlica toma la iniciativa, se abalanza contra el sirviente, enterrĆ”ndole la rodilla en el taparrabo de color oscuroā¦por dentro sus testĆculos son aplastados contra el hueso pĆŗbico. El movimiento brusco de abajo hacia arriba genera la obvia reacción en Nicadio.
āAAAAAUUUUUUUU!ā. Aulló el varón al sentir la dura rótula aplanar sus gónadas.
āEso tienes por entrometidoā¦ā. Un leve empujón y el sujeto sin fuerzas ahora, se va al suelo.
āSóbatelos, maldito!ā. La mujer alertada de los ruidos de dolor, que sin duda atraerĆ”n a los demĆ”s sirvientes, emprende rĆ”pidamente la huida.
Nicadio se retuerce en el piso, cubriendo sus bolas, la vena del cuello esta por estallar de la tensión, buscando soportar el mal de sus cojones.
FĆlica debe irse de Elis de inmediato, para cuando Honorius se entere del robo, mandara a todos sus guardias y esclavos tras ella; Desde que planeo el hurto, sabĆa que debĆa irse de la ciudadā¦
ā¦su nuevo destino es la ciudad de ARGOS.
Mapa del Peloponeso con destinos de FĆlica.
CONTINUARĆ...
Gracias.
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