Golpea en las bolas a Ignacio (3/5) - Las Bolas de Pablo

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17 sept 2019

Golpea en las bolas a Ignacio (3/5)

CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   En las Ćŗltimas dos entregas, los huevos de Ignacio habĆ­an sido el centro de atención por petición de Bastian Chacón: Horacio y Camilo se habĆ­an dedicado a golpearlo y el ganador para el Ćŗltimo dĆ­a anotarĆ­a un punto para el estudio del seƱor de los testĆ­culos grandes.

   El registro del juego se tenĆ­a filmado por la cĆ”mara de un celular y en ese momento Camilo estaba dentro de la habitación del rubio. Estaba atando una cuerda al cuello de una botella de plĆ”stico que solĆ­a contener 2 litros de bebida gaseosa. Pero para el momento estaba llena de agua. Sonrió a la cĆ”mara. 

   —Estamos planeando una pequeƱa sorpresa para Ignacio... —subió a una silla y sujetó el otro extremo de la cuerda a una abrazadera en el techo, directamente en frente del marco de la puerta.

   —Date prisa, hombre —dijo Horacio con impaciencia detrĆ”s del celular—. EstarĆ” aquĆ­ en cualquier momento...

   Camilo sujetó la abrazadera al techo con un martillo y clavos y ató la cuerda con la botella, con mĆ”s cuidado. La botella quedó colgando a nivel de la entrepierna. Camilo guardó la silla y se paró detrĆ”s de la botella. La ostuvo y retrocedio unos pasos, asĆ­ que se paró con la espalda tocando la puerta. Sosteniendo la botella frente a su entrepierna.

   —Perfecto.

   Cuando escuchó pasos acercĆ”ndose, tiró de la botella hacia Ć©l y esperó a que se abriera la puerta.

   De repente, la puerta se abrió y Camilo soltó el recipiente. Se balanceó hacia el chico en el marco de la puerta.

   Pero no era Ignacio.


   LenĆ­n apareció con una sonrisa traviesa: —Ignacio estarĆ” aquĆ­ en cualquier...

   No pudo terminar la oración cuando la pesada botella se aplastó contra su entrepierna, interrumpiendo su anuncio y haciendo que su cuerpo saltara del impacto. Levantó las cejas y formó una silenciosa O con la boca. La botella se balanceó hacia atrĆ”s y agarró sus pelotas antes de que la botella pudiera golpear su ingle una vez mĆ”s y hacer mĆ”s daƱo.

   —Carajo —gimió con voz aguda.

   —Funciona —sonrió Camilo.

   —SĆ­ —gimió LenĆ­n—. Funciona muy bien...

   Camilo lo agarró y lo empujó hacia el baƱo. LenĆ­n cojeó, gimiendo y agarrando sus bolas, mientras Camilo cerró la puerta de nuevo.

   Horacio se rió detrĆ”s de la cĆ”mara.

   Camilo agarró la botella nuevamente y la tiró hacia atrĆ”s.

   Unos momentos mĆ”s tarde, la puerta se abrió de nuevo y Camilo empujó el envase.

   Era Ignacio. No tenĆ­a camisa y usaba un traje de baƱo que mostraba sus bonitas y regordetas bolas y un pene grande y flĆ”cido que apuntaba hacia un lado. SontenĆ­a un palo en una mano.

   Vio la botella balancearse hacia Ć©l y abrió la boca para decir algo. Sin embargo, antes de que lo hiciera, la pesada botella se contactó con sus huevos.

   La fuerza del golpe levantó a Ignacio y cuando puso lo pies en el suelo, apenas logró mantenerse. Mientras sus manos estaban ocupadas sosteniendo el palo, la botella golpeó sus preciosas bolas nuevamente, balanceĆ”ndose contra su desprotegida entrepierna y golpeando sus huevos una vez mĆ”s.

   Ignacio se dobló. La botella se balanceó hacia Ć©l, golpeando su cabeza y enviĆ”ndolo al suelo.

   Quedó retorciĆ©ndose en el suelo, agarrĆ”ndose la ingle y murmurando obscenidades.

   Horacio se acercó con el celular y filmó su cara contorsionada por el dolor.

   —Felicitaciones, Camilo, eso es un indicador de dos puntos para ti...—se rió Horacio acercĆ”ndose a Ignacio, que parecĆ­a no escuchar lo que dijo—. Es una pena ser tĆŗ, ¿no, Ignacio?

   Al final del dĆ­a la pizarra mostraba a Camilo con 8 golpes, seguido por Horacio con 7.

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