CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Horacio ingresĆ³ en la sala ya algunos miembros del proyecto estaban ahĆ, Farid y Bastian habĆan colocado una silla de odontologĆa al centro de la habitaciĆ³n.
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Horacio ingresĆ³ en la sala ya algunos miembros del proyecto estaban ahĆ, Farid y Bastian habĆan colocado una silla de odontologĆa al centro de la habitaciĆ³n.
Horacio la mirĆ³ y se echĆ³ a reĆr.
—¡Esto va a ser divertido! —se sentĆ³ en el sofĆ” y preguntĆ³: —Umm, ¿por cierto? ¿QuĆ© vamos a hacer hoy? ¿Por que ustedes me seleccionaron para hacer que los demĆ”s se corran?
—Fue una selecciĆ³n al azar y saliste tĆŗ —respondiĆ³ Bastian—, el estudio de hoy se relaciona con la eyaculaciĆ³n.
Horacio levantĆ³ las cejas. —No se las voy a chupar ni nada por el estilo. Soy 100% heterose...
—No tienes que hacerlo —negĆ³ Bastian rĆ”pidamente—. SĆ³lo vas a romper sus bolas hasta que se corran.
Horacio sonriĆ³. —Bien —hizo una pausa—. ¿Ellos saben eso?
—Eso va a ser una pequeƱa sorpresa. La prueba se disputarĆ” entre dos. Mi sobrino RomĆ”n ChacĆ³n y LenĆn.
Horacio se echĆ³ a reĆr.
Pocos minutos despuĆ©s llegaron RomĆ”n y LenĆn. Estaban sonrientes esperando el juego. Saludaron a Horacio y lo demĆ”s para sentarse en el sofĆ” a ambos lados de Ć©l.
—Empecemos —anunciĆ³ Bastian—. Esta serĆ” nuestra competencia de corridas. Horacio serĆ” el encargado de que se vengan.
Horacio sonriĆ³ y agarrĆ³ las entrepiernas de LenĆn y RomĆ”n, apretĆ”ndolas ligeramente. —¿QuiĆ©n quiere ir primero?
LenĆn levantĆ³ la mano.
—EstĆ” bien —dijo Horacio—, ¡vamos a desvestirnos! —apretĆ³ los bultos de los dos y los soltĆ³.
LenĆn y RomĆ”n soltaron un pequeƱo grito y agarraron sus huevos. Horacio sonriĆ³.
Los tres se levantaron y se desnudaron, revelando sus deliciosos cuerpos. La gran polla de RomĆ”n ya estaba medio dura y comenzĆ³ a acariciarla. LenĆn tambiĆ©n lucĆa una erecciĆ³n, y sus grandes y llenos huevos colgaban muy por debajo.
Horacio tambiƩn estaba completamente desnudo, su polla de buen tamaƱo colgaba entre sus piernas frente a sus bolas grandes y jugosas.
—EstĆ” bien, LenĆn, siĆ©ntate en la silla —dijo Horacio. LenĆn obedeciĆ³. Se subiĆ³ a la silla con una posiciĆ³n entre sentado y acostado, y puso sus piernas en los marcos para que se mostraran sus regordetas bolas con un resplandor brillante y vulnerable ante las manipulaciones de Horacio.
Horacio ChacĆ³n sujetĆ³ las correas y atĆ³ los brazos y piernas de LenĆn a la silla para que no tuviera oportunidad de moverse. LenĆn mirĆ³ a RomĆ”n y tragĆ³ saliva.
RomĆ”n se lamiĆ³ los labios, sonriĆ³ continuando acariciando su larga polla.
Cuando Horacio habĆa apretado las correas y estaba seguro de que LenĆn no podĆa levantarse de la silla, dio un paso atrĆ”s y admirĆ³ el cuerpo velludo de LenĆn. SonriĆ³ y se frotĆ³ las manos.
RomĆ”n se aclarĆ³ la garganta. —Tengo una idea —dijo y se lamiĆ³ los labios—, el perdedor va a beber el semen del ganador.
Horacio se riĆ³ y afirmĆ³.
LenĆn tragĆ³ de nuevo y confirmĆ³.
ParecĆa estar bastante seguro de que podĆa disparar una cantidad muy grande.
Bastian mirĆ³ el escroto de RomĆ”n y estuvo bastante seguro que habĆa almacenado mucha leche ahĆ dentro.
