CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
La maƱana de aquel dĆa Horacio invitó a una reunión privada al tĆo Bastian pues tenĆa una propuesta renovadora que hacerle, el hombre acudió a la sala de la hacienda Chacón y ahĆ estaba el muchacho acompaƱado de Ignacio y Camilo quienes tambiĆ©n formaban parte en el equipo del proyecto pero que con anterioridad tenĆan permiso de ausencia.
–Hola –saludó Horacio con una sonrisa angelical.
Bastian inclinó la cabeza mirando a los otros hombres, Camilo era el mĆ”s joven de todos, tenĆa el pelo castaƱo e Ignacio era rubio.
—Hace dĆas estuvimos ideando un plan y queremos que lo apruebes.
—¿SĆ? ¿Y que tipo de idea es?
–Espera —dijo Ignacio. Su rostro se iluminó con una sonrisa—. ¿CuĆ”l es la capital de Yaren?
Todos lo miraron por la peculiar y fuera de lugar pregunta.
Ignacio sonrió. –Vamos, ¿cuĆ”l es la capital de Yaren?
Bastian se encogió de hombros nunca habĆa escuchado de ese lugar pero con un movimiento rĆ”pido, lo pateó justo entre sus piernas, aplastando sus preciosas bolas con la punta del pie.
Ignacio gritó y tosió. –¡Diablos! Eso fue malo... – se dobló y se frotó las bolas.
Horacio se rió a carcajadas y Camilo lo imitó.
–Eres estĆŗpido, Ignacio –comentó Horacio–. No puedes hacer una broma tonta. La pregunta correcta debe ser: ¿CuĆ”l es la capital de Nauru?
–¡Yaren! —gritó Camilo y golpeó a Horacio con los huevos, chocĆ”ndolos con una palmada rotunda.
Horacio gimió y se agarró la entrepierna.
RĆ”pidamente Bastian protegió su ingle para no ser vĆctima de otro ataque de escroto.
Camilo sonrió y asintió hacia Bastian.
Horacio e Ignacio estaban inclinados, con las manos entrelazadas alrededor de sus golpeadas bolas, ambos gemĆan y se frotaban la ingle.
–SentĆ©monos –pidió Horacio y seƱaló hacia los asientos.
Obedecieron.
Horacio gimió cuando se sentó y se rió entre dientes: –DeberĆa haberlo sabido... Puta, mis huevos me estĆ”n matando. Los maltrataste a ambos. ¡Mierda!
–Solo me ejercito –sonrió Camilo con orgullo.
Bastian se aclaró la garganta. –Entonces, ¿quĆ© pasa con esta propuesta que me tienen?
Horacio contestó. –Una competencia de ballbusting salvaje, ¿sabes? EstĆ”bamos viendo las olimpiadas de Lima cuando Camilo tuvo la genial idea. No las contó y entre los tres decidimos que tendrĆamos que competir en un par de disciplinas. Nosotros los miembro de tu proyecto y sĆ hace falta mĆ”s competidores pues los buscamos o se contactan de tus archivos.
Bastian sonrió.
–¿Has pensado en quĆ© tipo de competencias tendrĆ”s? —les preguntó.
–Son pocas hasta el momento, golpes a la entrepierna con una pelota simulando el fĆŗtbol, halar un objeto pesado con tus bolas y una soga para que sea como las pesas.
Bastian mantuvo la sonrisa.
—Parece una buena idea. Y sin embargo ejecutarla harĆa que tuviera que detener mi proyecto de estudio.
Los demĆ”s muchachos sintieron un bajón de Ć”nimos. BastĆan evaluó sus rostros.
—Y entonces... —dijo—. ¡Elaboren esa competencia, muchachos!





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