Peloteros 2 (4/4): La derrota - Las Bolas de Pablo

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24 ago 2019

Peloteros 2 (4/4): La derrota

CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   —AhĆ­ tienes —sonriĆ³ Eladio y dejĆ³ que su pie volara hacia la entrepierna de Lucas, golpeando su paquete con un ruido sordo, batiendo la leche en sus huevos.

   —¡Goooooooooool! —gritĆ³ Walter aplaudiendo a pesar del dolor en su entrepierna que no pudo desvanecerse tan rĆ”pido como quiso.

   MoisĆ©s, normalmente mĆ”s tĆ­mido y retraĆ­do que su hermano, tambiĆ©n aplaudiĆ³.

   LenĆ­n marcaba una linda sonrisa en su rostro, mientras que Horacio se estaba riendo. RomĆ”n seguĆ­a frotando su enorme pene y parecĆ­a pasarlo muy bien. Solo Pablo estaba todavĆ­a completamente ocupado por el dolor punzante en sus delicadas bolas. Estaba tendido en el suelo tratando de respirar normalmente.

   Lucas tratĆ³ de mantener su dignidad. GruĆ±Ć³ e hizo una mueca de dolor, pero no agarrĆ³ su gran bulto. Al menos no hasta que toda la fuerza del dolor lo dominĆ³ y cayĆ³ el suelo dando un chillido poco masculino.

   Una vez mĆ”s, la multitud aplaudiĆ³.

   Eladio mirĆ³ a los hermanos del grupo. —Ustedes me agradan... ¿Quieren  continuar?

   Walter se echĆ³ a reĆ­r. —¡Por supuesto!

   MoisĆ©s parecĆ­a tener dudas al ver a Lucas retorciĆ©ndose en el suelo con un dolor severo. Pero se encogiĆ³ de hombros y se uniĆ³ a su hermano, que estaba arrodillado junto a Lucas y se burlaba de Ć©l.

   —Oh, pobre Lucas —dijo Walter con arrogancia simulada—, dĆ©jame echar un vistazo a esas desdichadas pelototas. Quien dirĆ­a que al que terminarĆ­an pateando balones serĆ­a a ti.

   Lucas luchĆ³ por alejarse, pero MoisĆ©s rĆ”pidamente lo mantuvo agarrado.

   —Creo que deberĆ­amos quitarnos el short, ¿de acuerdo? —sonriĆ³ Walter y tomĆ³ a Lucas de la cintura. El futbolista lo insultĆ³ y tratĆ³ de resistirse agarrĆ”ndose la cintura. Walter golpeĆ³ rĆ”pidamente la abultada entrepierna de Lucas, lo que hizo que se soltara el short y tomara sus bolas. Walter aprovechĆ³ la oportunidad para sacar la ropa del futbolista exponiendo su ajustado calzoncillo.

   Walter sonriĆ³ y procediĆ³ a arrebatarle igualmente la ropa interior. Lucas agarrĆ³ sus genitales desnudos, tratando de protegerlos de las miradas de la multitud.

   Horacio agarrĆ³ el short que Walter habĆ­a tirado detrĆ”s de Ć©l. SaltĆ³ sobre el trĆ­o que luchaba y agarrĆ³ las manos de Lucas. Con unos cuantos nudos, sujetĆ³ las muƱecas del futbolista detrĆ”s de su espalda, permitiendo a todos tener una buena visiĆ³n de su virilidad.

   Lucas tenĆ­a un escroto grande como todo hijo ChacĆ³n y una polla de buen tamaƱo incluso flĆ”cida.

   RomĆ”n que seguĆ­a acariciando su duro pene se acercĆ³ un poco mĆ”s.

   Pablo todavĆ­a estaba tirado en el suelo.

   LenĆ­n tenĆ­a el miembro semi-duro se mostraba fascinado por la escena.

   Eladio se habĆ­a retirado detrĆ”s de Farid mirando todo.

   Ahora Walter mirĆ³ al destacado deportista. Los ojos de Lucas estaban muy abiertos de miedo.

   —No —suplicĆ³.

   —EstarĆ”s bien en unos dĆ­as —sonriĆ³ Walter y hundiĆ³ sus nudillos en las vulnerables pepas del futbolista nacional.

   Lucas aullĆ³ de dolor.

   —SĆ­ —Horacio aplaudiĆ³—, ¡muy buena! Hazlo otra vez.

   Walter golpeĆ³ los pobres y expuestos huevos de Lucas una y otra vez con puƱetazos, sacando fuertes gritos de dolor de la boca del jugador de fĆŗtbol.

   LenĆ­n se aclarĆ³ la garganta. Walter volviĆ³ la cabeza y mirĆ³ al chico guapo que agitĆ³ un objeto cilĆ­ndrico de madera y le preguntĆ³ con una gran sonrisa en el rostro: —¿PodrĆ­as intentarlo con esto?

   —SĆ­, claro —afirmĆ³ Walter asintiĆ³ e hizo espacio para que LenĆ­n se colocara entre las piernas abiertas de Lucas.