—EstĆ” bien, vamos a trabajar —dijo Horacio arrodillĆ”ndose entre las piernas de LenĆn que estaban muy separadas debido a los marcos que sostenĆan sus muslos.
Su polla estaba dura como roca y una pequeƱa gota de pre-semen rezumaba en la punta. DespuĆ©s de todo, habĆa soportado dos semanas de abstinencia. Sus bolas estaban hirviendo con esperma acumulado.
Horacio agarrĆ³ la verga y la acariciĆ³. LenĆn gimiĆ³ de placer. Luego bajĆ³ las manos y acariciĆ³ las bolas de LenĆn.
LenĆn gimiĆ³ mĆ”s fuerte.
Horacio las agarrĆ³ y las levantĆ³ para que tuviera una visiĆ³n clara del pequeƱo agujero de LenĆn entre sus lindas nalgas. SonriĆ³ y pasĆ³ el dedo Ćndice por el orificio cerrado de LenĆn. Le dio una palmadita, sacĆ”ndole otro profundo gemido. Pero en lugar de introducir su dedo en el cuerpo de LenĆn, Horacio soltĆ³ su escroto.
Entonces se concentrĆ³ en los huevos. Los agarrĆ³ con la mano izquierda, cerrando el puƱo alrededor de ellos y apretĆ”ndolos ligeramente.
—Oooohhh —gimiĆ³ LenĆn. Su miembro se contrajo con cada movimiento que Horacio hizo. TenĆa los ojos cerrados y disfrutaba por segundos.
Horacio le sonriĆ³ y moviĆ³ el dedo Ćndice de su mano derecha contra la entrepiera de LenĆn, haciendo que abriera los ojos de repente. MirĆ³ a Horacio con terror.
Horacio le guiĆ±Ć³ un ojo y golpeĆ³ sus huevos con fuerza.
LenĆn gritĆ³.
RomĆ”n se riĆ³ y continuĆ³ acariciando su largo falo.
Horacio apretĆ³ su puƱo derecho y lanzĆ³ un puƱetazo a las abultadas bolas de LenĆn.
LenĆn gritĆ³—, ¡Espera! Se supone que debes hacerme correr!
—SĆ —sonriĆ³ Horacio y golpeĆ³ las huevos gordos de LenĆn una vez mĆ”s—, eso es lo que estoy haciendo...
LenĆn gimiĆ³ de dolor. —No puedes...
Hubo otro golpe en las pelotas llenas de esperma de LenĆn.
LenĆn gritĆ³ y tratĆ³ de liberarse de las correas. —No...
Horacio golpeĆ³ los jugosos limones de LenĆn de nuevo.
LenĆn gritĆ³—. ¡Para!
Con una brillante sonrisa, Horacio lanzĆ³ otro fuerte golpe en la indefensa entrepierna de LenĆn y aplastĆ³ sus dos huevos en la palma de su mano. Los gritos de LenĆn se convirtieron en una tos seca. Sus ojos se humedecieron un poco y perdieron el foco. Pero rĆ”pidamente recuperĆ³ el control y le gritĆ³ a Horacio: —¿QuĆ© crees que estĆ”s haciendo?
Horacio dijo con una voz muy inocente: —Estoy sacando el semen de tus bolas.
LenĆn se quedĆ³ sin aliento.
Bastian mirĆ³ de reojo a RomĆ”n, que no parecĆa muy sorprendido. SeguĆa acariciando su polla y se encogiĆ³ de hombros ante LenĆn.
—Pero... no puedes... yo ...— LenĆn tartamudeĆ³.
Horacio acariciĆ³ las regordetas huevas de LenĆn y tratĆ³ de calmarlo: PasĆ³ su dedo Ćndice suavemente sobre la punta hĆŗmeda de la dura verga. —Tu pene ya estĆ” goteando presemen —moviĆ³ su dedo hĆŗmedo hacia la boca de LenĆn. Ćste luchĆ³ contra sus correas, cerrĆ³ la boca y apartĆ³ la cabeza del dedo que se acercaba.
—Hazlo —susurrĆ³ Horacio y untĆ³ el lĆquido en los labios de LenĆn.
—¡Carajo! —gritĆ³ LenĆn tratando de escupir su propio jugo sexual.
Horacio sonriĆ³ y se levantĆ³. —Unas cuantas patadas mĆ”s y ya estĆ”.
Con eso, dio un paso atrĆ”s y mirĆ³ el escroto expuesto y su brillante polla dura como una piedra.
