Israel va a Guerreros de la arena - Las Bolas de Pablo

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6 sept 2019

Israel va a Guerreros de la arena

CONTIENE:
SEXO HETEROEXUAL
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Israel comenzĆ³ a desnudarse con su novia de turno... Cuando ella bajĆ³ sus calzoncillos su polla automĆ”ticamente la invitĆ³ a que se la comiera. Ella no rechazĆ³ la invitaciĆ³n y se hincĆ³ para hacerle una mamada con todas sus ganas terminando de ponĆ©rsela dura.

   El bello rubio era dueƱo de una polla sabrosa, larga y muy dura. LamiĆ³ sus huevos, grandes, mientras le apretaba el culo con las manos. Con la lengua la mujer recorriĆ³ todo su tallo, lentamente y cuando llegĆ³ a la cima, rodeĆ³ la verga con los labios, chupando, soltando baba y lubricĆ”ndola para que estuviera jugosa. La deseaba dentro de ella, querĆ­a follar. Se dio la vuelta, se puso de espalda a Ć©l y le dijo:

   —FĆ³llame.

   Israel como un animal sediento de sexo no demorĆ³ en introducir su pene de una vez. Se ayudĆ³ de sus manos para empotrarla, dando golpetazos con su pelvis y haciendo que la muchacha golpeara contra la pared. Tan excitada sintiĆ³ que sus primeros flujos comenzaron a chorrear por sus piernas y los huevos del macho tambiĆ©n se empaparon de ellos. Lo dejĆ³ seguir cojiĆ©ndola.

   Israel gemĆ­a, suspiraba, lo estaba  gozando mucho. El coƱo estaba ardiente y lo notaba cada vez que embestĆ­a su polla dentro de ella...

   —Mmmmm, mi amor, Israel, ¡¡que placer!! Me corro.

   Ć‰l siguiĆ³ con la polla muy dura. Y su novia siguiĆ³ disfrutando de su miembro, hizo que se sentara y se subiĆ³ encima de Ć©l, para cabalgarlo y besarle al mismo tiempo. Llegando al orgasmo otra vez mientras Israel le acariciaba y pellizcaba sus pechos con fuerza. Ahora follĆ”ndole el culo, con su venosa y tiesa verga. La muchacha se puso de pie, y dejĆ³ que la penetrara despacio, con cuidado, hasta que estuvo dentro de ella moviĆ©ndose dentro y fuera para darle placer. ¡Ella se hartĆ³ de gozo tanto o mĆ”s que Israel! PonĆ­a empeƱo en verla disfrutar, ella veĆ­a su cara, Ć©l cerraba los ojos mientras se la metĆ­a hasta el fondo y ella respondiĆ³ con un nuevo orgasmo espectacular. Estrujaba su miembro con fuerza y la mujer pensĆ³ que quizĆ”s se iba a correr pero tampoco lo hizo.

   Entonces le quitĆ³ el condon, se sentĆ³, se la chupĆ³ de nuevo, metiĆ©ndola y sacĆ”ndola de su boca, lamiendo con la lengua y sus labios, cada vez mĆ”s rĆ”pido... Supo que Israel querĆ­a eyacular. AsĆ­ que procediĆ³ a masturbarlo con la mano, lo hizo lento al principio y un poco mĆ”s rĆ”pido despuĆ©s ayudĆ”ndose tambiĆ©n con la boca... pero el resistente Israel no se corrĆ­a. Pero bastaron unas caricias a su cabello, unos besos a sus carnosos labios cuando el macho eyaculĆ³ una super oleada de leche.

   Consumado el acto sexual el varĆ³n se quedĆ³ dormido junto a su novia hasta la maƱana siguiente cuando la mujer se habĆ­a retirado del lecho para acudir a su jornada laboral, el guapo rubio, siendo su propio jefe en un consultorio odontolĆ³gico tomĆ³ una ducha y se preparĆ³ el desayuno todavĆ­a estando en el departamento de la guapa muchacha.

   Su torso estaba desnudo y se preparaba un sĆ”ndwich cuando en su celular hubo una llamada.

   Ć‰l no demorĆ³ en atender. Sus labios se ensancharon con una sonrisa. Desde que lo habĆ­an echado del club de nataciĆ³n su cuerpo le pedĆ­a ejercitarse con practicar algĆŗn deporte y es que sus genes lo necesitaban, los hombres de su familia dependĆ­an de un deporte.

   Y resultĆ³ seleccionado para presentar una prueba en una empresa de lucha erĆ³tica, era un trabajo pero Ć©l lo tomarĆ­a como deporte. Para ser parte de la misma antes tenĆ­a que presentar una prueba. Le atraĆ­a la idea de luchar contra alguien y demostrar sus atributos corporales y su fuerza.

   Israel aceptĆ³ la invitaciĆ³n y la pautĆ³ para la tarde.

   DespuĆ©s del desayuno saliĆ³ al trabajo para ejercer parte de su rutina.

