ESCRITA POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M.
Leer antes QUIEN MANDA EN CASA?
Se acordarĆ”n de Lola, la mujer de 1.45cm, casada con EfraĆn de 1.95 cm, en relatos previos quedo claro que a pesar de su marido ser gigantesco para ella, y tener una actitud prepotente y dominante, es Lola la que manda en casaā¦ Castigando los grandes testĆculos de su marido, la mujer domina por completo la vida sexual de la pareja.
Un dĆa de Septiembre, Lola observĆ³ a EfraĆn llegar del trabajo, la mujer de inmediato notĆ³ lo extraƱo que estaba... EfraĆn denotaba ojeras muy profundas, y es que desde hace dĆas tenĆa problemas en el trabajo y se expresaban en noches de poco sueƱo.
āMi amor, no estĆ”s bienā.
āNo es nada, no te preocupesā.
La respuesta de EfraĆn la molestaba, Ć©l se encargaba de traer el dinero a casa, y siempre habĆa sido laboralmente muy feliz, pero Ćŗltimamente una auditoria de las autoridades distritales a su lugar de trabajo, le tenĆa mĆ”s que estresado, mucho dependĆa de salir airosos de aquella inspecciĆ³n estatal.
āOtra vez estas asĆ por esa auditorĆa, verdad?ā.
āNo te preocupes mi vida, esto es solo por ahoraā.
āMe preocupas muchos EfraĆnā.
Lola, mĆ”s que preocuparse de que su esposo tuviera un empleo y dinero, le importaba su saludā¦ todo ese estrĆ©s podĆa enfermarlo; SabĆa que EfraĆn era un hombre dominante y prepotente en el trabajo, aparte de hĆ”bil en los negocios, de una u otra forma el traerĆa dinero a casa, pero su actual trabajo era de las pocas cosas que le hacĆan realmente felizā¦ claro aparte de su mujer, quien era el centro de su mundo.
La joven esposa sabĆa que en nada del trabajo le podĆa ayudar, ella no tuvo una educaciĆ³n universitaria como EfraĆn, pero siendo su esposa algo podĆa hacerā¦ y estaba decidida a hacerlo.
āTe ayudarĆ© en el problema, ya verĆ”sā.
āAmor no te preocupes, estarĆ© bienā.
EfraĆn se aflojĆ³ la corbata y fue a asearse, al volver a la sala le esperaba la deliciosa cena de su esposa.
Mientras devoraba los alimentos, Lola se colocĆ³ tras Ć©l, estando en pie era mĆ”s alta que el sentado esposo, aprovechĆ³ su posiciĆ³n para tocar al marido de los hombros y nuca.
āTienes mucho estrĆ©s acumuladoā.
EfraĆn no dejaba de masticar.
āPero mira cuanta tensiĆ³n en estos mĆŗsculosā¦ con razĆ³n te ves tan exhausto y angustiadoā.
Ni siquiera las uƱas de la dama pudieron hundirse en los pĆ©treos mĆŗsculos del cuello, la tensiĆ³n era demasiada.
Tras cenar, EfraĆn se sentĆ³ a reposar, algo de televisiĆ³n y el hombre comenzĆ³ a cabecearseā¦ el sueƱo le dominaba temprano, pero era comĆŗn su despertar durante varios momentos de la nocheā¦ sufrĆa de severa falta de descanso.
āMe voy a dormir yaā. Expuso EfraĆn, quien en su cara denotaba somnolencia, pero era realmente temprano para irse a la camaā¦ y ni siquiera planteaba el asunto de tener intimidad con su mujer.
Desde hacĆa 3 dĆas no le hacĆa el amor, aquello ya le venĆa preocupando, porque casi siempre era EfraĆn quien le pedĆa sexo, y ella disfrutaba con Ć©l; Pero la ausencia del ruego nocturno de EfraĆn, significaba que algo muy malo le debĆa estar pasando, y sabĆa que un buen sexo relajarĆa a su maridoā¦ esa era la soluciĆ³n, como esposa interesada en su esposo, le ayudarĆa a des estresarle, y el sexo era lo mejor.
A la hora de dormir Lola, decidiĆ³ actuar, esperĆ³ a que EfraĆn fuera a lavarse los dientes al baƱo para preparar todo lo planeado.