—¡No! —gritĆ³ de terror LenĆn, pero Horacio solo le guiĆ±Ć³ un ojo y le lanzĆ³ una patada a la entrepierna.
LenĆn chillĆ³.
Horacio le dio otra patada a sus cojones, de nuevo acertĆ³ a los dos huevos y los aplastĆ³ en su entrepierna. LenĆn tosiĆ³, pero su polla no se durmiĆ³. ContinuĆ³ produciendo pequeƱas gotas de lĆquido que corrĆan lentamente por su tronco venoso.
DespuĆ©s de dar otra fuerte patada a las sensibles bolas de LenĆn, Bastian se percatĆ³ que el miembro de Horacio tambiĆ©n comenzaba a subir Estaba claramente disfrutando de la terrible experiencia que causaba.
La linda cara de LenĆn estaba toda roja. Respiraba pesadamente mientras su verga temblaba.
—MaldiciĆ³n —LenĆn jadeĆ³—. ¡Puto! Estoy cerca…
Horacio sonriĆ³ y acariciĆ³ su pene —¿Quieres que te saque la leche? ¿O deberĆa dejarte esperar un par de minutos?
—¡Marica! ¡Hazlo! No me dejes asĆ.
Horacio se arrodillĆ³ entre las piernas abiertas de LenĆn y agarrĆ³ su polla, Ć©sta respondiĆ³ con una violenta contracciĆ³n. Con la otra mano, le agarrĆ³ las bolas.
—¡Para! —gritĆ³ RomĆ”n—. Necesitamos algo para atrapar el semen!
CorriĆ³ fuera de la oficina, con su larga y dura polla moviĆ©ndose arriba y abajo. RegresĆ³ con dos copas de vino blanco. Le entregĆ³ una a RomĆ”n, quien la colocĆ³ en el suelo.
Horacio ChacĆ³n amasĆ³ los testĆculos entre sus dedos, concentrĆ”ndose primero en el izquierda, luego en el derecho, mientras miraba directamente a los ojos de LenĆn, que jadeaba y se mordĆa el labio inferior, atrapado en las olas de Ć©xtasis pre-orgĆ”smico.
Horacio sacudiĆ³ la polla con la otra mano, hacia arriba y abajo.
LenĆn jadeĆ³.
Horacio golpeĆ³ la bola izquierda de LenĆn, enviando oleadas de dolor a todo su cuerpo. LenĆn gritĆ³. Horacio soltĆ³ la polla y agarrĆ³ el vaso. Luego golpeĆ³ la bola derecha, apretando sus nudillos contra la sensible gĆ³nada.
LenĆn gritĆ³ de nuevo, esta vez mĆ”s fuerte, y su polla disparĆ³ el primer chorro de esperma blanca y espesa en la copa.
—SĆ, escĆŗpelo —sonriĆ³ Horacio y comenzĆ³ a apretar las bolas pulsantes de LenĆn. Su propia polla estaba dura como una roca tambiĆ©n.
Otro chorro de semen aterrizĆ³ en el vaso, luego otro y otro. LenĆn jadeĆ³ pesadamente con los ojos cerrados. Su pene continuĆ³ entregando gruesas capas de su crema.
—Oooohh —gimiĆ³ LenĆn retorciĆ©ndose en la silla.
Horacio entregĆ³ dos golpes mĆ”s en el doloroso y agonizante escroto de LenĆn.
Ćl gritĆ³ y un poco mĆ”s de jugo goteĆ³ de su polla al vaso.
Horacio se riĆ³ y golpeĆ³ las bolas otra vez, drenando mĆ”s crema blanca.
—Basta —tosiĆ³ LenĆn—, por favor...
Su cuerpo desnudo brillaba con sudor, su cara estaba en tono rojo brillante y su polla se dormĆa lentamente.
Horacio sacudiĆ³ la polla para obtener las Ćŗltimas gotas de semen. Luego levantĆ³ la copa y la sostuvo contra la luz.
—Wow —dijo impresionado—, no estĆ” mal.
El vaso estaba casi por la mitad.
Bastian observĆ³ a RomĆ”n, que estaba acariciando su polla febrilmente.
—Por favor, dĆ©jame salir de esta silla —suplicĆ³ LenĆn.
Horacio sonriĆ³ y puso el vaso sobre la mesa. CaminĆ³ hacia el escritorio, su dura polla se balanceaba apuntando al techo. Se colocĆ³ entre las piernas de LenĆn, que lo miraba expectante. Le guiĆ±Ć³ un ojo y el terror comenzĆ³ a aparecer en LenĆn.
