Eladio era uno de los compaƱeros de equipo de Lucas. Junto a Ć©l habĆa ideado una competencia que denominaron Pelotas de fĆŗtbol, una apuesta de patadas a los cojones. El perdedor de la competencia serĆa castigado despuĆ©s. AsĆ que Lucas y Eladio estaban muy motivados para ganar y lanzar varias patadas a sus compaƱeros del equipo de fĆŗtbol.
Estaban en el campo con varios balones de fĆŗtbol esparcidos por el campo. Ante la porterĆa estaban diez muchachos jóvenes. Entre ellos quienes Lucas les sonó las bolas semanas atrĆ”s. El resto eran nuevos.
VestĆan con sus ajustadas franelas de entrenamiento, shores y zapatos de tacos.
Todos se movĆan nerviosos.
Eladio llegó trotando. Su cabello estaba mojado y sus piernas musculosas de futbolistas resaltaban en su pequeño short. Saludó a los muchachos y les lanzó una mirada amenazadora.
Se acercó a los que estaban en fila. Y caminó por la lĆnea, hablando con ellos:
āQuiero ganar la competencia con Lucas, asĆ que tengo que practicar. SĆ© que algunos de ustedes ayudaron a Chacón hace unos dĆas. TambiĆ©n estoy muy feliz de que me vayan a ayudar...
Algunos de los muchachos asintieron a excepción de aquellos que ayudaron a Lucas que no estaban tan entusiasmados. Especialmente MarchĆ”n tenĆa expresión nerviosa.
Eladio se detuvo y se paró a la derecha de la lĆnea. Estaba a punto de decir algo cuando el capitĆ”n del equipo llegó a la cancha.
āĀ”Oigan todos! Necesito que algunos me ayuden con el itinerario del próximo partido amistoso contra Alemania.
āĀ”Lucas, no puedes ser mĆ”s fastidioso! Estaba empezando el entrenamiento con los muchachos.
āLo siento, Eladio, necesito ocho personas. AsĆ que... vengan a ayudarme
Nombró uno a uno y los ocho hombres se sintieron aliviados y salieron corriendo del campo.
Cuando se fueron, solo MarchÔn y otro varón se quedaron parados frente a la meta.
MarchÔn miró a su alrededor como si estuviera buscando la salida mÔs cercana.
Eladio se quejó y miró a sus acompaƱantes. āBueno, MarchĆ”n y Chris, eso se traduce a entrenar con ustedes.
MarchĆ”n intentó sonreĆr. No parecĆa muy convincente. Chris le hizo un guiƱo a Eladio.
Era un tipo alto, muy atractivo de 18 aƱos. TenĆa ojos azules brillantes y cabello rubio oscuro.
Eladio suspiró:
āBueno, quĆtense esos shores.
MarchĆ”n comenzó a protestar, pero Eladio alzó la voz y repitió: āQuĆtate esos shores.
MarchÔn suspiró y junto a Chris se desnudaron.
MarchÔn era dueño de una polla de buen tamaño con dos bolas gordas. Se cubrió los genitales con las manos.
Chris, de pie junto a Ć©l, no era tan tĆmido. TenĆa una sonrisa arrogante y parecĆa pensar que no tenĆa nada de quĆ© avergonzarse. Sus pelotas tenĆan el mismo tamaƱo que las de MarchĆ”n (eran grandes y colgaban), pero tenĆa una polla mĆ”s grande. Sin vergüenza, miró la entrepierna de MarchĆ”n y se encogió de hombros. De echo tenĆa las manos en la cadera, mostrando su equipo genital luciendo una erección. Le sonrió a Eladio.
Eladio no pareció impresionado.
āPor lo que he oĆdo, tus huevos son bastante duros, MarchĆ”n āEladio le miraba la entrepierna.
āYo... no lo sĆ©... ātartamudeó MarchĆ”n.
āDĆ©jame verlos ādijo Eladio.
MarchÔn se quitó lentamente las manos de la ingle revelando sus bolas y un pene flÔcido.
Chris se rió entre dientes.
Eladio lo miró con las cejas levantadas.
āĀæAlgo gracioso?
Chris se aclaró la garganta. āNada, es solo que... āse protegió las bolas temiendo que Eladio las golpeara de inmediato.
āEmpezarĆ© por ti, MarchĆ”n.
El desdichado jugador obedeció. Sus bolas afeitadas y su polla flÔcida colgaban libremente entre sus piernas. Suspiró y se preparó para el impacto.
Eladio se paró frente a él. Chris miraba con terror.
El futbolista lanzó una fuerte patada a las bolas de MarchÔn. La punta de su zapato se hundió en el carnoso objetivo y las aplastó en su pelvis.
MarchÔn gritó. Agarró su entrepierna y se dobló.
Eladio lo miró y se burló.
MarchÔn gimió.
āĀæQuĆ© opinas?
āFue... Fue bueno āgimoteó MarchĆ”n.