   —No —gimiĆ³ Ć©ste.

   —SĆ­ —sonriĆ³ LenĆ­n y metiĆ³ el objeto de madera entre el bulto de Lucas.

   Lucas tosiĆ³ y tratĆ³ de liberarse de MoisĆ©s y Horacio, pero ambos eran implacables.

   LenĆ­n mirĆ³ a Walter interrogativamente y cuando el moreno asintiĆ³, aplastĆ³ su pesado objeto en la entrepierna de Lucas una vez mĆ”s.

   El joven chillĆ³ ruidosamente y luchĆ³ otra vez.

   —La tercera es la vencida —sonriĆ³ LenĆ­n y aplastĆ³ las bolas de Lucas una vez mĆ”s.

   Ahora RomĆ”n se acercĆ³, sacudiendo su polla dura y brillante febrilmente.

   —Me corro —jadeĆ³ y se inclinĆ³ sobre la cabeza de Lucas que estaba sujeta con fuerza por MoisĆ©s.

   MoisĆ©s apretĆ³ la cabeza del jugador.

   —SĆ­ —gimiĆ³ RomĆ”n y una mirada de profundo alivio iluminĆ³ su rostro cuando llegĆ³ al orgasmo. Sus bolas se apretaron contra la base de su enorme polla y un disparo de semen brotĆ³ de ella. El primer chorro aterrizĆ³ en el suelo al lado de Lucas, pero el segundo, tercer y cuarto impactaron contra su objetivo... Unas ricas gotas de semen espeso y blanco cayeron sobre el rostro contorsionado de dolor del jugador de fĆŗtbol, sobre sus cejas y su nariz en direcciĆ³n a sus labios fuertemente cerrados y formando un charco blanco.

   —Abre la boca, Lucas —RomĆ”n sonriĆ³ y golpeĆ³ su polla contra su mejilla. Lucas se negĆ³ y tratĆ³ de sacudir la cabeza, pero MoisĆ©s lo apretĆ³ con fuerza. RomĆ”n golpeĆ³ su polla en los labios de Lucas con un sonido hĆŗmedo. LenĆ­n golpeĆ³ las bolas agonizadas de Lucas. El futbolista gritĆ³, y la leche de RomĆ”n se abriĆ³ camino en su lengua ​lo que provocĆ³ arcadas en Ć©l.

   —SĆ­ —gimiĆ³ RomĆ”n con dulzura. Su polla brillaba con semen acariciĆ”ndola con agotamiento postgorgĆ”smico. LlevĆ³ los dedos al rostro de Lucas, dejando rastros de leche en la boca del jugador.

   Horacio soltĆ³ las manos de Lucas y MoisĆ©s liberĆ³ su cabeza.

   Todos los hombres formaron un cĆ­rculo alrededor del hombre humillado en el suelo.

   Pablo se habĆ­a recuperado ya, asĆ­ que presenciĆ³ el espectĆ”culo de las salpicaduras de RomĆ”n.

   Todos callaron y miraron a Lucas.

   —¡CabrĆ³n! —gimiĆ³ Ć©l. EscupiĆ³ un poco de esperma que aĆŗn tenĆ­a en la boca, se limpiĆ³ y mirĆ³ a los muchachos—. ¡CABRONES!

   Todos miraban a Lucas tĆ­midamente.

   —¡CABRONES! —gritĆ³ con expresiĆ³n de enojo en su rostro. DespuĆ©s su semblante se suavizĆ³ con una sonrisa traviesa—. HabrĆ­a reventado sus bolas.

   Algunos rieron.

   —Bueno... —agregĆ³ y mirĆ³ a RomĆ”n—, eres mi primo, eso es incesto, una violaciĆ³n —seƱalĆ³ su polla que aĆŗn goteaba—. Eso fue asqueroso —se limpiĆ³ la boca con el dorso de la mano y escupiĆ³.

   RomĆ”n se sonrojĆ³.

   —SĆ­, eso fue asqueroso —sonriĆ³ Horacio.

   —Repulsivo —sonriĆ³ Pablo y palmeĆ³ la espalda de RomĆ”n.

   —Nauseabundo —intervino Walter.

   —Enfermo —dijo MoisĆ©s.

   Los cuatro chicos miraron a LenĆ­n que no habĆ­a dicho nada. Ɖl los mirĆ³ y se encogiĆ³ de hombros. —¿QuĆ©? A mi me gustĆ³...

   Eladio se riĆ³ y se acercĆ³ a su derrotado compaƱero de equipo. Se agachĆ³ y le golpeĆ³ las huevas desnudas con fuerza una Ćŗltima vez.

   Lucas tosiĆ³ y sostuvo sus gĆ³nadas. —Detente, Eladio.

   Eladio sonriĆ³ y lo ayudĆ³ a levantarse.

   Lucas tropezĆ³ y agarrĆ³ sus hinchadas bolas.

   LevantĆ³ la vista hacia Bastian y dijo con una expresiĆ³n de dolor en el rostro: —Vamos a hacer esto otra vez, algĆŗn dĆ­a.

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