Horacio levantĆ³ su pie y lo colocĆ³ suavemente sobre los huevos de LenĆn.
—¡No!
—SĆ —dijo Horacio con una sonrisa pĆcara pisoteando las bolas de LenĆn en su entrepierna.
LenĆn gimiĆ³ ruidosamente. Sus bolas fueron aplanadas entre la suela del zapato.
RomƔn estaba mirando desde un lado sacudiendo su polla.
Horacio se apoyĆ³ en las bolas de LenĆn y las aplastĆ³ sin piedad. Su propia y dura polla brillaba con presemen en la punta cuando enterrĆ³ el pie en las bolas vacĆas de LenĆn. Se riĆ³, levantĆ³ el pie de la ingle de LenĆn y luego lo bajĆ³ con fuerza aplastante, atrapando ambas bolas con un ruido fuerte enviando a LenĆn a nuevos espasmos de agonĆa.
LenĆn gritĆ³ mientras sus bolas se convertĆan en papilla.
—¡Ohhhhhh! —gritĆ³ RomĆ”n desde el otro lado—. ¡El vaso!
—¿¡QuĆ©!? —Horacio se volviĆ³ hacia RomĆ”n.
—¡Me corro! —jadeĆ³ RomĆ”n, sacudiendo su polla y apretando sus bolas. Sostuvo la copa, doblando las rodillas para bajar su cuerpo. SoltĆ³ sus huevos apuntando la punta de su enorme polla al recipiente.
—¡No! —gritĆ³ Horacio—. No puedes, se supone que debo sacarte la leche. No puedes simplemente...
Lo mirĆ³ acusadoramente, sintiĆ©ndose traicionado por no poder poner sus manos en el jugoso par de bolas de RomĆ”n. Luego mirĆ³ a LenĆn en busca de ayuda, pero LenĆn sentĆa demasiado dolor para darse cuenta que RomĆ”n hizo trampa.
El vaquero estaba mirando al techo, con las piernas abiertas, la mano derecha, sacudĆa febrilmente su larga verga, la mano izquierda, pellizcaba sus pezones. Con un gemido bajo y gutural, anunciĆ³ su clĆmax y su polla explotĆ³ con una espesa carga de semen.
—¡No! —Horacio gritĆ³ de nuevo. CorriĆ³ hacia RomĆ”n y, con todas sus fuerzas le dio una patada desde atrĆ”s en las pelotas.
RomĆ”n estaba en medio de su orgasmo con galones de semen saliendo de su polla cuando el pie de Horacio se puso en contacto con sus testĆculos. El impacto inesperado provocĆ³ un chillido agudo de su boca, tropezĆ³ y soltĆ³ su polla que aĆŗn brotaba su chorro cremoso, y se cayĆ³ de cabeza contra la mesa, sus bolas se llevaron la peor parte del golpe porque aterrizaron contra el borde con todo su peso corporal. GritĆ³ de dolor. Su polla todavĆa seguĆa haciendo erupciĆ³n de lava blanca mientras trataba de calmarse y poner sus manos sobre la mesa. Horacio lanzĆ³ otra poderosa patada en la masculinidad golpeada de RomĆ”n, provocĆ”ndole un fuerte grito pero sin terminar con la increĆble corriente de semen de aquellas bolas aparentemente sin fondo.
—¡Tramposo! —gritĆ³ Horacio mientras lanzaba una Ćŗltima patada furiosa a las bolas de RomĆ”n.
—¡AAAAAAAYYYYYYYY —gimiĆ³ RomĆ”n, estaba llorando, mientras su cerebro experimentaba el placer del orgasmo y el increĆble dolor de los golpes en sus testĆculos al mismo tiempo. Su polla liberĆ³ un Ćŗltimo chorro de semen antes de que cayera al suelo y se acurrucara.
Horacio estaba de pie encima de Ć©l, amenazadoramente, y parecĆa que estaba a punto de matarlo.
—Horacio —llamĆ³ Bastian—, ¡Horacio!
Se volviĆ³ y lo mirĆ³ con furia. —¡No puedo creerlo! —mirĆ³ a RomĆ”n en el suelo—. ¡Ese bastardo se masturbĆ³! —luego vio las copas de vino sobre la mesa—. ¡Mierda! ¡E incluso disparĆ³ una lechada mĆ”s grande que el tonto de LenĆn!