āCreo que puedo hacerlo mejor que eso... ādijo Eladio y se preparó para dar otra patada.
MarchÔn se quitó las manos de las pelotas y miró a Eladio con tristeza.
Eladio asintió y volvió a patear sus bolas, esta vez con mÔs fuerza, atrapÔndolas con el empeine de su pie.
MarchÔn aulló y se desplomó en el suelo.
āEso fue mejor, Āæeh? āpreguntó Eladio.
āSĆ āgimió MarchĆ”n.
Eladio le hizo un gesto para que se levantara de nuevo.
MarchÔn gimió tristemente y se puso de pie.
Chris los miraba con fascinación.
MarchÔn miró a Chris. Sus labios temblaron.
āEs tu turno āle dijo Eladio a Chris, quien se estremeció ante la idea. Retrocedió un paso y, con un buen comienzo, dio una patada a Chris, aplastando sus huevos con su empeine. Revolviendo las jugosas pelotas en su interior.
Chris tosió. Lentamente, se agarró su saco de bolas. Su pene se habĆa desinflado completamente y colgaba flĆ”cido ante sus testĆculos doloridos.
āAhora, creo que intentarĆ© una patada desde atrĆ”s ādijo Eladio.
Chris gimió.
Eladio caminó detrĆ”s de Ć©l y abofeteó las manos de Chris que cubrĆan sus genitales. Chris gimió y apartó las manos. Estaba inclinado un poco, con las manos apoyadas en las rodillas y las piernas abiertas.
Eladio miró sus objetivos. El gran saco hinchado colgaba vulnerable entre los musculosos mĆŗsculos del jugador. Se frotó las manos. Apuntó y subió el pie contra la indefensa hombrĆa de Chris, atrapando sus dos bolas.
Un grito agudo se escapó de su boca e inmediatamente se cayó al suelo como un soldado herido.
MarchĆ”n miró a su compaƱero caĆdo. TenĆa una sonrisa maliciosa en el rostro mientras todavĆa se frotaba sus propias bolas que tambiĆ©n parecĆan ligeramente hinchadas. Su polla habĆa comenzado a levantarse durante la tortura de su compaƱero de equipo. Aparentemente le gustaba lo que veĆa.
Eladio se inclinó hacia Chris, quien estaba llorando en el suelo.
āEste llorón ya estĆ” derrotado ādijo. Y se dirigió a MarchĆ”nā. Abre las piernas.
āNo āse quejó MarchĆ”n. La visión de la caĆda de Chris lo habĆa aterrado, y su polla comenzó a bajar de nuevo.
Eladio se paró detrĆ”s de Ć©l y miró las pelotas entre sus nalgas. Se balanceaban de lado a lado mientras MarchĆ”n parecĆa temblar de miedo.
āQuĆ©date quieto ādijo Eladio.
āLo siento āsusurró MarchĆ”n. Sus grandes bolas seguĆan bailando entre sus piernas.
āQuĆ©date quietoārepitió Eladioā. Ā”No puedo moler tus bolas correctamente si se mueven asĆ!
MarchÔn se estremeció. Sus ojos estaban llenos de miedo.
Eladio soltó un gruñido reacio y se inclinó detrÔs de él. Agarró su escroto ligeramente hinchado por detrÔs y apretó con fuerza.
āAaaauuuuch āgimió MarchĆ”n.
āQuĆ©date quieto ahora ādijo Eladio de nuevo y apretó las bolas de MarchĆ”n mĆ”s fuerte.
MarchĆ”n gimióā. Por favor, suĆ©ltame...
Eladio lo soltó y retrocedió unos pasos.
MarchÔn se quedó paralizado.
Entonces Eladio comenzó a correr hacia MarchÔn.
Los ojos de MarchƔn se ensancharon y sus labios se movieron mientras sus bolas descansaban en su escroto esperando el impacto.
Con admirable precisión y poder feroz, el zapato de Eladio se incrustó en la suave piel. Las pelotas de MarchÔn fueron catapultadas hacia adelante, retenidas solo por la suave piel del escroto. Luego se recuperaron y chocaron contra el pie de Eladio de nuevo.
La polla de MarchÔn también fue golpeada. Se golpeó contra la parte inferior de su abdomen con el sonido resonante de piel contra piel.
MarchÔn se tambaleó hacia delante por el golpe. Se puso pÔlido como un fantasma y sus ojos perdieron el foco. Luego cayó de bruces al suelo. Dejó escapar un grito agudo y se acurrucó en forma fetal.
Chris y MarchĆ”n yacĆan uno al lado del otro, ambos agarraban su hombrĆa, gimiendo.
Eladio los miró con una sonrisa satisfecha.
āĀ”Hey, Lucas! āgritó con fuerzaā. Ā”Te voy a vencer! Las huevas de estos tipos son papilla.
āCuando quieras āgritó Lucas desde el otro extremo.
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