BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Era un dĆa caluroso y soleado. El reloj marcaba las nueve de la maƱana cuando Bastian abandonĆ³ el Ć”rea de la piscina para dirigirse a su oficina.
No tenĆa ninguna ropa puesta a excepciĆ³n del ajustado traje de baƱo que contenĆa sus exquisitos genitales.
Enseguida encendiĆ³ la luz y se dedicĆ³ a poner en funcionamiento la computadora de escritorio.
Mientras encendĆa caminĆ³ para asomarse por la ventana y mirar a los muchachos de su proyecto que se divertĆan en la piscina de esa maƱana calurosa. QuedĆ³ de espalda a toda su oficina y con las piernas abiertas.
DetrƔs de Ʃl, acercƔndose sigilosamente como un gato iba Farid con una sonrisa traviesa.
El pobre Bastian no estaba al tanto de su presencia hasta que su pie azotĆ³ de una patada sus testĆculos colgantes.
Lo pateĆ³ por detrĆ”s, su zapato aplastĆ³ de un sĆ³lo golpe los huevos en su cuerpo.
A Bastian se le revolviĆ³ el estĆ³mago. AgarrĆ³ sus genitales pero antes de poder hacerlo, Farid lanzĆ³ otra patada cruel a sus gĆ³nadas. Los ojos de Bastian perdieron el foco. Sostuvo sus bolas entre las manos y cayĆ³ de rodillas.
—Hola —Farid lo rodeĆ³ y sonriĆ³—. Buenos dĆas.
—Marica —gruĆ±Ć³ Bastian—. ¿Por quĆ© hiciste eso?
Farid se riĆ³ con gusto. —¿Necesito una razĆ³n para patear tus pelotas?
Bastian gimiĆ³ de dolor.
Farid le tendiĆ³ una mano para ayudarlo a levantar.
Bastian gruĆ±Ć³. Luego volviĆ³ a doblarse, gimiendo de dolor. Ondas de malestar recorrĆan su fuerte cuerpo.
Farid sonriĆ³ y dejĆ³ de estirar la mano.
—Me duele, ¿por quĆ© lo has hecho? —susurrĆ³.
Farid se encogiĆ³ de hombros. Se sentĆ³ en el sofĆ” y lo mirĆ³ agarrarse con pesar la entrepierna.
DespuƩs de largos minutos Bastian pudo levantarse y sentarse al lado de Farid.
—¡Diantres! —dijo frotĆ”ndose los genitales.
—¿Todo bien? —sonriĆ³ Farid.
Bastian le frunciĆ³ el ceƱo y levantando la parte delantera de su traje de baƱo mirĆ³ sus grandes bolas. Estaban ligeramente enrojecidas pero parecĆan estar bien. MetiĆ³ la mano dentro y acariciĆ³ sus huevas doloridas.
—¿Por quĆ© lo hiciste? —repitiĆ³.
—Estuve pensando —dijo Farid con naturalidad.
Bastian lo mrĆ³ fijamente.
Farid levantĆ³ las cejas. —Y pensando...
—¡Pensando quĆ©! —lo interrumpiĆ³ Bastian con impaciencia—. ¿Pensando quĆ©?
—Ya sabes, el proyecto y el estudio ha quedado en declave desde la CBS y... Ehm... Iba muy bien, entretenido y todos nos divertĆamos. LeĆ muchos comentarios positivos de nuestro proyecto.
Bastian asintiĆ³.
Farid lo mirĆ³ y le dio una palmada en la entrepierna con el dorso de la mano.
—Ay —saltĆ³ Bastian doblĆ”ndose.
—Y se me ocurriĆ³ una idea para aumentar los puntos entre los ChacĆ³n y el hombre comĆŗn.
—¿QuĆ© serĆ”?
—No, olvidalo.
Farid golpeĆ³ su puƱo contra la entrepierna de Bastian, clavando sus dos bolas en la pelvis y haciĆ©ndole llorar de dolor.
Farid se riĆ³.
—!Deja de hacerlo, puta madre!
—Bueno —asegurĆ³ Farid. Pero metiĆ³ la mano dentro del traje de baƱo de Bastian y agarrĆ³ las joyas de la familia.
—¡No! —gruĆ±Ć³ Bastian.
Farid sostuvo sus bolas en un fuerte agarre. Sus grandes manos estaban envueltas alrededor de su vulnerable paquete. AmasĆ³ los dos dĆ©biles testĆculos entre sus dedos, aplastĆ”ndolos mientras Bastian gritaba de agonĆa. ApretĆ³ las bolas solo por un par de segundos, pero para ChacĆ³ parecieron horas. Finalmente lo soltĆ³.
Bastian metiĆ³ la mano dentro de su traje de baƱo agarrando sus testĆculos, gimiendo de dolor.
Farid sonriĆ³.
El desdichado Bastian se acurrucĆ³ en el sofĆ”.
Farid se levantĆ³ y riĆ©ndose saliĆ³ del despacho.
Mientras lidiaba con el dolor, Bastian pensĆ³ en una forma para vengarse.
Dos dĆas despuĆ©s de que Farid atacara su virilidad, Bastian tuvo la oportunidad tomar represalia.
Le habĆan pateado, palmeado, golpeado y apretado sus pobres y vulnerables pelotas. Durante todo el dĆa, habĆa actuado como si nada hubiera pasado.
Bastian esperĆ³ paciente hasta las 15 horas pues Farid acostumbraba a dormir despuĆ©s del mediodĆa.
A las 15:38 Farid suspirĆ³ y se levantĆ³ de la sala saliendo para su alcoba. VestĆa un calzoncillos y camiseta.
Bastian se acercaba sigilosamente detrƔs de Ʃl.
Mientras el hombre barbudo consultaba su estado de cuenta bancaria por el celular, Bastian se puso de rodillas detrƔs de Ʃl.
RĆ”pido como un rayo le agarrĆ³ los huevos colgantes por detrĆ”s y halĆ³ con fuerza.
Farid gritĆ³ de dolor.
Bastian estirĆ³ nuevamente aquellos Ć³rganos carnosos, apretĆ”ndolos en su mano.
—¡MARICA! —gritĆ³ Farid. IntentĆ³ cerrar las piernas pero no pudo.
Bastian le retorciĆ³ y aplastĆ³ sus fuertes cojones en la mano, haciendo que gimiera y gritara de dolor.
Luego soltĆ³ sus bolas, haciĆ©ndolo suspirar de alivio, antes de lanzar un poderoso uppercut, aplastĆ”ndole las gĆ³nadas en su pelvis con el puƱo.
Farid dejĆ³ escapar un grito espeluznante y se desplomĆ³ en el suelo.
—El dulce sabor de la venganza —reconociĆ³ Bastian.
Farid se quedĆ³ gimiendo de agonĆa.
Bastian sonriĆ³ y saliĆ³ al vestĆbulo para conversar con Pablo e Ignacio.
Farid se uniĆ³ a ellos diez minutos despuĆ©s.
—Chicos, hace dos dĆas se me ocurriĆ³ una idea —llegĆ³ comentando—. Bastian y yo estamos haciendo una competencia rompe huevos si yo gano otorgarĆ© 2 puntos al hombre comĆŗn pero de ser Bastian, ese puntaje irĆ” para los ChacĆ³n en el marcador. ¿Cierto, amigo?
Bastian entornĆ³ los ojos preocupado, despuĆ©s murmurĆ³ algo ininteligible pero que parecĆa confirmar a Farid.
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