Bastian prestĆ³ atenciĆ³n, habĆa bastante semen sobre la mesa pero, de alguna manera, RomĆ”n habĆa logrado disparar la mayor parte de su eyaculaciĆ³n en la copa de vino. Y su recipiente, estaba mĆ”s lleno de leche pegajosa que el vaso de LenĆn.
Horacio se acercĆ³ a Bastian, desnudo, excepto por su calzado, su musculoso cuerpo estaba empapado de sudor. Sin saberlo, estaba sacudiendo su gruesa y dura polla y echĆ³ la cabeza atrĆ”s—. No puedo creerlo —dijo—. ¡Estaba tan ansioso por romperle las bolas!
Bastian seƱalĆ³ a RomĆ”n, que yacĆa llorando en el suelo. —Bueno, creo que le rompiste las bolas, en realidad.
—SĆ, pero —murmurĆ³ Horacio y continuĆ³ acariciando su polla.
—¿Eh?
Los dos miraron a LenĆn. TodavĆa estaba atado en la silla.
—¿PodrĆa alguien, ya sabes, quitarme las correas o algo asĆ? —preguntĆ³, todavĆa gimiendo de dolor.
Horacio se acercĆ³ a Ć©l. Pero a mitad de camino se detuvo y dijo lentamente: —En realidad... perdiste. Asi que…
Le sonriĆ³ a LenĆn.
—¡Espera! —LenĆn lo mirĆ³ con incredulidad—. RomĆ”n hizo trampa. No puedes esperar que yo... ¡¿Esperas que yo beba su semen?
—En realidad ...—Horacio pareciĆ³ pensarlo—. ¡SĆ!
LenĆn protestĆ³ en voz alta y tratĆ³ de liberarse de la silla, en vano.
Horacio se acercĆ³ a la mesa, pasĆ³ por encima de RomĆ”n y tomĆ³ la copa de la mesa. Luego reconsiderĆ³ y tomĆ³ tambiĆ©n el otro vaso. SonriĆ³ y se acercĆ³ a LenĆn.
RomĆ”n se levantĆ³ lentamente y se acercĆ³ a LenĆn, que se retorcĆa en la silla. Se estaba frotando las huevas y estaba claramente dolorido. Sin embargo, la perspectiva de tragar un poco de semen no parecĆa asustarlo.
—Te ayudarĆ© —indicĆ³ Pablo abandonando su asiento como espectador junto a los demĆ”s hombres.
Horacio y Pablo estaban de pie junto a LenĆn, quien parecĆa haberse olvidado de su dolor de bolas cuando intentaba desesperadamente salir de su miserable posiciĆ³n.
—Entonces, LenĆn —sonriĆ³ Pablo—, tenemos dos bonitas y frescas leches aquĆ... Una directa del campo natural y la otra con aroma del libertinaje de la ciudad.
—¿QuĆ©? ¡No! Eso no fue... —protestĆ³ LenĆn
—¡Shhh! Cambio de reglas. Y no parece que estĆ©s en posiciĆ³n de discutir... —argumentĆ³ Horacio.
LenĆn parecĆa mortificado. Mantuvo su boca bien cerrada y no parecĆa que estuviera a punto de abrirla para recibir los dos vasos de leche.
—EstĆ” bien —suspirĆ³ Horacio—, abre su boca.
LenĆn parecĆa aterrorizado.
Pablo comenzĆ³ a forcejar contra LenĆn ganando ventaja, al separar sus labios Horacio vaciĆ³ el contenido con el semen de RomĆ”n en su boca. GoteĆ³ de ella, dejando marcas en sus labios. LenĆn tratĆ³ de escupirlo, pero luego tosiĆ³ y gorgoteĆ³ cuando el lĆquido pegajoso encontrĆ³ su camino por la garganta.
La polla de Horacio se contrajo cuando vio a LenĆn tragar el lechazo de RomĆ”n. Cuando la mayor parte de la esperma espesa desapareciĆ³ en la garganta de LenĆn, Horacio levantĆ³ el segundo vaso y lentamente dejĆ³ caer la salsa en la boca de LenĆn. LenĆn se habĆa rendido y se habĆa tragado su propia carga sin protestas, tragĆ”ndola y lamiĆ©ndose los labios despuĆ©s.
—Buen chico —sonriĆ³ Horacio. Le dio unas palmaditas a las gĆ³nadas adoloridas de LenĆn y le sacĆ³ un pequeƱo gemido.
—Bueno —dijo Bastian—, claramente hoy ha ganado RomĆ”n de los ChacĆ³n.
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