Agresion marital - Las Bolas de Pablo

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5 nov 2019

Agresion marital

ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M.

   Micaela de 26 aƱos y su marido Roberto de 25, tienen una discusiĆ³n, la mujer volvĆ­a de un viaje de trabajo hace 2 dĆ­as, y ahora revisaba el celular del marido, la celosa esposa descubre llamadas y chats. Se hallaban en la alcoba, justo antes de ir a intimar, El marido en calzoncillos le quiere besar y llevar a la cama, una vez la penetre ella olvidarĆ” sus repetidos celos y se dedicarĆ” al amor.

   ā€œVamos Micaela, olvida eso y vamos a acostarnosā€.
   La mujer en ropa interior y botas altas, le aleja, estĆ” muy molesta, observa sin pausa el calzoncillo de su maridoā€¦ y cĆ³mo sus dotados genitales llenan la prenda varonil.

   Micaela recuerda un video grabado por el investigador privado que contratĆ³ el aƱo pasado, en aquella ocasiĆ³n sospechĆ³ de la infidelidad de Roberto, y resulto ser ciertaā€¦ en la grabaciĆ³n observaba a Roberto sobre una compaƱera de trabajo sacĆ”ndole los sesos durante el acto sexual, a ella nunca le habĆ­a dado tan duro contra su coƱoā€¦ Aquella vez Roberto se fue de la casa unos dĆ­as, pero regresĆ³ y le pidiĆ³ perdĆ³n, le jurĆ³ nunca serle infiel de nuevoā€¦ claramente le volviĆ³ a traicionarā€¦

ā€¦Pero esta vez no se irĆ” ileso el cobarde... La esposa emprende carrera contra su esposo y lanza una patada con todas sus fuerza contra aquello que mĆ”s enorgullece a su maridoā€¦ aquello que ella mĆ”s admira de Ć©lā€¦ sus testĆ­culos!

   Roberto soltĆ³ un grito agudo:

   ā€œAAAAYYYYYYYYYYYYY!ā€. Las pelotas del esposo cambiaron a una forma achatada, dĆ³nde todo su esperma sintiĆ³ un batido general.

   De inmediato se doblĆ³ a la mitad, agarrĆ”ndose la masculinidad, seguidamente sintiĆ³ nauseas, y horcadas, tratĆ³ de evitarlo pero el vĆ³mito emergiĆ³ incontenible, por fortuna no habĆ­a comido mucho antes, asĆ­ que lo expulsado era una especie de babaza blanca verdosa, la respiraciĆ³n se le hizo difĆ­cil, realmente hacĆ­a esfuerzos por inspirar.

   Micaela, observaba expectante las reacciones de su dotado esposo, se sentĆ­a orgullosa de herirle, que sufra el condenado traidorā€¦ pero querĆ­a causarme mas daƱo.

   Finalmente Roberto no aguantĆ³ mĆ”s y se fue al sueloā€¦ embarrĆ”ndose un lado con su propio contenido estomacal.

   El dolor mantenĆ­a el cerebro del varĆ³n bastante aturdidoā€¦ nunca esperĆ³ que su esposa le pateara la hombrĆ­aā€¦ Micaela siempre habĆ­a sido celosa, pero nunca le habĆ­a agredido con mĆ”s de una cachetada.

   El hombre nunca habĆ­a sentido tanto dolor en su vida, golpes bajos si habĆ­a recibido, algunos en deportes, e incluso en el sexo con su pareja, cuando sentĆ”ndose en su ingle le habĆ­a alcanzado a aplastar la virilidad, pero de lejos jamĆ”s sintiĆ³ algo tan intenso.

   ā€œMaldito infiel!, no puedes vivir con una Ćŗnica mujer?, que te pasa?, te duelen las huevas?ā€.

   Roberto no dejaba de retorcerse en el suelo, mientras Micaela lo observaba con odio, detallaba el enorme bulto que su esposo se agarraba.

   ā€œSabes algo, me case contigo por que tenĆ­as los huevos grandesā€¦ recuerdo que cuando Ć©ramos novios me decĆ­a a mĆ­ misma que no debĆ­a dejarte ir, con esas bolas demostrabas toda tu energĆ­a sexual, siempre me llevaste al orgasmo, siempre me sentĆ­a orgullosa de tenerte de esposo, y por mĆ”s que lo pensaba, no podĆ­a de pensar una vida sin tiā€¦ un hombre que me harĆ­a la mujer mĆ”s envidiada de barrio, pero me decepcionas siempreā€¦ā€.

   ā€œOOOuuuggggg, perdĆ³n Micaelaā€.

   ā€œCĆ”llate!... pero no cambiarĆ”s, nunca has podido ser hombre de una sola mujer, siempre burlĆ”ndote de mĆ­, mientras te acuestas con toda las zorras del barrio y la oficinaā€¦ eres un maldito!ā€.

   Roberto tratĆ³ de dar otra explicaciĆ³n, pero Mariela la callĆ³ de una patada en el costado

   ā€œMi hermana tenĆ­a razĆ³n, me advirtiĆ³ de no casarme con un libertino como tĆŗā€.

   Roberto se retorcĆ­a, masajeaba desesperado sus grandes bolas; Micaela una vez mĆ”s observĆ³ ese masajear de pelotas, eran grandes y cada vez que las tocĆ³ en su vida, las sintiĆ³ duras y llenas.

   ā€œMi hermana ademĆ”s me dijo una vez, cuando le contĆ© que eras huevĆ³n, que si un dĆ­a me querĆ­as golpearā€¦ que te diera ahĆ­, porque sin importar lo macho que seas, con esos huevos tan grandes no tendrĆ”s oportunidad de hacerme nada una vez que te los golpeeā€.

   La enojada mujer comienza a patearlo, ablandando las carnes de su marido, luego se agacha entre sus piernas, y comienza a puƱetearle las manos,

   PUM, PUM, los impactos no cesan atormentando al lastimado Robertoā€¦
ā€¦En cierto momento el marido se descubre, y es cuando la enfurecida Micaela le acierta un puƱo en las pelotasā€¦ la mano llega hasta el fondoā€¦ y enseguida le agarra el escroto y le pulveriza las bolas con un segundo impacto.

   ā€œAAAHHHHā€¦. AARGGHHH!!!ā€.

   Roberto jadea por aire, su rostro se descompone y queda semi-inconsciente, babeando espesa sustancia por su comisura labial. No notarĆ­a cuando su mujer abandonĆ³ el lugar.

   Por fin Roberto reacciona, el dolor es aun insoportable, nota que chorros de orina escaparon a su esfĆ­nter durante su aturdimiento, medio calzoncillo estĆ” hĆŗmedo y con un fuerte olor a su excreciĆ³n renal.

   El queda adolorido y llora del dolor. Minutos pasan y por fin logra incorporarseā€¦tambalea, luego de nuevo y se debe apoyar en la pared para evitar la caĆ­da. Sus piernas son de jaleaā€¦ logra llegar a un sillĆ³n y se desploma exhausto, se quedarĆ” en ese asiento jadeando hacia el techo y con las manos sobando sin parar y lentamente, sus gĆ³nadas.

   Micaela se irĆ­a de casa ese dĆ­a y nunca volverĆ­an a verse.

FIN.
Gracias.

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