CONTIENE: BALLBUSTING HOMBRE-HOMBRE
En los Ćŗltimos dĆas los cojones de Ignacio fueron golpeados de varias maneras. Abofeteados, golpeados, fauleados por un objeto pesado y, en el Ćŗltimo video de Horacio, pateados dos veces mientras su dueƱo se deleitaba masturbandose.
Horacio lideraba el juego con 9 golpes, seguido por Camilo con 8.
Los amigos estaban en el medio del grupo de hombres que conformaban el proyecto de Bastian, todos estaban sin camisa charlando y divirtiƩndose. Ignacio estaba de pie al lado de la pizarra. Alguien grababa para memorar el juego.
Ignacio se dio la vuelta y se aclarĆ³ la garganta. Los muchachos dejaron de hablar y lo miraron.
–Erm... Me he dado cuenta de que tienes este rotafolio con estos nombres... Y... bueno... me gustarĆa saber de quĆ© se trata... no sĆ©... ¿Es una apuesta, un juego o algo asĆ?
La multitud se riĆ³.
–SĆ, es un juego –sonriĆ³ Horacio.
–Bueno. EstĆ” bien. Y... bueno... ¿De quĆ© es este juego de todos modos? ¿Y por quĆ© no puedo jugarlo?
Los muchachos se rieron de nuevo.
–Ya ves –se riĆ³ Horacio–, es un poco difĆcil... –se levantĆ³ y caminĆ³ hacia Ć©l–. El objetivo del juego orquestado por Bastian... – La habitaciĆ³n estaba en silencio mientras Horacio se paraba frente a su amigo–… Es esto.
LanzĆ³ una poderosa patada en la entrepierna de Ignacio, crujiendo sus testĆculos contra su pelvis logrando que se doblara de dolor.
Los muchachos aplaudieron y Horacio se acercĆ³ al rotafolio mientras Ignacio se doblaba lentamente, gimiendo y agarrando sus bolas.
–Acabo de anotar otro golpe –explicĆ³ Horacio mientras tomaba un bolĆgrafo y llevaba su cuenta a 10–. Soy el ganador...
Ignacio tosiĆ³. Luego asintiĆ³. –Creo que entiendo –gruĆ±Ć³ ante los vĆtores de sus compaƱeros. ColocĆ³ las manos sobre las rodillas para recuperar el aliento, –El objetivo del juego...
Camilo saltĆ³ y plantĆ³ un puƱetazo en la entrepierna de Ignacio, poniĆ©ndolo de rodillas y gimiendo de dolor y volviendo a agarrar sus doloridas bolas.
Los chicos rugieron de risa.
–... es eso –Camilo completĆ³ la oraciĆ³n de Ignacio y se uniĆ³ a Horacio donde marcĆ³ un punto en su columna.
–Joder –gimiĆ³ Ignacio–. Entiendo. ¡Es por eso que han estado golpeĆ”ndome en las bolas todos estos dĆas! ¡Hombre, hijos de puta! Mis huevos me estĆ”n matando...
El resto de los muchachos estallaron en vĆtores y aplausos ante la magistral conclusiĆ³n lĆ³gica de Ignacio.
Horacio mirĆ³ el rotafolio y le dijo a Ignacio: –SegĆŗn nuestras notas, has sido golpeado en las toronjas exactamente 17 veces –sacudiĆ³ la cabeza.
Nuevamente, los muchachos se rieron a expensas de Ignacio.
–EstĆ” bien, estĆ” bien –Ignacio sonriĆ³ dĆ©bilmente y se frotĆ³ la ingle. Luego mirĆ³ a Horacio con una expresiĆ³n seria en su rostro–. Horacio, ¿por quĆ© no puedo jugar? Contra ustedes.
De repente, los chicos quedaron en silencio.
–¿QuĆ© quieres decir? –preguntĆ³ Camilo.
–Bueno –Ignacio se levantĆ³ lentamente, gimiĆ³ y se frotĆ³ la ingle.
Horacio levantĆ³ las cejas y sonriĆ³. –Supongo que es porque asĆ lo ordenĆ³ Bastian. Era para pegarte en las bolas, el que mĆ”s lo hiciera otorgaba a su grupo 1 punto.
Ignacio inhalĆ³ y exhalĆ³ lentamente con los ojos cerrados.
–¡Hola, muchachos! –sonriĆ³ Bastian cuando abriĆ³ la puerta ingresando a la sala con mĆ”s cerveza. ContemplĆ³ el silencio de los integrantes–. ¿QuĆ© pasa? ¿Por quĆ© tan callados?
–¡ASĆ QUE TĆ PLANIFICASTE TODO ESTO, EH! GOLPEARME EN LAS BOLAS COMO UN TIRO AL BLANCO!
Bastian se quedĆ³ en silencio sin saber que palabra emitir. En su lugar recibiĆ³ un puƱetazo en los huevos de parte de Ignacio, que lo llevĆ³ directo al suelo.
Los chicos aplaudieron y Bastian logrĆ³ sonreĆr con los ojos llorosos mientras masajeaba su maltratada hombrĆa. Estaba respirando con dificultad.
Pablo y Camilo lo ayudaron a levantarse, su mano izquierda agarraba sus bolas que palpitaban.
Cuando la ovaciĆ³n disminuyĆ³. Horacio se situĆ³ detrĆ”s de Ignacio y antes de que pudiera reaccionar, le dio una patada mortal y precisa en las bolas. Su zapato aplastĆ³ su dos pelotas logrando que Ignacio cruzara los ojos y se desplomase en el suelo, agotado.
Ignacio quedĆ³ tendido, sollozando y sobando sus doloridas bolas.
Horacio se encogiĆ³ de hombros y sonriendo argumentĆ³: –¿Creen que dejarĆa pasar una oportunidad como esta? La victoria es mĆa.
Se arrodillĆ³ y palmeĆ³ el hombro de su amigo.
Ignacio gimiĆ³ profundamente.
1 punto iba se sumaba para los hombres ChacĆ³n en el proyecto de Ignacio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario