Golpea en las bolas a Ignacio (3/5) - Las Bolas de Pablo

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14 sept 2019

Golpea en las bolas a Ignacio (3/5)

CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Bastian habĆ­a impuesto un nuevo reto a Horacio y Camilo el cual consistĆ­a en pegar en los testĆ­culos a Ignacio el que mayor nĆŗmero de veces lo hiciera en 5 dĆ­as obtenĆ­a un punto para su equipo. El reto tenĆ­a que ser filmado como prueba de su ejecuciĆ³n. 

   Horacio sonreĆ­a a su celular, estaba parado en una habitaciĆ³n filmĆ”ndose a sĆ­ mismo sujetando el celular con el brazo extendido. —DĆ­a dos en nuestro juego Golpea en las bolas a Ignacio —dijo en voz baja—. Son las seis de la maƱana y esperamos un dĆ­a de agonĆ­a interminable para las bolas del amigo Ignacio... —seƱalĆ³ una pizarra—. En este momento, Camilo y yo estamos codo a codo. ¡Pero voy a ganar! Lo mejor de este juego es que Ignacio no tiene ni idea del castigo hecho por Bastian... Me ha preguntado de quĆ© se trata lo escrito en la pizarra y le he dicho que tenĆ­a que averiguarlo por sĆ­ mismo... Ignacio duerme en este momento —susurrĆ³ mientras se acercaba a su amigo.

   Ignacio estaba acostado, la manta cubrĆ­a sus piernas y su entrepierna. Convenientemente, estaba con las piernas abiertas.

   La cĆ”mara se acercĆ³ a la entrepierna de Ignacio. La dĆ©bil manta no dejaba nada a la imaginaciĆ³n: la amplia dotaciĆ³n del muchacho era claramente visible, al igual que una erecciĆ³n que sobresalĆ­a por encima.

   —Ahhh —susurrĆ³ Horacio—. AhĆ­ estĆ”n... A las seis de la maƱana, es buena hora para despertarse y ser productivo para la vida.


   Sin mĆ”s preĆ”mbulos, apretĆ³ el puƱo y lo lanzĆ³ contra la erecciĆ³n de Ignacio. Su puƱo se hundiĆ³ en el paquete y arrancĆ³ un gemido somnoliento de Ignacio cuyo sueƱo angelical fue interrumpido brutalmente... DespertĆ³ desorientado y no pudo agarrar sus cojones de inmediato, por lo que Horacio aprovechĆ³ la situaciĆ³n y golpeĆ³ sus pelotas nuevamente.

   Ignacio dejĆ³ escapar un chillido agudo y agarrĆ³ sus gĆ³nadas. Su erecciĆ³n empezĆ³ a encogerse.

   Horacio moviĆ³ el celular y sonriĆ³ a la lente. —Eso es un indicador de dos puntos —se riĆ³.

  Dio un vistazo a Ignacio, quien se retorcĆ­a en su cama, gimiendo y maldiciciendo.

   —Come pollas —sollozĆ³ Ignacio levantando la manta para mirar sus genitales agonizantes. Sostuvo sus huevas entre sus dedos y mirĆ³ a Horacio con expresiĆ³n acusatoria. —¿Por quĆ© lo hiciste?

   —Buen dĆ­a, Ignacio —Horacio acariciĆ³ la frente sudorosa de su amigo—. Lamento haberte despertado pero Ć©stas no son horas para dormir como morsa.

   —¡CABRƓN! —Ignacio sollozĆ³ de nuevo.

   Horacio se riĆ³ y apagĆ³ la cĆ”mara.

   Horas mĆ”s tarde reunidos en la piscina de un dĆ­a soleado estaba la variedad de hombres que conformaban el proyecto de Bastian.

   Pablo era quien manipulaba su celular por peticiĆ³n de Camilo para grabar.

   Cuando Ignacio se puso de pie para sacar una lata frĆ­a de cerveza, su caminar se vio interrumpido bruscamente por un golpe violento.

   Camilo habĆ­a golpeado su paquete con el dorso de la mano, dejando que el bulto rebotara con rapidez.

   La bofetada se encontrĆ³ con un grito de ojos abiertos y una ronda de aplausos de sus compaƱeros. 

   Ignacio se hundiĆ³ en el suelo, agarrando sus gĆ³nadas heridas y gimiendo ruidosamente.

   Al poco rato se levantĆ³ lentamente frotĆ”ndose el paquete dolorido. —Hijo de puta.

   Camilo sonriĆ³ y se encogiĆ³ de hombros.

   Ignacio se dio vuelta y metiĆ³ la mano en la bolsa para agarrar su lata. Estaba de espalda a sus compaƱeros con las piernas ligeramente abiertas...

   De repente, un puƱo golpeĆ³ su entrepierna desde atrĆ”s, estampando sus bolas contra su cuerpo y traumatizando a sus pobres huevos una vez mĆ”s.

   Ignacio gritĆ³ y se derrumbĆ³. Camilo sonriĆ³ con orgullo. Se llevĆ³ el puƱo a los labios y besĆ³ sus nudillos.

   —El puƱo del dolor... —se burlĆ³ provocando una nueva ronda de vĆ­tores y risas de sus amigos.

   Se dio la vuelta y se dirigiĆ³ a Ignacio, que se retorcĆ­a en el suelo, gimiendo de dolor y acariciando sus testĆ­culos heridos. —Lo siento, Ignacio, no puedes escapar del PuƱo del dolor...

   Al final del dĆ­a Horacio lideraba con 7 golpes y Camilo muy cerca con 6.

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