Bastian vs Farid (1/8): competencia rompe huevos - Las Bolas de Pablo

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22 nov 2019

Bastian vs Farid (1/8): competencia rompe huevos

CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Era un dĆ­a caluroso y soleado. El reloj marcaba las nueve de la maƱana cuando Bastian abandonĆ³ el Ć”rea de la piscina para dirigirse a su oficina.

   No tenĆ­a ninguna ropa puesta a excepciĆ³n del ajustado traje de baƱo que contenĆ­a sus exquisitos genitales.

   Enseguida encendiĆ³ la luz y se dedicĆ³ a poner en funcionamiento la computadora de escritorio.

   Mientras encendĆ­a caminĆ³ para asomarse por la ventana y mirar a los muchachos de su proyecto que se divertĆ­an en la piscina de esa maƱana calurosa. QuedĆ³ de espalda a toda su oficina y con las piernas abiertas.

   DetrĆ”s de Ć©l, acercĆ”ndose sigilosamente como un gato iba Farid con una sonrisa traviesa.


   El pobre Bastian no estaba al tanto de su presencia hasta que su pie azotĆ³ de una patada sus testĆ­culos colgantes.

   Lo pateĆ³ por detrĆ”s, su zapato aplastĆ³ de un sĆ³lo golpe los huevos en su cuerpo.

   A Bastian se le revolviĆ³ el estĆ³mago. AgarrĆ³ sus genitales pero antes de poder hacerlo, Farid lanzĆ³ otra patada cruel a sus gĆ³nadas. Los ojos de Bastian perdieron el foco. Sostuvo sus bolas entre las manos y cayĆ³ de rodillas.

   —Hola —Farid lo rodeĆ³ y sonriĆ³—. Buenos dĆ­as.

   —Marica —gruĆ±Ć³ Bastian—. ¿Por quĆ© hiciste eso?

   Farid se riĆ³ con gusto. —¿Necesito una razĆ³n para patear tus pelotas?

   Bastian gimiĆ³ de dolor.

   Farid le tendiĆ³ una mano para ayudarlo a levantar.

   Bastian gruĆ±Ć³. Luego volviĆ³ a doblarse, gimiendo de dolor. Ondas de malestar recorrĆ­an su fuerte cuerpo.

   Farid sonriĆ³ y dejĆ³ de estirar la mano.

   —Me duele, ¿por quĆ© lo has hecho? —susurrĆ³.

   Farid se encogiĆ³ de hombros. Se sentĆ³ en el sofĆ” y lo mirĆ³ agarrarse con pesar la entrepierna.

   DespuĆ©s de largos minutos Bastian pudo levantarse y sentarse al lado de Farid.

   —¡Diantres! —dijo frotĆ”ndose los genitales.

   —¿Todo bien? —sonriĆ³ Farid.

   Bastian le frunciĆ³ el ceƱo y levantando la parte delantera de su traje de baƱo mirĆ³ sus grandes bolas. Estaban ligeramente enrojecidas pero parecĆ­an estar bien. MetiĆ³ la mano dentro y acariciĆ³ sus huevas doloridas.

   —¿Por quĆ© lo hiciste? —repitiĆ³.

   —Estuve pensando —dijo Farid con naturalidad.

   Bastian lo mrĆ³ fijamente.

   Farid levantĆ³ las cejas. —Y pensando...

   —¡Pensando quĆ©! —lo interrumpiĆ³ Bastian con impaciencia—. ¿Pensando quĆ©?

   —Ya sabes, el proyecto y el estudio ha quedado en declave desde la CBS y... Ehm... Iba muy bien, entretenido y todos nos divertĆ­amos. LeĆ­ muchos comentarios positivos de nuestro proyecto.

   Bastian asintiĆ³.

   Farid lo mirĆ³ y le dio una palmada en la entrepierna con el dorso de la mano.

   —Ay —saltĆ³ Bastian doblĆ”ndose.

   —Y se me ocurriĆ³ una idea para aumentar los puntos entre los ChacĆ³n y el hombre comĆŗn.