Apenas EfraĆn saliĆ³ del baƱo en calzoncillos, se encontrĆ³ a una Lola frente a Ć©l, la mujer dejĆ³ caer su bata de dormir y se mostrĆ³ desnuda, EfraĆn algo impresionado, quiso hacerse a un lado, pensĆ³ que Lola usarĆa tambiĆ©n el baƱo, pero la esposa le interceptĆ³.
Las manos de la pequeƱa mujer le tocaban el pecho, tentando los fuertes mĆŗsculos de su marido. Sabido de que pretendĆa la esposa, EfraĆn renegĆ³:
āLolita, no tengo ganas, lo sientoā.
La mujer palpĆ³ los calzoncillos del marido, a pesar de estar flĆ”cidos, su genitales rellenaban por completo aquella prenda masculina.
āLo lamento, estoy cansadoā.
āDesde hace tres dĆas no me la metesā.
āPerdĆ³n por no cumplirte Lolita, tĆŗ tambiĆ©n tienes necesidadesā.
āEso es cierto, pero lo que digo es por tiā¦ me preocupas en verdad, si no me la quieres meter entonces no eres el EfraĆn con el que me casĆ©ā¦ y me rompo la cabeza pensando en que estas mal mi amorā.
āYa te dije que es el estrĆ©s, la verdad estoy sin ganas, me siento agotado con todos estos lĆos del trabajoā.
āPero esto no es como otras veces, ahora estas muy tensoā¦ y yo te voy a ayudarā.
āNo te preocupes, ya se me pasarĆ”ā.
āSe te pasarĆ” porque yo te ayudareā¦ mira nada mĆ”sā.
Lola palpaba los mĆŗsculos abdominales de EfraĆn.
āEstĆ”n muy durosā¦ todo eso es estrĆ©s mi amorā. Los dedos de Lola recorrĆan cada grupo muscular del esposo, pecho, abdomen, muslos, brazos.
āTodo es por el estrĆ©s, lo sĆ©, peroā¦ā.
āPero nada, ya te dije, te ayudarĆ©ā. Lola metiĆ³ la mano en los calzoncillo de su esposo, al primer contacto la verga de EfraĆn dio un brinco, las caricias al glande le hicieron engrosar mĆ”s y mĆ”s, pero en su mente EfraĆn no habĆa cambiado de ideaā¦ Esta noche el agotamiento podĆa mĆ”s que el placer.
Con el pene a medio crecer, las pequeƱas manos de la esposa descendieron hasta los dotados huevos de EfraĆn, el contacto de aquellos deditos con sus pelotas le generĆ³ un rico corrientazo que ascendiĆ³ al ombligo.
Como siempre aquellos dedos masajeaban con delicadeza sus testĆculos.
āEstĆ”n muy duros EfraĆnā. Con delicadeza la mujer hundiĆ³ un pulgar en aquellos huevos, encontrĆ”ndolos repletos de semen, pero a la vez de una consistencia casi pĆ©treaā¦ las pelotas parecĆan bolas de billar, en tamaƱo y dureza.
āParecen dos piedrasā. La mujer apretaba suavemente, sin poder deformar aquellas duras esferas de carne masculina; El masaje testicular poco efecto lograba en el desganado EfraĆn.
EfraĆn tratĆ³ de sacar la mano de su mujer, Lola al principio resistiĆ³, pero luego cediĆ³.
āEstĆ”n muy duras, eso es por la tensiĆ³n que tienes mi vidaā¦ vamos a la camaā. Lola le tomĆ³ de una mano y le hizo caminar hacĆa la cĆ³moda cama.
āHazme el amor, y cuando te vengas, verĆ”s que esos huevotes se te comenzarĆ”n a aflojarā.
āPero Lolitaā¦ā.
āSin perosā¦cuando los tengas mĆ”s flojos, veras que todo el cuerpo se te comenzarĆ” a relajarā¦ asĆ se te irĆ” el estrĆ©sā.
āPeroā¦ā.
āConfĆa en mĆ, ven, venā.
Lola le recostĆ³ en la cama, EfraĆn solo se dejaba hacer las cosas, no opuso resistencia mientras su esposa le retiraba los calzoncillos, quedando libre el pene, y ante el contacto con la mano femenina comienza a endurecerse de nuevo.