   En horas de la tarde se presentĆ³ en Guerreros de la arena para la prueba que definirĆ­a su ingreso. AcudiĆ³ con un pasamontaƱa que cubrĆ­a su cabello una ceƱida franela y un jeans que apretaba y delineaba muy bien su bulto. Al llegar al sitio descubriĆ³ en el centro del local la arena de pelea donde dos contrincantes se enfrentaban midiendo fuerzas, movĆ­an sus cuerpos sudorosos vistiendo Ćŗnicamente calzoncillos ajustados. Junto a Israel habĆ­an ya catorce hombre para definir sus plazas de ingreso.

   Uno de los hombres que luchaban dominĆ³ al otro con una llave de asfixia hasta dejarlo profundamente dormido en la arena.

   Israel se presentĆ³ ante uno de los miembros del club que le tomĆ³ los datos y seguidamente lo encaminĆ³ hacia una habitaciĆ³n donde sĆ³lo habĆ­a una pesa.

   —Debes desnudarte y subir ahĆ­ para tomar tus medidas.


   Israel afirmĆ³ con la cabeza. ComenzĆ³ a quitarse la indumentaria hasta dejar su magro cuerpo desnudo ante la vista del espectador.

   —Tienes grandes bolas, muchacho, ¿sufres alguna condiciĆ³n?

   —No, no. Esto es 100% carne sana. Herencia familiar a todas las mujeres les gusta y define mi poder viril ante otros hombres. Siempre me burlo de mis amigos que tienen unas canicas por bolas.

   El otro sujeto sonriĆ³ mostrando los dientes intentando no darse por aludido sabiendo que sus testĆ­culos parecĆ­an autĆ©nticas uvas. Por un momento sintiĆ³ envidia de Israel y sin embargo continuĆ³ tomando y copiando sus medidas. Israel estaba interesado en luchar contra mujeres y hombres por igual, para aquella prueba se enfrentarĆ­a a un hombre.

   Cuando Israel regresĆ³ a la arena donde se harĆ­a el enfrentamiento conociĆ³ al resto de los aspirantes.

   —Quiero entrar aquĆ­ para seguir mejorando —explicaba Ć©l—. Soy un hombre de retos y siempre los supero. En nataciĆ³n siempre fui el mejor y ahora quiero demostrar que puedo superar a cualquier hijo de vecino que se me atreviese.

   El hombre que habĆ­a tomado sus datos lo escuchĆ³ y frunciĆ³ la boca. NegĆ³ con la cabeza pensando que Israel necesitaba un poquito de humildad. Esteban el dueƱo de la empresa le dijo que conocĆ­a su historial familiar, hombres fuertes pero de dĆ©biles cojones.

   —Si lucharas conmigo, saldrias huyendo como gallina —le dijo Israel a un muchacho pelirrojo mĆ”s joven que Ć©l. QuerĆ­a demostrar la seguridad de un luchador profesional, o de un villano de pelea.

   Las luchas iban a ser por rondas y cuando fue el primer turno de demostraciĆ³n de Israel se sorprendiĆ³ de ver como el flaco que le habĆ­a tomado las medidas iba a probar su talento. Se sintiĆ³ seguro de ganar ese encuentro.

   Los dos hombres se movieron por la arena con los puƱos levantados y en guardia ante el otro, pero fue Israel quien rompiĆ³ la barrera y se lanzĆ³ contra el flaco dispuesto a darle un puƱetazo en la cara. El muchacho lo esquivĆ³ y en su lugar le tomĆ³ del hombro con ambas manos e incrustĆ³ su rodilla en su ingle aplastĆ”ndole las pelotas por igual. El hermoso rubio respondiĆ³ con un alarido quejumbroso cuando sintiĆ³ que sus bolas chocaron contra su pelvis. TorciĆ³ los ojos y se agarrĆ³ las bolas doblando sus rodillas y uniĆ©ndolas.

   —¡Oh, eso debiĆ³ doler! —dijo un espectador.

   —¡AcabĆ³ con el fuerte e indestructible gladiador! —se riĆ³ otro de los aspirantes.

   —Ja, ja, ja, eres un creido. ¿No decĆ­as que eras invencible? —se reĆ­a el muchacho flexionando sus mĆŗsculos del bicep y despuĆ©s acariciando su abdomen con una mano—.  Levantate, y demuestra que eres el mejor, ¿o vas a huir como gallina?

   Israel estaba debilitado y sin fuerza alguna. TosiĆ³ y agarrĆ³  con las manos su hombrĆ­a cuyas bolas palpitaban por el abuso sufrido. Del insoportable dolor habĆ­a caĆ­do de rodillas al suelo. Su frente arrugada y los labios apretados eran muestras del infinito pesar que su cuerpo experimentaba.

   De parte de los espectadores hubo algunas sonrisas de ver como aquel semental arrogante se reducĆ­a a un miserable hombre despuĆ©s de hablar de su grandeza.

