Competencia Ballbusting Salvaje (3/11): la inauguracion

CONTIENE:

BALLBUSTING

   El gimnasio alquilado para la competencia estaba lleno. Faltaban diez minutos para el comienzo del espectáculo y los bancos estaban repletos de más de ochenta personas, en su mayoría hombres jóvenes y algunas mujeres.

   Bastian se sentía complacido e impresionado. Horacio, Ignacio y Camilo, fundadores de la Competencia Ballbusting Salvaje hicieron una obra magiltral con la publicidad del evento.

   Bastian estaba al tanto de los participantes: eran los hombres de su proyecto acompañados de algunos de sus amigos y otros extraños que se inscribieron por iniciativa propia.

   Entre esos últimos estaban Evan tenía el pelo negro y rapado con una sexy barba en su cara varoníl, el cabello de Ari era oscuro y Elías de cabellos cenizos. Estaban parados en el escenario usando solo calzoncillos boxer, mostrando sus cuerpos musculosos, y respondiendo algunas preguntas de Simón Chacón, que había aceptado transmitir la entrevista en vivo para la cuenta de instagram.

Elias

   Simón usaba una chaqueta deportiva y jeans, se veía genial y joven. Tenía un micrófono en la mano y dos camarógrafos estaban parados detrás de él.

Evan

   —... así que pensamos en inscribirnos, ¿por qué no? —decía Evan—. Tenemos algo de experiencia en deportes: fútbol, ​​béisbol, baloncesto.

   Simón asintió y sonrió. —Entonces, ¿qué piensas? ¿Tienes la oportunidad de ganar algunas competiciones?

   Ari se echó a reír. —¿Unas pocas? ¡Tenemos la oportunidad de ganarlas a todos!

   —¿Has practicado?

Ari

   —Por supuesto —sonrió Ari—. Hemos estado intercambiando golpes y patadas las últimas semanas para endurecer nuestras gónadas.

   Bastian se dirigió detrás del escenario. Ahí estaban los hermanos Palacios junto a su amigo Milton.

   —¿Todo bien? —les preguntó

   —Sí —dijo Walter.

   —Un minuto y arrancamos, muchachos.

   Horacio estaba parado a un lado leyendo unas notas. Como presidente de la CBS vestía un ajustado esmoquin.

   Bastian caminó en silencio intentado no llamar su atención del ocupado sobrino y cuando lo tuvo cerca lo distrajo dándole una palmada en la entrepierna.  Horacio gritó y se dobló.

   —Buena suerte —le sonrió.

   —Ay, marica —gimió Horacio—. ¿Sabes cuántas personas han hecho eso hoy? ¡Más de una docena! ¡Ignacio y Camilo lo han hecho dos veces!

   Bastian se encogió de hombros. —Eso sucede cuando eres el dueño de las bolas de la suerte...

   Horacio gimió e intentó concentrar su atención en sus notas nuevamente.

   Bastian después se encontró con su sobrino Simón. Estaba sentado en el puesto del comentarista, sonrió y subió el pulgar alegando sentirse cómodo.

   El espectáculo inaugural estaba listo para comenzar.

   Farid subió al escenario.

   —Está bien, muchachos —le dijo a la audiencia—. Estamos a punto de comenzar... En 3, 2, 1... ¡Bienvenidos a la CBS la Competencia Ballbusting Salvaje!

   El sonido de 80 personas llenó el gimnasio. Aplaudiendo y vitoreando.

   Horacio Chacón hizo su debut en el escenario para iniciar su discurso inaugural con micrófono en mano. Con un curso de locución en su hoja de vida dominaba su nerviosismo a la perfección.

   —... así que estoy realmente feliz de que muchos de ustedes hayan venido aquí para ser parte de las CBS —dijo.

   La multitud vitoreó y aplaudió.

   —Durante estos días verán a un grupo de atletas competir en cinco deportes diferentes. Mañana iniciamos con Nutball. El domingo 6 de octubre continuamos con Roshambo. Luego un juego al que hemos denominado el Rompe bolas, sigue El exprimidor. La última competencia será Puño en la ingle —los espectadores vitorearon. Horacio sonrió—. Aquí podrán ver como algunos huevos se trituran, las bolas se rompen y los dulces sueños de paternidad se harán pedazos —la audiencia se volvió loca de emoción—. Gracias a todos por venir. Espero que hayan comprado sus entradas para los días de competencia, porque estamos casi agotados. Antes de dejar que los equipos se presenten, quiero decir: que ganen los mejores.

   Horacio sonrió a la audiencia. Absolutamente todos vitorearon, aplaudieron y se levantaron de sus asientos. Pero algo chocó con la entrepierna de Horacio a gran velocidad. Sus mejillas se hincharon cuando el aire salió de sus pulmones. Se dobló y soltó el micrófono y sus papeles. Se inclinó agarrando su ingle.

   Una lata llena de refresco que salió de la nada fue la culpable de estrellarse contra las bolas del guapo Chacón.

   Horacio tosió y se arrodilló, mientras la multitud vitoreaba y aplaudía.

   —Que comiencen los juegos —gritó alguien.

   Farid se rió. —Parece que ya han comenzado...

   Lenín, Tristan y Mateo hicieron una fila para presentarse ante el público por medio del micrófono.

   Bastian se acercó a Horacio que continuaba retorciéndose en el suelo muy cerca de los competidores.

   —¿Todo bien? —le preguntó.

   Horacio lo miró con expresión dolorosa. —No.

   Bastian se quedó en silencio.

   —Se siente como si una bomba hubiese estallado en mis huevos.

   Bastian sonrió. —Si tu esposa estuviese aquí no se pondría muy contenta, ¿hmm?

   Horacio gimió.

   Lo ayudó a levantarse y lo movió a un lado.

   En el gimnasio David se presentaba hablando de las gordas y fuertes bolas que tenía que lo harían ganar la competencia.

   Horacio y Bastian se sentaron.

   El muchacho seguían frotando su bulto dolorido y amasando sus bolas maltratadas.

   Todos los participantes se presentaron ante el público quedando expuestos y en calzoncillos ante las personas en las gradas y para el mundo que seguía la transmisión en vivo por instagram.

   —Sube, debes seguir con la ceremonia —dijo Bastian.

   Horacio gimió y se levantó. Subió al escenario y agarró el micrófono.

   La multitud respondió animada otra vez.

   —Gracias a todos por ser parte de esto. Desde hoy nuestros deportistas tendrán horas para despedirse de sus testículos para siempre. Diviertanse y disfruten de la Competencia Ballbustin Salvaje. Gracias.

   El público aplaudió y Horacio agarró sus huevos protectoramente, como si temiera otro ataque contra su virilidad. Sin embargo, nada sucedió.

   —Eso es todo —comunicó Bastian a Farid.

   —Genial —respondió—. No puedo esperar para mañana con Nutball.

   —Oh sí. Será excitante. Nos vemos mañana.