Agresion marital - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

5 nov 2019

demo-image

Agresion marital

ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M.
_20191029_162234

   Micaela de 26 aƱos y su marido Roberto de 25, tienen una discusión, la mujer volvĆ­a de un viaje de trabajo hace 2 dĆ­as, y ahora revisaba el celular del marido, la celosa esposa descubre llamadas y chats. Se hallaban en la alcoba, justo antes de ir a intimar, El marido en calzoncillos le quiere besar y llevar a la cama, una vez la penetre ella olvidarĆ” sus repetidos celos y se dedicarĆ” al amor.

   ā€œVamos Micaela, olvida eso y vamos a acostarnosā€.
_20191029_162217
   La mujer en ropa interior y botas altas, le aleja, estĆ” muy molesta, observa sin pausa el calzoncillo de su marido… y cómo sus dotados genitales llenan la prenda varonil.

   Micaela recuerda un video grabado por el investigador privado que contrató el aƱo pasado, en aquella ocasión sospechó de la infidelidad de Roberto, y resulto ser cierta… en la grabación observaba a Roberto sobre una compaƱera de trabajo sacĆ”ndole los sesos durante el acto sexual, a ella nunca le habĆ­a dado tan duro contra su coƱo… Aquella vez Roberto se fue de la casa unos dĆ­as, pero regresó y le pidió perdón, le juró nunca serle infiel de nuevo… claramente le volvió a traicionar…

_20191029_162201
…Pero esta vez no se irĆ” ileso el cobarde... La esposa emprende carrera contra su esposo y lanza una patada con todas sus fuerza contra aquello que mĆ”s enorgullece a su marido… aquello que ella mĆ”s admira de Ć©l… sus testĆ­culos!

   Roberto soltó un grito agudo:

   ā€œAAAAYYYYYYYYYYYYY!ā€. Las pelotas del esposo cambiaron a una forma achatada, dónde todo su esperma sintió un batido general.

   De inmediato se dobló a la mitad, agarrĆ”ndose la masculinidad, seguidamente sintió nauseas, y horcadas, trató de evitarlo pero el vómito emergió incontenible, por fortuna no habĆ­a comido mucho antes, asĆ­ que lo expulsado era una especie de babaza blanca verdosa, la respiración se le hizo difĆ­cil, realmente hacĆ­a esfuerzos por inspirar.
_20191029_162140

   Micaela, observaba expectante las reacciones de su dotado esposo, se sentĆ­a orgullosa de herirle, que sufra el condenado traidor… pero querĆ­a causarme mas daƱo.

   Finalmente Roberto no aguantó mĆ”s y se fue al suelo… embarrĆ”ndose un lado con su propio contenido estomacal.

   El dolor mantenĆ­a el cerebro del varón bastante aturdido… nunca esperó que su esposa le pateara la hombrĆ­a… Micaela siempre habĆ­a sido celosa, pero nunca le habĆ­a agredido con mĆ”s de una cachetada.

   El hombre nunca habĆ­a sentido tanto dolor en su vida, golpes bajos si habĆ­a recibido, algunos en deportes, e incluso en el sexo con su pareja, cuando sentĆ”ndose en su ingle le habĆ­a alcanzado a aplastar la virilidad, pero de lejos jamĆ”s sintió algo tan intenso.

   ā€œMaldito infiel!, no puedes vivir con una Ćŗnica mujer?, que te pasa?, te duelen las huevas?ā€.

   Roberto no dejaba de retorcerse en el suelo, mientras Micaela lo observaba con odio, detallaba el enorme bulto que su esposo se agarraba.

   ā€œSabes algo, me case contigo por que tenĆ­as los huevos grandes… recuerdo que cuando Ć©ramos novios me decĆ­a a mĆ­ misma que no debĆ­a dejarte ir, con esas bolas demostrabas toda tu energĆ­a sexual, siempre me llevaste al orgasmo, siempre me sentĆ­a orgullosa de tenerte de esposo, y por mĆ”s que lo pensaba, no podĆ­a de pensar una vida sin ti… un hombre que me harĆ­a la mujer mĆ”s envidiada de barrio, pero me decepcionas siempreā€¦ā€.

   ā€œOOOuuuggggg, perdón Micaelaā€.

   ā€œCĆ”llate!... pero no cambiarĆ”s, nunca has podido ser hombre de una sola mujer, siempre burlĆ”ndote de mĆ­, mientras te acuestas con toda las zorras del barrio y la oficina… eres un maldito!ā€.

   Roberto trató de dar otra explicación, pero Mariela la calló de una patada en el costado

   ā€œMi hermana tenĆ­a razón, me advirtió de no casarme con un libertino como tĆŗā€.

   Roberto se retorcĆ­a, masajeaba desesperado sus grandes bolas; Micaela una vez mĆ”s observó ese masajear de pelotas, eran grandes y cada vez que las tocó en su vida, las sintió duras y llenas.

   ā€œMi hermana ademĆ”s me dijo una vez, cuando le contĆ© que eras huevón, que si un dĆ­a me querĆ­as golpear… que te diera ahĆ­, porque sin importar lo macho que seas, con esos huevos tan grandes no tendrĆ”s oportunidad de hacerme nada una vez que te los golpeeā€.

   La enojada mujer comienza a patearlo, ablandando las carnes de su marido, luego se agacha entre sus piernas, y comienza a puƱetearle las manos,

   PUM, PUM, los impactos no cesan atormentando al lastimado Roberto…
_20191029_162126
…En cierto momento el marido se descubre, y es cuando la enfurecida Micaela le acierta un puƱo en las pelotas… la mano llega hasta el fondo… y enseguida le agarra el escroto y le pulveriza las bolas con un segundo impacto.

   ā€œAAAHHHH…. AARGGHHH!!!ā€.

   Roberto jadea por aire, su rostro se descompone y queda semi-inconsciente, babeando espesa sustancia por su comisura labial. No notarĆ­a cuando su mujer abandonó el lugar.

   Por fin Roberto reacciona, el dolor es aun insoportable, nota que chorros de orina escaparon a su esfĆ­nter durante su aturdimiento, medio calzoncillo estĆ” hĆŗmedo y con un fuerte olor a su excreción renal.

   El queda adolorido y llora del dolor. Minutos pasan y por fin logra incorporarse…tambalea, luego de nuevo y se debe apoyar en la pared para evitar la caĆ­da. Sus piernas son de jalea… logra llegar a un sillón y se desploma exhausto, se quedarĆ” en ese asiento jadeando hacia el techo y con las manos sobando sin parar y lentamente, sus gónadas.

   Micaela se irĆ­a de casa ese dĆ­a y nunca volverĆ­an a verse.

FIN.
Gracias.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages

undefined