   El luchador caminĆ³ hasta Israel sin mucho esfuerzo lo empujĆ³ de los hombros y Ć©ste sin resistencia alguna se fue de bruces. Lo agarrĆ³ de los tobillos y lo doblĆ³ sobre su espalda obligando al rubio a ponerse en posiciĆ³n de carretilla donde comenzĆ³ a gemir con la espalda arqueada.

   —Acabale las bolas —gritĆ³ uno de los aspirantes.

   —SĆ­, que no quede nada de esa piltrafa.

   —Patea sus huevos. Que le queden de recuerdo.

   El luchador sonriĆ³ observando como las pelotas de Israel se dibujaban en su calzoncillo apretado. EsbozĆ³ una sonrisa malvada y propinĆ³ una contundente patada contra sus gĆ³nadas.

   Israel lanzĆ³ un alarido y se sobresaltĆ³ cuando le soltaron los tobillos y se batiĆ³ en el suelo agonizando de dolor.

   —AsĆ­ es —dijo un envidioso aspirante.

   —¿Quieren mĆ”s? —preguntĆ³ el luchador a su improvisado pĆŗblico.

   —Por supuesto que sĆ­, fulminalo.

   —¡Patea el culo de ese rubio bonito!

   —Ponlo a mamar.

   —¡OYE, NO! —grito Israel cuando la mano del luchador se colocĆ³ sobre su cadera forzĆ”ndole a quitarse la ajustada ropa interior. 

   En aquel momento el luchador acumulaba mĆ”s fuerzas que Israel que en circunstancias normales y con las bolas sanas se hubiese podido defender. Pero aquella ropa fue rasgada y el rubio quedĆ³ hermosamente desnudo ante su pĆŗblico. ParecĆ­a un dios con su esbelto cuerpo mostrando su dura polla con la cabeza brillante del presemen. Sus ojos vagaron a los espectadores que le devolvieron sonrisas burlonas. Tuvo una ligera vergĆ¼enza y sus mejillas enrojecieron por lo que se cubriĆ³ la entrepierna y logrĆ³ despuĆ©s dar un puƱetazo defensor en el abdomen del luchador que no hizo el mayor daƱo.

   El luchador contraatacĆ³ con una barredora que tumbĆ³ y desorientĆ³ al rubio ChacĆ³n. AsĆ­ volviĆ³ a sujetarlo de las piernas y pisĆ³ sin clemencia sus testĆ­culos. Israel doblĆ³ la cara de dolor mientras se retorcia con los testĆ­culos perdiendo su ovalada forma entre el pie y su pelvis.

   —Eso te lo mereces por engreĆ­do —gritĆ³ otro espectador.

   A Israel le dolĆ­an mucho las bolas pensaba que se iban a deformar para siempre y su mayor orgullo iba a desaparecer.

   El luchador separĆ³ sus piernas y despuĆ©s se dejĆ³ caer interponiendo su cabeza sobre la ingle de Israel.

   Israel gritĆ³ de dolor dando convulsiones agĆ³nicas agarrĆ”ndose las bolas mientras su pene brillaba de presemen mostrĆ”ndose duro y con muchas venas. DejĆ³ algĆŗn hilo de baba brillante en su abdomen.

—Alguien que me ayude a sostenerlo.

   Hubo peleas entre los espectadores y finalmente el luchador tuvo que elegir uno del montĆ³n resultando electo otro paupĆ©rrimo flacucho. El luchador le pidiĆ³ que sostuviera al guapo rubio de los brazos.

   El flacucho obedeciĆ³ y el experimentado luchador se situĆ³ entre las piernas de Israel, le agarrĆ³ el pene comenzando a masturbalo.

   —¿QuĆ©?... ¿QuĆ© haces? —preguntĆ³ el rubio entre gemidos de sus carnosos labios.

   —¡CĆ”llate!

   Y le dio un golpe en los huevos.

   Israel gritĆ³.

   —¿Te gusta esto, ¿ah, rubio? Te gusta que te pajeen jajajaja.

   —¡Jajajaja!

   El puƱo del luchador navegĆ³ a la entrepierna de Israel arrancĆ”ndole un grito desgarrador enseguida este torciĆ³ la espalda y un chorro poderoso y fluido de semen saliĆ³ expulsado de su gruesa verga.

   —Ahhhrrggggg 

Israel rugiĆ³  con el cuerpo mojado de sudor el pene embarnizado de semen que tambiĆ©n hizo una laguna en el piso.

   Los espectadores se reĆ­an a carcajadas.

   El luchador agarrĆ³ aquella generosa cantidad de semen que cayĆ³ a su cuerpo y en el suelo y lo colocĆ³ contra la cara de Israel, lo dejaron acurrucarse en el suelo lloriqueando amasando sus doloridos cojones.

   El luchador y el flacucho se alejaron riĆ©ndose y chocĆ”ndose las manos y diciendo que la empresa no estaba preparada para tipos como aquĆ©l.

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