   —¿QuĆ© serĆ”?

   —No, olvidalo.

   Farid golpeĆ³ su puƱo contra la entrepierna de Bastian, clavando sus dos bolas en la pelvis y haciĆ©ndole llorar de dolor.

   Farid se riĆ³.

   —!Deja de hacerlo, puta madre!

   —Bueno —asegurĆ³ Farid. Pero metiĆ³ la mano dentro del traje de baƱo de Bastian y agarrĆ³ las joyas de la familia.

   —¡No! —gruĆ±Ć³ Bastian.

   Farid sostuvo sus bolas en un fuerte agarre. Sus grandes manos estaban envueltas alrededor de su vulnerable paquete. AmasĆ³ los dos dĆ©biles testĆ­culos entre sus dedos, aplastĆ”ndolos mientras Bastian gritaba de agonĆ­a. ApretĆ³ las bolas solo por un par de segundos, pero para ChacĆ³ parecieron horas. Finalmente lo soltĆ³.

   Bastian metiĆ³ la mano dentro de su traje de baƱo agarrando sus testĆ­culos, gimiendo de dolor.

   Farid sonriĆ³.

   El desdichado Bastian se acurrucĆ³ en el sofĆ”.

   Farid se levantĆ³ y riĆ©ndose saliĆ³ del despacho.

   Mientras lidiaba con el dolor, Bastian pensĆ³ en una forma para vengarse.

   Dos dĆ­as despuĆ©s de que Farid atacara su virilidad, Bastian tuvo la oportunidad tomar represalia.

   Le habĆ­an pateado, palmeado, golpeado y apretado sus pobres y vulnerables pelotas. Durante todo el dĆ­a, habĆ­a actuado como si nada hubiera pasado.

   Bastian esperĆ³ paciente hasta las 15 horas pues Farid acostumbraba a dormir despuĆ©s del mediodĆ­a.

   A las 15:38 Farid suspirĆ³ y se levantĆ³ de la sala saliendo para su alcoba. VestĆ­a un calzoncillos y camiseta.

   Bastian se acercaba sigilosamente detrĆ”s de Ć©l.

   Mientras el hombre barbudo consultaba su estado de cuenta bancaria por el celular, Bastian se puso de rodillas detrĆ”s de Ć©l.

   RĆ”pido como un rayo le agarrĆ³ los huevos colgantes por detrĆ”s y halĆ³ con fuerza.

   Farid gritĆ³ de dolor.

   Bastian estirĆ³ nuevamente aquellos Ć³rganos carnosos, apretĆ”ndolos en su mano.

   —¡MARICA! —gritĆ³ Farid. IntentĆ³ cerrar las piernas pero no pudo.

   Bastian le retorciĆ³ y aplastĆ³ sus fuertes cojones en la mano, haciendo que gimiera y gritara de dolor.

   Luego soltĆ³ sus bolas, haciĆ©ndolo suspirar de alivio, antes de lanzar un poderoso uppercut, aplastĆ”ndole las gĆ³nadas en su pelvis con el puƱo.

   Farid dejĆ³ escapar un grito espeluznante y se desplomĆ³ en el suelo.

   —El dulce sabor de la venganza —reconociĆ³ Bastian.

   Farid se quedĆ³ gimiendo de agonĆ­a.

   Bastian sonriĆ³ y saliĆ³ al vestĆ­bulo para conversar con Pablo e Ignacio.

   Farid se uniĆ³ a ellos diez minutos despuĆ©s.

   —Chicos, hace dos dĆ­as se me ocurriĆ³ una idea —llegĆ³ comentando—. Bastian y yo estamos haciendo una competencia rompe huevos si yo gano otorgarĆ© 2 puntos al hombre comĆŗn pero de ser Bastian, ese puntaje irĆ” para los ChacĆ³n en el marcador. ¿Cierto, amigo?

   Bastian entornĆ³ los ojos preocupado, despuĆ©s murmurĆ³ algo ininteligible pero que parecĆ­a confirmar a Farid.

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