Lola masturbaba lentamente aquel falo, cada vez mĆ”s venoso. EfraĆn comenzĆ³ a jadear, pero en su rostro seguĆa el desgano, Lola dedicada en cuerpo y alma a su labor, hacia todo lo posible para que su marido alcanzase la eyaculaciĆ³nā¦. los masajes a los duros testĆculos no faltaron.
Repentinamente sonĆ³ el telĆ©fono mĆ³vil de EfraĆn, estaba justo en la mesa de noche, al alcance del hombre.
āNo contestes EfraĆn!ā.
El marido dudo, pero extendiĆ³ la mano para contestar. MirĆ³ el identificador de llamadas, era su socio principal.
āLo siento mi amor, es Alberto, puede ser importante del trabajoā.
Pero justo antes de oprimir el botĆ³n de recibir llamada, sintiĆ³ un impacto entre las piernasā¦ de inmediato un fuerte dolor, y debiĆ³ soltar un quejido āYYaaaaaa!!!ā.
Lola le habĆa dado un puƱo en los testĆculos, el varĆ³n se retorciĆ³ en su posiciĆ³n, y casi por reflejo, intentĆ³ recibir la llamadaā¦ fue un acto imprudencial!
PUM!!!
āAAAGGGHHHHHH!!!!ā. Un segundo puƱo en los testĆculos le convencĆan que no debĆa contestarā¦ el telĆ©fono resbalĆ³ de las manos sin fuerza de EfraĆn, golpeĆ³ el colchĆ³n, para terminar en el piso.
Lola se comportaba con severidad, para ella su Ćŗnico fin era logar la eyaculaciĆ³n de su esposo, y nada interrumpirĆa eso.
āBaasstaaaaa!!!ā. GritĆ³ en agonĆa EfraĆn quien dirigiĆ³ su mano a cubrir sus golpeadas bolas.
Pero Lola le intercepta la mano, inicia entonces un duelo entre ambas extremidades; Mientras esto pasaba, el pene de EfraĆn extraƱamente no perdiĆ³ dureza, se mantenĆa venoso y rojo.
EfraĆn otrora fortachĆ³n, no podĆa superar la mano de la dĆ©bil Lola y cubrir sus adoloridas pelotas, la mujer le rechazaba con ahĆncoā¦ Desesperado por sobarse las huevas, puso la fuerza que le restaba y comenzĆ³ a abrir paso a su entrepiernaā¦
ā¦Pero Lola tenĆa toda la ventaja, enterrĆ³ un gancho en las pelotas que provocĆ³ que EfraĆn perdiera todas sus energĆas, su mano retrocediĆ³ y su garganta se bloqueĆ³ por lo que esta vez no gritĆ³.
Torturado y sin fuerzas, EfraĆn quedĆ³ casi hundido en la cama, cerraba los ojos conteniendo las lĆ”grimasā¦ de pronto sintiĆ³ un cosquilleo en el glande, lo ignorĆ³ por el terrible dolor en sus bolas, pero poco a poco el cosquilleo era mĆ”s constante, moviĆ³ la cabeza y observĆ³ a Lola dedicada en lamerle el glande.
No era muy comĆŗn que su esposa se la chupase, solo lo hacĆa en ocasiones especialesā¦Para el marido sus labios y lengua siempre eran bienvenidosā¦ el morbo de verla entre sus piernas, tan pequeƱa, ante un falo tan parado, le aumentĆ³ aĆŗn mĆ”s la erecciĆ³n y llegaban las ganas de eyacular.
El falo apuntaba al techo y comenzĆ³ a contraerse, la mujer sonriĆ³ y suspendiĆ³ su estimulo, le parecĆa el mejor espectĆ”culo del mundoā¦ su adolorido y enorme esposo, con el pene a punto de correrseā¦ fue entonces cuando la mirada femenina se centrĆ³ en aquellos grandes testĆculos.
PodĆa verle las huevas, completamente recogidas, y ubicadas en la base del duro peneā¦
Ahora fue Lola quien sintiĆ³ un extraƱo morbo, una sonrisa se dibujĆ³ en sus bellos labiosā¦ ApretĆ³ el puƱo y lo hundiĆ³ contra aquellas expuestas esferas. El puƱo aplanĆ³ los cojones de EfraĆn, al estrellarlos contra la base del durĆsimo falo.
āAAAAAAHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!ā. Fue la expresiĆ³n de EfraĆn, quien pensĆ³ en que su mujer le habĆa dejado sin descendenciaā¦
ā¦de pronto las congestionadas venas del cuello del hombre se vieron relajadas, asĆ como el resto de su cuerpoā¦ EfraĆn se habĆa desmayado.
Mientras el paĆs de los sueƱos acogĆa a EfraĆn, su paradĆsimo miembro viril escupĆa semen como un volcĆ”n en erupciĆ³n.
Salpicones de esperma dieron contra el techo, la pared y hasta la barbilla del inconsciente hombre. Lola en su excitaciĆ³n se untĆ³ los dedos de leche y lamiĆ³ la agria sustancia.
Presenciar tales dotes viriles, la habĆan puesto muy caliente, y sin poder controlarse comenzĆ³ a tocarse el clĆtoris con dos dedos.
Minutos despuĆ©s EfraĆn despertaba, logrĆ³ escuchar algunos gemidos de su mujer, quien ahora estaba recostada a su lado, besĆ”ndole el costado y cadera del enorme sujetoā¦ Sus manos estaban ocupadas, auto estimulĆ”ndose y la otra extendida jugando con el pene del esposo.
Aclarada su mente, le iba a preguntar porque le habĆa golpeado los testĆculos, pero las caricias al pene ya se lo estaban poniendo de nuevo duroā¦ EfraĆn analizĆ³ mejor las cosas, y a pesar de sentir aun dolorā¦ algo era diferenteā¦ se sentĆa relajadoā¦ y eso era bueno.
āQue me hiciste, Lola?... ya no estoy fatigado, ni cabezĆ³n de las preocupacionesā.
āMe alegro mi vidaā¦ todo es gracias a que eyaculaste bastanteā.
āMe vine?ā. EfraĆn centrĆ³ su atenciĆ³n en su pene, lo sentĆa hĆŗmedo y brincanteā¦ lo que a su juicio confirmaba que se habĆa corrido.
āAsĆ es EfraĆn, y tus bolasā¦ā. AhĆ Lola le acariciĆ³ los testĆculos āā¦Tus bolas ya se sienten mĆ”s flojasā¦ han descargado, y con eso liberaron tensiĆ³nā.
āGracias mi amorā. Una mano de EfraĆn palpaba sus cojones, encontrĆ”ndolos blandos.
āDe nadaā.
EfraĆn tomĆ³ aire profundamente, sentĆa nueva vida en Ć©l.
āPerdĆ³n por golpearte las pelotasā.
āNO, no te preocupes mi vida, ya casi no me dueleā.
āEspero no me guardes rencor, a los hombres no les gustan esos golpesā.
āNo, no nos gustan, pero al final todo terminĆ³ bienā.
āEfraĆn, pero si sigues cabezĆ³nā¦ no de arriba, pero sĆ de esta gorda cabeza que tienes acĆ” abajo, Jajajaā. Lola pasĆ³ sus dedos sobre la punta del glande, esparciendo el lĆquido preseminal que una vez mĆ”s emergĆa.
EfraĆn suspirĆ³ una vez mĆ”s:. āNo sabes cĆ³mo te agradezco este alivio que me has dadoā¦ eres toda UNA ESPOSA DE OROā.
āNo me digas eso que me sonrojoā¦ ademĆ”s mi esposo siempre serĆ” lo mĆ”s importante para miā¦. y ahora ven a cumplirme mi EfraĆnā¦ porque estoy muy calienteā.
Un alegre EfraĆn se incorpora, colocĆ”ndose sobre una pequeƱa esposa que de inmediato abrĆa las piernasā¦ El marido le quitĆ³ la mano del clĆtorisā¦ SerĆa Ć©l el que se encargarĆa de darle placer a su mujerā¦ Lola disfrutĆ³ el roce del ahora largo y grueso pene entre sus muslosā¦ y se dedicĆ³ a disfrutar la penetraciĆ³n.
Fue una maravillosa noche para la pareja. Con la mente mĆ”s tranquilla y el apoyo incondicional de su mujer, EfraĆn saliĆ³ adelante en los problemas de su trabajo.
FIN.
Gracias.
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